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ÃNGELES II | |||||||
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HOMBRES DE BLANCO
Hemos visto que los ángeles son seres celestiales superiores a los seres humanos, sin embargo ellos están al servicio de Dios a favor de Sus hijos, es decir, aquellos que han entregado sus vidas al Señor Jesucristo. También vimos que los ángeles tienen aspecto de temibles guerreros, nada que ver como los pintan en la actualidad. Ahora veamos el papel que estos seres espirituales juegan en el cielo, el lugar donde habitan Jehová, Jesús y el Espíritu Santo. Antes de la creación del hombre se desató en el cielo un gran acontecimiento, veamos lo que dice APOCALIPSIS 12:7-9: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. Recordemos que los ángeles de todos los diferentes rangos son una creación de Dios. Son espíritus que a veces se revelan en diferentes formas. La Biblia, habla tanto de ángeles, que no debemos ignorar su importancia, ni tener miedo de aprender de ellos. Pero tampoco debemos caer en el error de adorar a los ángeles ni de orar a ellos. El apóstol Juan escribe: APOCALIPSIS 22:8-9;“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Y luego vemos la actividad de ángeles en su servicio a Dios. SALMOS 103:19-21 “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos. Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad”. Estos poderosos seres creados por Dios le bendicen y adoran, cuánto más debemos nosotros bendecir, adorar, alabar y celebrar a nuestro Creador. Las palabras «ángel» y «ángeles» aparecen 73 veces en el libro de Apocalipsis. Este debe de ser una rica fuente de información para nosotros, ¿verdad? Exploremos un poco. Encontramos la descripción de una adoración celestial en el capítulo 5 de Apocalipsis: APOCALIPSIS 5:11-13;“Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” ¡Millones de millones de ángeles! ¿Cuántos millones de millones? No lo sabemos. No sabemos si fueron dos millones de millones, o diez millones de millones, ó 100 ó 500 ó 1000 millones de millones. ¿Cuántos ceros serían si son 500 millones de millones? ¡Serían 500,000,000,000,000 ángeles y todos ellos a gran voz adorando a Dios! ¡El cielo va a ser un lugar ruidoso! 500,000,000,000,000 ángeles adorando a Dios a “gran voz”. Añadimos a estos todos los humanos redimidos desde Adán hasta ahora. ¡Qué tremenda adoración, alabanza, celebración! ¡Todo esto acompañado con la música celestial! ¡El cielo va a ser un lugar ruidoso! ¡El cielo es un lugar lleno de ángeles! Hay más ángeles que personas redimidas por la sangre de Jesús. Yo vivo en una ciudad muy violenta, en un estado muy violento, en un país muy violento. ¡Necesitamos la protección de ángeles! Uno de los jóvenes de nuestro grupo juvenil de la iglesia estaba caminando en la banqueta de una calle, cuando un carro con varios jóvenes empezó a seguirlo lentamente. Estos delincuentes atacan a las personas que están solas, las golpean brutalmente y roban todo lo que tienen. El joven cristiano oraba a Dios pidiendo Su protección. Los delincuentes vieron a otro joven que iba caminando por la banqueta y salieron del vehículo y le dieron una golpiza y le robaron; luego volvieron a seguir al joven cristiano. Él, de repente volteó y fue hacia estos maleantes preguntando “¿por qué golpearon al otro muchacho y a mí no?” Replicaron “porque este que está contigo es muy, muy grande”. El joven andaba sin compañero humano. Es evidente que los delincuentes vieron un ángel y temieron. ¡Dios nos manda ángeles protectores! Leamos en SALMOS 35:1-10 la oración de David;“Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda. Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella. Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?”. Esta oración puede ser la nuestra también y Dios contestará, ¡Él lo hará! El ángel de Jehová los acosará, los amenazará, los acorralará, los perseguirá y los rastreará. Él tendrá venganza. La Biblia dice ROMANOS 12:19“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. ROMANOS 11:22“Mira, pues, la bondad y severidad de Dios.” Ángeles estarán involucrados en ambos (en la bondad y en la severidad) ellos sólo obedecen al Señor. También tenemos esta promesa de actividad angelical. SALMOS 34:6-8 dice; “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”. ¡Está prometido! “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” ¡Qué promesa! No es para todo el mundo, es para los que le temen; es decir, para los que le aman, le obedecen, le siguen. Es para los seguidores de Jesús. No es para los indiferentes que creen que son de Dios, porque asisten a la iglesia de vez en cuando. ¡Es para los enamorados de Jesús! En el libro de Daniel capítulo 3 encontramos una historia de protección angelical. ¡No es un cuento de hadas!¡Es un verdadero suceso!¡No es una historia sólo para niños! Es la historia de Dios enviando Su ángel para proteger a sus fieles seguidores. DANIEL 3:1-30;“El rey Nabucodonosor hizo una estatua (un ídolo) de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen todas las autoridades a la dedicación de la estatua. Fueron, pues, reunidos y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la orquesta, os postréis y adoréis el ídolo de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír la orquesta, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre se postre y adore la estatua de oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran al ídolo de oro que has levantado. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a ellos. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la imagen de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos a postrarse y adorar? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos? Ellos respondieron al rey diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del fuego; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la imagen que has levantado. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra ellos, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mandó que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que los habían alzado. Y estos tres varones, cayeron atados dentro del horno. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces ellos salieron de en medio del fuego. Y se juntaron las autoridades y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra su Dios, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia”. ¡Dios envió Su ángel! Dios envió Su ángel y salvó las vidas de esos hombres que no adorarían a dioses falsos. El poder y autoridad de este ángel es increíble. Su presencia anuló el poder destructivo del fuego, no únicamente en sí mismo, sino en otros tres hombres. Su ropa, sus cabellos, su carne, sus pulmones, no fueron afectados, pudieron respirar llamas sin efecto destructivo. Sus ojos no fueron destruidos. El ángel pudo producir un ambiente saludable alrededor de esos hombres mientras caminaban y hablaban con él. Esto debe darnos una idea del poder y autoridad de un ángel de Jehová. Recordemos la promesa el ángel del Señor acampa en nuestro alrededor y nos defiende. ¡Abracemos esta verdad! ¡Él nos protegerá a nosotros también si creemos en la manera que ellos creyeron! |
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Por: Hno. Victor Richards
ÃNGELES II |
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HOMBRES DE BLANCO
Hemos visto que los ángeles son seres celestiales superiores a los seres humanos, sin embargo ellos están al servicio de Dios a favor de Sus hijos, es decir, aquellos que han entregado sus vidas al Señor Jesucristo. También vimos que los ángeles tienen aspecto de temibles guerreros, nada que ver como los pintan en la actualidad. Ahora veamos el papel que estos seres espirituales juegan en el cielo, el lugar donde habitan Jehová, Jesús y el Espíritu Santo. Antes de la creación del hombre se desató en el cielo un gran acontecimiento, veamos lo que dice APOCALIPSIS 12:7-9: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. Recordemos que los ángeles de todos los diferentes rangos son una creación de Dios. Son espíritus que a veces se revelan en diferentes formas. La Biblia, habla tanto de ángeles, que no debemos ignorar su importancia, ni tener miedo de aprender de ellos. Pero tampoco debemos caer en el error de adorar a los ángeles ni de orar a ellos. El apóstol Juan escribe: APOCALIPSIS 22:8-9;“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Y luego vemos la actividad de ángeles en su servicio a Dios. SALMOS 103:19-21 “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos. Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad”. Estos poderosos seres creados por Dios le bendicen y adoran, cuánto más debemos nosotros bendecir, adorar, alabar y celebrar a nuestro Creador. Las palabras «ángel» y «ángeles» aparecen 73 veces en el libro de Apocalipsis. Este debe de ser una rica fuente de información para nosotros, ¿verdad? Exploremos un poco. Encontramos la descripción de una adoración celestial en el capítulo 5 de Apocalipsis: APOCALIPSIS 5:11-13;“Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” ¡Millones de millones de ángeles! ¿Cuántos millones de millones? No lo sabemos. No sabemos si fueron dos millones de millones, o diez millones de millones, ó 100 ó 500 ó 1000 millones de millones. ¿Cuántos ceros serían si son 500 millones de millones? ¡Serían 500,000,000,000,000 ángeles y todos ellos a gran voz adorando a Dios! ¡El cielo va a ser un lugar ruidoso! 500,000,000,000,000 ángeles adorando a Dios a “gran voz”. Añadimos a estos todos los humanos redimidos desde Adán hasta ahora. ¡Qué tremenda adoración, alabanza, celebración! ¡Todo esto acompañado con la música celestial! ¡El cielo va a ser un lugar ruidoso! ¡El cielo es un lugar lleno de ángeles! Hay más ángeles que personas redimidas por la sangre de Jesús. Yo vivo en una ciudad muy violenta, en un estado muy violento, en un país muy violento. ¡Necesitamos la protección de ángeles! Uno de los jóvenes de nuestro grupo juvenil de la iglesia estaba caminando en la banqueta de una calle, cuando un carro con varios jóvenes empezó a seguirlo lentamente. Estos delincuentes atacan a las personas que están solas, las golpean brutalmente y roban todo lo que tienen. El joven cristiano oraba a Dios pidiendo Su protección. Los delincuentes vieron a otro joven que iba caminando por la banqueta y salieron del vehículo y le dieron una golpiza y le robaron; luego volvieron a seguir al joven cristiano. Él, de repente volteó y fue hacia estos maleantes preguntando “¿por qué golpearon al otro muchacho y a mí no?” Replicaron “porque este que está contigo es muy, muy grande”. El joven andaba sin compañero humano. Es evidente que los delincuentes vieron un ángel y temieron. ¡Dios nos manda ángeles protectores! Leamos en SALMOS 35:1-10 la oración de David;“Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda. Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella. Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?”. Esta oración puede ser la nuestra también y Dios contestará, ¡Él lo hará! El ángel de Jehová los acosará, los amenazará, los acorralará, los perseguirá y los rastreará. Él tendrá venganza. La Biblia dice ROMANOS 12:19“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. ROMANOS 11:22“Mira, pues, la bondad y severidad de Dios.” Ángeles estarán involucrados en ambos (en la bondad y en la severidad) ellos sólo obedecen al Señor. También tenemos esta promesa de actividad angelical. SALMOS 34:6-8 dice; “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”. ¡Está prometido! “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” ¡Qué promesa! No es para todo el mundo, es para los que le temen; es decir, para los que le aman, le obedecen, le siguen. Es para los seguidores de Jesús. No es para los indiferentes que creen que son de Dios, porque asisten a la iglesia de vez en cuando. ¡Es para los enamorados de Jesús! En el libro de Daniel capítulo 3 encontramos una historia de protección angelical. ¡No es un cuento de hadas!¡Es un verdadero suceso!¡No es una historia sólo para niños! Es la historia de Dios enviando Su ángel para proteger a sus fieles seguidores. DANIEL 3:1-30;“El rey Nabucodonosor hizo una estatua (un ídolo) de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen todas las autoridades a la dedicación de la estatua. Fueron, pues, reunidos y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la orquesta, os postréis y adoréis el ídolo de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír la orquesta, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre se postre y adore la estatua de oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran al ídolo de oro que has levantado. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a ellos. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la imagen de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos a postrarse y adorar? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos? Ellos respondieron al rey diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del fuego; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la imagen que has levantado. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra ellos, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mandó que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que los habían alzado. Y estos tres varones, cayeron atados dentro del horno. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces ellos salieron de en medio del fuego. Y se juntaron las autoridades y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra su Dios, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia”. ¡Dios envió Su ángel! Dios envió Su ángel y salvó las vidas de esos hombres que no adorarían a dioses falsos. El poder y autoridad de este ángel es increíble. Su presencia anuló el poder destructivo del fuego, no únicamente en sí mismo, sino en otros tres hombres. Su ropa, sus cabellos, su carne, sus pulmones, no fueron afectados, pudieron respirar llamas sin efecto destructivo. Sus ojos no fueron destruidos. El ángel pudo producir un ambiente saludable alrededor de esos hombres mientras caminaban y hablaban con él. Esto debe darnos una idea del poder y autoridad de un ángel de Jehová. Recordemos la promesa el ángel del Señor acampa en nuestro alrededor y nos defiende. ¡Abracemos esta verdad! ¡Él nos protegerá a nosotros también si creemos en la manera que ellos creyeron! |
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Hemos visto que los ángeles son seres celestiales superiores a los seres humanos, sin embargo ellos están al servicio de Dios a favor de Sus hijos, es decir, aquellos que han entregado sus vidas al Señor Jesucristo. También vimos que los ángeles tienen aspecto de temibles guerreros, nada que ver como los pintan en la actualidad. Ahora veamos el papel que estos seres espirituales juegan en el cielo, el lugar donde habitan Jehová, Jesús y el Espíritu Santo. Antes de la creación del hombre se desató en el cielo un gran acontecimiento, veamos lo que dice APOCALIPSIS 12:7-9: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. Recordemos que los ángeles de todos los diferentes rangos son una creación de Dios. Son espíritus que a veces se revelan en diferentes formas. La Biblia, habla tanto de ángeles, que no debemos ignorar su importancia, ni tener miedo de aprender de ellos. Pero tampoco debemos caer en el error de adorar a los ángeles ni de orar a ellos. El apóstol Juan escribe: APOCALIPSIS 22:8-9;“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Y luego vemos la actividad de ángeles en su servicio a Dios. SALMOS 103:19-21 “Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos. Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad”. Estos poderosos seres creados por Dios le bendicen y adoran, cuánto más debemos nosotros bendecir, adorar, alabar y celebrar a nuestro Creador. Las palabras «ángel» y «ángeles» aparecen 73 veces en el libro de Apocalipsis. Este debe de ser una rica fuente de información para nosotros, ¿verdad? Exploremos un poco. Encontramos la descripción de una adoración celestial en el capítulo 5 de Apocalipsis: APOCALIPSIS 5:11-13;“Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” ¡Millones de millones de ángeles! ¿Cuántos millones de millones? No lo sabemos. No sabemos si fueron dos millones de millones, o diez millones de millones, ó 100 ó 500 ó 1000 millones de millones. ¿Cuántos ceros serían si son 500 millones de millones? ¡Serían 500,000,000,000,000 ángeles y todos ellos a gran voz adorando a Dios! ¡El cielo va a ser un lugar ruidoso! 500,000,000,000,000 ángeles adorando a Dios a “gran voz”. Añadimos a estos todos los humanos redimidos desde Adán hasta ahora. ¡Qué tremenda adoración, alabanza, celebración! ¡Todo esto acompañado con la música celestial! ¡El cielo va a ser un lugar ruidoso! ¡El cielo es un lugar lleno de ángeles! Hay más ángeles que personas redimidas por la sangre de Jesús. Yo vivo en una ciudad muy violenta, en un estado muy violento, en un país muy violento. ¡Necesitamos la protección de ángeles! Uno de los jóvenes de nuestro grupo juvenil de la iglesia estaba caminando en la banqueta de una calle, cuando un carro con varios jóvenes empezó a seguirlo lentamente. Estos delincuentes atacan a las personas que están solas, las golpean brutalmente y roban todo lo que tienen. El joven cristiano oraba a Dios pidiendo Su protección. Los delincuentes vieron a otro joven que iba caminando por la banqueta y salieron del vehículo y le dieron una golpiza y le robaron; luego volvieron a seguir al joven cristiano. Él, de repente volteó y fue hacia estos maleantes preguntando “¿por qué golpearon al otro muchacho y a mí no?” Replicaron “porque este que está contigo es muy, muy grande”. El joven andaba sin compañero humano. Es evidente que los delincuentes vieron un ángel y temieron. ¡Dios nos manda ángeles protectores! Leamos en SALMOS 35:1-10 la oración de David;“Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda. Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella. Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?”. Esta oración puede ser la nuestra también y Dios contestará, ¡Él lo hará! El ángel de Jehová los acosará, los amenazará, los acorralará, los perseguirá y los rastreará. Él tendrá venganza. La Biblia dice ROMANOS 12:19“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. ROMANOS 11:22“Mira, pues, la bondad y severidad de Dios.” Ángeles estarán involucrados en ambos (en la bondad y en la severidad) ellos sólo obedecen al Señor. También tenemos esta promesa de actividad angelical. SALMOS 34:6-8 dice; “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”. ¡Está prometido! “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” ¡Qué promesa! No es para todo el mundo, es para los que le temen; es decir, para los que le aman, le obedecen, le siguen. Es para los seguidores de Jesús. No es para los indiferentes que creen que son de Dios, porque asisten a la iglesia de vez en cuando. ¡Es para los enamorados de Jesús! En el libro de Daniel capítulo 3 encontramos una historia de protección angelical. ¡No es un cuento de hadas!¡Es un verdadero suceso!¡No es una historia sólo para niños! Es la historia de Dios enviando Su ángel para proteger a sus fieles seguidores. DANIEL 3:1-30;“El rey Nabucodonosor hizo una estatua (un ídolo) de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen todas las autoridades a la dedicación de la estatua. Fueron, pues, reunidos y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la orquesta, os postréis y adoréis el ídolo de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír la orquesta, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre se postre y adore la estatua de oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran al ídolo de oro que has levantado. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a ellos. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la imagen de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos a postrarse y adorar? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos? Ellos respondieron al rey diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del fuego; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la imagen que has levantado. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra ellos, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mandó que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que los habían alzado. Y estos tres varones, cayeron atados dentro del horno. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces ellos salieron de en medio del fuego. Y se juntaron las autoridades y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra su Dios, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia”. ¡Dios envió Su ángel! Dios envió Su ángel y salvó las vidas de esos hombres que no adorarían a dioses falsos. El poder y autoridad de este ángel es increíble. Su presencia anuló el poder destructivo del fuego, no únicamente en sí mismo, sino en otros tres hombres. Su ropa, sus cabellos, su carne, sus pulmones, no fueron afectados, pudieron respirar llamas sin efecto destructivo. Sus ojos no fueron destruidos. El ángel pudo producir un ambiente saludable alrededor de esos hombres mientras caminaban y hablaban con él. Esto debe darnos una idea del poder y autoridad de un ángel de Jehová. Recordemos la promesa el ángel del Señor acampa en nuestro alrededor y nos defiende. ¡Abracemos esta verdad! ¡Él nos protegerá a nosotros también si creemos en la manera que ellos creyeron! |
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