TESTIMONIO DE FINANZAS | |||||||
Querido Hermano Víctor:
Muchas gracias por haberme prestado el hermoso libro “Viviendo más Allá de lo Posible” (escrito por Wayne Myers), es realmente maravilloso; sin duda es un libro para tenerlo, así que voy a comprarlo y compartirlo con otros de la misma manera que usted lo ha hecho con nosotros en la congregación. Una de las cosas más difíciles de hacer como cristiano y como ser humano, es desprendernos de nuestro dinero. cuando aprendemos a dar, entonces hemos madurado como cristianos; no se puede dar si no está el Espíritu Santo en nuestro corazón. Yo he aprendido a dar gracias, a Dios primeramente, gracias al hermano Wayne Myers y gracias a usted, Hermano Víctor Richards; porque fueron ustedes quienes me enseñaron este hermoso camino del dar. En la página 116 del libro, se habla de Vino Nuevo y también se habla de mí. Nunca olvidaré aquella Hermosa noche de viernes en la Biblioteca Municipal, en el Parque Borunda; si mal no recuerdo fue en el año 1978, y el hermano Wayne Myers nos retó a dar para la construcción del primer edificio de Vino Nuevo. Yo era tan sólo un niño de secundaria e inspirado por el Espíritu Santo, hice mi primer promesa de fé. Pero, ¿cómo poder pagar una promesa de fé siendo apenas un pequeño adolescente?“¡En qué lío me había metido!”, me dije a mí mismo. No tenía la más minima idea de cómo iba a pagar semejante cantidad de dinero, pues, si se lo pedía a mi mamá o a mí papá, ellos simplemente dirían: “que yo estaba loco”. Entonces hice lo que nunca imagine poder hacer; ¡salí a buscar trabajo en mis vacaciones!, pero lo hice a escondidas de mis padres. ellos nunca se enteraron de que su ‘pequeño’ hijo, se la pasó trabajando todo el verano como ‘office boy’ (mensajero en español), en mi bicicleta. Sorprendentemente, me pagaron muy bien por mi trabajo y así pude pagar mi promesa que le hice al Señor. Actualmente tengo 53 años, siempre he sido un vendedor exitoso. Pero creo que usted sabe, que si un vendedor no vende, entonces no come; pero fiel ha sido mi Dios y nunca me ha dejado un solo día de mi vida sin una venta, ¡bendito sea el Señor! He aprendido a ser generoso con mis bienes, siempre he diezmado y ofrendado en obediencia y Dios me ha bendecido grandemente. Durante mis años como vendedor me han regalado y/o me he Ganado cuatro automóviles nuevos, nunca he pedido prestado un solo centavo; lo único que he pedido es el crédito para la compra de mi casa. Este libro me hizo recordar aquella Hermosa noche de viernes del año 1978. Aquella noche cambió mi vida para siempre. Muchas gracias por animarnos a leer este libro y sobre todo muchas gracias por enseñarnos a dar, porque el dador es el primero en ser bendecido. Una vez más, gracias, amado Hermano Víctor Richards, bendiciones para siempre.
Sinceramente, su hermano en Cristo Pepe Quevedo. |
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Querido Hermano Víctor:
Muchas gracias por haberme prestado el hermoso libro “Viviendo más Allá de lo Posible” (escrito por Wayne Myers), es realmente maravilloso; sin duda es un libro para tenerlo, así que voy a comprarlo y compartirlo con otros de la misma manera que usted lo ha hecho con nosotros en la congregación. Una de las cosas más difíciles de hacer como cristiano y como ser humano, es desprendernos de nuestro dinero. cuando aprendemos a dar, entonces hemos madurado como cristianos; no se puede dar si no está el Espíritu Santo en nuestro corazón. Yo he aprendido a dar gracias, a Dios primeramente, gracias al hermano Wayne Myers y gracias a usted, Hermano Víctor Richards; porque fueron ustedes quienes me enseñaron este hermoso camino del dar. En la página 116 del libro, se habla de Vino Nuevo y también se habla de mí. Nunca olvidaré aquella Hermosa noche de viernes en la Biblioteca Municipal, en el Parque Borunda; si mal no recuerdo fue en el año 1978, y el hermano Wayne Myers nos retó a dar para la construcción del primer edificio de Vino Nuevo. Yo era tan sólo un niño de secundaria e inspirado por el Espíritu Santo, hice mi primer promesa de fé. Pero, ¿cómo poder pagar una promesa de fé siendo apenas un pequeño adolescente?“¡En qué lío me había metido!”, me dije a mí mismo. No tenía la más minima idea de cómo iba a pagar semejante cantidad de dinero, pues, si se lo pedía a mi mamá o a mí papá, ellos simplemente dirían: “que yo estaba loco”. Entonces hice lo que nunca imagine poder hacer; ¡salí a buscar trabajo en mis vacaciones!, pero lo hice a escondidas de mis padres. ellos nunca se enteraron de que su ‘pequeño’ hijo, se la pasó trabajando todo el verano como ‘office boy’ (mensajero en español), en mi bicicleta. Sorprendentemente, me pagaron muy bien por mi trabajo y así pude pagar mi promesa que le hice al Señor. Actualmente tengo 53 años, siempre he sido un vendedor exitoso. Pero creo que usted sabe, que si un vendedor no vende, entonces no come; pero fiel ha sido mi Dios y nunca me ha dejado un solo día de mi vida sin una venta, ¡bendito sea el Señor! He aprendido a ser generoso con mis bienes, siempre he diezmado y ofrendado en obediencia y Dios me ha bendecido grandemente. Durante mis años como vendedor me han regalado y/o me he Ganado cuatro automóviles nuevos, nunca he pedido prestado un solo centavo; lo único que he pedido es el crédito para la compra de mi casa. Este libro me hizo recordar aquella Hermosa noche de viernes del año 1978. Aquella noche cambió mi vida para siempre. Muchas gracias por animarnos a leer este libro y sobre todo muchas gracias por enseñarnos a dar, porque el dador es el primero en ser bendecido. Una vez más, gracias, amado Hermano Víctor Richards, bendiciones para siempre.
Sinceramente, su hermano en Cristo Pepe Quevedo. |
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Querido Hermano Víctor:
Muchas gracias por haberme prestado el hermoso libro “Viviendo más Allá de lo Posible” (escrito por Wayne Myers), es realmente maravilloso; sin duda es un libro para tenerlo, así que voy a comprarlo y compartirlo con otros de la misma manera que usted lo ha hecho con nosotros en la congregación. Una de las cosas más difíciles de hacer como cristiano y como ser humano, es desprendernos de nuestro dinero. cuando aprendemos a dar, entonces hemos madurado como cristianos; no se puede dar si no está el Espíritu Santo en nuestro corazón. Yo he aprendido a dar gracias, a Dios primeramente, gracias al hermano Wayne Myers y gracias a usted, Hermano Víctor Richards; porque fueron ustedes quienes me enseñaron este hermoso camino del dar. En la página 116 del libro, se habla de Vino Nuevo y también se habla de mí. Nunca olvidaré aquella Hermosa noche de viernes en la Biblioteca Municipal, en el Parque Borunda; si mal no recuerdo fue en el año 1978, y el hermano Wayne Myers nos retó a dar para la construcción del primer edificio de Vino Nuevo. Yo era tan sólo un niño de secundaria e inspirado por el Espíritu Santo, hice mi primer promesa de fé. Pero, ¿cómo poder pagar una promesa de fé siendo apenas un pequeño adolescente?“¡En qué lío me había metido!”, me dije a mí mismo. No tenía la más minima idea de cómo iba a pagar semejante cantidad de dinero, pues, si se lo pedía a mi mamá o a mí papá, ellos simplemente dirían: “que yo estaba loco”. Entonces hice lo que nunca imagine poder hacer; ¡salí a buscar trabajo en mis vacaciones!, pero lo hice a escondidas de mis padres. ellos nunca se enteraron de que su ‘pequeño’ hijo, se la pasó trabajando todo el verano como ‘office boy’ (mensajero en español), en mi bicicleta. Sorprendentemente, me pagaron muy bien por mi trabajo y así pude pagar mi promesa que le hice al Señor. Actualmente tengo 53 años, siempre he sido un vendedor exitoso. Pero creo que usted sabe, que si un vendedor no vende, entonces no come; pero fiel ha sido mi Dios y nunca me ha dejado un solo día de mi vida sin una venta, ¡bendito sea el Señor! He aprendido a ser generoso con mis bienes, siempre he diezmado y ofrendado en obediencia y Dios me ha bendecido grandemente. Durante mis años como vendedor me han regalado y/o me he Ganado cuatro automóviles nuevos, nunca he pedido prestado un solo centavo; lo único que he pedido es el crédito para la compra de mi casa. Este libro me hizo recordar aquella Hermosa noche de viernes del año 1978. Aquella noche cambió mi vida para siempre. Muchas gracias por animarnos a leer este libro y sobre todo muchas gracias por enseñarnos a dar, porque el dador es el primero en ser bendecido. Una vez más, gracias, amado Hermano Víctor Richards, bendiciones para siempre.
Sinceramente, su hermano en Cristo Pepe Quevedo. |
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