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El verdadero varón... | |||||||
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ni macho, ni ratón
Bendiciones compañero, en la tarea de ser un hombre. Dios tomó un puño de tierra e hizo el primer humano; un hombre a su imagen y semejanza ¡Qué bendición!, y su destino para nosotros es la eternidad en su divina presencia. Repito, bendiciones hombre de Jehová, Jesús y del Espíritu Santo. Antes de continuar, quisiera compartirte mi perspectiva o punto de vista cultural. Yo me considero mexicano por dentro, aunque hay tres cosas que me dicen que no lo soy: ¡Mi acento, lo que veo en el espejo y mi acta de nacimiento! Sin embargo, mi corazón siente ser mexicano. Por lo tanto, amo la cultura mexicana. Pero, como todas las culturas, la cultura hispana tiene sus puntos fuertes y a la vez tiene sus deficiencias. Lo mismo se puede decir de la cultura americana, inglesa, japonesa, etc. Así que yo no critico a ninguna. Me parece sumamente interesante leer sobre la historia y conquista de nuestro continente porque nos ayuda a comprender mejor nuestra situación actual. Como probablemente estás enterado, la mayoría de los españoles abusaron descaradamente de la mujer indígena y así comenzó el mestizaje. Muchos sociólogos afirman que la unión desigual del conquistador (los españoles) y la conquistada (las indígenas) produjo hijos considerados socialmente inferiores a sus padres y superiores a sus madres, estableciendo un patrón de complejos psicológicos que se refleja en el “machismo” que hasta el día de hoy nos perjudica tanto. Alberto Mottesi, en su libro “América, 500 años después” dice: “De nuestras madres aprendimos a temer y a resentir a nuestros padres y de nuestros padres aprendimos a explotar y despreciar a nuestras mujeres y a imitar las ‘conquistas’ de nuestros padres”. ¿Y qué tiene que ver todo esto con nosotros hoy en día? ¡Mucho! Porque desgraciadamente, el machismo sigue siendo el patrón típico en la mayoría de nuestras familias. Sorprendentemente, el otro lado de la moneda, que es el matriarcado, es consecuencia de y a la vez contribuye al machismo. La mujer, frustrada y aun amargada por su propia relación con el esposo “macho” y sintiendo la necesidad de cubrir sus deficiencias, se convierte en la madre que gobierna y que es el eje familiar. En vez de esperar el amor y la honra de su esposo, esa madre tiene que recibir su afirmación y afecto de sus hijos varones, a quienes a su vez, ella les cría como a seres superiores, destinados a enseñorearse de toda mujer. Y así continúa el malsano patrón del machismo. Sin embargo, en la actualidad Dios está levantando otra clase de familia porque está levantando otra clase de hombres. De esto quiero hablar en el siguiente blog, es decir, quiero desafiar a los varones a que no sean ni machos, ni ratones, sino verdaderos varones de Dios. Yo digo, ¡gracias a Dios que soy hombre! Espero que cada hombre que está leyendo esto, pueda decir lo mismo: ¡Gracias a Dios que soy hombre! Soy feliz por haber nacido varón y no lo digo a manera de compararme con una mujer. Espero que cada una de ellas también pueda decir, “¡Gracias a Dios que soy mujer!”, pero yo jamás desearía cambiar mi papel por otro. ¡Hay gozo, contentamiento y realización en ser un hombre! Un verdadero varón: No nace... se hace.
¿Has escuchado las 7 etapas de un hombre? ETAPA 1 A los 20 años: Él quiere despertarse enamorado.
ETAPA 2 A los 30 años: Él quiere despertarse casado. ETAPA 3 A los 40 años: Él quiere despertarse exitoso. ETAPA 4 A los 50 años: Él quiere despertarse rico. ETAPA 5 A los 60 años: Él quiere despertarse realizado. ETAPA 6 A los 70 años: Él quiere despertarse sano. ETAPA 7 A los 80 años: Simplemente, ¡él quiere despertarse!
En el momento que nace un bebé, se reconoce si ha nacido varón o no. Pero al llegar a ser adulto, ¡hay una gran diferencia entre poseer las características físicas masculinas y el ser un verdadero hombre! El ser del sexo masculino es asunto de nacimiento, el ser hombre ¡es asunto de elección! Existe mucha confusión en cuanto a lo que es un verdadero hombre, lo que es la hombría y lo que es masculinidad. ¡El mundo secular no tiene ni siquiera una idea de lo que es! Nuestra tradición hispana muestra al verdadero hombre como aquel que tiene varias mujeres, todas totalmente sometidas a sus caprichos, (“¡Nomás mis chicharrones truenan!”), y que tiene capacidad de no sólo echarse varios litros de cerveza sino que tiene para compartir con todos sus compañeros. Él grita fuerte, cuenta chistes colorados y no da cuentas a nadie. En años recientes salió un libro secular titulado, “Iron John” (Juan de Hierro) que estuvo en la lista de libros de mejor venta en los Estados Unidos por más de 30 semanas. Fue un libro en el cual el autor pretendía inspirar a los varones a recapturar su masculinidad. ¿Cómo? Aconsejándoles a salir al bosque los fines de semana y en derredor de una fogata golpear su pecho como un gorila, mientras gritaban sonidos salvajes. ¡Absurdo! ¡Sólo fomenta el problema de la crisis de hombría! Mientras la mujer está creciendo en su sentido de identidad y autoconfianza, entre muchos hombres, existe la falta de una imagen clara del papel de un verdadero hombre y el gozo de ser ese hombre. Tiempo atrás si una persona tenía cabello largo, llevaba aretes y cargaba una bolsa, era mujer. Pero no es necesariamente es así hoy en día. Sin embargo, estos cambios exteriores no son el mayor problema. La falta de una clara comprensión de nuestro papel en la vida es nuestro mayor problema, y éste a su vez ha traído temor, inseguridad, falta de visión, apatía e indiferencia... entre otras cosas. ¡Nos urge enfrentarla! Considero que, el “movimiento feminista” es en parte una reacción de las muchas mujeres frustradas por la falta de verdadera hombría en tantos varones. Es una reacción al machismo, a los hombres que abusan y a los que no asumen sus responsabilidades. Entonces... ¿En qué consiste la verdadera hombría? Si un varón ha de alcanzar su máximo potencial, tendrá que entender su destino, su llamado y su propósito en la vida, lo cual debe traerle realización y gozo de ser un hombre. Para comprender todo esto, sólo hay una manera: volver a Dios nuestro creador. El inventor de un producto u objeto conoce su propósito y sus habilidades mejor que cualquier otra persona. Si el producto necesita una reparación, lo más sabio es volver con el inventor o fabricante porque no hay nadie que lo conozca mejor que él. Algunos han llamado a la Biblia “El manual del fabricante”, porque en ella encontramos todo lo que necesitamos para entender nuestro propósito y destino. Usaremos la Biblia como la base de todo conocimiento y sabiduría. A la vez, veremos a Jesús, el Hijo de Dios, como ejemplo perfecto de la hombría al máximo. Acompañame en este sencillo, pero a la vez, profundo estudio del Verdadero Varón. |
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Por: Hno. Victor Richards
El verdadero varón... |
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ni macho, ni ratón
Bendiciones compañero, en la tarea de ser un hombre. Dios tomó un puño de tierra e hizo el primer humano; un hombre a su imagen y semejanza ¡Qué bendición!, y su destino para nosotros es la eternidad en su divina presencia. Repito, bendiciones hombre de Jehová, Jesús y del Espíritu Santo. Antes de continuar, quisiera compartirte mi perspectiva o punto de vista cultural. Yo me considero mexicano por dentro, aunque hay tres cosas que me dicen que no lo soy: ¡Mi acento, lo que veo en el espejo y mi acta de nacimiento! Sin embargo, mi corazón siente ser mexicano. Por lo tanto, amo la cultura mexicana. Pero, como todas las culturas, la cultura hispana tiene sus puntos fuertes y a la vez tiene sus deficiencias. Lo mismo se puede decir de la cultura americana, inglesa, japonesa, etc. Así que yo no critico a ninguna. Me parece sumamente interesante leer sobre la historia y conquista de nuestro continente porque nos ayuda a comprender mejor nuestra situación actual. Como probablemente estás enterado, la mayoría de los españoles abusaron descaradamente de la mujer indígena y así comenzó el mestizaje. Muchos sociólogos afirman que la unión desigual del conquistador (los españoles) y la conquistada (las indígenas) produjo hijos considerados socialmente inferiores a sus padres y superiores a sus madres, estableciendo un patrón de complejos psicológicos que se refleja en el “machismo” que hasta el día de hoy nos perjudica tanto. Alberto Mottesi, en su libro “América, 500 años después” dice: “De nuestras madres aprendimos a temer y a resentir a nuestros padres y de nuestros padres aprendimos a explotar y despreciar a nuestras mujeres y a imitar las ‘conquistas’ de nuestros padres”. ¿Y qué tiene que ver todo esto con nosotros hoy en día? ¡Mucho! Porque desgraciadamente, el machismo sigue siendo el patrón típico en la mayoría de nuestras familias. Sorprendentemente, el otro lado de la moneda, que es el matriarcado, es consecuencia de y a la vez contribuye al machismo. La mujer, frustrada y aun amargada por su propia relación con el esposo “macho” y sintiendo la necesidad de cubrir sus deficiencias, se convierte en la madre que gobierna y que es el eje familiar. En vez de esperar el amor y la honra de su esposo, esa madre tiene que recibir su afirmación y afecto de sus hijos varones, a quienes a su vez, ella les cría como a seres superiores, destinados a enseñorearse de toda mujer. Y así continúa el malsano patrón del machismo. Sin embargo, en la actualidad Dios está levantando otra clase de familia porque está levantando otra clase de hombres. De esto quiero hablar en el siguiente blog, es decir, quiero desafiar a los varones a que no sean ni machos, ni ratones, sino verdaderos varones de Dios. Yo digo, ¡gracias a Dios que soy hombre! Espero que cada hombre que está leyendo esto, pueda decir lo mismo: ¡Gracias a Dios que soy hombre! Soy feliz por haber nacido varón y no lo digo a manera de compararme con una mujer. Espero que cada una de ellas también pueda decir, “¡Gracias a Dios que soy mujer!”, pero yo jamás desearía cambiar mi papel por otro. ¡Hay gozo, contentamiento y realización en ser un hombre! Un verdadero varón: No nace... se hace.
¿Has escuchado las 7 etapas de un hombre? ETAPA 1 A los 20 años: Él quiere despertarse enamorado.
ETAPA 2 A los 30 años: Él quiere despertarse casado. ETAPA 3 A los 40 años: Él quiere despertarse exitoso. ETAPA 4 A los 50 años: Él quiere despertarse rico. ETAPA 5 A los 60 años: Él quiere despertarse realizado. ETAPA 6 A los 70 años: Él quiere despertarse sano. ETAPA 7 A los 80 años: Simplemente, ¡él quiere despertarse!
En el momento que nace un bebé, se reconoce si ha nacido varón o no. Pero al llegar a ser adulto, ¡hay una gran diferencia entre poseer las características físicas masculinas y el ser un verdadero hombre! El ser del sexo masculino es asunto de nacimiento, el ser hombre ¡es asunto de elección! Existe mucha confusión en cuanto a lo que es un verdadero hombre, lo que es la hombría y lo que es masculinidad. ¡El mundo secular no tiene ni siquiera una idea de lo que es! Nuestra tradición hispana muestra al verdadero hombre como aquel que tiene varias mujeres, todas totalmente sometidas a sus caprichos, (“¡Nomás mis chicharrones truenan!”), y que tiene capacidad de no sólo echarse varios litros de cerveza sino que tiene para compartir con todos sus compañeros. Él grita fuerte, cuenta chistes colorados y no da cuentas a nadie. En años recientes salió un libro secular titulado, “Iron John” (Juan de Hierro) que estuvo en la lista de libros de mejor venta en los Estados Unidos por más de 30 semanas. Fue un libro en el cual el autor pretendía inspirar a los varones a recapturar su masculinidad. ¿Cómo? Aconsejándoles a salir al bosque los fines de semana y en derredor de una fogata golpear su pecho como un gorila, mientras gritaban sonidos salvajes. ¡Absurdo! ¡Sólo fomenta el problema de la crisis de hombría! Mientras la mujer está creciendo en su sentido de identidad y autoconfianza, entre muchos hombres, existe la falta de una imagen clara del papel de un verdadero hombre y el gozo de ser ese hombre. Tiempo atrás si una persona tenía cabello largo, llevaba aretes y cargaba una bolsa, era mujer. Pero no es necesariamente es así hoy en día. Sin embargo, estos cambios exteriores no son el mayor problema. La falta de una clara comprensión de nuestro papel en la vida es nuestro mayor problema, y éste a su vez ha traído temor, inseguridad, falta de visión, apatía e indiferencia... entre otras cosas. ¡Nos urge enfrentarla! Considero que, el “movimiento feminista” es en parte una reacción de las muchas mujeres frustradas por la falta de verdadera hombría en tantos varones. Es una reacción al machismo, a los hombres que abusan y a los que no asumen sus responsabilidades. Entonces... ¿En qué consiste la verdadera hombría? Si un varón ha de alcanzar su máximo potencial, tendrá que entender su destino, su llamado y su propósito en la vida, lo cual debe traerle realización y gozo de ser un hombre. Para comprender todo esto, sólo hay una manera: volver a Dios nuestro creador. El inventor de un producto u objeto conoce su propósito y sus habilidades mejor que cualquier otra persona. Si el producto necesita una reparación, lo más sabio es volver con el inventor o fabricante porque no hay nadie que lo conozca mejor que él. Algunos han llamado a la Biblia “El manual del fabricante”, porque en ella encontramos todo lo que necesitamos para entender nuestro propósito y destino. Usaremos la Biblia como la base de todo conocimiento y sabiduría. A la vez, veremos a Jesús, el Hijo de Dios, como ejemplo perfecto de la hombría al máximo. Acompañame en este sencillo, pero a la vez, profundo estudio del Verdadero Varón. |
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Bendiciones compañero, en la tarea de ser un hombre. Dios tomó un puño de tierra e hizo el primer humano; un hombre a su imagen y semejanza ¡Qué bendición!, y su destino para nosotros es la eternidad en su divina presencia. Repito, bendiciones hombre de Jehová, Jesús y del Espíritu Santo. Antes de continuar, quisiera compartirte mi perspectiva o punto de vista cultural. Yo me considero mexicano por dentro, aunque hay tres cosas que me dicen que no lo soy: ¡Mi acento, lo que veo en el espejo y mi acta de nacimiento! Sin embargo, mi corazón siente ser mexicano. Por lo tanto, amo la cultura mexicana. Pero, como todas las culturas, la cultura hispana tiene sus puntos fuertes y a la vez tiene sus deficiencias. Lo mismo se puede decir de la cultura americana, inglesa, japonesa, etc. Así que yo no critico a ninguna. Me parece sumamente interesante leer sobre la historia y conquista de nuestro continente porque nos ayuda a comprender mejor nuestra situación actual. Como probablemente estás enterado, la mayoría de los españoles abusaron descaradamente de la mujer indígena y así comenzó el mestizaje. Muchos sociólogos afirman que la unión desigual del conquistador (los españoles) y la conquistada (las indígenas) produjo hijos considerados socialmente inferiores a sus padres y superiores a sus madres, estableciendo un patrón de complejos psicológicos que se refleja en el “machismo” que hasta el día de hoy nos perjudica tanto. Alberto Mottesi, en su libro “América, 500 años después” dice: “De nuestras madres aprendimos a temer y a resentir a nuestros padres y de nuestros padres aprendimos a explotar y despreciar a nuestras mujeres y a imitar las ‘conquistas’ de nuestros padres”. ¿Y qué tiene que ver todo esto con nosotros hoy en día? ¡Mucho! Porque desgraciadamente, el machismo sigue siendo el patrón típico en la mayoría de nuestras familias. Sorprendentemente, el otro lado de la moneda, que es el matriarcado, es consecuencia de y a la vez contribuye al machismo. La mujer, frustrada y aun amargada por su propia relación con el esposo “macho” y sintiendo la necesidad de cubrir sus deficiencias, se convierte en la madre que gobierna y que es el eje familiar. En vez de esperar el amor y la honra de su esposo, esa madre tiene que recibir su afirmación y afecto de sus hijos varones, a quienes a su vez, ella les cría como a seres superiores, destinados a enseñorearse de toda mujer. Y así continúa el malsano patrón del machismo. Sin embargo, en la actualidad Dios está levantando otra clase de familia porque está levantando otra clase de hombres. De esto quiero hablar en el siguiente blog, es decir, quiero desafiar a los varones a que no sean ni machos, ni ratones, sino verdaderos varones de Dios. Yo digo, ¡gracias a Dios que soy hombre! Espero que cada hombre que está leyendo esto, pueda decir lo mismo: ¡Gracias a Dios que soy hombre! Soy feliz por haber nacido varón y no lo digo a manera de compararme con una mujer. Espero que cada una de ellas también pueda decir, “¡Gracias a Dios que soy mujer!”, pero yo jamás desearía cambiar mi papel por otro. ¡Hay gozo, contentamiento y realización en ser un hombre! Un verdadero varón: No nace... se hace.
¿Has escuchado las 7 etapas de un hombre? ETAPA 1 A los 20 años: Él quiere despertarse enamorado.
ETAPA 2 A los 30 años: Él quiere despertarse casado. ETAPA 3 A los 40 años: Él quiere despertarse exitoso. ETAPA 4 A los 50 años: Él quiere despertarse rico. ETAPA 5 A los 60 años: Él quiere despertarse realizado. ETAPA 6 A los 70 años: Él quiere despertarse sano. ETAPA 7 A los 80 años: Simplemente, ¡él quiere despertarse!
En el momento que nace un bebé, se reconoce si ha nacido varón o no. Pero al llegar a ser adulto, ¡hay una gran diferencia entre poseer las características físicas masculinas y el ser un verdadero hombre! El ser del sexo masculino es asunto de nacimiento, el ser hombre ¡es asunto de elección! Existe mucha confusión en cuanto a lo que es un verdadero hombre, lo que es la hombría y lo que es masculinidad. ¡El mundo secular no tiene ni siquiera una idea de lo que es! Nuestra tradición hispana muestra al verdadero hombre como aquel que tiene varias mujeres, todas totalmente sometidas a sus caprichos, (“¡Nomás mis chicharrones truenan!”), y que tiene capacidad de no sólo echarse varios litros de cerveza sino que tiene para compartir con todos sus compañeros. Él grita fuerte, cuenta chistes colorados y no da cuentas a nadie. En años recientes salió un libro secular titulado, “Iron John” (Juan de Hierro) que estuvo en la lista de libros de mejor venta en los Estados Unidos por más de 30 semanas. Fue un libro en el cual el autor pretendía inspirar a los varones a recapturar su masculinidad. ¿Cómo? Aconsejándoles a salir al bosque los fines de semana y en derredor de una fogata golpear su pecho como un gorila, mientras gritaban sonidos salvajes. ¡Absurdo! ¡Sólo fomenta el problema de la crisis de hombría! Mientras la mujer está creciendo en su sentido de identidad y autoconfianza, entre muchos hombres, existe la falta de una imagen clara del papel de un verdadero hombre y el gozo de ser ese hombre. Tiempo atrás si una persona tenía cabello largo, llevaba aretes y cargaba una bolsa, era mujer. Pero no es necesariamente es así hoy en día. Sin embargo, estos cambios exteriores no son el mayor problema. La falta de una clara comprensión de nuestro papel en la vida es nuestro mayor problema, y éste a su vez ha traído temor, inseguridad, falta de visión, apatía e indiferencia... entre otras cosas. ¡Nos urge enfrentarla! Considero que, el “movimiento feminista” es en parte una reacción de las muchas mujeres frustradas por la falta de verdadera hombría en tantos varones. Es una reacción al machismo, a los hombres que abusan y a los que no asumen sus responsabilidades. Entonces... ¿En qué consiste la verdadera hombría? Si un varón ha de alcanzar su máximo potencial, tendrá que entender su destino, su llamado y su propósito en la vida, lo cual debe traerle realización y gozo de ser un hombre. Para comprender todo esto, sólo hay una manera: volver a Dios nuestro creador. El inventor de un producto u objeto conoce su propósito y sus habilidades mejor que cualquier otra persona. Si el producto necesita una reparación, lo más sabio es volver con el inventor o fabricante porque no hay nadie que lo conozca mejor que él. Algunos han llamado a la Biblia “El manual del fabricante”, porque en ella encontramos todo lo que necesitamos para entender nuestro propósito y destino. Usaremos la Biblia como la base de todo conocimiento y sabiduría. A la vez, veremos a Jesús, el Hijo de Dios, como ejemplo perfecto de la hombría al máximo. Acompañame en este sencillo, pero a la vez, profundo estudio del Verdadero Varón. |
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