El verdadero varón III | |||||||
El Verdadero Varón: Cabeza de su hogar Hace muy pocos años yo leí en el periódico: “Suiza cambia sus leyes matrimoniales, decidiendo terminar con el patrón que el hombre sea la cabeza indiscutible del hogar”. Después de milenios de tradición, los suizos han decidido que hay “una manera mejor”. Y la realidad es que ellos no son los únicos. En congresos a nivel mundial, en libros, en escuelas, etc., se ha estado comunicando que la sumisión de las esposas a sus maridos es un concepto anticuado y ¡aun anárquico! Al grado que grupos radicales feministas insisten que el liderazgo del hombre en el hogar es “la raíz de todos los males de la sociedad”. Pero, ni el hecho de que existen innumerables hombres que hacen mal uso de su papel de “cabeza”, ni una nueva legislación gubernamental, podrá cambiar el plan perfecto de Dios, ni las consecuencias de no seguirlo. Pero, ¿cuál es ese plan perfecto de Dios? Veamos lo que nos dice Efesios 5:23: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia...”. Y en 1ª Corintios 11:3 también dice: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. Aunque para algunas personas en la actualidad, la enseñanza de estas Escrituras se considera “anticuada”, el liderazgo varonil es parte del plan original de Dios. No es el resultado de la caída, ni del pecado, ni de la cultura. ¡Es el diseño original del Creador! El liderazgo del hombre: No por superioridad, sino por elección ¡Imagina qué confusión ocurriría en un equipo de futbol si nadie supiera cuál es su responsabilidad! ¿Quién sería el portero? ¿O habría tres o cuatro porteros? Esta misma confusión y frustración existe en muchos hogares porque no conocen o no aceptan ese bien definido papel del hombre y de la mujer. En cualquier equipo tiene que haber un jefe o un capitán para que haya orden. ¡Un cuerpo con dos cabezas es un monstruo! Y en un hogar donde hay “una lucha de voluntades” para ver quién manda, habrá contenciones, pleitos y desintegración. Todos sufrirán. La autoridad ha sido delegada al hombre, no porque él es superior, sino simplemente porque Dios así lo quiso. Y cuando tú y yo, como hombres, no asumimos el liderazgo que Dios nos ha delegado, estamos fallando... a nuestro creador, a nuestras familias y a nosotros mismos. ¡Y esta falla ha traído caos a nuestro mundo! Habrá resistencia, sin duda, a lo que Dios ha establecido. Es más, ¿sabías que existen estudiantes del hebreo que creen que Génesis 3:16, donde Dios dice a la mujer, “y tu deseo será para tu marido...” debe ser traducido, “Y tu deseo será dominar a tu marido”? Cuando una mujer domina en el hogar produce maridos irresponsables, esposas frustradas, hijos anormales. ¿Cómo podemos confrontar tal situación? En la mayoría de los casos, si el hombre tomara amorosamente su papel de liderazgo en el hogar, el problema podría resolverse. Pero requiere tiempo y paciencia. No sucederá de la noche a la mañana. Tengo que aclarar que ser cabeza de ninguna manera significa que el hombre domina a la mujer. El libro de Génesis dice que ella fue creada para ser “ayuda idónea”. Lo triste es que muchos hombres tienen miedo por su propia inseguridad de permitir a sus esposas ser esa ayuda idónea. En realidad es una tontería no permitirte ser ayudado por los talentos y habilidades de tu esposa. Tengo un amigo llamado Juan con un gran ministerio que impacta a multitudes y él dice que su secreto fue casarse con una mujer inteligente y luego permitir a ella ayudarle. Elizabeth, la esposa de Juan, sí es inteligente y, ¡definitivamente es su ayuda idónea! Ser cabeza no implica ser dictador. No implica que él haga todas las decisiones sin considerar a su esposa y aun a sus hijos. Muchos hombres quieren ser el rey del hogar, ¡sin hacer de su esposa la reina! Se les olvida que son la reina y sus hijos quienes en verdad le harán a él, el rey. Hombres débiles Algunas personas nacieron para gobernar y para dirigir, es decir, tienen habilidad nata y no les cuesta trabajo. Para otras personas, les es difícil y procuran evitarlo. Hay muchas situaciones en la vida en que uno puede elegir, si quiere, estar en una posición de liderazgo o no, por ejemplo, en la política o en el trabajo. Sin embargo, si tú, hombre, eres un esposo o padre, estás destinado a gobernar y dirigir, ¡te agrade o no! Tu familia pagará las terribles consecuencias si no hay autoridad y orden en tu casa, basado en el amor. Por lo general, el hombre débil de carácter se casa con una mujer fuerte y dominante. Como a él no le gusta hacer decisiones, durante el noviazgo, el carácter fuerte de ella le atrae, pero ya casados él encuentra que tiene una lucha para tomar la autoridad en su hogar. Se cansa de los continuos pleitos para afirmar su autoridad, y encuentra más fácil soltar las riendas del liderazgo a ella. Cuando el varón se siente inseguro e incapaz de tomar su papel de líder en el hogar, el resultado es que se reafirma la mentira de que lo familiar y lo espiritual es asunto de mujeres. Este es su “escape” de la vergüenza de no ser la cabeza de su hogar. Y el círculo vicioso continúa en los hijos. Otra vez quiero citar lo que dice el Dr. LaHaye: “Los hombres más frustrados que conozco son aquellos cuyo temperamento naturalmente pasivo sufre el dominio de una esposa más agresiva. Los hogares donde se da esta situación ¡no pueden ser felices! Nunca he conocido un esposo dominado que sea feliz; tampoco he conocido una mujer dominante que sea feliz. Puedo garantizar que en su frustración, el hombre dominado se dedicará a hacerle la vida miserable a su esposa. Una meta que debe proponerse toda mujer que ama a su esposo es la de ayudarlo a que cumpla esa necesidad inconsciente que tiene de ser él quien dirige el hogar”. Hombres infantiles Ver a los bebés y niños, es la cosa más bella del mundo. Pero cuando uno llega a ser hombre y sigue actuando como niño, es una desgracia, una vergüenza y llevará consecuencias trágicas. Hace tiempo tuve el privilegio de escuchar al gran maestro y autor Edwin Cole, (hoy difunto) compartir a un grupo de hombres, las siguientes siete características de los niños:
Sólo se sujeta a autoridad concreta. (En los adultos se refiere a autoridad forzada como la cárcel). Luego el Dr. Cole continuó, “Muchas esposas me han dicho: ‘¡Mi marido tiene cada una de estas siete características!’ Y, ¿qué sucede en un matrimonio cuando un esposo actúa como un niño inmaduro? ¡Obliga a su esposa a actuar como su madre! Y, ¿qué hace una madre? ¡Ella toma decisiones y corrige! ¡Además, nadie le hace el amor a su madre!”. Es por eso que tantas veces, cansado de la esposa-madre, el marido comete adulterio o se divorcia y se vuelve a casar. Pero si él no cambia, lo más seguro es que tarde o temprano, la nueva esposa se convertirá en su “madre”. Cuando yo me casé, yo no quería otra madre. ¡Ya tenía una y no necesitaba otra! Yo quería que ella fuera mi esposa, mi amiga, mi amante. Y para que ella me respetara como hombre, yo no podía actuar como un niño. Recuerda: ¡Ser hombre es mucho más que haber cumplido los 18 años y ser del sexo masculino! Seguramente es un gran privilegio ser un verdadero hombre y líder, pero a la vez ¡qué responsabilidad! Aún digo ¡Gracias a Dios que soy hombre! ¿Tú no? Entonces oremos, revisemos nuestro actuar y pidamos a Dios nos dirija para ser los líderes que nuestras familias necesitan, pero sobre todo, para ser los líderes que Él quiere que seamos. |
|
||||||
Ver Mas |
El verdadero varón III |
El Verdadero Varón: Cabeza de su hogar Hace muy pocos años yo leí en el periódico: “Suiza cambia sus leyes matrimoniales, decidiendo terminar con el patrón que el hombre sea la cabeza indiscutible del hogar”. Después de milenios de tradición, los suizos han decidido que hay “una manera mejor”. Y la realidad es que ellos no son los únicos. En congresos a nivel mundial, en libros, en escuelas, etc., se ha estado comunicando que la sumisión de las esposas a sus maridos es un concepto anticuado y ¡aun anárquico! Al grado que grupos radicales feministas insisten que el liderazgo del hombre en el hogar es “la raíz de todos los males de la sociedad”. Pero, ni el hecho de que existen innumerables hombres que hacen mal uso de su papel de “cabeza”, ni una nueva legislación gubernamental, podrá cambiar el plan perfecto de Dios, ni las consecuencias de no seguirlo. Pero, ¿cuál es ese plan perfecto de Dios? Veamos lo que nos dice Efesios 5:23: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia...”. Y en 1ª Corintios 11:3 también dice: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. Aunque para algunas personas en la actualidad, la enseñanza de estas Escrituras se considera “anticuada”, el liderazgo varonil es parte del plan original de Dios. No es el resultado de la caída, ni del pecado, ni de la cultura. ¡Es el diseño original del Creador! El liderazgo del hombre: No por superioridad, sino por elección ¡Imagina qué confusión ocurriría en un equipo de futbol si nadie supiera cuál es su responsabilidad! ¿Quién sería el portero? ¿O habría tres o cuatro porteros? Esta misma confusión y frustración existe en muchos hogares porque no conocen o no aceptan ese bien definido papel del hombre y de la mujer. En cualquier equipo tiene que haber un jefe o un capitán para que haya orden. ¡Un cuerpo con dos cabezas es un monstruo! Y en un hogar donde hay “una lucha de voluntades” para ver quién manda, habrá contenciones, pleitos y desintegración. Todos sufrirán. La autoridad ha sido delegada al hombre, no porque él es superior, sino simplemente porque Dios así lo quiso. Y cuando tú y yo, como hombres, no asumimos el liderazgo que Dios nos ha delegado, estamos fallando... a nuestro creador, a nuestras familias y a nosotros mismos. ¡Y esta falla ha traído caos a nuestro mundo! Habrá resistencia, sin duda, a lo que Dios ha establecido. Es más, ¿sabías que existen estudiantes del hebreo que creen que Génesis 3:16, donde Dios dice a la mujer, “y tu deseo será para tu marido...” debe ser traducido, “Y tu deseo será dominar a tu marido”? Cuando una mujer domina en el hogar produce maridos irresponsables, esposas frustradas, hijos anormales. ¿Cómo podemos confrontar tal situación? En la mayoría de los casos, si el hombre tomara amorosamente su papel de liderazgo en el hogar, el problema podría resolverse. Pero requiere tiempo y paciencia. No sucederá de la noche a la mañana. Tengo que aclarar que ser cabeza de ninguna manera significa que el hombre domina a la mujer. El libro de Génesis dice que ella fue creada para ser “ayuda idónea”. Lo triste es que muchos hombres tienen miedo por su propia inseguridad de permitir a sus esposas ser esa ayuda idónea. En realidad es una tontería no permitirte ser ayudado por los talentos y habilidades de tu esposa. Tengo un amigo llamado Juan con un gran ministerio que impacta a multitudes y él dice que su secreto fue casarse con una mujer inteligente y luego permitir a ella ayudarle. Elizabeth, la esposa de Juan, sí es inteligente y, ¡definitivamente es su ayuda idónea! Ser cabeza no implica ser dictador. No implica que él haga todas las decisiones sin considerar a su esposa y aun a sus hijos. Muchos hombres quieren ser el rey del hogar, ¡sin hacer de su esposa la reina! Se les olvida que son la reina y sus hijos quienes en verdad le harán a él, el rey. Hombres débiles Algunas personas nacieron para gobernar y para dirigir, es decir, tienen habilidad nata y no les cuesta trabajo. Para otras personas, les es difícil y procuran evitarlo. Hay muchas situaciones en la vida en que uno puede elegir, si quiere, estar en una posición de liderazgo o no, por ejemplo, en la política o en el trabajo. Sin embargo, si tú, hombre, eres un esposo o padre, estás destinado a gobernar y dirigir, ¡te agrade o no! Tu familia pagará las terribles consecuencias si no hay autoridad y orden en tu casa, basado en el amor. Por lo general, el hombre débil de carácter se casa con una mujer fuerte y dominante. Como a él no le gusta hacer decisiones, durante el noviazgo, el carácter fuerte de ella le atrae, pero ya casados él encuentra que tiene una lucha para tomar la autoridad en su hogar. Se cansa de los continuos pleitos para afirmar su autoridad, y encuentra más fácil soltar las riendas del liderazgo a ella. Cuando el varón se siente inseguro e incapaz de tomar su papel de líder en el hogar, el resultado es que se reafirma la mentira de que lo familiar y lo espiritual es asunto de mujeres. Este es su “escape” de la vergüenza de no ser la cabeza de su hogar. Y el círculo vicioso continúa en los hijos. Otra vez quiero citar lo que dice el Dr. LaHaye: “Los hombres más frustrados que conozco son aquellos cuyo temperamento naturalmente pasivo sufre el dominio de una esposa más agresiva. Los hogares donde se da esta situación ¡no pueden ser felices! Nunca he conocido un esposo dominado que sea feliz; tampoco he conocido una mujer dominante que sea feliz. Puedo garantizar que en su frustración, el hombre dominado se dedicará a hacerle la vida miserable a su esposa. Una meta que debe proponerse toda mujer que ama a su esposo es la de ayudarlo a que cumpla esa necesidad inconsciente que tiene de ser él quien dirige el hogar”. Hombres infantiles Ver a los bebés y niños, es la cosa más bella del mundo. Pero cuando uno llega a ser hombre y sigue actuando como niño, es una desgracia, una vergüenza y llevará consecuencias trágicas. Hace tiempo tuve el privilegio de escuchar al gran maestro y autor Edwin Cole, (hoy difunto) compartir a un grupo de hombres, las siguientes siete características de los niños:
Sólo se sujeta a autoridad concreta. (En los adultos se refiere a autoridad forzada como la cárcel). Luego el Dr. Cole continuó, “Muchas esposas me han dicho: ‘¡Mi marido tiene cada una de estas siete características!’ Y, ¿qué sucede en un matrimonio cuando un esposo actúa como un niño inmaduro? ¡Obliga a su esposa a actuar como su madre! Y, ¿qué hace una madre? ¡Ella toma decisiones y corrige! ¡Además, nadie le hace el amor a su madre!”. Es por eso que tantas veces, cansado de la esposa-madre, el marido comete adulterio o se divorcia y se vuelve a casar. Pero si él no cambia, lo más seguro es que tarde o temprano, la nueva esposa se convertirá en su “madre”. Cuando yo me casé, yo no quería otra madre. ¡Ya tenía una y no necesitaba otra! Yo quería que ella fuera mi esposa, mi amiga, mi amante. Y para que ella me respetara como hombre, yo no podía actuar como un niño. Recuerda: ¡Ser hombre es mucho más que haber cumplido los 18 años y ser del sexo masculino! Seguramente es un gran privilegio ser un verdadero hombre y líder, pero a la vez ¡qué responsabilidad! Aún digo ¡Gracias a Dios que soy hombre! ¿Tú no? Entonces oremos, revisemos nuestro actuar y pidamos a Dios nos dirija para ser los líderes que nuestras familias necesitan, pero sobre todo, para ser los líderes que Él quiere que seamos. |
Ver Mas |
El verdadero varón III |
El Verdadero Varón: Cabeza de su hogar Hace muy pocos años yo leí en el periódico: “Suiza cambia sus leyes matrimoniales, decidiendo terminar con el patrón que el hombre sea la cabeza indiscutible del hogar”. Después de milenios de tradición, los suizos han decidido que hay “una manera mejor”. Y la realidad es que ellos no son los únicos. En congresos a nivel mundial, en libros, en escuelas, etc., se ha estado comunicando que la sumisión de las esposas a sus maridos es un concepto anticuado y ¡aun anárquico! Al grado que grupos radicales feministas insisten que el liderazgo del hombre en el hogar es “la raíz de todos los males de la sociedad”. Pero, ni el hecho de que existen innumerables hombres que hacen mal uso de su papel de “cabeza”, ni una nueva legislación gubernamental, podrá cambiar el plan perfecto de Dios, ni las consecuencias de no seguirlo. Pero, ¿cuál es ese plan perfecto de Dios? Veamos lo que nos dice Efesios 5:23: “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia...”. Y en 1ª Corintios 11:3 también dice: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. Aunque para algunas personas en la actualidad, la enseñanza de estas Escrituras se considera “anticuada”, el liderazgo varonil es parte del plan original de Dios. No es el resultado de la caída, ni del pecado, ni de la cultura. ¡Es el diseño original del Creador! El liderazgo del hombre: No por superioridad, sino por elección ¡Imagina qué confusión ocurriría en un equipo de futbol si nadie supiera cuál es su responsabilidad! ¿Quién sería el portero? ¿O habría tres o cuatro porteros? Esta misma confusión y frustración existe en muchos hogares porque no conocen o no aceptan ese bien definido papel del hombre y de la mujer. En cualquier equipo tiene que haber un jefe o un capitán para que haya orden. ¡Un cuerpo con dos cabezas es un monstruo! Y en un hogar donde hay “una lucha de voluntades” para ver quién manda, habrá contenciones, pleitos y desintegración. Todos sufrirán. La autoridad ha sido delegada al hombre, no porque él es superior, sino simplemente porque Dios así lo quiso. Y cuando tú y yo, como hombres, no asumimos el liderazgo que Dios nos ha delegado, estamos fallando... a nuestro creador, a nuestras familias y a nosotros mismos. ¡Y esta falla ha traído caos a nuestro mundo! Habrá resistencia, sin duda, a lo que Dios ha establecido. Es más, ¿sabías que existen estudiantes del hebreo que creen que Génesis 3:16, donde Dios dice a la mujer, “y tu deseo será para tu marido...” debe ser traducido, “Y tu deseo será dominar a tu marido”? Cuando una mujer domina en el hogar produce maridos irresponsables, esposas frustradas, hijos anormales. ¿Cómo podemos confrontar tal situación? En la mayoría de los casos, si el hombre tomara amorosamente su papel de liderazgo en el hogar, el problema podría resolverse. Pero requiere tiempo y paciencia. No sucederá de la noche a la mañana. Tengo que aclarar que ser cabeza de ninguna manera significa que el hombre domina a la mujer. El libro de Génesis dice que ella fue creada para ser “ayuda idónea”. Lo triste es que muchos hombres tienen miedo por su propia inseguridad de permitir a sus esposas ser esa ayuda idónea. En realidad es una tontería no permitirte ser ayudado por los talentos y habilidades de tu esposa. Tengo un amigo llamado Juan con un gran ministerio que impacta a multitudes y él dice que su secreto fue casarse con una mujer inteligente y luego permitir a ella ayudarle. Elizabeth, la esposa de Juan, sí es inteligente y, ¡definitivamente es su ayuda idónea! Ser cabeza no implica ser dictador. No implica que él haga todas las decisiones sin considerar a su esposa y aun a sus hijos. Muchos hombres quieren ser el rey del hogar, ¡sin hacer de su esposa la reina! Se les olvida que son la reina y sus hijos quienes en verdad le harán a él, el rey. Hombres débiles Algunas personas nacieron para gobernar y para dirigir, es decir, tienen habilidad nata y no les cuesta trabajo. Para otras personas, les es difícil y procuran evitarlo. Hay muchas situaciones en la vida en que uno puede elegir, si quiere, estar en una posición de liderazgo o no, por ejemplo, en la política o en el trabajo. Sin embargo, si tú, hombre, eres un esposo o padre, estás destinado a gobernar y dirigir, ¡te agrade o no! Tu familia pagará las terribles consecuencias si no hay autoridad y orden en tu casa, basado en el amor. Por lo general, el hombre débil de carácter se casa con una mujer fuerte y dominante. Como a él no le gusta hacer decisiones, durante el noviazgo, el carácter fuerte de ella le atrae, pero ya casados él encuentra que tiene una lucha para tomar la autoridad en su hogar. Se cansa de los continuos pleitos para afirmar su autoridad, y encuentra más fácil soltar las riendas del liderazgo a ella. Cuando el varón se siente inseguro e incapaz de tomar su papel de líder en el hogar, el resultado es que se reafirma la mentira de que lo familiar y lo espiritual es asunto de mujeres. Este es su “escape” de la vergüenza de no ser la cabeza de su hogar. Y el círculo vicioso continúa en los hijos. Otra vez quiero citar lo que dice el Dr. LaHaye: “Los hombres más frustrados que conozco son aquellos cuyo temperamento naturalmente pasivo sufre el dominio de una esposa más agresiva. Los hogares donde se da esta situación ¡no pueden ser felices! Nunca he conocido un esposo dominado que sea feliz; tampoco he conocido una mujer dominante que sea feliz. Puedo garantizar que en su frustración, el hombre dominado se dedicará a hacerle la vida miserable a su esposa. Una meta que debe proponerse toda mujer que ama a su esposo es la de ayudarlo a que cumpla esa necesidad inconsciente que tiene de ser él quien dirige el hogar”. Hombres infantiles Ver a los bebés y niños, es la cosa más bella del mundo. Pero cuando uno llega a ser hombre y sigue actuando como niño, es una desgracia, una vergüenza y llevará consecuencias trágicas. Hace tiempo tuve el privilegio de escuchar al gran maestro y autor Edwin Cole, (hoy difunto) compartir a un grupo de hombres, las siguientes siete características de los niños:
Sólo se sujeta a autoridad concreta. (En los adultos se refiere a autoridad forzada como la cárcel). Luego el Dr. Cole continuó, “Muchas esposas me han dicho: ‘¡Mi marido tiene cada una de estas siete características!’ Y, ¿qué sucede en un matrimonio cuando un esposo actúa como un niño inmaduro? ¡Obliga a su esposa a actuar como su madre! Y, ¿qué hace una madre? ¡Ella toma decisiones y corrige! ¡Además, nadie le hace el amor a su madre!”. Es por eso que tantas veces, cansado de la esposa-madre, el marido comete adulterio o se divorcia y se vuelve a casar. Pero si él no cambia, lo más seguro es que tarde o temprano, la nueva esposa se convertirá en su “madre”. Cuando yo me casé, yo no quería otra madre. ¡Ya tenía una y no necesitaba otra! Yo quería que ella fuera mi esposa, mi amiga, mi amante. Y para que ella me respetara como hombre, yo no podía actuar como un niño. Recuerda: ¡Ser hombre es mucho más que haber cumplido los 18 años y ser del sexo masculino! Seguramente es un gran privilegio ser un verdadero hombre y líder, pero a la vez ¡qué responsabilidad! Aún digo ¡Gracias a Dios que soy hombre! ¿Tú no? Entonces oremos, revisemos nuestro actuar y pidamos a Dios nos dirija para ser los líderes que nuestras familias necesitan, pero sobre todo, para ser los líderes que Él quiere que seamos. |
Ver Mas |