7 COSAS QUE JAMÃS ACEPTARÃ III | |||||||
¡Hola a todos! Las últimas semanas hemos estado hablando de las cosas que enfrentamos a diario; son cosas que todos traemos desde la infancia y estamos tan acostumbrados a vivir con ellas que muchas veces no le damos importancia o ni siquiera nos damos cuenta que están ahí, en nuestras vidas. Estas “cosas” puede ser cualquier cosa que nos limitan en nuestro potencial para servir al Señor. Para efectos de este blog, solo hablaremos de siete cosas que son un obstáculo en nuestro caminar y anteriormente ya vimos tres cosas que jamás debemos aceptar: 1. Jamás aceptaré la condenación. 2. Jamás aceptaré el temor y la preocupación. 3. Jamás aceptaré la incredulidad. Ahora, continuemos hablando de la debilidad y la derrota. Recuerda mi hermano, fuimos hechos a la imagen y semejanza de nuestro Dios, por lo tanto, nuestra fuerza y nuestra victoria, provienen de Él. 4. Jamás aceptaré la debilidad Algunos creen que es una marca de humildad decir: “Soy tan débil” o “Todos somos muy débiles”. No es marca de espiritualidad creer y decir tal cosa; al contrario, revela ignorancia y te robará de la provisión de fuerza que el Señor tiene para tu vida. Joel 3:10: “...diga el débil: Fuerte soy”. Cuando el Señor dijo a San Pablo que su poder se perfecciona en la debilidad, se refiere a que en nuestra carne no somos nadie y que Él no es glorificado por las habilidades humanas y el esfuerzo humano. Sin embargo, cuando entregamos a Él estos esfuerzos y estas habilidades, sean muchas o pocas, Él las torna en algo fructífero y maravilloso. No tienes que estar limitado por tus debilidades. Salmo 27:1: “...Jehová es la fortaleza de mi vida...”. Éxodo 15:2: “Jehová es mi fortaleza y mi cántico...”. 2ª Samuel 22:2: “Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador”. Salmo 28:8: “Jehová es la fortaleza de su pueblo...”. Salmo 81:1: “Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra...”. 1ª Samuel 2:9: “...Nadie será fuerte por su propia fuerza...”. Salmo 92:10: “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo...”. 1ª Juan 4:4: “...Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo”. No aceptes la debilidad. Cree y afirma con certeza: el Señor es la fortaleza de mi vida, Él aumentará mis fuerzas como las del búfalo. Yo soy fortalecido en el poder de su fuerza.
5. Jamás aceptaré la derrota Algunas personas escucharon desde niños frases como: “No sirves para nada”; “Eres un fracaso”; “Nada te sale bien”. Tales personas han sido programadas en su mente para esperar la derrota y no es de sorprender que vivan derrotadas. Algunos cristianos ignoran el poder espiritual que hay en la declaración de las promesas de Dios y sus vidas son como un sube y baja (el juego de niños). Así fue mi vida hace años: un día vivía en victoria por encima de las circunstancias; otro día me sentía derrotado; luego arriba y después desanimado otra vez. ¿Cómo sucedió la transformación en mi vida? Al comprender quién soy en Jesucristo y poner en práctica lo que estoy enseñando en este breve blog, es decir, creer y declarar con mi boca lo que Dios dice. Eso produjo grandes cambios en mí y lo hará en ti también. ¿Qué dice Dios acerca de mí? Poniéndolo en forma personal, Él dice lo siguiente, Romanos 8:37: “Soy más que vencedor por medio de Aquél que me amó”. 2ª Corintios 2:14: “Dios me lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús”. Isaías 54:17: “Ninguna arma forjada contra mí prosperará”. Deuteronomio 28:7: “Jehová derrotará a mis enemigos que se levantaren contra mí”. Deuteronomio 28:13: “Me pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; estaré encima solamente, y no estaré debajo...”. He hecho mías todas estas Escrituras; las he declarado tantas veces, que ya son parte de mi ser. Físicamente, nosotros somos lo que comemos. Las proteínas, vitaminas y otras substancias que ingerimos, forman nuestro cuerpo. Espiritualmente somos lo que leemos, oímos y creemos. Yo escucho lo que digo de mí mismo de manera que, ¡No confesaré derrota! Expresaré lo que Dios dice. Hazlo tú también, hasta que estés plenamente seguro de que jamás serás derrotado. Vive por lo que crees, no por lo que sientes, ni por lo que ves en este momento y verás como tu vida es transformada. Si tu eres un seguidor de Jesús, entonces tu eres más que vencedor por medio de Aquel te amó; todo lo puedes en Cristo que te fortalece y si Dios contigo, ¿quién contra ti? Mis amados, hay tanto a nuestro favor, que solamente tenemos que extender nuestra mano en fe y tomarlo. Hay que creer a Dios, en vez de nuestras circunstancias o aun, en vez, de la manera en que fuimos criados o programados. Recuerda, fuimos hechos a la imagen del Altísimo y Único Dios, tú puedes vivir en victoria y Su fuerza se perfecciona en medio de nuestras debilidades. La siguiente semana veremos otros dos enemigos que jamás debemos aceptar en nuestras vidas. |
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7 COSAS QUE JAMÃS ACEPTARÃ III |
¡Hola a todos! Las últimas semanas hemos estado hablando de las cosas que enfrentamos a diario; son cosas que todos traemos desde la infancia y estamos tan acostumbrados a vivir con ellas que muchas veces no le damos importancia o ni siquiera nos damos cuenta que están ahí, en nuestras vidas. Estas “cosas” puede ser cualquier cosa que nos limitan en nuestro potencial para servir al Señor. Para efectos de este blog, solo hablaremos de siete cosas que son un obstáculo en nuestro caminar y anteriormente ya vimos tres cosas que jamás debemos aceptar: 1. Jamás aceptaré la condenación. 2. Jamás aceptaré el temor y la preocupación. 3. Jamás aceptaré la incredulidad. Ahora, continuemos hablando de la debilidad y la derrota. Recuerda mi hermano, fuimos hechos a la imagen y semejanza de nuestro Dios, por lo tanto, nuestra fuerza y nuestra victoria, provienen de Él. 4. Jamás aceptaré la debilidad Algunos creen que es una marca de humildad decir: “Soy tan débil” o “Todos somos muy débiles”. No es marca de espiritualidad creer y decir tal cosa; al contrario, revela ignorancia y te robará de la provisión de fuerza que el Señor tiene para tu vida. Joel 3:10: “...diga el débil: Fuerte soy”. Cuando el Señor dijo a San Pablo que su poder se perfecciona en la debilidad, se refiere a que en nuestra carne no somos nadie y que Él no es glorificado por las habilidades humanas y el esfuerzo humano. Sin embargo, cuando entregamos a Él estos esfuerzos y estas habilidades, sean muchas o pocas, Él las torna en algo fructífero y maravilloso. No tienes que estar limitado por tus debilidades. Salmo 27:1: “...Jehová es la fortaleza de mi vida...”. Éxodo 15:2: “Jehová es mi fortaleza y mi cántico...”. 2ª Samuel 22:2: “Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador”. Salmo 28:8: “Jehová es la fortaleza de su pueblo...”. Salmo 81:1: “Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra...”. 1ª Samuel 2:9: “...Nadie será fuerte por su propia fuerza...”. Salmo 92:10: “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo...”. 1ª Juan 4:4: “...Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo”. No aceptes la debilidad. Cree y afirma con certeza: el Señor es la fortaleza de mi vida, Él aumentará mis fuerzas como las del búfalo. Yo soy fortalecido en el poder de su fuerza.
5. Jamás aceptaré la derrota Algunas personas escucharon desde niños frases como: “No sirves para nada”; “Eres un fracaso”; “Nada te sale bien”. Tales personas han sido programadas en su mente para esperar la derrota y no es de sorprender que vivan derrotadas. Algunos cristianos ignoran el poder espiritual que hay en la declaración de las promesas de Dios y sus vidas son como un sube y baja (el juego de niños). Así fue mi vida hace años: un día vivía en victoria por encima de las circunstancias; otro día me sentía derrotado; luego arriba y después desanimado otra vez. ¿Cómo sucedió la transformación en mi vida? Al comprender quién soy en Jesucristo y poner en práctica lo que estoy enseñando en este breve blog, es decir, creer y declarar con mi boca lo que Dios dice. Eso produjo grandes cambios en mí y lo hará en ti también. ¿Qué dice Dios acerca de mí? Poniéndolo en forma personal, Él dice lo siguiente, Romanos 8:37: “Soy más que vencedor por medio de Aquél que me amó”. 2ª Corintios 2:14: “Dios me lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús”. Isaías 54:17: “Ninguna arma forjada contra mí prosperará”. Deuteronomio 28:7: “Jehová derrotará a mis enemigos que se levantaren contra mí”. Deuteronomio 28:13: “Me pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; estaré encima solamente, y no estaré debajo...”. He hecho mías todas estas Escrituras; las he declarado tantas veces, que ya son parte de mi ser. Físicamente, nosotros somos lo que comemos. Las proteínas, vitaminas y otras substancias que ingerimos, forman nuestro cuerpo. Espiritualmente somos lo que leemos, oímos y creemos. Yo escucho lo que digo de mí mismo de manera que, ¡No confesaré derrota! Expresaré lo que Dios dice. Hazlo tú también, hasta que estés plenamente seguro de que jamás serás derrotado. Vive por lo que crees, no por lo que sientes, ni por lo que ves en este momento y verás como tu vida es transformada. Si tu eres un seguidor de Jesús, entonces tu eres más que vencedor por medio de Aquel te amó; todo lo puedes en Cristo que te fortalece y si Dios contigo, ¿quién contra ti? Mis amados, hay tanto a nuestro favor, que solamente tenemos que extender nuestra mano en fe y tomarlo. Hay que creer a Dios, en vez de nuestras circunstancias o aun, en vez, de la manera en que fuimos criados o programados. Recuerda, fuimos hechos a la imagen del Altísimo y Único Dios, tú puedes vivir en victoria y Su fuerza se perfecciona en medio de nuestras debilidades. La siguiente semana veremos otros dos enemigos que jamás debemos aceptar en nuestras vidas. |
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¡Hola a todos! Las últimas semanas hemos estado hablando de las cosas que enfrentamos a diario; son cosas que todos traemos desde la infancia y estamos tan acostumbrados a vivir con ellas que muchas veces no le damos importancia o ni siquiera nos damos cuenta que están ahí, en nuestras vidas. Estas “cosas” puede ser cualquier cosa que nos limitan en nuestro potencial para servir al Señor. Para efectos de este blog, solo hablaremos de siete cosas que son un obstáculo en nuestro caminar y anteriormente ya vimos tres cosas que jamás debemos aceptar: 1. Jamás aceptaré la condenación. 2. Jamás aceptaré el temor y la preocupación. 3. Jamás aceptaré la incredulidad. Ahora, continuemos hablando de la debilidad y la derrota. Recuerda mi hermano, fuimos hechos a la imagen y semejanza de nuestro Dios, por lo tanto, nuestra fuerza y nuestra victoria, provienen de Él. 4. Jamás aceptaré la debilidad Algunos creen que es una marca de humildad decir: “Soy tan débil” o “Todos somos muy débiles”. No es marca de espiritualidad creer y decir tal cosa; al contrario, revela ignorancia y te robará de la provisión de fuerza que el Señor tiene para tu vida. Joel 3:10: “...diga el débil: Fuerte soy”. Cuando el Señor dijo a San Pablo que su poder se perfecciona en la debilidad, se refiere a que en nuestra carne no somos nadie y que Él no es glorificado por las habilidades humanas y el esfuerzo humano. Sin embargo, cuando entregamos a Él estos esfuerzos y estas habilidades, sean muchas o pocas, Él las torna en algo fructífero y maravilloso. No tienes que estar limitado por tus debilidades. Salmo 27:1: “...Jehová es la fortaleza de mi vida...”. Éxodo 15:2: “Jehová es mi fortaleza y mi cántico...”. 2ª Samuel 22:2: “Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador”. Salmo 28:8: “Jehová es la fortaleza de su pueblo...”. Salmo 81:1: “Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra...”. 1ª Samuel 2:9: “...Nadie será fuerte por su propia fuerza...”. Salmo 92:10: “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo...”. 1ª Juan 4:4: “...Mayor es el que está en mí que el que está en el mundo”. No aceptes la debilidad. Cree y afirma con certeza: el Señor es la fortaleza de mi vida, Él aumentará mis fuerzas como las del búfalo. Yo soy fortalecido en el poder de su fuerza.
5. Jamás aceptaré la derrota Algunas personas escucharon desde niños frases como: “No sirves para nada”; “Eres un fracaso”; “Nada te sale bien”. Tales personas han sido programadas en su mente para esperar la derrota y no es de sorprender que vivan derrotadas. Algunos cristianos ignoran el poder espiritual que hay en la declaración de las promesas de Dios y sus vidas son como un sube y baja (el juego de niños). Así fue mi vida hace años: un día vivía en victoria por encima de las circunstancias; otro día me sentía derrotado; luego arriba y después desanimado otra vez. ¿Cómo sucedió la transformación en mi vida? Al comprender quién soy en Jesucristo y poner en práctica lo que estoy enseñando en este breve blog, es decir, creer y declarar con mi boca lo que Dios dice. Eso produjo grandes cambios en mí y lo hará en ti también. ¿Qué dice Dios acerca de mí? Poniéndolo en forma personal, Él dice lo siguiente, Romanos 8:37: “Soy más que vencedor por medio de Aquél que me amó”. 2ª Corintios 2:14: “Dios me lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús”. Isaías 54:17: “Ninguna arma forjada contra mí prosperará”. Deuteronomio 28:7: “Jehová derrotará a mis enemigos que se levantaren contra mí”. Deuteronomio 28:13: “Me pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; estaré encima solamente, y no estaré debajo...”. He hecho mías todas estas Escrituras; las he declarado tantas veces, que ya son parte de mi ser. Físicamente, nosotros somos lo que comemos. Las proteínas, vitaminas y otras substancias que ingerimos, forman nuestro cuerpo. Espiritualmente somos lo que leemos, oímos y creemos. Yo escucho lo que digo de mí mismo de manera que, ¡No confesaré derrota! Expresaré lo que Dios dice. Hazlo tú también, hasta que estés plenamente seguro de que jamás serás derrotado. Vive por lo que crees, no por lo que sientes, ni por lo que ves en este momento y verás como tu vida es transformada. Si tu eres un seguidor de Jesús, entonces tu eres más que vencedor por medio de Aquel te amó; todo lo puedes en Cristo que te fortalece y si Dios contigo, ¿quién contra ti? Mis amados, hay tanto a nuestro favor, que solamente tenemos que extender nuestra mano en fe y tomarlo. Hay que creer a Dios, en vez de nuestras circunstancias o aun, en vez, de la manera en que fuimos criados o programados. Recuerda, fuimos hechos a la imagen del Altísimo y Único Dios, tú puedes vivir en victoria y Su fuerza se perfecciona en medio de nuestras debilidades. La siguiente semana veremos otros dos enemigos que jamás debemos aceptar en nuestras vidas. |
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