TESTIMONIO DE LIBERACIÃN | |||||||
Pastores Richards y congregación de Vino Nuevo, reciban un cordial saludo desde la Sierra de Guerrero y Oaxaca. Como ustedes saben hace ya tres meses que mi esposa Xitlali y yo, volvimos a estas tierras para compartir el Evangelio al pueblo Mixteco en esta región; Dios ha sido bueno y nos ha abierto puertas y nos ha dado gracia y favor con las autoridades de los pueblos que hemos visitado. Queremos compartirles un testimonio de algo que sucedió en nuestra visita anterior. El año pasado mi esposa y yo asistimos al aniversario de una iglesia cristiana indígena en el pueblo de Joya de Oro. Durante la celebración que duró dos días, conocimos a varios hermanos de diferentes pueblos indígenas. En la noche varios pasaron a testificar lo que el Señor ha estado haciendo en sus respectivos pueblos. A nosotros también nos tocó pasar a testificar y aprovechamos que llevábamos muchísimos folletos de Eternidad en el idioma mixteco para que los hermanos repartieran cuando regresaran a sus pueblos. Durante nuestra participación el Señor nos dirigió a orar por los enfermos ahí presentes y lo hicimos y juntos todos, adoramos al Señor, cada uno según su costumbre e idioma. Durante la ministración un joven de nombre Raúl se me acercó para decirme que a veces sus “ojos se le cerraban”; así lo dijo él. Este muchacho horas antes me había comentado su situación, pero en el momento no supe qué era lo que trataba de decirme; si era enfermedad u otra cosa. Ya en la ministración el muchacho se notaba perturbado y con la mirada perdida, como atormentado por dentro. Le dije que al final oraría por él. Al terminar me alejé de la enramada donde se celebraba el culto, como a unos 30 mts. de ahí. El muchacho me volvió a interceptar y lo noté ya muy desesperado y diciendo cosas que no tenían sentido, hasta ese momento me di cuenta que lo que lo atormentaba era un espíritu maligno. Comencé a orar por él y a declarar la Palabra. El hombre sólo se retorcía. Llegó un hermano que lo conocía y me apoyó en la oración. Después de gritos y vómitos, el hombre cayó al suelo. Estando en el suelo, terminó quebrantado y llorando incansablemente. Llegaron más hermanos y lo rodearon para seguir orando por él y yo me retiré. Al día siguiente, el joven me buscó y lo encontré totalmente distinto, me despedí de él y nos fuimos de aquel lugar. Recuerden, esto sucedió el año pasado; pues hace un mes, cuando volvimos a esta región estaba yo caminando por el pueblo y un joven me gritó desde lejos, al voltear no lo reconocí al principio, no supe quién era. Después de acercarme, cuál fue mi sorpresa, ver que aquel joven era Raúl; ¡totalmente transformado en otro! Ahora es un joven alegre y totalmente radical en Cristo y ahora aprovecha cada oportunidad para hablar a otros de Cristo y lo que hizo en su vida. Es un hombre completamente transformado y con fuego en su interior por Dios y por compartir a otros el Evangelio. Realmente sólo Cristo puede transformar y dar libertad a las personas. ¡Toda la honra y la gloria a nuestro Señor Jesucristo! Les pedimos que continúen orando por nosotros y la obra de Dios entre el pueblo Mixteco.
Mauri y Xitla. |
|
||||||
Ver Mas |
TESTIMONIO DE LIBERACIÃN |
Pastores Richards y congregación de Vino Nuevo, reciban un cordial saludo desde la Sierra de Guerrero y Oaxaca. Como ustedes saben hace ya tres meses que mi esposa Xitlali y yo, volvimos a estas tierras para compartir el Evangelio al pueblo Mixteco en esta región; Dios ha sido bueno y nos ha abierto puertas y nos ha dado gracia y favor con las autoridades de los pueblos que hemos visitado. Queremos compartirles un testimonio de algo que sucedió en nuestra visita anterior. El año pasado mi esposa y yo asistimos al aniversario de una iglesia cristiana indígena en el pueblo de Joya de Oro. Durante la celebración que duró dos días, conocimos a varios hermanos de diferentes pueblos indígenas. En la noche varios pasaron a testificar lo que el Señor ha estado haciendo en sus respectivos pueblos. A nosotros también nos tocó pasar a testificar y aprovechamos que llevábamos muchísimos folletos de Eternidad en el idioma mixteco para que los hermanos repartieran cuando regresaran a sus pueblos. Durante nuestra participación el Señor nos dirigió a orar por los enfermos ahí presentes y lo hicimos y juntos todos, adoramos al Señor, cada uno según su costumbre e idioma. Durante la ministración un joven de nombre Raúl se me acercó para decirme que a veces sus “ojos se le cerraban”; así lo dijo él. Este muchacho horas antes me había comentado su situación, pero en el momento no supe qué era lo que trataba de decirme; si era enfermedad u otra cosa. Ya en la ministración el muchacho se notaba perturbado y con la mirada perdida, como atormentado por dentro. Le dije que al final oraría por él. Al terminar me alejé de la enramada donde se celebraba el culto, como a unos 30 mts. de ahí. El muchacho me volvió a interceptar y lo noté ya muy desesperado y diciendo cosas que no tenían sentido, hasta ese momento me di cuenta que lo que lo atormentaba era un espíritu maligno. Comencé a orar por él y a declarar la Palabra. El hombre sólo se retorcía. Llegó un hermano que lo conocía y me apoyó en la oración. Después de gritos y vómitos, el hombre cayó al suelo. Estando en el suelo, terminó quebrantado y llorando incansablemente. Llegaron más hermanos y lo rodearon para seguir orando por él y yo me retiré. Al día siguiente, el joven me buscó y lo encontré totalmente distinto, me despedí de él y nos fuimos de aquel lugar. Recuerden, esto sucedió el año pasado; pues hace un mes, cuando volvimos a esta región estaba yo caminando por el pueblo y un joven me gritó desde lejos, al voltear no lo reconocí al principio, no supe quién era. Después de acercarme, cuál fue mi sorpresa, ver que aquel joven era Raúl; ¡totalmente transformado en otro! Ahora es un joven alegre y totalmente radical en Cristo y ahora aprovecha cada oportunidad para hablar a otros de Cristo y lo que hizo en su vida. Es un hombre completamente transformado y con fuego en su interior por Dios y por compartir a otros el Evangelio. Realmente sólo Cristo puede transformar y dar libertad a las personas. ¡Toda la honra y la gloria a nuestro Señor Jesucristo! Les pedimos que continúen orando por nosotros y la obra de Dios entre el pueblo Mixteco.
Mauri y Xitla. |
Ver Mas |
TESTIMONIO DE LIBERACIÃN |
Pastores Richards y congregación de Vino Nuevo, reciban un cordial saludo desde la Sierra de Guerrero y Oaxaca. Como ustedes saben hace ya tres meses que mi esposa Xitlali y yo, volvimos a estas tierras para compartir el Evangelio al pueblo Mixteco en esta región; Dios ha sido bueno y nos ha abierto puertas y nos ha dado gracia y favor con las autoridades de los pueblos que hemos visitado. Queremos compartirles un testimonio de algo que sucedió en nuestra visita anterior. El año pasado mi esposa y yo asistimos al aniversario de una iglesia cristiana indígena en el pueblo de Joya de Oro. Durante la celebración que duró dos días, conocimos a varios hermanos de diferentes pueblos indígenas. En la noche varios pasaron a testificar lo que el Señor ha estado haciendo en sus respectivos pueblos. A nosotros también nos tocó pasar a testificar y aprovechamos que llevábamos muchísimos folletos de Eternidad en el idioma mixteco para que los hermanos repartieran cuando regresaran a sus pueblos. Durante nuestra participación el Señor nos dirigió a orar por los enfermos ahí presentes y lo hicimos y juntos todos, adoramos al Señor, cada uno según su costumbre e idioma. Durante la ministración un joven de nombre Raúl se me acercó para decirme que a veces sus “ojos se le cerraban”; así lo dijo él. Este muchacho horas antes me había comentado su situación, pero en el momento no supe qué era lo que trataba de decirme; si era enfermedad u otra cosa. Ya en la ministración el muchacho se notaba perturbado y con la mirada perdida, como atormentado por dentro. Le dije que al final oraría por él. Al terminar me alejé de la enramada donde se celebraba el culto, como a unos 30 mts. de ahí. El muchacho me volvió a interceptar y lo noté ya muy desesperado y diciendo cosas que no tenían sentido, hasta ese momento me di cuenta que lo que lo atormentaba era un espíritu maligno. Comencé a orar por él y a declarar la Palabra. El hombre sólo se retorcía. Llegó un hermano que lo conocía y me apoyó en la oración. Después de gritos y vómitos, el hombre cayó al suelo. Estando en el suelo, terminó quebrantado y llorando incansablemente. Llegaron más hermanos y lo rodearon para seguir orando por él y yo me retiré. Al día siguiente, el joven me buscó y lo encontré totalmente distinto, me despedí de él y nos fuimos de aquel lugar. Recuerden, esto sucedió el año pasado; pues hace un mes, cuando volvimos a esta región estaba yo caminando por el pueblo y un joven me gritó desde lejos, al voltear no lo reconocí al principio, no supe quién era. Después de acercarme, cuál fue mi sorpresa, ver que aquel joven era Raúl; ¡totalmente transformado en otro! Ahora es un joven alegre y totalmente radical en Cristo y ahora aprovecha cada oportunidad para hablar a otros de Cristo y lo que hizo en su vida. Es un hombre completamente transformado y con fuego en su interior por Dios y por compartir a otros el Evangelio. Realmente sólo Cristo puede transformar y dar libertad a las personas. ¡Toda la honra y la gloria a nuestro Señor Jesucristo! Les pedimos que continúen orando por nosotros y la obra de Dios entre el pueblo Mixteco.
Mauri y Xitla. |
Ver Mas |