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EL PODER DE SU SANGRE DERRAMADA VII | |||||||
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Una Corona De Espinas Volviendo a Jesús, Pilato y la turba de gente; ésta abogó que fuera librado Barrabás, un homicida y criminal en lugar del Hijo de Jehová, el Mesías, y Pilato se los dio. Mateo 27:26 nos dice: “Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado”. ¡Que muerte tan horrible y dolorosa! Pilato lo entregó a los soldados para crucificarle, pero ellos se tomaron la libertad de hostigarle cruelmente. Veamos el relato en Mateo 27:27-30: “Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas (y empezó a sangrar de la cabeza), y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! (burlándose). Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza”. Cuando yo estaba leyendo esto, vino a mi mente algo que no estoy diciendo que sucedió, pero yo pensaba si Gabriel y Miguel (los arcángeles) estuvieron ahí viendo y su santa ira levantándose. Ellos pudieron haber pensado que en cualquier momento el Padre los iba a mandar; especialmente a Miguel que es el arcángel encargado de la guerra diciendo: “Estoy listo para el momento en que Dios me mande. ¡Están escupiendo en la cara del Mesías, el Hijo de Dios, están golpeándole, le pusieron una corona de espinas, está sangrando! Si me lo pide el Padre, a la velocidad de la luz estaré ahí y ellos van a ser nada mas que carne molida y vamos a dársela a los cerdos”. Pero no sucedió, porque hubiera parado nuestra esperanza de ir por la eternidad con Él, no sucedió. ¡Gracias Jesús! ¡Gracias Jesús! Le pusieron una corona de espinas y burlándose gritaban: “¡Salve rey de los judíos!”, escupiéndole y golpeándole en la cabeza con una caña. Cuando le golpearon en la cabeza, en la corona de espinas, éstas entraron en su cabeza como clavos provocando que sangrara; la corona de espinas era un ataque a la cabeza ¡sangre derramada! La sangre de Jesús derramada para contrarrestar cualquier ataque a nuestra cabeza, sea un ataque físico o sea un ataque a tu mente, tus pensamientos, tus meditaciones. Sangre para limpiar tu cerebro, ¡reclámala! Reclama ésta sangre específicamente para tu cabeza, ¡reclámalo! Reclama el poder de la sangre de Jesús derramada de su cabeza para limpiar y sanar tu mente y tus pensamientos. Esto, Él lo hizo por ti y por mí, ¡es poderoso! Tú que tienes migraña empieza a declarar: “La sangre de Jesús que derramó de su cabeza, por las espinas, la declaro poderosa para mi sanidad de este dolor en mi cabeza”. Los soldados siguieron escupiendo, golpeando, ¡pum, pum! Más sangre derramada, ¡tenemos sangre para sanidad de enfermedades mentales! Tenemos sangre para todo lo que necesite sanidad, para que los demonios sean echados de tu cabeza, de tu memoria, específicamente,por estas cosas que sucedieron a la cabeza de Jesús. ¡No fue casualidad que hayan hecho esto los soldados! Dios no iba a dejar a Su Hijo sufrir más de lo necesario, Dios no iba a permitir, por ejemplo, si alguno de ellos hubiera querido cortarle un brazo ¡no! Sólo sufrió lo necesario para salvarnos y sanarnos. Esta sangre es para ti, para mí, para la sanidad de nuestra cabeza, para librarnos de la terrible manera de pensar que teníamos antes de recibirlo a Él y que ahora estamos luchando por olvidar, ¡aplica ésta sangre! Reclámala para tu liberación. En el Antiguo Testamento, hay un texto que pregunta: “¿Hay un bálsamo en Galaad? ¿Hay medicina para el pueblo de Dios?”. ¡Sí la hay! Y es la sangre, aplicada a nuestra necesidad. ¡Poderosa es Su sangre! Y, ¿sabes qué? A estas alturas todavía Él podría haber pedido más de 12 legiones de guerreros angelicales para liquidar a esta tropa de soldados romanos o fuego del cielo, pero no lo hizo, ¡no lo hizo! Si alguien pregunta: “¿Por qué tanta sangre?”, yo contesto con otra pregunta: ¿por qué tanto pecado que lavar? ¿Por qué tanta enfermedad y dolor que sanar?
La Cruz Sobre Sus Hombros Mateo 27:31 dice: “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle”. El apóstol Juan lo relata de la siguiente manera en el capítulo19 verso 17 del Evangelio que él mismo escribió: “Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota”. Cargando una cruz pesada en sus hombros heridos derramando sangre. Jesús derramó sangre para ayudarnos a llevar nuestras cargas, esas cruces, de distintas índoles; cuando parezca que ya no puedes con ellas, recuerda a Jesús con la cruz en Sus hombros, esto estaba provocando el derramamiento de más sangre, esta sangre es para ti, ¡si se puede! ¡Sí puedes! Él derramó sangre por ti, ¡reclámala! Reclama la sangre de Sus hombros sangrando por el peso de la cruz. ¡Yo lo reclamo! ¡Reclámalo! Y ésta va a darte las fuerzas para decir: ¡Sí! Todo esto está en la Biblia pero yo no lo había visto y ha sido una revelación para mi vida. Él me dijo que me iba a dar los tesoros escondidos y que me iba a revelar los secretos guardados y el Espíritu Santo lo ha hecho; en cuanto a las muchas verdades relacionadas con la sangre derramada de Jesús.Juan 19:18 sigue diciendo: “Y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio”. Clavos grandes en las manos, clavos grandes en los pies, más sangre derramada llevando nuestros pecados en la cruz, todos nuestros pecados sobre Jesús, ¡está sangrando! ¡Todas las partes de su cuerpo sangrando! Por haber perdido sangre, su corazón está latiendo mas rápido y más débil. La sangre está saliendo de sus pies, ¿por qué? ¿Por qué tiene que derramar toda Su sangre? Es por esto, mientras que la sangre de Jesús estaba fluyendo por Sus arterias y Sus venas no había perdón de nuestros pecados, no pudieron ser lavados. La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, ¿cuándo? Cuando ha sido derramada. ¡Hay poder en Su sangre derramada! Recordémoslo, ¡hay poder en la sangre derramada! |
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Por: Hno. Victor Richards
EL PODER DE SU SANGRE DERRAMADA VII |
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Una Corona De Espinas Volviendo a Jesús, Pilato y la turba de gente; ésta abogó que fuera librado Barrabás, un homicida y criminal en lugar del Hijo de Jehová, el Mesías, y Pilato se los dio. Mateo 27:26 nos dice: “Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado”. ¡Que muerte tan horrible y dolorosa! Pilato lo entregó a los soldados para crucificarle, pero ellos se tomaron la libertad de hostigarle cruelmente. Veamos el relato en Mateo 27:27-30: “Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas (y empezó a sangrar de la cabeza), y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! (burlándose). Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza”. Cuando yo estaba leyendo esto, vino a mi mente algo que no estoy diciendo que sucedió, pero yo pensaba si Gabriel y Miguel (los arcángeles) estuvieron ahí viendo y su santa ira levantándose. Ellos pudieron haber pensado que en cualquier momento el Padre los iba a mandar; especialmente a Miguel que es el arcángel encargado de la guerra diciendo: “Estoy listo para el momento en que Dios me mande. ¡Están escupiendo en la cara del Mesías, el Hijo de Dios, están golpeándole, le pusieron una corona de espinas, está sangrando! Si me lo pide el Padre, a la velocidad de la luz estaré ahí y ellos van a ser nada mas que carne molida y vamos a dársela a los cerdos”. Pero no sucedió, porque hubiera parado nuestra esperanza de ir por la eternidad con Él, no sucedió. ¡Gracias Jesús! ¡Gracias Jesús! Le pusieron una corona de espinas y burlándose gritaban: “¡Salve rey de los judíos!”, escupiéndole y golpeándole en la cabeza con una caña. Cuando le golpearon en la cabeza, en la corona de espinas, éstas entraron en su cabeza como clavos provocando que sangrara; la corona de espinas era un ataque a la cabeza ¡sangre derramada! La sangre de Jesús derramada para contrarrestar cualquier ataque a nuestra cabeza, sea un ataque físico o sea un ataque a tu mente, tus pensamientos, tus meditaciones. Sangre para limpiar tu cerebro, ¡reclámala! Reclama ésta sangre específicamente para tu cabeza, ¡reclámalo! Reclama el poder de la sangre de Jesús derramada de su cabeza para limpiar y sanar tu mente y tus pensamientos. Esto, Él lo hizo por ti y por mí, ¡es poderoso! Tú que tienes migraña empieza a declarar: “La sangre de Jesús que derramó de su cabeza, por las espinas, la declaro poderosa para mi sanidad de este dolor en mi cabeza”. Los soldados siguieron escupiendo, golpeando, ¡pum, pum! Más sangre derramada, ¡tenemos sangre para sanidad de enfermedades mentales! Tenemos sangre para todo lo que necesite sanidad, para que los demonios sean echados de tu cabeza, de tu memoria, específicamente,por estas cosas que sucedieron a la cabeza de Jesús. ¡No fue casualidad que hayan hecho esto los soldados! Dios no iba a dejar a Su Hijo sufrir más de lo necesario, Dios no iba a permitir, por ejemplo, si alguno de ellos hubiera querido cortarle un brazo ¡no! Sólo sufrió lo necesario para salvarnos y sanarnos. Esta sangre es para ti, para mí, para la sanidad de nuestra cabeza, para librarnos de la terrible manera de pensar que teníamos antes de recibirlo a Él y que ahora estamos luchando por olvidar, ¡aplica ésta sangre! Reclámala para tu liberación. En el Antiguo Testamento, hay un texto que pregunta: “¿Hay un bálsamo en Galaad? ¿Hay medicina para el pueblo de Dios?”. ¡Sí la hay! Y es la sangre, aplicada a nuestra necesidad. ¡Poderosa es Su sangre! Y, ¿sabes qué? A estas alturas todavía Él podría haber pedido más de 12 legiones de guerreros angelicales para liquidar a esta tropa de soldados romanos o fuego del cielo, pero no lo hizo, ¡no lo hizo! Si alguien pregunta: “¿Por qué tanta sangre?”, yo contesto con otra pregunta: ¿por qué tanto pecado que lavar? ¿Por qué tanta enfermedad y dolor que sanar?
La Cruz Sobre Sus Hombros Mateo 27:31 dice: “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle”. El apóstol Juan lo relata de la siguiente manera en el capítulo19 verso 17 del Evangelio que él mismo escribió: “Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota”. Cargando una cruz pesada en sus hombros heridos derramando sangre. Jesús derramó sangre para ayudarnos a llevar nuestras cargas, esas cruces, de distintas índoles; cuando parezca que ya no puedes con ellas, recuerda a Jesús con la cruz en Sus hombros, esto estaba provocando el derramamiento de más sangre, esta sangre es para ti, ¡si se puede! ¡Sí puedes! Él derramó sangre por ti, ¡reclámala! Reclama la sangre de Sus hombros sangrando por el peso de la cruz. ¡Yo lo reclamo! ¡Reclámalo! Y ésta va a darte las fuerzas para decir: ¡Sí! Todo esto está en la Biblia pero yo no lo había visto y ha sido una revelación para mi vida. Él me dijo que me iba a dar los tesoros escondidos y que me iba a revelar los secretos guardados y el Espíritu Santo lo ha hecho; en cuanto a las muchas verdades relacionadas con la sangre derramada de Jesús.Juan 19:18 sigue diciendo: “Y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio”. Clavos grandes en las manos, clavos grandes en los pies, más sangre derramada llevando nuestros pecados en la cruz, todos nuestros pecados sobre Jesús, ¡está sangrando! ¡Todas las partes de su cuerpo sangrando! Por haber perdido sangre, su corazón está latiendo mas rápido y más débil. La sangre está saliendo de sus pies, ¿por qué? ¿Por qué tiene que derramar toda Su sangre? Es por esto, mientras que la sangre de Jesús estaba fluyendo por Sus arterias y Sus venas no había perdón de nuestros pecados, no pudieron ser lavados. La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, ¿cuándo? Cuando ha sido derramada. ¡Hay poder en Su sangre derramada! Recordémoslo, ¡hay poder en la sangre derramada! |
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Una Corona De Espinas Volviendo a Jesús, Pilato y la turba de gente; ésta abogó que fuera librado Barrabás, un homicida y criminal en lugar del Hijo de Jehová, el Mesías, y Pilato se los dio. Mateo 27:26 nos dice: “Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado”. ¡Que muerte tan horrible y dolorosa! Pilato lo entregó a los soldados para crucificarle, pero ellos se tomaron la libertad de hostigarle cruelmente. Veamos el relato en Mateo 27:27-30: “Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas (y empezó a sangrar de la cabeza), y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! (burlándose). Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza”. Cuando yo estaba leyendo esto, vino a mi mente algo que no estoy diciendo que sucedió, pero yo pensaba si Gabriel y Miguel (los arcángeles) estuvieron ahí viendo y su santa ira levantándose. Ellos pudieron haber pensado que en cualquier momento el Padre los iba a mandar; especialmente a Miguel que es el arcángel encargado de la guerra diciendo: “Estoy listo para el momento en que Dios me mande. ¡Están escupiendo en la cara del Mesías, el Hijo de Dios, están golpeándole, le pusieron una corona de espinas, está sangrando! Si me lo pide el Padre, a la velocidad de la luz estaré ahí y ellos van a ser nada mas que carne molida y vamos a dársela a los cerdos”. Pero no sucedió, porque hubiera parado nuestra esperanza de ir por la eternidad con Él, no sucedió. ¡Gracias Jesús! ¡Gracias Jesús! Le pusieron una corona de espinas y burlándose gritaban: “¡Salve rey de los judíos!”, escupiéndole y golpeándole en la cabeza con una caña. Cuando le golpearon en la cabeza, en la corona de espinas, éstas entraron en su cabeza como clavos provocando que sangrara; la corona de espinas era un ataque a la cabeza ¡sangre derramada! La sangre de Jesús derramada para contrarrestar cualquier ataque a nuestra cabeza, sea un ataque físico o sea un ataque a tu mente, tus pensamientos, tus meditaciones. Sangre para limpiar tu cerebro, ¡reclámala! Reclama ésta sangre específicamente para tu cabeza, ¡reclámalo! Reclama el poder de la sangre de Jesús derramada de su cabeza para limpiar y sanar tu mente y tus pensamientos. Esto, Él lo hizo por ti y por mí, ¡es poderoso! Tú que tienes migraña empieza a declarar: “La sangre de Jesús que derramó de su cabeza, por las espinas, la declaro poderosa para mi sanidad de este dolor en mi cabeza”. Los soldados siguieron escupiendo, golpeando, ¡pum, pum! Más sangre derramada, ¡tenemos sangre para sanidad de enfermedades mentales! Tenemos sangre para todo lo que necesite sanidad, para que los demonios sean echados de tu cabeza, de tu memoria, específicamente,por estas cosas que sucedieron a la cabeza de Jesús. ¡No fue casualidad que hayan hecho esto los soldados! Dios no iba a dejar a Su Hijo sufrir más de lo necesario, Dios no iba a permitir, por ejemplo, si alguno de ellos hubiera querido cortarle un brazo ¡no! Sólo sufrió lo necesario para salvarnos y sanarnos. Esta sangre es para ti, para mí, para la sanidad de nuestra cabeza, para librarnos de la terrible manera de pensar que teníamos antes de recibirlo a Él y que ahora estamos luchando por olvidar, ¡aplica ésta sangre! Reclámala para tu liberación. En el Antiguo Testamento, hay un texto que pregunta: “¿Hay un bálsamo en Galaad? ¿Hay medicina para el pueblo de Dios?”. ¡Sí la hay! Y es la sangre, aplicada a nuestra necesidad. ¡Poderosa es Su sangre! Y, ¿sabes qué? A estas alturas todavía Él podría haber pedido más de 12 legiones de guerreros angelicales para liquidar a esta tropa de soldados romanos o fuego del cielo, pero no lo hizo, ¡no lo hizo! Si alguien pregunta: “¿Por qué tanta sangre?”, yo contesto con otra pregunta: ¿por qué tanto pecado que lavar? ¿Por qué tanta enfermedad y dolor que sanar?
La Cruz Sobre Sus Hombros Mateo 27:31 dice: “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle”. El apóstol Juan lo relata de la siguiente manera en el capítulo19 verso 17 del Evangelio que él mismo escribió: “Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota”. Cargando una cruz pesada en sus hombros heridos derramando sangre. Jesús derramó sangre para ayudarnos a llevar nuestras cargas, esas cruces, de distintas índoles; cuando parezca que ya no puedes con ellas, recuerda a Jesús con la cruz en Sus hombros, esto estaba provocando el derramamiento de más sangre, esta sangre es para ti, ¡si se puede! ¡Sí puedes! Él derramó sangre por ti, ¡reclámala! Reclama la sangre de Sus hombros sangrando por el peso de la cruz. ¡Yo lo reclamo! ¡Reclámalo! Y ésta va a darte las fuerzas para decir: ¡Sí! Todo esto está en la Biblia pero yo no lo había visto y ha sido una revelación para mi vida. Él me dijo que me iba a dar los tesoros escondidos y que me iba a revelar los secretos guardados y el Espíritu Santo lo ha hecho; en cuanto a las muchas verdades relacionadas con la sangre derramada de Jesús.Juan 19:18 sigue diciendo: “Y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio”. Clavos grandes en las manos, clavos grandes en los pies, más sangre derramada llevando nuestros pecados en la cruz, todos nuestros pecados sobre Jesús, ¡está sangrando! ¡Todas las partes de su cuerpo sangrando! Por haber perdido sangre, su corazón está latiendo mas rápido y más débil. La sangre está saliendo de sus pies, ¿por qué? ¿Por qué tiene que derramar toda Su sangre? Es por esto, mientras que la sangre de Jesús estaba fluyendo por Sus arterias y Sus venas no había perdón de nuestros pecados, no pudieron ser lavados. La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, ¿cuándo? Cuando ha sido derramada. ¡Hay poder en Su sangre derramada! Recordémoslo, ¡hay poder en la sangre derramada! |
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