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El Reino de los Cielos Pt.VI | |||||||
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LA ORACIÓN Continuamos adentrándonos en las Leyes del Reino de los cielos, vamos a recordar algunas cosas que hemos visto. El reino de los cielos también es conocido como: Todo esto es el reino de los cielos. También vimos que el reino de los cielos es superior: Hemos visto algunas leyes del reino de los cielos: Continuamos con: EL PRINCIPIO DE LOS MILAGROS La Oración que funciona ¿Recuerdan cuando Jesús y sus discípulos estaban caminando hacia el templo? Él vio esta higuera llena de hojas... Entonces Jesús ve que no hay fruto, pero tiene hojas, aparenta ser muy fructífero, pero no lo es y Él sólo dice: “nadie coma nunca más de ti” y siguen caminando, yo creo que sus discípulos están pensando, ¿qué quiere decir eso? Cuando pasan por ahí el día siguiente; “Maestro mira, esta higuera se secó hasta las raíces”, Jesús pudiera haber dicho: “¿qué esperaban?”, pero no lo dijo. Más bien dijo: “Tened fe en Dios”. Hay los que creen que Él estaba mostrándoles, que la higuera representa lo que había llegado a ser la religión judía, algo que prometió mucho, pero no daba nada de fruto, mucha ceremonia, muchas reuniones, pero nada de vida, nada de poder, nada de higos, entonces, Él dijo: “que nadie nunca coma fruto de ti”. Algunos dicen: “qué terrible, el Señor maldiciendo un árbol”, ¿qué pasa con los que piensan así? Habla con un campesino. ¿Cómo son los campesinos? Si un árbol no da fruto, lo cortan, lo queman, porque no sirve y plantan algo que sea fructífero. Yo quiero que hagamos caso de eso, tened fe en Dios…. Pablo lo puso en estas palabras: 21. a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. La gloria vendrá cuando nosotros permitimos a este poder funcionar en nosotros. “Tened fe en Dios”, nuestra fe en todo esto tiene que estar en Dios, tener fe en Dios, no en nuestra habilidad, no en nuestra fuerza, no en nuestra fe, no en nuestra oración. He oído a mucha gente decir: “yo tengo mucha fe en la oración”, ¡yo no! Yo tengo mucha fe en Dios, al cual oramos, no tener fe en nuestra intercesión, FE EN DIOS, no en nuestra guerra espiritual, porque si tenemos fe en estas otras cosas vamos a ser desilusionados. Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. El objeto de nuestra fe, no es el asunto por el cual oramos. Necesitamos confiar en Él. 1 Juan 5:14-15 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Entonces, esta habilidad de saber de antemano que tenemos la respuesta, viene de saber lo que Dios quiere y cuando estamos viviendo en el reino de los cielos y nos damos cuenta lo que Dios quiere, lo que Él está haciendo, lo que Él está diciendo, entonces nosotros podemos tener una confianza tremenda y sabremos que vamos a recibir lo que pedimos, y no tendremos duda… Algunos oran: Señor dame, dame, dame; por ejemplo, yo tengo que tener a Lupe por novia… Algunos jóvenes así oran. Joven métete profundamente en el reino de Dios a ver qué dice Dios de Lupe y de ti. Muchos dicen yo tengo miedo, a lo mejor va a decir; “¡no!”, entonces que sea no… Pero cuando sabemos, cuando hemos oído y sabemos, podemos tener confianza, ¿verdad? Algunas personas creerán que somos orgullosos, no es orgullo, simplemente lo sabemos porque Dios lo habló. A veces quisiéramos saber, actuamos como si supiéramos, tratamos de declarar como si supiéramos, pero en el fondo del corazón, tenemos miedo porque no estamos seguros. Esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Dios nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Jesús dijo: “tened fe en Dios”, has cualquier cosa, lee cualquier cosa, di cualquier cosa que provocará que tu fe en Dios crezca. Tener fe en Dios y luego puedes comprender cómo funciona el reino de Dios. Tenemos que empezar con fe en Dios y terminar con fe en Dios. A través del proceso de nacer de nuevo, por gracia y por fe, podemos ver y entrar al reino de los cielos donde el poder milagroso reside. Y este poder milagroso es nuestro si conocemos los principios del reino. Especialmente el principio o ley de milagros. Primeramente tenemos que quitar nuestros ojos de las circunstancias y las imposibilidades; y ver a Dios y las posibilidades que hay con Él a nuestro lado. Quita tus ojos de las circunstancias y las imposibilidades y ve a Dios y a Su reino donde hay absoluta posibilidad. No sucede en 10 minutos, pero empieza ya, tenemos que crecer. Hay una ley de milagros y gobierna sobre lo natural, es la disposición de Dios de poner a un lado el orden natural y hacer Su propósito aunque tenga que ir en contra del orden natural, esto es lo que conocemos como un milagro, algo que está por encima de las leyes naturales. La vida ha cesado, alguien está tirado en la calle, no está respirando, no tiene pulso, los ojos están fijos, está frío, y el color de su piel empieza a ponerse gris y sólo porque alguien habla en oración y en otras lenguas, la vida retorna, esto no es natural. Si llegara un paramédico, él no haría esto, él haría lo natural, él trataría de resucitarlo respirando en su boca, poniendo aparatos eléctricos en su corazón y el cuerpo brinca y todo eso. En la condición que yo mencioné nada va a suceder, el paramédico va a luchar, luchar y luego va a decir, no hay nada que podamos hacer. Es cierto, no hay nada que se pueda hacer, porque él está funcionando dentro de lo natural y en lo natural ya no hay nada que se pueda hacer. Pero lo sobrenatural entra si estamos funcionando en el reino de Dios. Podemos esperarlo y ser aventados y hacer milagros. Caminando en Fe para lo Sobrenatural Desde el día de Pentecostés, el Señor estableció un nuevo orden de las cosas, que por el poder del Espíritu Santo milagros pudieran llegar a ser normales para nosotros en el reino de Dios, algo que nosotros podemos esperar. Él dijo: “vosotros haréis cosas aún mayores de las que yo hago, porque voy al Padre”, cuando estaba aún vivo aquí en la tierra, les ordenó hacer cosas como sanar enfermos, levantar muertos, echar fuera demonios y cuando ellos no hicieron lo milagroso y lo sobrenatural, Él les dijo: “hombres de poca fe”. Él quiere que seamos un pueblo que espera milagros y hace milagros, que caminan en el reino de Dios, que veamos mucho más lo sobrenatural de lo que hemos visto hasta ahora, como cuando Pedro camino sobre el agua, unos cuantos metros, ¡este es el Señor al que servimos! Doce espías entraron a la tierra de promesa, Josué y Caleb eran dos de ellos, vieron que la tierra de promesa era muy fructífera, pero la gente allí eran gigantes, median tres metros de alto, eran fornidos y grandes, tipo soldados, volvieron y diez dijeron: “¡No! No podemos hacerlo”. Josué y Caleb dijeron: “Claro que lo podemos hacer, nosotros podemos ganarles, Dios está con nosotros”. Cuando tú dices, “Dios está con nosotros”, ¿tú de verdad lo crees o solamente estás repitiendo algo?, ha llegado a ser tan común decir, “Dios te bendiga”, que ni siquiera piensas en Dios, ni siquiera piensas que bendice… Dios te bendiga… hay Dios mío… Dios esto… Dios lo otro… ten cuidado de no usar el nombre de Dios en vano. Pero estos dos espías, creyeron de verdad, tuvieron fe en Dios, creyeron en Dios, lo podemos hacer, gigantes o no, si no podemos alcanzar más que su cintura allí le daré con la espada, ¡si Dios con nosotros, quién contra nosotros! ¡Vive así y Dios te dará una aventura! Los diez prevalecieron y ellos fueron hechos presos de su crisis, ignorando los principios de lo milagroso, cuarenta años en el desierto, funerales todos los días, llegando a ser viejos y quedando allí, cuarenta años, ¡yo no quiero caminar en el desierto! ¿Cuántos de ustedes quieren caminar en el desierto y nunca llegar a la tierra prometida? Es nuestra decisión creerle a Dios o creer en las circunstancias que estamos viendo. Me regocijo escuchando los milagros, no es natural, pero es normal en el Espíritu Santo, no natural, pero ya lo normal es lo sobrenatural. Recuerda, tenemos que dejar de ver a las circunstancias e imposibilidades y ver las posibilidades en Dios. Segundo lugar, no podemos dudar en nuestros corazones, hemos visto que el Espíritu controla lo material, hemos visto que la autoridad menor tiene que rendirse a la autoridad mayor y que la mente y voz son un instrumentos por lo cual la voluntad del Espíritu es transmitida al ambiente en nuestro derredor. El Espíritu Santo transmite a nuestro espíritu lo que Dios quiere y luego no dudamos en nuestros corazones, somos totalmente persuadidos e igual que Abraham ya de cien años, aunque tuvo sus momentos, pero llegó a creer y creyó que Dios pudo darle a él y a Sara un hijo, estando viejos ambos y Dios lo hizo. ¿Cuántos han oído de Pat Robertson, del club 700 de la televisión? Pat Robertson tiene el programa Club 700 y él habla de su vida, de cuando Dios le habló de comprar una cadena televisora, no tuvo un trabajo, pero Dios le habló, estaba tan convencido que él dice que era tan real que ni siquiera se preocupó que sólo tuviera 70 dlls. Este era su capital total y fue a comprar una televisora. RCA le vendió la televisora, después ellos dijeron: “hablaba tan positivo que creíamos que tenía el dinero en el banco”. Ahora, algunos oyendo esto tratan de pensar que pueden hacer eso, pero no han oído de Dios y piensan yo voy a hacerlo y quedan en vergüenza, tienen que oír a Dios, él oyó a Dios, Dios le habló, sus amigos creyeron que él estaba loco. Pero Dios le había dado una medida de fe y su espíritu respondió. Jesús dijo: “con hombres es imposible, pero con Dios todo es posible”. Recuerdan, la última vez hablábamos del poder de la palabra hablada. En cuanto a milagros, nosotros tenemos que ligarnos con este principio o ley del reino, el poder de la palabra hablada. Jesús habló a una higuera, esta se secó; Jesús habló a una tormenta y se detuvo; Jesús levantó a tres muertos; Jesús habló a demonios y huyeron; Jesús sanó leprosos hablando, aun cuando vino un centurión a él y la persona enferma estaba lejos, Él sólo dijo; sea hecho como tú has dicho, habló y habló y habló. La oración para Jesús fue comunicación con el Padre, escuchando al Padre, viendo al Padre, lo que estaba haciendo, lo que Él deseaba. Luego viendo esto, Su corazón y el corazón del Padre estaban unidos. Entonces cuando Jesús hablaba lo que oyó, eso mismo sucedió. ¿Qué te está diciendo Dios? ¿Qué te está revelando Dios? ¡La oración conecta el cielo con la tierra! Y el Reino de los cielos es establecido. Cuando llegas a saberlo, te pones en unidad con Dios, nada te será imposible, ¡nada! Si Dios quiere que hables con higueras, tú puedes y se secarán. Algunos han oído esto en la Biblia, han dicho: “ándale, este ingrato encino que siempre me ha molestado, ¡muérete!”. Y no muere y piensan: “¿por qué no muere?”, porque Dios no está diciendo muérete, al encino, si Dios estuviera diciéndolo, uno lo pudo discernir y cuando es revelado lo que Dios quiere que digas, entonces dices: “muere encino” y este muere. Mi anhelo es que cada hijo de Dios entre profundamente en el reino y entren en el área de la ley de milagros, Dios quiere obrar más milagros, cada persona que recibe un milagro, no necesariamente dará su vida a Jesús, porque el Señor hace milagros en incrédulos, sin embargo debemos seguir pidiendo milagros. La Escritura dice que fue confirmado Jesús por las señales, prodigios, milagros y sanidades que hacía entre el pueblo. No todos creyeron, pero muchos sí. Cristianismo tiene que ir acompañado por milagros. Cuando un viento del Espíritu sopla nunca sabemos de dónde viene o dónde va, como les he dicho, a veces un incrédulo es sanado y la persona más santa entre nosotros no. Uno dice: “yo no entiendo”, no entiendes y no entendemos porque todavía nos falta ver y oír a Dios como debemos. Hay milagros que son hechos para impactar al mundo incrédulo y hay otros para el bien de la iglesia. Hay dones del Espíritu y la Biblia dice que esos son dados para el bien del cuerpo, debemos pedirle que nos dé estos dones para sanar al cuerpo y estos otros milagros para impactar la ciudad en donde vivimos. Yo declaro que Cd. Juárez es una ciudad de paz, declara en oración tu ciudad como ciudad de paz, declaremos el propósito de Dios, con los traficantes, que hombres de maldad huyan. Tal vez pienses que en estos tiempos es imposible que suceda con el aumento de maldad y violencia, pero Dios gobierna sobre lo natural y para la iglesia lo sobrenatural debe ser lo normal. ¿Quieres tú ver a Dios? ¿Quieres ver lo que Dios está haciendo, para que tú puedas hacer eso?, ¿oír lo que está diciendo para que puedas decir eso? ¿Eso quieres? Recuerda, esto es mucha responsabilidad. ¿Quieres quedarte dónde estás o quieres madurar y crecer en el reino? ¿Estás dispuesto a cambiar tu manera de orar y no sólo pedir y pedir y pedir? Santiago dice; “Ustedes no reciben porque sólo piden para sus deleites”. Si tú vas a tomar el reto y la responsabilidad de avanzar en el reino de Dios, tienes que hacerlo de corazón, con una profunda convicción de que lo harás para que la voluntad de Dios sea cumplida y no la tuya. Lo harás para lograr los milagros que Dios quiere hacer y no sólo para suplir tus necesidades. ¿Lo quieres? En serio, ¿Lo quieres? Entonces dile: “Señor, yo voy a hacer un cambio y yo voy a empezar a buscar verdaderamente lo que quieres, cada día, cada momento, qué es lo que quieres y cuando me dé cuenta lo haré sabiendo que me respaldarás, no puedo fallar. |
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Por: Hno. Victor Richards
El Reino de los Cielos Pt.VI |
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LA ORACIÓN Continuamos adentrándonos en las Leyes del Reino de los cielos, vamos a recordar algunas cosas que hemos visto. El reino de los cielos también es conocido como: Todo esto es el reino de los cielos. También vimos que el reino de los cielos es superior: Hemos visto algunas leyes del reino de los cielos: Continuamos con: EL PRINCIPIO DE LOS MILAGROS La Oración que funciona ¿Recuerdan cuando Jesús y sus discípulos estaban caminando hacia el templo? Él vio esta higuera llena de hojas... Entonces Jesús ve que no hay fruto, pero tiene hojas, aparenta ser muy fructífero, pero no lo es y Él sólo dice: “nadie coma nunca más de ti” y siguen caminando, yo creo que sus discípulos están pensando, ¿qué quiere decir eso? Cuando pasan por ahí el día siguiente; “Maestro mira, esta higuera se secó hasta las raíces”, Jesús pudiera haber dicho: “¿qué esperaban?”, pero no lo dijo. Más bien dijo: “Tened fe en Dios”. Hay los que creen que Él estaba mostrándoles, que la higuera representa lo que había llegado a ser la religión judía, algo que prometió mucho, pero no daba nada de fruto, mucha ceremonia, muchas reuniones, pero nada de vida, nada de poder, nada de higos, entonces, Él dijo: “que nadie nunca coma fruto de ti”. Algunos dicen: “qué terrible, el Señor maldiciendo un árbol”, ¿qué pasa con los que piensan así? Habla con un campesino. ¿Cómo son los campesinos? Si un árbol no da fruto, lo cortan, lo queman, porque no sirve y plantan algo que sea fructífero. Yo quiero que hagamos caso de eso, tened fe en Dios…. Pablo lo puso en estas palabras: 21. a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. La gloria vendrá cuando nosotros permitimos a este poder funcionar en nosotros. “Tened fe en Dios”, nuestra fe en todo esto tiene que estar en Dios, tener fe en Dios, no en nuestra habilidad, no en nuestra fuerza, no en nuestra fe, no en nuestra oración. He oído a mucha gente decir: “yo tengo mucha fe en la oración”, ¡yo no! Yo tengo mucha fe en Dios, al cual oramos, no tener fe en nuestra intercesión, FE EN DIOS, no en nuestra guerra espiritual, porque si tenemos fe en estas otras cosas vamos a ser desilusionados. Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. El objeto de nuestra fe, no es el asunto por el cual oramos. Necesitamos confiar en Él. 1 Juan 5:14-15 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Entonces, esta habilidad de saber de antemano que tenemos la respuesta, viene de saber lo que Dios quiere y cuando estamos viviendo en el reino de los cielos y nos damos cuenta lo que Dios quiere, lo que Él está haciendo, lo que Él está diciendo, entonces nosotros podemos tener una confianza tremenda y sabremos que vamos a recibir lo que pedimos, y no tendremos duda… Algunos oran: Señor dame, dame, dame; por ejemplo, yo tengo que tener a Lupe por novia… Algunos jóvenes así oran. Joven métete profundamente en el reino de Dios a ver qué dice Dios de Lupe y de ti. Muchos dicen yo tengo miedo, a lo mejor va a decir; “¡no!”, entonces que sea no… Pero cuando sabemos, cuando hemos oído y sabemos, podemos tener confianza, ¿verdad? Algunas personas creerán que somos orgullosos, no es orgullo, simplemente lo sabemos porque Dios lo habló. A veces quisiéramos saber, actuamos como si supiéramos, tratamos de declarar como si supiéramos, pero en el fondo del corazón, tenemos miedo porque no estamos seguros. Esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Dios nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Jesús dijo: “tened fe en Dios”, has cualquier cosa, lee cualquier cosa, di cualquier cosa que provocará que tu fe en Dios crezca. Tener fe en Dios y luego puedes comprender cómo funciona el reino de Dios. Tenemos que empezar con fe en Dios y terminar con fe en Dios. A través del proceso de nacer de nuevo, por gracia y por fe, podemos ver y entrar al reino de los cielos donde el poder milagroso reside. Y este poder milagroso es nuestro si conocemos los principios del reino. Especialmente el principio o ley de milagros. Primeramente tenemos que quitar nuestros ojos de las circunstancias y las imposibilidades; y ver a Dios y las posibilidades que hay con Él a nuestro lado. Quita tus ojos de las circunstancias y las imposibilidades y ve a Dios y a Su reino donde hay absoluta posibilidad. No sucede en 10 minutos, pero empieza ya, tenemos que crecer. Hay una ley de milagros y gobierna sobre lo natural, es la disposición de Dios de poner a un lado el orden natural y hacer Su propósito aunque tenga que ir en contra del orden natural, esto es lo que conocemos como un milagro, algo que está por encima de las leyes naturales. La vida ha cesado, alguien está tirado en la calle, no está respirando, no tiene pulso, los ojos están fijos, está frío, y el color de su piel empieza a ponerse gris y sólo porque alguien habla en oración y en otras lenguas, la vida retorna, esto no es natural. Si llegara un paramédico, él no haría esto, él haría lo natural, él trataría de resucitarlo respirando en su boca, poniendo aparatos eléctricos en su corazón y el cuerpo brinca y todo eso. En la condición que yo mencioné nada va a suceder, el paramédico va a luchar, luchar y luego va a decir, no hay nada que podamos hacer. Es cierto, no hay nada que se pueda hacer, porque él está funcionando dentro de lo natural y en lo natural ya no hay nada que se pueda hacer. Pero lo sobrenatural entra si estamos funcionando en el reino de Dios. Podemos esperarlo y ser aventados y hacer milagros. Caminando en Fe para lo Sobrenatural Desde el día de Pentecostés, el Señor estableció un nuevo orden de las cosas, que por el poder del Espíritu Santo milagros pudieran llegar a ser normales para nosotros en el reino de Dios, algo que nosotros podemos esperar. Él dijo: “vosotros haréis cosas aún mayores de las que yo hago, porque voy al Padre”, cuando estaba aún vivo aquí en la tierra, les ordenó hacer cosas como sanar enfermos, levantar muertos, echar fuera demonios y cuando ellos no hicieron lo milagroso y lo sobrenatural, Él les dijo: “hombres de poca fe”. Él quiere que seamos un pueblo que espera milagros y hace milagros, que caminan en el reino de Dios, que veamos mucho más lo sobrenatural de lo que hemos visto hasta ahora, como cuando Pedro camino sobre el agua, unos cuantos metros, ¡este es el Señor al que servimos! Doce espías entraron a la tierra de promesa, Josué y Caleb eran dos de ellos, vieron que la tierra de promesa era muy fructífera, pero la gente allí eran gigantes, median tres metros de alto, eran fornidos y grandes, tipo soldados, volvieron y diez dijeron: “¡No! No podemos hacerlo”. Josué y Caleb dijeron: “Claro que lo podemos hacer, nosotros podemos ganarles, Dios está con nosotros”. Cuando tú dices, “Dios está con nosotros”, ¿tú de verdad lo crees o solamente estás repitiendo algo?, ha llegado a ser tan común decir, “Dios te bendiga”, que ni siquiera piensas en Dios, ni siquiera piensas que bendice… Dios te bendiga… hay Dios mío… Dios esto… Dios lo otro… ten cuidado de no usar el nombre de Dios en vano. Pero estos dos espías, creyeron de verdad, tuvieron fe en Dios, creyeron en Dios, lo podemos hacer, gigantes o no, si no podemos alcanzar más que su cintura allí le daré con la espada, ¡si Dios con nosotros, quién contra nosotros! ¡Vive así y Dios te dará una aventura! Los diez prevalecieron y ellos fueron hechos presos de su crisis, ignorando los principios de lo milagroso, cuarenta años en el desierto, funerales todos los días, llegando a ser viejos y quedando allí, cuarenta años, ¡yo no quiero caminar en el desierto! ¿Cuántos de ustedes quieren caminar en el desierto y nunca llegar a la tierra prometida? Es nuestra decisión creerle a Dios o creer en las circunstancias que estamos viendo. Me regocijo escuchando los milagros, no es natural, pero es normal en el Espíritu Santo, no natural, pero ya lo normal es lo sobrenatural. Recuerda, tenemos que dejar de ver a las circunstancias e imposibilidades y ver las posibilidades en Dios. Segundo lugar, no podemos dudar en nuestros corazones, hemos visto que el Espíritu controla lo material, hemos visto que la autoridad menor tiene que rendirse a la autoridad mayor y que la mente y voz son un instrumentos por lo cual la voluntad del Espíritu es transmitida al ambiente en nuestro derredor. El Espíritu Santo transmite a nuestro espíritu lo que Dios quiere y luego no dudamos en nuestros corazones, somos totalmente persuadidos e igual que Abraham ya de cien años, aunque tuvo sus momentos, pero llegó a creer y creyó que Dios pudo darle a él y a Sara un hijo, estando viejos ambos y Dios lo hizo. ¿Cuántos han oído de Pat Robertson, del club 700 de la televisión? Pat Robertson tiene el programa Club 700 y él habla de su vida, de cuando Dios le habló de comprar una cadena televisora, no tuvo un trabajo, pero Dios le habló, estaba tan convencido que él dice que era tan real que ni siquiera se preocupó que sólo tuviera 70 dlls. Este era su capital total y fue a comprar una televisora. RCA le vendió la televisora, después ellos dijeron: “hablaba tan positivo que creíamos que tenía el dinero en el banco”. Ahora, algunos oyendo esto tratan de pensar que pueden hacer eso, pero no han oído de Dios y piensan yo voy a hacerlo y quedan en vergüenza, tienen que oír a Dios, él oyó a Dios, Dios le habló, sus amigos creyeron que él estaba loco. Pero Dios le había dado una medida de fe y su espíritu respondió. Jesús dijo: “con hombres es imposible, pero con Dios todo es posible”. Recuerdan, la última vez hablábamos del poder de la palabra hablada. En cuanto a milagros, nosotros tenemos que ligarnos con este principio o ley del reino, el poder de la palabra hablada. Jesús habló a una higuera, esta se secó; Jesús habló a una tormenta y se detuvo; Jesús levantó a tres muertos; Jesús habló a demonios y huyeron; Jesús sanó leprosos hablando, aun cuando vino un centurión a él y la persona enferma estaba lejos, Él sólo dijo; sea hecho como tú has dicho, habló y habló y habló. La oración para Jesús fue comunicación con el Padre, escuchando al Padre, viendo al Padre, lo que estaba haciendo, lo que Él deseaba. Luego viendo esto, Su corazón y el corazón del Padre estaban unidos. Entonces cuando Jesús hablaba lo que oyó, eso mismo sucedió. ¿Qué te está diciendo Dios? ¿Qué te está revelando Dios? ¡La oración conecta el cielo con la tierra! Y el Reino de los cielos es establecido. Cuando llegas a saberlo, te pones en unidad con Dios, nada te será imposible, ¡nada! Si Dios quiere que hables con higueras, tú puedes y se secarán. Algunos han oído esto en la Biblia, han dicho: “ándale, este ingrato encino que siempre me ha molestado, ¡muérete!”. Y no muere y piensan: “¿por qué no muere?”, porque Dios no está diciendo muérete, al encino, si Dios estuviera diciéndolo, uno lo pudo discernir y cuando es revelado lo que Dios quiere que digas, entonces dices: “muere encino” y este muere. Mi anhelo es que cada hijo de Dios entre profundamente en el reino y entren en el área de la ley de milagros, Dios quiere obrar más milagros, cada persona que recibe un milagro, no necesariamente dará su vida a Jesús, porque el Señor hace milagros en incrédulos, sin embargo debemos seguir pidiendo milagros. La Escritura dice que fue confirmado Jesús por las señales, prodigios, milagros y sanidades que hacía entre el pueblo. No todos creyeron, pero muchos sí. Cristianismo tiene que ir acompañado por milagros. Cuando un viento del Espíritu sopla nunca sabemos de dónde viene o dónde va, como les he dicho, a veces un incrédulo es sanado y la persona más santa entre nosotros no. Uno dice: “yo no entiendo”, no entiendes y no entendemos porque todavía nos falta ver y oír a Dios como debemos. Hay milagros que son hechos para impactar al mundo incrédulo y hay otros para el bien de la iglesia. Hay dones del Espíritu y la Biblia dice que esos son dados para el bien del cuerpo, debemos pedirle que nos dé estos dones para sanar al cuerpo y estos otros milagros para impactar la ciudad en donde vivimos. Yo declaro que Cd. Juárez es una ciudad de paz, declara en oración tu ciudad como ciudad de paz, declaremos el propósito de Dios, con los traficantes, que hombres de maldad huyan. Tal vez pienses que en estos tiempos es imposible que suceda con el aumento de maldad y violencia, pero Dios gobierna sobre lo natural y para la iglesia lo sobrenatural debe ser lo normal. ¿Quieres tú ver a Dios? ¿Quieres ver lo que Dios está haciendo, para que tú puedas hacer eso?, ¿oír lo que está diciendo para que puedas decir eso? ¿Eso quieres? Recuerda, esto es mucha responsabilidad. ¿Quieres quedarte dónde estás o quieres madurar y crecer en el reino? ¿Estás dispuesto a cambiar tu manera de orar y no sólo pedir y pedir y pedir? Santiago dice; “Ustedes no reciben porque sólo piden para sus deleites”. Si tú vas a tomar el reto y la responsabilidad de avanzar en el reino de Dios, tienes que hacerlo de corazón, con una profunda convicción de que lo harás para que la voluntad de Dios sea cumplida y no la tuya. Lo harás para lograr los milagros que Dios quiere hacer y no sólo para suplir tus necesidades. ¿Lo quieres? En serio, ¿Lo quieres? Entonces dile: “Señor, yo voy a hacer un cambio y yo voy a empezar a buscar verdaderamente lo que quieres, cada día, cada momento, qué es lo que quieres y cuando me dé cuenta lo haré sabiendo que me respaldarás, no puedo fallar. |
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El Reino de los Cielos Pt.VI |
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LA ORACIÓN Continuamos adentrándonos en las Leyes del Reino de los cielos, vamos a recordar algunas cosas que hemos visto. El reino de los cielos también es conocido como: Todo esto es el reino de los cielos. También vimos que el reino de los cielos es superior: Hemos visto algunas leyes del reino de los cielos: Continuamos con: EL PRINCIPIO DE LOS MILAGROS La Oración que funciona ¿Recuerdan cuando Jesús y sus discípulos estaban caminando hacia el templo? Él vio esta higuera llena de hojas... Entonces Jesús ve que no hay fruto, pero tiene hojas, aparenta ser muy fructífero, pero no lo es y Él sólo dice: “nadie coma nunca más de ti” y siguen caminando, yo creo que sus discípulos están pensando, ¿qué quiere decir eso? Cuando pasan por ahí el día siguiente; “Maestro mira, esta higuera se secó hasta las raíces”, Jesús pudiera haber dicho: “¿qué esperaban?”, pero no lo dijo. Más bien dijo: “Tened fe en Dios”. Hay los que creen que Él estaba mostrándoles, que la higuera representa lo que había llegado a ser la religión judía, algo que prometió mucho, pero no daba nada de fruto, mucha ceremonia, muchas reuniones, pero nada de vida, nada de poder, nada de higos, entonces, Él dijo: “que nadie nunca coma fruto de ti”. Algunos dicen: “qué terrible, el Señor maldiciendo un árbol”, ¿qué pasa con los que piensan así? Habla con un campesino. ¿Cómo son los campesinos? Si un árbol no da fruto, lo cortan, lo queman, porque no sirve y plantan algo que sea fructífero. Yo quiero que hagamos caso de eso, tened fe en Dios…. Pablo lo puso en estas palabras: 21. a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. La gloria vendrá cuando nosotros permitimos a este poder funcionar en nosotros. “Tened fe en Dios”, nuestra fe en todo esto tiene que estar en Dios, tener fe en Dios, no en nuestra habilidad, no en nuestra fuerza, no en nuestra fe, no en nuestra oración. He oído a mucha gente decir: “yo tengo mucha fe en la oración”, ¡yo no! Yo tengo mucha fe en Dios, al cual oramos, no tener fe en nuestra intercesión, FE EN DIOS, no en nuestra guerra espiritual, porque si tenemos fe en estas otras cosas vamos a ser desilusionados. Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. El objeto de nuestra fe, no es el asunto por el cual oramos. Necesitamos confiar en Él. 1 Juan 5:14-15 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Entonces, esta habilidad de saber de antemano que tenemos la respuesta, viene de saber lo que Dios quiere y cuando estamos viviendo en el reino de los cielos y nos damos cuenta lo que Dios quiere, lo que Él está haciendo, lo que Él está diciendo, entonces nosotros podemos tener una confianza tremenda y sabremos que vamos a recibir lo que pedimos, y no tendremos duda… Algunos oran: Señor dame, dame, dame; por ejemplo, yo tengo que tener a Lupe por novia… Algunos jóvenes así oran. Joven métete profundamente en el reino de Dios a ver qué dice Dios de Lupe y de ti. Muchos dicen yo tengo miedo, a lo mejor va a decir; “¡no!”, entonces que sea no… Pero cuando sabemos, cuando hemos oído y sabemos, podemos tener confianza, ¿verdad? Algunas personas creerán que somos orgullosos, no es orgullo, simplemente lo sabemos porque Dios lo habló. A veces quisiéramos saber, actuamos como si supiéramos, tratamos de declarar como si supiéramos, pero en el fondo del corazón, tenemos miedo porque no estamos seguros. Esta es la confianza que tenemos en Dios, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Dios nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. Jesús dijo: “tened fe en Dios”, has cualquier cosa, lee cualquier cosa, di cualquier cosa que provocará que tu fe en Dios crezca. Tener fe en Dios y luego puedes comprender cómo funciona el reino de Dios. Tenemos que empezar con fe en Dios y terminar con fe en Dios. A través del proceso de nacer de nuevo, por gracia y por fe, podemos ver y entrar al reino de los cielos donde el poder milagroso reside. Y este poder milagroso es nuestro si conocemos los principios del reino. Especialmente el principio o ley de milagros. Primeramente tenemos que quitar nuestros ojos de las circunstancias y las imposibilidades; y ver a Dios y las posibilidades que hay con Él a nuestro lado. Quita tus ojos de las circunstancias y las imposibilidades y ve a Dios y a Su reino donde hay absoluta posibilidad. No sucede en 10 minutos, pero empieza ya, tenemos que crecer. Hay una ley de milagros y gobierna sobre lo natural, es la disposición de Dios de poner a un lado el orden natural y hacer Su propósito aunque tenga que ir en contra del orden natural, esto es lo que conocemos como un milagro, algo que está por encima de las leyes naturales. La vida ha cesado, alguien está tirado en la calle, no está respirando, no tiene pulso, los ojos están fijos, está frío, y el color de su piel empieza a ponerse gris y sólo porque alguien habla en oración y en otras lenguas, la vida retorna, esto no es natural. Si llegara un paramédico, él no haría esto, él haría lo natural, él trataría de resucitarlo respirando en su boca, poniendo aparatos eléctricos en su corazón y el cuerpo brinca y todo eso. En la condición que yo mencioné nada va a suceder, el paramédico va a luchar, luchar y luego va a decir, no hay nada que podamos hacer. Es cierto, no hay nada que se pueda hacer, porque él está funcionando dentro de lo natural y en lo natural ya no hay nada que se pueda hacer. Pero lo sobrenatural entra si estamos funcionando en el reino de Dios. Podemos esperarlo y ser aventados y hacer milagros. Caminando en Fe para lo Sobrenatural Desde el día de Pentecostés, el Señor estableció un nuevo orden de las cosas, que por el poder del Espíritu Santo milagros pudieran llegar a ser normales para nosotros en el reino de Dios, algo que nosotros podemos esperar. Él dijo: “vosotros haréis cosas aún mayores de las que yo hago, porque voy al Padre”, cuando estaba aún vivo aquí en la tierra, les ordenó hacer cosas como sanar enfermos, levantar muertos, echar fuera demonios y cuando ellos no hicieron lo milagroso y lo sobrenatural, Él les dijo: “hombres de poca fe”. Él quiere que seamos un pueblo que espera milagros y hace milagros, que caminan en el reino de Dios, que veamos mucho más lo sobrenatural de lo que hemos visto hasta ahora, como cuando Pedro camino sobre el agua, unos cuantos metros, ¡este es el Señor al que servimos! Doce espías entraron a la tierra de promesa, Josué y Caleb eran dos de ellos, vieron que la tierra de promesa era muy fructífera, pero la gente allí eran gigantes, median tres metros de alto, eran fornidos y grandes, tipo soldados, volvieron y diez dijeron: “¡No! No podemos hacerlo”. Josué y Caleb dijeron: “Claro que lo podemos hacer, nosotros podemos ganarles, Dios está con nosotros”. Cuando tú dices, “Dios está con nosotros”, ¿tú de verdad lo crees o solamente estás repitiendo algo?, ha llegado a ser tan común decir, “Dios te bendiga”, que ni siquiera piensas en Dios, ni siquiera piensas que bendice… Dios te bendiga… hay Dios mío… Dios esto… Dios lo otro… ten cuidado de no usar el nombre de Dios en vano. Pero estos dos espías, creyeron de verdad, tuvieron fe en Dios, creyeron en Dios, lo podemos hacer, gigantes o no, si no podemos alcanzar más que su cintura allí le daré con la espada, ¡si Dios con nosotros, quién contra nosotros! ¡Vive así y Dios te dará una aventura! Los diez prevalecieron y ellos fueron hechos presos de su crisis, ignorando los principios de lo milagroso, cuarenta años en el desierto, funerales todos los días, llegando a ser viejos y quedando allí, cuarenta años, ¡yo no quiero caminar en el desierto! ¿Cuántos de ustedes quieren caminar en el desierto y nunca llegar a la tierra prometida? Es nuestra decisión creerle a Dios o creer en las circunstancias que estamos viendo. Me regocijo escuchando los milagros, no es natural, pero es normal en el Espíritu Santo, no natural, pero ya lo normal es lo sobrenatural. Recuerda, tenemos que dejar de ver a las circunstancias e imposibilidades y ver las posibilidades en Dios. Segundo lugar, no podemos dudar en nuestros corazones, hemos visto que el Espíritu controla lo material, hemos visto que la autoridad menor tiene que rendirse a la autoridad mayor y que la mente y voz son un instrumentos por lo cual la voluntad del Espíritu es transmitida al ambiente en nuestro derredor. El Espíritu Santo transmite a nuestro espíritu lo que Dios quiere y luego no dudamos en nuestros corazones, somos totalmente persuadidos e igual que Abraham ya de cien años, aunque tuvo sus momentos, pero llegó a creer y creyó que Dios pudo darle a él y a Sara un hijo, estando viejos ambos y Dios lo hizo. ¿Cuántos han oído de Pat Robertson, del club 700 de la televisión? Pat Robertson tiene el programa Club 700 y él habla de su vida, de cuando Dios le habló de comprar una cadena televisora, no tuvo un trabajo, pero Dios le habló, estaba tan convencido que él dice que era tan real que ni siquiera se preocupó que sólo tuviera 70 dlls. Este era su capital total y fue a comprar una televisora. RCA le vendió la televisora, después ellos dijeron: “hablaba tan positivo que creíamos que tenía el dinero en el banco”. Ahora, algunos oyendo esto tratan de pensar que pueden hacer eso, pero no han oído de Dios y piensan yo voy a hacerlo y quedan en vergüenza, tienen que oír a Dios, él oyó a Dios, Dios le habló, sus amigos creyeron que él estaba loco. Pero Dios le había dado una medida de fe y su espíritu respondió. Jesús dijo: “con hombres es imposible, pero con Dios todo es posible”. Recuerdan, la última vez hablábamos del poder de la palabra hablada. En cuanto a milagros, nosotros tenemos que ligarnos con este principio o ley del reino, el poder de la palabra hablada. Jesús habló a una higuera, esta se secó; Jesús habló a una tormenta y se detuvo; Jesús levantó a tres muertos; Jesús habló a demonios y huyeron; Jesús sanó leprosos hablando, aun cuando vino un centurión a él y la persona enferma estaba lejos, Él sólo dijo; sea hecho como tú has dicho, habló y habló y habló. La oración para Jesús fue comunicación con el Padre, escuchando al Padre, viendo al Padre, lo que estaba haciendo, lo que Él deseaba. Luego viendo esto, Su corazón y el corazón del Padre estaban unidos. Entonces cuando Jesús hablaba lo que oyó, eso mismo sucedió. ¿Qué te está diciendo Dios? ¿Qué te está revelando Dios? ¡La oración conecta el cielo con la tierra! Y el Reino de los cielos es establecido. Cuando llegas a saberlo, te pones en unidad con Dios, nada te será imposible, ¡nada! Si Dios quiere que hables con higueras, tú puedes y se secarán. Algunos han oído esto en la Biblia, han dicho: “ándale, este ingrato encino que siempre me ha molestado, ¡muérete!”. Y no muere y piensan: “¿por qué no muere?”, porque Dios no está diciendo muérete, al encino, si Dios estuviera diciéndolo, uno lo pudo discernir y cuando es revelado lo que Dios quiere que digas, entonces dices: “muere encino” y este muere. Mi anhelo es que cada hijo de Dios entre profundamente en el reino y entren en el área de la ley de milagros, Dios quiere obrar más milagros, cada persona que recibe un milagro, no necesariamente dará su vida a Jesús, porque el Señor hace milagros en incrédulos, sin embargo debemos seguir pidiendo milagros. La Escritura dice que fue confirmado Jesús por las señales, prodigios, milagros y sanidades que hacía entre el pueblo. No todos creyeron, pero muchos sí. Cristianismo tiene que ir acompañado por milagros. Cuando un viento del Espíritu sopla nunca sabemos de dónde viene o dónde va, como les he dicho, a veces un incrédulo es sanado y la persona más santa entre nosotros no. Uno dice: “yo no entiendo”, no entiendes y no entendemos porque todavía nos falta ver y oír a Dios como debemos. Hay milagros que son hechos para impactar al mundo incrédulo y hay otros para el bien de la iglesia. Hay dones del Espíritu y la Biblia dice que esos son dados para el bien del cuerpo, debemos pedirle que nos dé estos dones para sanar al cuerpo y estos otros milagros para impactar la ciudad en donde vivimos. Yo declaro que Cd. Juárez es una ciudad de paz, declara en oración tu ciudad como ciudad de paz, declaremos el propósito de Dios, con los traficantes, que hombres de maldad huyan. Tal vez pienses que en estos tiempos es imposible que suceda con el aumento de maldad y violencia, pero Dios gobierna sobre lo natural y para la iglesia lo sobrenatural debe ser lo normal. ¿Quieres tú ver a Dios? ¿Quieres ver lo que Dios está haciendo, para que tú puedas hacer eso?, ¿oír lo que está diciendo para que puedas decir eso? ¿Eso quieres? Recuerda, esto es mucha responsabilidad. ¿Quieres quedarte dónde estás o quieres madurar y crecer en el reino? ¿Estás dispuesto a cambiar tu manera de orar y no sólo pedir y pedir y pedir? Santiago dice; “Ustedes no reciben porque sólo piden para sus deleites”. Si tú vas a tomar el reto y la responsabilidad de avanzar en el reino de Dios, tienes que hacerlo de corazón, con una profunda convicción de que lo harás para que la voluntad de Dios sea cumplida y no la tuya. Lo harás para lograr los milagros que Dios quiere hacer y no sólo para suplir tus necesidades. ¿Lo quieres? En serio, ¿Lo quieres? Entonces dile: “Señor, yo voy a hacer un cambio y yo voy a empezar a buscar verdaderamente lo que quieres, cada día, cada momento, qué es lo que quieres y cuando me dé cuenta lo haré sabiendo que me respaldarás, no puedo fallar. |
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