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El Reino de los Cielos Pt.XIII | |||||||
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La ley de la reciprocidad #5 En el segundo aniversario del 11 de Septiembre, el horrible ataque a las torres gemelas, un hombre llamó a una radiodifusora en North Fork, Virginia, su nombre era Robert Matthews. Esto es lo que le sucedió antes del ataque terrorista del 11 de Septiembre. Mi esposa planeó un viaje a California para visitar a su hermana y su vuelo fue justamente el 11 de Septiembre. Yendo al aeropuerto orábamos a Dios que la cuidara en el viaje, que Su presencia estuviera con ella y momentos después de decir amén, oímos un fuerte ruido y el carro empezó a temblar y me detuve, se había tronado una llanta, puse la llanta tan rápido como pude, pero ella perdió su vuelo, ambos estábamos molestos. Volviendo a casa, recibí una llamada de mi padre que era un bombero de Nueva York, nos informó que el vuelo que perdió mi esposa fue uno de los aviones que se estrelló con una de las torres, me quedé mudo, casi no pude hablar. Mi papá también tenía otra noticia, dijo que él iba a ir y ayudar allí a sacar a los que estaban todavía dentro de los edificios, él dijo; “yo no puedo quedarme aquí y no hacer nada”. Recuerden, Robert estaba hablando a la radiodifusora, él dijo: “yo estaba muy preocupado por la seguridad de mi padre, porque él nunca había dado su vida a Cristo, pero no pude convencerle y él fue a meterse en esta área de peligro”, antes de colgar mi padre dijo: “cuida mucho a mi nieto”, estas fueron sus últimas palabras, las últimas que yo escucharía de mi padre. Él murió ayudando en los esfuerzos de rescate. De repente, mi gozo por la seguridad de mi esposa se convirtió en enojo, me encontré enojado con Dios, con mi padre y conmigo mismo. Yo he pasado casi dos años acusando a Dios por la muerte de mi padre. Mi hijo jamás conocerá a su abuelo y mi padre nunca aceptó a Cristo y nunca tuve la oportunidad de decirle adiós. Luego algo sucedió, hace dos meses estaba sentado en la casa con mi esposa e hijo, cuando alguien tocó la puerta, vi a mi esposa y pude ver que ella no estaba esperando a nadie. Abrí la puerta y era una pareja con un bebé en sus brazos. El hombre me vio y sin presentarse me preguntó; ¿su papá se llama Jacob Matthews? yo le dije que sí, y me agarró la mano y dijo :“yo nunca tuve la oportunidad conocer a su padre, pero es un honor conocer a su hijo”. Luego me explicó que su esposa trabajaba en el World Trade Center (las torres gemelas) y ella estuvo dentro durante el ataque y no pudo salir, estaba bajo mucho escombro y estaba embarazada del niño que ahora tenían con ellos, luego explicó que fue mi papá quien encontró a su esposa y trabajó para liberarla. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando yo pensé en mi padre dando su vida por personas como estas, luego él dijo : “hay algo más que usted necesita saber, mi esposa me dijo que mientras su papá estaba trabajando fuerte para sacarla debajo de los escombros, ella le habló de Cristo y él oró y aceptó a Jesús como su Salvador”. Robert continuó; “yo estaba llorando sin control, mientras este hombre me contaba sobre mi padre .Ahora sé que cuando llegue al cielo mi papá estará esperándome y esta familia podrá darle gracias también. Cuando nació su hijo, le llamaron Jacob Matthew en honor a mi padre que dio su vida para que una madre y su hijo pudieran vivir. Amados hermanos, Jacob Matthew recibió el fruto de reciprocidad, por la oración de su hijo y su nuera. Él dio su vida para salvar a víctimas del 9/11 y Dios arregló las cosas para que Jesús le salvara a él. Reciprocidad, es una ley del reino de los cielos y hablando del reino de los cielos, ¿recuerdas lo que predicaron Juan el Bautista y Jesús? Cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. Arrepentimiento, cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. Puede que uno que es salvo piense que esto es sólo para los no salvos, pero no mis amados, esto también es para nosotros, los que ya le hemos recibido. Cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. El reino que llena los cielos, el reino eterno de Dios se acerca a distintos lugares y regiones, y se nos ha acercado aquí últimamente. Y también se acercará el día cuando todos los reinos de la tierra doblarán sus rodillas delante del rey de gloria. La Escritura dice en los Evangelios lo siguiente: La voz del profeta proclama, preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Esto es para nosotros hoy, este día cuando Él va a regresar, el día cuando el reino de los cielos va a llegar a todo el mundo, este día se acerca, enderezad sus sendas. ¿Por qué? Porque Él va a regresar. Fue dicho por Isaías y está en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, esto es importante. Amados, es importante enderezad nuestras sendas, no permitan que la enseñanza del reino les entre por un oído y salga por el otro, no dejes que sea sólo una serie de predicaciones que compras y luego las guardas. Estemos preparando el camino del Señor, enderezando sus sendas. Es tiempo aprender a vivir en el reino de los cielos, el reino de Dios. Recuerda, el Señor dijo a los líderes religiosos de su día y nos dice a nosotros ahora; el reino de Dios está entre vosotros, no lo vemos con el ojo natural, pero está entre nosotros. Cuando Jesús estaba hablando con Nicodemo acerca del Espíritu, Nicodemo le preguntó sobre su origen y Jesús no le contestó, Él dijo que el Espíritu sopla donde quiere y no sabes de donde viene ni a donde va, simplemente sopla. El Espíritu y el reino están entre nosotros y algunos ni siquiera lo perciben. Está entre nosotros, como el mismo aire que respiramos en este preciso momento. El reino de los cielos está entre nosotros. Tenemos que preparar los caminos del Señor, enderezad sus sendas, Él está aquí y somos privilegiados, somos muy pero muy privilegiados. Cuando Jesús sanó enfermos y libró endemoniados declaró que estas cosas sucedieron porque el reino de los cielos se había acercado, recuerden, el reino de los cielos puede acercarse, puede alejarse y puede esconderse. Muchos han sido sanados, oímos de milagros hoy en día, hemos oído de tumores desaparecidos, tomografías con tumor y antes de hacer cirugía toman otra y ya no está, ¡ha desaparecido! Hemos oídio de trapos ungidos siendo llevados, puestos sobre enfermos y se han sanado. Varios han sido levantados de la muerte en la calle donde cayeron, estas cosas están sucediendo, muchísimos han hecho públicamente la confesión de fe en Jesucristo, hemos visto multitudes respondiendo a las invitaciones para salvación, el reino de los cielos se nos ha acercado, no lo menospreciemos. Esta gran gracia requiere de nosotros una respuesta, requiere de cada cristiano una respuesta de corazón, un agradecimiento, las cosas no son como eran, gracias a Dios. La expresión del reino está entre nosotros, necesitamos un cambio en la manera en que pensamos y vivimos. Si nosotros no hemos sido cambiados, nosotros vamos a perder lo que Dios está haciendo, y lo que Él está haciendo, es glorioso. Necesitamos ser agradecidos y cuidar nuestra vida y cambiar lo que no es agradable al Señor. El reino de los cielos se ha acercado y nosotros tenemos que cambiar la manera que pensamos y vivimos para que el reino de los cielos continúe acercándose, continúe entre nosotros y para que el Espíritu de Dios siga soplando como Él quiere, ¡no lo queremos perder! Hay una verdad en las Escrituras que debemos tomar en cuenta, Jesús lo habló a Israel por haberle rechazado, pero tiene un mensaje para nosotros si llegáramos a ser indiferentes al reino de Dios o desobedientes a sus normas y preceptos. Se encuentra en: Mateo 21:43 “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”. Eso es lo que dijo Jesús a Israel, al pueblo escogido de Dios. Yo creo que Él está hablándonos a nosotros también, si nosotros nos ponemos apáticos. Tenemos que tener un anhelo por el reino de Dios, aprender del reino de Dios. Esta palabra es para todos nosotros, pero los que hemos sido bendecidos con algún nivel de liderazgo, somos aún más responsables de no permitir que el reino de los cielos se aparte de nosotros, que no se nos escurra de nuestras manos. Nosotros tenemos que tener cuidado, se ha acercado el reino de los cielos. Esto no sólo es una serie de enseñanza, es una realidad, es una de las realidades más potentes en la Palabra de Dios. Las palabras “reino de los cielos, reino de Dios y reino”; hablando de este reino, se encuentran 132 veces en el Nuevo Testamento, mayormente en Mateo, Marcos, Lucas y Juan, es decir, era clave en la enseñanza de Jesús, continuamente hablando del reino, lee las Escrituras, márcalas, es una verdad principal. Hay un reino eterno, Jesús es el Rey del reino, Él habló del Evangelio del reino y lo que puede suceder cuando el reino se acerca. En Lucas 11 Jesús nos enseñó a orar, “Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino y se haga tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Termina esta breve oración mencionando otra vez el reino, “porque tuyo es el reino”. ¿Por qué tanta mención del reino en una oración tan corta? Porque es muy importante. Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. Yo pregunto, ¿dónde están los violentos por el reino de Dios? Esto no está hablando de hacer mal al reino, esto habla de la gente que anhela meterse más adentro en el reino de Dios, no es suficiente para ellos sólo entrar a la puerta y acampar allí. ¡No! Ellos son intrépidos (violentos) porque quieren más del reino, quieren más revelación. Para muchos, el cristianismo es, “¡oh! la gracia de Dios me ha salvado, voy al cielo y punto”. Pero esto no es todo mi amado, hay un reino, hay un gobierno de Dios y Jesús es el rey y tenemos que aprender a vivir en este reino. Ahora, usted dice: “¿qué no he sido lavado por la sangre?”, pues probablemente sí, si recibiste a Jesús, sí, entonces, ¿mi nombre está escrito en el libro de la vida? Sí. ¿Entonces, por qué tanta preocupación Hno. Victor?” ¡Hey! ¿Quieres vivir cerca del reino o en la periferia del reino? ¿En dónde quieres vivir tú? Yo quiero estar cerca del trono, lo más cerca de la gloria que sea posible, tal vez uno dice: ¡No! Hno. Victor, yo no creo algo así, pues entonces no lo creas, pero Él nos ha dado cosas que aprender. ¿Dónde están los violentos por el reino de los cielos?, ¿dónde están los que entregarán todo para poseer el reino de los cielos? Hemos leído y enseñado de aquel que vendió todo para comprar un campo con un tesoro, el que vendió todo para comprar una perla de gran precio y en cada parábola Jesús empezó diciendo; el reino de los cielos es semejante a… y luego da estos ejemplos. ¿Dónde están los que viven y dicen; “me ayuden o no, llevaré el reino de los cielos a los que no lo tienen”? ¿Dónde están? Yo lo voy a servir, no me importa quién se oponga, Dios ha puesto en mi corazón alcanzar un pueblo y yo iré, y si no me dan un quinto, y no me dicen ni siquiera, “Dios te bendiga”, yo lo voy hacer de todos modos, ¿Dónde están los que viven así? ¿Dónde están los que están siendo tomados cautivos por el reino de los cielos y su Rey? Nosotros y otros que Dios ha levantado a liderazgo, debemos tener mucho cuidado, que no llegue a ser rutinario, que no llegue a ser sólo un trabajo lo que hacemos todos los días. Nosotros tenemos que ser los violentos. Los intrépidos, para ser un ejemplo para la congregación donde asistimos y para el pueblo de Dios, violentos para entrar más profundo en el reino de los cielos. Que seamos diferentes, extraños si quieres, raros, revolucionarios, radicales, fanáticos por Dios y por Su reino. Necesitamos ser violentos en nuestra entrada al reino si queremos tocar el poder. Los que son así, pueden tocar el poder y no les destruirá, algunos no pueden con el poder. Dios empieza hacer cosas poderosas y les destruye, porque empiezan a creer que son ellos, nunca somos nosotros. Cada vez que vemos Su poder en nosotros, debemos ser más humildes y reconocer que es Dios quien nos ha permitido movernos en Su poder, conectarnos con Su poder y luego regalarlo a un mundo necesitado. Está escrito en 1 Corintios 4:20 “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder, si fuera sólo palabras y no hubiera manifestación de poder, ¿de qué sirve? Pero hay manifestación de poder en el reino de Dios. ¡Qué verdad tan maravillosa! Porque por ahí andan muchos que sólo piensan en lo terrenal, más nuestra ciudadanía está en los cielos. Otra vez Filipenses 3:20-21 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo 21. el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”. Esto no tiene nada que ver con ser mexicano o norteamericano. ¡Imagínalo! Vamos a ser como Jesús en la gloria y esto será por el poder con el cual puede también sujetar todas las cosas, y lo va hacer, a Jesús van a sujetarse los Estados Unidos, Rusia, Irak, México, Él es el rey del reino. Nosotros nunca hemos vivido bajo un rey, tenemos una mezcla de democracia y socialismo y creemos que podemos criticar a quien queramos en la manera más fea, sea verdad o mentira lo que digamos. No hemos vivido bajo un rey, hasta que venimos al Señor y luego entramos en un reino, pero no sabemos vivir en un reino. Yo quiero decirte, uno no habla mal del Rey, ¡no! Jesús es el rey del reino, es el rey del gobierno de Dios, Dios tiene un gobierno y nosotros tenemos que aprender a vivir bajo este gobierno. Nosotros, los lavados con la sangre del Cordero, somos ciudadanos de este reino, de este gobierno, de esta nación santa, ¿me estoy explicando? Porque uno no sólo puede decir; “Señor Jesucristo perdona mis pecados, ven a mi vida” y luego vivir como antes vivía, ¡no! 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Nosotros vivimos diferente, pero no sólo para ganar la salvación. Vivimos diferente porque hemos sido transformados. Efesios 2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9. no por obras, para que nadie se gloríe. 10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras Ahora vivimos en el reino, y viviendo en el reino vivimos conforme a sus preceptos y sus leyes. Hemos estado aprendiendo de algunas de sus leyes, estas no son sugerencias, son leyes, preceptos, principios de cómo funciona el reino de Dios. Los cristianos debemos de vivir conforme a estos preceptos. Si el Espíritu Santo ha estado hablando a tu vida mientras leías este tema, creo sinceramente que es tiempo que hagas una oración. Señor vengo a ti en el nombre de Jesús y mi clamor es que tu reino no se aparte de mi, mi oración es que no se escurra de mis manos, clamo que no te canses de mí, me arrepiento de toda apatía, toda indiferencia, que venga tu reino, que sea hecha tu voluntad como en el cielo así también en mi vida. Que sea hecha tu voluntad, Señor, que venga tu reino con más poder, más maravillas, más señales, más prodigios, más sanidades, mas resurrecciones de muertos; provocando que tu nombre sea grandemente glorificado y que multitudes sean convertidos a tu Hijo Jesucristo. Amén. |
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Por: Hno. Victor Richards
El Reino de los Cielos Pt.XIII |
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La ley de la reciprocidad #5 En el segundo aniversario del 11 de Septiembre, el horrible ataque a las torres gemelas, un hombre llamó a una radiodifusora en North Fork, Virginia, su nombre era Robert Matthews. Esto es lo que le sucedió antes del ataque terrorista del 11 de Septiembre. Mi esposa planeó un viaje a California para visitar a su hermana y su vuelo fue justamente el 11 de Septiembre. Yendo al aeropuerto orábamos a Dios que la cuidara en el viaje, que Su presencia estuviera con ella y momentos después de decir amén, oímos un fuerte ruido y el carro empezó a temblar y me detuve, se había tronado una llanta, puse la llanta tan rápido como pude, pero ella perdió su vuelo, ambos estábamos molestos. Volviendo a casa, recibí una llamada de mi padre que era un bombero de Nueva York, nos informó que el vuelo que perdió mi esposa fue uno de los aviones que se estrelló con una de las torres, me quedé mudo, casi no pude hablar. Mi papá también tenía otra noticia, dijo que él iba a ir y ayudar allí a sacar a los que estaban todavía dentro de los edificios, él dijo; “yo no puedo quedarme aquí y no hacer nada”. Recuerden, Robert estaba hablando a la radiodifusora, él dijo: “yo estaba muy preocupado por la seguridad de mi padre, porque él nunca había dado su vida a Cristo, pero no pude convencerle y él fue a meterse en esta área de peligro”, antes de colgar mi padre dijo: “cuida mucho a mi nieto”, estas fueron sus últimas palabras, las últimas que yo escucharía de mi padre. Él murió ayudando en los esfuerzos de rescate. De repente, mi gozo por la seguridad de mi esposa se convirtió en enojo, me encontré enojado con Dios, con mi padre y conmigo mismo. Yo he pasado casi dos años acusando a Dios por la muerte de mi padre. Mi hijo jamás conocerá a su abuelo y mi padre nunca aceptó a Cristo y nunca tuve la oportunidad de decirle adiós. Luego algo sucedió, hace dos meses estaba sentado en la casa con mi esposa e hijo, cuando alguien tocó la puerta, vi a mi esposa y pude ver que ella no estaba esperando a nadie. Abrí la puerta y era una pareja con un bebé en sus brazos. El hombre me vio y sin presentarse me preguntó; ¿su papá se llama Jacob Matthews? yo le dije que sí, y me agarró la mano y dijo :“yo nunca tuve la oportunidad conocer a su padre, pero es un honor conocer a su hijo”. Luego me explicó que su esposa trabajaba en el World Trade Center (las torres gemelas) y ella estuvo dentro durante el ataque y no pudo salir, estaba bajo mucho escombro y estaba embarazada del niño que ahora tenían con ellos, luego explicó que fue mi papá quien encontró a su esposa y trabajó para liberarla. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando yo pensé en mi padre dando su vida por personas como estas, luego él dijo : “hay algo más que usted necesita saber, mi esposa me dijo que mientras su papá estaba trabajando fuerte para sacarla debajo de los escombros, ella le habló de Cristo y él oró y aceptó a Jesús como su Salvador”. Robert continuó; “yo estaba llorando sin control, mientras este hombre me contaba sobre mi padre .Ahora sé que cuando llegue al cielo mi papá estará esperándome y esta familia podrá darle gracias también. Cuando nació su hijo, le llamaron Jacob Matthew en honor a mi padre que dio su vida para que una madre y su hijo pudieran vivir. Amados hermanos, Jacob Matthew recibió el fruto de reciprocidad, por la oración de su hijo y su nuera. Él dio su vida para salvar a víctimas del 9/11 y Dios arregló las cosas para que Jesús le salvara a él. Reciprocidad, es una ley del reino de los cielos y hablando del reino de los cielos, ¿recuerdas lo que predicaron Juan el Bautista y Jesús? Cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. Arrepentimiento, cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. Puede que uno que es salvo piense que esto es sólo para los no salvos, pero no mis amados, esto también es para nosotros, los que ya le hemos recibido. Cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. El reino que llena los cielos, el reino eterno de Dios se acerca a distintos lugares y regiones, y se nos ha acercado aquí últimamente. Y también se acercará el día cuando todos los reinos de la tierra doblarán sus rodillas delante del rey de gloria. La Escritura dice en los Evangelios lo siguiente: La voz del profeta proclama, preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Esto es para nosotros hoy, este día cuando Él va a regresar, el día cuando el reino de los cielos va a llegar a todo el mundo, este día se acerca, enderezad sus sendas. ¿Por qué? Porque Él va a regresar. Fue dicho por Isaías y está en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, esto es importante. Amados, es importante enderezad nuestras sendas, no permitan que la enseñanza del reino les entre por un oído y salga por el otro, no dejes que sea sólo una serie de predicaciones que compras y luego las guardas. Estemos preparando el camino del Señor, enderezando sus sendas. Es tiempo aprender a vivir en el reino de los cielos, el reino de Dios. Recuerda, el Señor dijo a los líderes religiosos de su día y nos dice a nosotros ahora; el reino de Dios está entre vosotros, no lo vemos con el ojo natural, pero está entre nosotros. Cuando Jesús estaba hablando con Nicodemo acerca del Espíritu, Nicodemo le preguntó sobre su origen y Jesús no le contestó, Él dijo que el Espíritu sopla donde quiere y no sabes de donde viene ni a donde va, simplemente sopla. El Espíritu y el reino están entre nosotros y algunos ni siquiera lo perciben. Está entre nosotros, como el mismo aire que respiramos en este preciso momento. El reino de los cielos está entre nosotros. Tenemos que preparar los caminos del Señor, enderezad sus sendas, Él está aquí y somos privilegiados, somos muy pero muy privilegiados. Cuando Jesús sanó enfermos y libró endemoniados declaró que estas cosas sucedieron porque el reino de los cielos se había acercado, recuerden, el reino de los cielos puede acercarse, puede alejarse y puede esconderse. Muchos han sido sanados, oímos de milagros hoy en día, hemos oído de tumores desaparecidos, tomografías con tumor y antes de hacer cirugía toman otra y ya no está, ¡ha desaparecido! Hemos oídio de trapos ungidos siendo llevados, puestos sobre enfermos y se han sanado. Varios han sido levantados de la muerte en la calle donde cayeron, estas cosas están sucediendo, muchísimos han hecho públicamente la confesión de fe en Jesucristo, hemos visto multitudes respondiendo a las invitaciones para salvación, el reino de los cielos se nos ha acercado, no lo menospreciemos. Esta gran gracia requiere de nosotros una respuesta, requiere de cada cristiano una respuesta de corazón, un agradecimiento, las cosas no son como eran, gracias a Dios. La expresión del reino está entre nosotros, necesitamos un cambio en la manera en que pensamos y vivimos. Si nosotros no hemos sido cambiados, nosotros vamos a perder lo que Dios está haciendo, y lo que Él está haciendo, es glorioso. Necesitamos ser agradecidos y cuidar nuestra vida y cambiar lo que no es agradable al Señor. El reino de los cielos se ha acercado y nosotros tenemos que cambiar la manera que pensamos y vivimos para que el reino de los cielos continúe acercándose, continúe entre nosotros y para que el Espíritu de Dios siga soplando como Él quiere, ¡no lo queremos perder! Hay una verdad en las Escrituras que debemos tomar en cuenta, Jesús lo habló a Israel por haberle rechazado, pero tiene un mensaje para nosotros si llegáramos a ser indiferentes al reino de Dios o desobedientes a sus normas y preceptos. Se encuentra en: Mateo 21:43 “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”. Eso es lo que dijo Jesús a Israel, al pueblo escogido de Dios. Yo creo que Él está hablándonos a nosotros también, si nosotros nos ponemos apáticos. Tenemos que tener un anhelo por el reino de Dios, aprender del reino de Dios. Esta palabra es para todos nosotros, pero los que hemos sido bendecidos con algún nivel de liderazgo, somos aún más responsables de no permitir que el reino de los cielos se aparte de nosotros, que no se nos escurra de nuestras manos. Nosotros tenemos que tener cuidado, se ha acercado el reino de los cielos. Esto no sólo es una serie de enseñanza, es una realidad, es una de las realidades más potentes en la Palabra de Dios. Las palabras “reino de los cielos, reino de Dios y reino”; hablando de este reino, se encuentran 132 veces en el Nuevo Testamento, mayormente en Mateo, Marcos, Lucas y Juan, es decir, era clave en la enseñanza de Jesús, continuamente hablando del reino, lee las Escrituras, márcalas, es una verdad principal. Hay un reino eterno, Jesús es el Rey del reino, Él habló del Evangelio del reino y lo que puede suceder cuando el reino se acerca. En Lucas 11 Jesús nos enseñó a orar, “Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino y se haga tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Termina esta breve oración mencionando otra vez el reino, “porque tuyo es el reino”. ¿Por qué tanta mención del reino en una oración tan corta? Porque es muy importante. Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. Yo pregunto, ¿dónde están los violentos por el reino de Dios? Esto no está hablando de hacer mal al reino, esto habla de la gente que anhela meterse más adentro en el reino de Dios, no es suficiente para ellos sólo entrar a la puerta y acampar allí. ¡No! Ellos son intrépidos (violentos) porque quieren más del reino, quieren más revelación. Para muchos, el cristianismo es, “¡oh! la gracia de Dios me ha salvado, voy al cielo y punto”. Pero esto no es todo mi amado, hay un reino, hay un gobierno de Dios y Jesús es el rey y tenemos que aprender a vivir en este reino. Ahora, usted dice: “¿qué no he sido lavado por la sangre?”, pues probablemente sí, si recibiste a Jesús, sí, entonces, ¿mi nombre está escrito en el libro de la vida? Sí. ¿Entonces, por qué tanta preocupación Hno. Victor?” ¡Hey! ¿Quieres vivir cerca del reino o en la periferia del reino? ¿En dónde quieres vivir tú? Yo quiero estar cerca del trono, lo más cerca de la gloria que sea posible, tal vez uno dice: ¡No! Hno. Victor, yo no creo algo así, pues entonces no lo creas, pero Él nos ha dado cosas que aprender. ¿Dónde están los violentos por el reino de los cielos?, ¿dónde están los que entregarán todo para poseer el reino de los cielos? Hemos leído y enseñado de aquel que vendió todo para comprar un campo con un tesoro, el que vendió todo para comprar una perla de gran precio y en cada parábola Jesús empezó diciendo; el reino de los cielos es semejante a… y luego da estos ejemplos. ¿Dónde están los que viven y dicen; “me ayuden o no, llevaré el reino de los cielos a los que no lo tienen”? ¿Dónde están? Yo lo voy a servir, no me importa quién se oponga, Dios ha puesto en mi corazón alcanzar un pueblo y yo iré, y si no me dan un quinto, y no me dicen ni siquiera, “Dios te bendiga”, yo lo voy hacer de todos modos, ¿Dónde están los que viven así? ¿Dónde están los que están siendo tomados cautivos por el reino de los cielos y su Rey? Nosotros y otros que Dios ha levantado a liderazgo, debemos tener mucho cuidado, que no llegue a ser rutinario, que no llegue a ser sólo un trabajo lo que hacemos todos los días. Nosotros tenemos que ser los violentos. Los intrépidos, para ser un ejemplo para la congregación donde asistimos y para el pueblo de Dios, violentos para entrar más profundo en el reino de los cielos. Que seamos diferentes, extraños si quieres, raros, revolucionarios, radicales, fanáticos por Dios y por Su reino. Necesitamos ser violentos en nuestra entrada al reino si queremos tocar el poder. Los que son así, pueden tocar el poder y no les destruirá, algunos no pueden con el poder. Dios empieza hacer cosas poderosas y les destruye, porque empiezan a creer que son ellos, nunca somos nosotros. Cada vez que vemos Su poder en nosotros, debemos ser más humildes y reconocer que es Dios quien nos ha permitido movernos en Su poder, conectarnos con Su poder y luego regalarlo a un mundo necesitado. Está escrito en 1 Corintios 4:20 “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder, si fuera sólo palabras y no hubiera manifestación de poder, ¿de qué sirve? Pero hay manifestación de poder en el reino de Dios. ¡Qué verdad tan maravillosa! Porque por ahí andan muchos que sólo piensan en lo terrenal, más nuestra ciudadanía está en los cielos. Otra vez Filipenses 3:20-21 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo 21. el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”. Esto no tiene nada que ver con ser mexicano o norteamericano. ¡Imagínalo! Vamos a ser como Jesús en la gloria y esto será por el poder con el cual puede también sujetar todas las cosas, y lo va hacer, a Jesús van a sujetarse los Estados Unidos, Rusia, Irak, México, Él es el rey del reino. Nosotros nunca hemos vivido bajo un rey, tenemos una mezcla de democracia y socialismo y creemos que podemos criticar a quien queramos en la manera más fea, sea verdad o mentira lo que digamos. No hemos vivido bajo un rey, hasta que venimos al Señor y luego entramos en un reino, pero no sabemos vivir en un reino. Yo quiero decirte, uno no habla mal del Rey, ¡no! Jesús es el rey del reino, es el rey del gobierno de Dios, Dios tiene un gobierno y nosotros tenemos que aprender a vivir bajo este gobierno. Nosotros, los lavados con la sangre del Cordero, somos ciudadanos de este reino, de este gobierno, de esta nación santa, ¿me estoy explicando? Porque uno no sólo puede decir; “Señor Jesucristo perdona mis pecados, ven a mi vida” y luego vivir como antes vivía, ¡no! 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Nosotros vivimos diferente, pero no sólo para ganar la salvación. Vivimos diferente porque hemos sido transformados. Efesios 2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9. no por obras, para que nadie se gloríe. 10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras Ahora vivimos en el reino, y viviendo en el reino vivimos conforme a sus preceptos y sus leyes. Hemos estado aprendiendo de algunas de sus leyes, estas no son sugerencias, son leyes, preceptos, principios de cómo funciona el reino de Dios. Los cristianos debemos de vivir conforme a estos preceptos. Si el Espíritu Santo ha estado hablando a tu vida mientras leías este tema, creo sinceramente que es tiempo que hagas una oración. Señor vengo a ti en el nombre de Jesús y mi clamor es que tu reino no se aparte de mi, mi oración es que no se escurra de mis manos, clamo que no te canses de mí, me arrepiento de toda apatía, toda indiferencia, que venga tu reino, que sea hecha tu voluntad como en el cielo así también en mi vida. Que sea hecha tu voluntad, Señor, que venga tu reino con más poder, más maravillas, más señales, más prodigios, más sanidades, mas resurrecciones de muertos; provocando que tu nombre sea grandemente glorificado y que multitudes sean convertidos a tu Hijo Jesucristo. Amén. |
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La ley de la reciprocidad #5 En el segundo aniversario del 11 de Septiembre, el horrible ataque a las torres gemelas, un hombre llamó a una radiodifusora en North Fork, Virginia, su nombre era Robert Matthews. Esto es lo que le sucedió antes del ataque terrorista del 11 de Septiembre. Mi esposa planeó un viaje a California para visitar a su hermana y su vuelo fue justamente el 11 de Septiembre. Yendo al aeropuerto orábamos a Dios que la cuidara en el viaje, que Su presencia estuviera con ella y momentos después de decir amén, oímos un fuerte ruido y el carro empezó a temblar y me detuve, se había tronado una llanta, puse la llanta tan rápido como pude, pero ella perdió su vuelo, ambos estábamos molestos. Volviendo a casa, recibí una llamada de mi padre que era un bombero de Nueva York, nos informó que el vuelo que perdió mi esposa fue uno de los aviones que se estrelló con una de las torres, me quedé mudo, casi no pude hablar. Mi papá también tenía otra noticia, dijo que él iba a ir y ayudar allí a sacar a los que estaban todavía dentro de los edificios, él dijo; “yo no puedo quedarme aquí y no hacer nada”. Recuerden, Robert estaba hablando a la radiodifusora, él dijo: “yo estaba muy preocupado por la seguridad de mi padre, porque él nunca había dado su vida a Cristo, pero no pude convencerle y él fue a meterse en esta área de peligro”, antes de colgar mi padre dijo: “cuida mucho a mi nieto”, estas fueron sus últimas palabras, las últimas que yo escucharía de mi padre. Él murió ayudando en los esfuerzos de rescate. De repente, mi gozo por la seguridad de mi esposa se convirtió en enojo, me encontré enojado con Dios, con mi padre y conmigo mismo. Yo he pasado casi dos años acusando a Dios por la muerte de mi padre. Mi hijo jamás conocerá a su abuelo y mi padre nunca aceptó a Cristo y nunca tuve la oportunidad de decirle adiós. Luego algo sucedió, hace dos meses estaba sentado en la casa con mi esposa e hijo, cuando alguien tocó la puerta, vi a mi esposa y pude ver que ella no estaba esperando a nadie. Abrí la puerta y era una pareja con un bebé en sus brazos. El hombre me vio y sin presentarse me preguntó; ¿su papá se llama Jacob Matthews? yo le dije que sí, y me agarró la mano y dijo :“yo nunca tuve la oportunidad conocer a su padre, pero es un honor conocer a su hijo”. Luego me explicó que su esposa trabajaba en el World Trade Center (las torres gemelas) y ella estuvo dentro durante el ataque y no pudo salir, estaba bajo mucho escombro y estaba embarazada del niño que ahora tenían con ellos, luego explicó que fue mi papá quien encontró a su esposa y trabajó para liberarla. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando yo pensé en mi padre dando su vida por personas como estas, luego él dijo : “hay algo más que usted necesita saber, mi esposa me dijo que mientras su papá estaba trabajando fuerte para sacarla debajo de los escombros, ella le habló de Cristo y él oró y aceptó a Jesús como su Salvador”. Robert continuó; “yo estaba llorando sin control, mientras este hombre me contaba sobre mi padre .Ahora sé que cuando llegue al cielo mi papá estará esperándome y esta familia podrá darle gracias también. Cuando nació su hijo, le llamaron Jacob Matthew en honor a mi padre que dio su vida para que una madre y su hijo pudieran vivir. Amados hermanos, Jacob Matthew recibió el fruto de reciprocidad, por la oración de su hijo y su nuera. Él dio su vida para salvar a víctimas del 9/11 y Dios arregló las cosas para que Jesús le salvara a él. Reciprocidad, es una ley del reino de los cielos y hablando del reino de los cielos, ¿recuerdas lo que predicaron Juan el Bautista y Jesús? Cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. Arrepentimiento, cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. Puede que uno que es salvo piense que esto es sólo para los no salvos, pero no mis amados, esto también es para nosotros, los que ya le hemos recibido. Cambia tu manera de pensar y tu manera de vivir porque el reino de los cielos se ha acercado. El reino que llena los cielos, el reino eterno de Dios se acerca a distintos lugares y regiones, y se nos ha acercado aquí últimamente. Y también se acercará el día cuando todos los reinos de la tierra doblarán sus rodillas delante del rey de gloria. La Escritura dice en los Evangelios lo siguiente: La voz del profeta proclama, preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Esto es para nosotros hoy, este día cuando Él va a regresar, el día cuando el reino de los cielos va a llegar a todo el mundo, este día se acerca, enderezad sus sendas. ¿Por qué? Porque Él va a regresar. Fue dicho por Isaías y está en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, esto es importante. Amados, es importante enderezad nuestras sendas, no permitan que la enseñanza del reino les entre por un oído y salga por el otro, no dejes que sea sólo una serie de predicaciones que compras y luego las guardas. Estemos preparando el camino del Señor, enderezando sus sendas. Es tiempo aprender a vivir en el reino de los cielos, el reino de Dios. Recuerda, el Señor dijo a los líderes religiosos de su día y nos dice a nosotros ahora; el reino de Dios está entre vosotros, no lo vemos con el ojo natural, pero está entre nosotros. Cuando Jesús estaba hablando con Nicodemo acerca del Espíritu, Nicodemo le preguntó sobre su origen y Jesús no le contestó, Él dijo que el Espíritu sopla donde quiere y no sabes de donde viene ni a donde va, simplemente sopla. El Espíritu y el reino están entre nosotros y algunos ni siquiera lo perciben. Está entre nosotros, como el mismo aire que respiramos en este preciso momento. El reino de los cielos está entre nosotros. Tenemos que preparar los caminos del Señor, enderezad sus sendas, Él está aquí y somos privilegiados, somos muy pero muy privilegiados. Cuando Jesús sanó enfermos y libró endemoniados declaró que estas cosas sucedieron porque el reino de los cielos se había acercado, recuerden, el reino de los cielos puede acercarse, puede alejarse y puede esconderse. Muchos han sido sanados, oímos de milagros hoy en día, hemos oído de tumores desaparecidos, tomografías con tumor y antes de hacer cirugía toman otra y ya no está, ¡ha desaparecido! Hemos oídio de trapos ungidos siendo llevados, puestos sobre enfermos y se han sanado. Varios han sido levantados de la muerte en la calle donde cayeron, estas cosas están sucediendo, muchísimos han hecho públicamente la confesión de fe en Jesucristo, hemos visto multitudes respondiendo a las invitaciones para salvación, el reino de los cielos se nos ha acercado, no lo menospreciemos. Esta gran gracia requiere de nosotros una respuesta, requiere de cada cristiano una respuesta de corazón, un agradecimiento, las cosas no son como eran, gracias a Dios. La expresión del reino está entre nosotros, necesitamos un cambio en la manera en que pensamos y vivimos. Si nosotros no hemos sido cambiados, nosotros vamos a perder lo que Dios está haciendo, y lo que Él está haciendo, es glorioso. Necesitamos ser agradecidos y cuidar nuestra vida y cambiar lo que no es agradable al Señor. El reino de los cielos se ha acercado y nosotros tenemos que cambiar la manera que pensamos y vivimos para que el reino de los cielos continúe acercándose, continúe entre nosotros y para que el Espíritu de Dios siga soplando como Él quiere, ¡no lo queremos perder! Hay una verdad en las Escrituras que debemos tomar en cuenta, Jesús lo habló a Israel por haberle rechazado, pero tiene un mensaje para nosotros si llegáramos a ser indiferentes al reino de Dios o desobedientes a sus normas y preceptos. Se encuentra en: Mateo 21:43 “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él”. Eso es lo que dijo Jesús a Israel, al pueblo escogido de Dios. Yo creo que Él está hablándonos a nosotros también, si nosotros nos ponemos apáticos. Tenemos que tener un anhelo por el reino de Dios, aprender del reino de Dios. Esta palabra es para todos nosotros, pero los que hemos sido bendecidos con algún nivel de liderazgo, somos aún más responsables de no permitir que el reino de los cielos se aparte de nosotros, que no se nos escurra de nuestras manos. Nosotros tenemos que tener cuidado, se ha acercado el reino de los cielos. Esto no sólo es una serie de enseñanza, es una realidad, es una de las realidades más potentes en la Palabra de Dios. Las palabras “reino de los cielos, reino de Dios y reino”; hablando de este reino, se encuentran 132 veces en el Nuevo Testamento, mayormente en Mateo, Marcos, Lucas y Juan, es decir, era clave en la enseñanza de Jesús, continuamente hablando del reino, lee las Escrituras, márcalas, es una verdad principal. Hay un reino eterno, Jesús es el Rey del reino, Él habló del Evangelio del reino y lo que puede suceder cuando el reino se acerca. En Lucas 11 Jesús nos enseñó a orar, “Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino y se haga tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Termina esta breve oración mencionando otra vez el reino, “porque tuyo es el reino”. ¿Por qué tanta mención del reino en una oración tan corta? Porque es muy importante. Mateo 11:12 “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. Yo pregunto, ¿dónde están los violentos por el reino de Dios? Esto no está hablando de hacer mal al reino, esto habla de la gente que anhela meterse más adentro en el reino de Dios, no es suficiente para ellos sólo entrar a la puerta y acampar allí. ¡No! Ellos son intrépidos (violentos) porque quieren más del reino, quieren más revelación. Para muchos, el cristianismo es, “¡oh! la gracia de Dios me ha salvado, voy al cielo y punto”. Pero esto no es todo mi amado, hay un reino, hay un gobierno de Dios y Jesús es el rey y tenemos que aprender a vivir en este reino. Ahora, usted dice: “¿qué no he sido lavado por la sangre?”, pues probablemente sí, si recibiste a Jesús, sí, entonces, ¿mi nombre está escrito en el libro de la vida? Sí. ¿Entonces, por qué tanta preocupación Hno. Victor?” ¡Hey! ¿Quieres vivir cerca del reino o en la periferia del reino? ¿En dónde quieres vivir tú? Yo quiero estar cerca del trono, lo más cerca de la gloria que sea posible, tal vez uno dice: ¡No! Hno. Victor, yo no creo algo así, pues entonces no lo creas, pero Él nos ha dado cosas que aprender. ¿Dónde están los violentos por el reino de los cielos?, ¿dónde están los que entregarán todo para poseer el reino de los cielos? Hemos leído y enseñado de aquel que vendió todo para comprar un campo con un tesoro, el que vendió todo para comprar una perla de gran precio y en cada parábola Jesús empezó diciendo; el reino de los cielos es semejante a… y luego da estos ejemplos. ¿Dónde están los que viven y dicen; “me ayuden o no, llevaré el reino de los cielos a los que no lo tienen”? ¿Dónde están? Yo lo voy a servir, no me importa quién se oponga, Dios ha puesto en mi corazón alcanzar un pueblo y yo iré, y si no me dan un quinto, y no me dicen ni siquiera, “Dios te bendiga”, yo lo voy hacer de todos modos, ¿Dónde están los que viven así? ¿Dónde están los que están siendo tomados cautivos por el reino de los cielos y su Rey? Nosotros y otros que Dios ha levantado a liderazgo, debemos tener mucho cuidado, que no llegue a ser rutinario, que no llegue a ser sólo un trabajo lo que hacemos todos los días. Nosotros tenemos que ser los violentos. Los intrépidos, para ser un ejemplo para la congregación donde asistimos y para el pueblo de Dios, violentos para entrar más profundo en el reino de los cielos. Que seamos diferentes, extraños si quieres, raros, revolucionarios, radicales, fanáticos por Dios y por Su reino. Necesitamos ser violentos en nuestra entrada al reino si queremos tocar el poder. Los que son así, pueden tocar el poder y no les destruirá, algunos no pueden con el poder. Dios empieza hacer cosas poderosas y les destruye, porque empiezan a creer que son ellos, nunca somos nosotros. Cada vez que vemos Su poder en nosotros, debemos ser más humildes y reconocer que es Dios quien nos ha permitido movernos en Su poder, conectarnos con Su poder y luego regalarlo a un mundo necesitado. Está escrito en 1 Corintios 4:20 “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder. El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder, si fuera sólo palabras y no hubiera manifestación de poder, ¿de qué sirve? Pero hay manifestación de poder en el reino de Dios. ¡Qué verdad tan maravillosa! Porque por ahí andan muchos que sólo piensan en lo terrenal, más nuestra ciudadanía está en los cielos. Otra vez Filipenses 3:20-21 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo 21. el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”. Esto no tiene nada que ver con ser mexicano o norteamericano. ¡Imagínalo! Vamos a ser como Jesús en la gloria y esto será por el poder con el cual puede también sujetar todas las cosas, y lo va hacer, a Jesús van a sujetarse los Estados Unidos, Rusia, Irak, México, Él es el rey del reino. Nosotros nunca hemos vivido bajo un rey, tenemos una mezcla de democracia y socialismo y creemos que podemos criticar a quien queramos en la manera más fea, sea verdad o mentira lo que digamos. No hemos vivido bajo un rey, hasta que venimos al Señor y luego entramos en un reino, pero no sabemos vivir en un reino. Yo quiero decirte, uno no habla mal del Rey, ¡no! Jesús es el rey del reino, es el rey del gobierno de Dios, Dios tiene un gobierno y nosotros tenemos que aprender a vivir bajo este gobierno. Nosotros, los lavados con la sangre del Cordero, somos ciudadanos de este reino, de este gobierno, de esta nación santa, ¿me estoy explicando? Porque uno no sólo puede decir; “Señor Jesucristo perdona mis pecados, ven a mi vida” y luego vivir como antes vivía, ¡no! 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Nosotros vivimos diferente, pero no sólo para ganar la salvación. Vivimos diferente porque hemos sido transformados. Efesios 2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9. no por obras, para que nadie se gloríe. 10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras Ahora vivimos en el reino, y viviendo en el reino vivimos conforme a sus preceptos y sus leyes. Hemos estado aprendiendo de algunas de sus leyes, estas no son sugerencias, son leyes, preceptos, principios de cómo funciona el reino de Dios. Los cristianos debemos de vivir conforme a estos preceptos. Si el Espíritu Santo ha estado hablando a tu vida mientras leías este tema, creo sinceramente que es tiempo que hagas una oración. Señor vengo a ti en el nombre de Jesús y mi clamor es que tu reino no se aparte de mi, mi oración es que no se escurra de mis manos, clamo que no te canses de mí, me arrepiento de toda apatía, toda indiferencia, que venga tu reino, que sea hecha tu voluntad como en el cielo así también en mi vida. Que sea hecha tu voluntad, Señor, que venga tu reino con más poder, más maravillas, más señales, más prodigios, más sanidades, mas resurrecciones de muertos; provocando que tu nombre sea grandemente glorificado y que multitudes sean convertidos a tu Hijo Jesucristo. Amén. |
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