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El Reino de los Cielos Pt. XIV | |||||||
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LA LEY DE LA RECIPROCIDAD #6 Hemos estado aprendiendo de las normas, los preceptos y los principios del reino de Dios. La ley de humildad, recuerdan, empezamos con esto. Porque sin humildad, lo demás no funciona. ¿Recuerdan que les enseñaba que si no hay humildad puede hacer corto circuito? También les mostré que si uno está diezmando, pero es orgulloso, no va a recibir el fruto prometido a los diezmadores. Luego hablábamos de la ley del poder de la Palabra en nuestras bocas y como declarar la Palabra de Dios sobre algunas situaciones y problemas es algo poderoso y hablarla en cuanto a las bendiciones que Dios quiere darnos. Aprendíamos de la ley de milagros, provocando señales, prodigios, sanidades y maravillas. El Reino de los Cielos es un reino sobrenatural. Lo terrenal y sus límites, son sobrepasados por lo que Dios hace en el Reino de los Cielos. Jesús vino y fue confirmado por las señales y prodigios que Él hizo, la Escritura lo dice. Esto mismo puede suceder con nosotros. Aprendíamos de la esencia del Padre Nuestro cuando dice; “venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Hemos estado hablando de la ley de la reciprocidad. Ahora aprenderemos un poco más de la ley de reciprocidad y probablemente algo de la ley del uso. Yo te pregunto lo siguiente: #1 ¿Está Dios queriendo hablarnos? #2 ¿Está Dios queriendo bendecirnos? #3 ¿Está Dios queriendo prosperarnos? #4 ¿Está Dios queriendo librarnos del amor al dinero? #5 ¿Está Dios queriendo librarnos de la maldición de la pobreza? #6 ¿Está Dios queriendo enseñarnos cómo vivir en el Reino de Dios? El dar es el núcleo o el corazón de mucho de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Dios quiere hacer milagros en nuestras vidas y muchas veces Él empieza el proceso obrando en nuestros corazones en el área de la obediencia con nuestro dinero. Allí empieza, así que no lo resistan. Si uno quiere milagros y poder en su vida y Dios está tratando contigo en el área de las finanzas, pero tú le resistes y te niegas en esta área y dices: “¡No!, esto es muy exagerado, esto no es posible”, entonces no vas a ver la obra de Dios en otras áreas de tu vida. El dinero es el área de la prueba y tú tienes que aprobar la prueba y no fallar. Todos nacemos egoístas, pero cuando nacemos de nuevo, nacemos generosos, pero tenemos que renovar nuestra mente. Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Hay que renovar mi pensamiento, tenemos un buen libro que nos ayuda, la Biblia. Hay que reprogramar nuestros pensamientos, nací “egoísta”, nací de nuevo “generoso”, pero tengo que renovar mi mente. Algunos dicen: “¡Hay Señor renueva mi entendimiento!”, Él dice que tenemos que transformarnos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. “Transformaos”, no dice pídeme, dice transformaos. Empiecen a cambiar; cambiar su manera de pensar, preceptos, principios, leyes, normas del reino. ¿Para qué? Para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. Mi nueva naturaleza quiere ser generosa, pero tengo que renovar a mi mente en esta área, tengo que confiar que Dios me cuidará si soy un dador generoso. Esa es la prueba. Si sientes que Dios te habla y dice; “quiero que des a esta persona”, luego tú le contestas; “pero Señor… si le doy después me va a faltar”, en lo que discutes con Dios la persona se va y entonces dices; “ya se fue, ya no puedo darle, a lo mejor no fue Dios, sólo fui yo”. ¡No! Es que no confías que Dios cuidará de ti si llegas a ser un dador generoso; no lo crees. Entonces como puede Dios darte poder, como puede darte dones espirituales, si no podemos aprender a ser generosos. Dios quiere que seamos generosos. Hay muchos pastores que nunca hablan del dinero, sus congregaciones no crecen, son pobres espiritualmente y muchas veces critican a las iglesias grandes y creen que las iglesias grandes deben de darles dinero a ellos. ¡No! Lo que deben de hacer es enseñar a su congregación a diezmar, pero si lo van a enseñar, ellos mismos tendrán que hacerlo o serán hipócritas, ellos tienen que empezar a enseñar a diezmar y ofrendar. Esa es la única manera en que podemos ser libres. Deuteronomio 15 primera parte del versículo 7 y luego el versículo 10 7. Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos 10. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Entonces si doy, Dios mismo me va a bendecir, en mis hechos y en lo que emprenda. Mezquino en hebreo es la palabra Raa y, ¿qué quiere decir? Afligido. Quizá mezquino no es la mejor traducción, queda mejor; y no serás afligido de corazón cuando le des. Cuando alguien dice: "Le voy a dar porque tengo qué hacerlo, pero no porque quiero hacerlo”; esto es afligido de corazón. Dios tiene que darnos la victoria sobre esto. No debemos dar con corazón afligido, por sentirnos obligados a dar. 2 Corintios 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” No con tristeza, no afligido, sino con alegría. ¡Líbranos oh Señor de este sentir de aflicción cuando damos! Dios lo ha puesto en nuestras manos, Él quiere que seamos generosos. Pide al Señor que te muestre dónde puedes dar y Él te dará oportunidades. Dios no quiere que abracemos “la visión de recibir”, quiere que abracemos la visión de dar. Claro que vamos a recibir si damos, pero Él no quiere que abracemos la visión de recibir, “sino la visión de dar”. Si uno abraza la “visión de dar”, esa persona recibirá, pero si uno abraza la visión de recibir, corto circuito puede suceder. Recibiremos cuando demos, Dios no está en contra de que nosotros tengamos buenas cosas, ¡al contrario! Él se goza en bendecir a sus hijos. Hay muchos cristianos que no creen esto. Creen que ser pobres es algo santo y tener bienes va en contra de la voluntad de Dios. Proverbios 16:2 “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus”. Espíritus en hebreo aquí es la palabra “owb” y quiere decir murmullo o motivación, entonces, ¿cómo diría? Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa la motivación. ¿Qué es nuestra motivación? Damos porque vamos a recibir o damos porque tenemos un corazón generoso. Aprendamos a ser desprendidos y tener confianza en que Dios nos cuidara y que no tengo de que preocuparme. Abracemos ese espíritu de generosidad y no nos preocupemos de recibir y estaremos recibiendo lo que no podemos imaginar. Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Para Dios la motivación del corazón es de gran importancia. Vamos a Hechos 20:35 la última parte 35…recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Veamos otra ley igualmente importante: La Ley del Uso 1 Samuel 2:7-8 “Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece. 8. Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso”. Proverbios 10:4 “La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece”. Esta es la ley del uso. Negligente, uno puede ser negligente clamando a Dios, ¡oh! Señor prospérame, prospérame, prospérame y no te prospera porque estás rompiendo esta ley, la mano del negligente empobrece, mas la mano de los diligentes enriquece. Proverbios 10:22 “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella”. Dice, la bendición de Jehová es la que enriquece, no dice la bendición del diablo. Proverbios 11:25 “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. Conforme a estas Escrituras, la riqueza es una bendición de Dios y es el producto de tales cosas, como diligencia y generosidad. Diligencia y generosidad son la ley de uso. Entonces la pregunta es, ¿por qué criticamos a alguien que Dios ha bendecido? ¿Por qué creemos que es malo cuando alguien en la congregación tiene mucho? ¿Por qué criticamos a los ricos? ¿Por envidia? Necesitamos cambiar nuestra actitud en cuanto al dinero, necesitamos examinar nuestros corazones y ver si tenemos prejuicios en contra los que han sido bendecidos económicamente. A lo mejor Abraham no hubiera sido bien recibido en muchas iglesias hoy en día. porque él era rico en ganado de toda clase, en plata y en oro. Muchos de los hombres de la Biblia que nosotros respetamos como hombres de la fe, fueron bendecidos económicamente por Dios, fueron bendecidos porque fueron buenos mayordomos y Dios sabía que podía confiarles con riquezas, porque sabía que ellos usarían sus recursos para bendecir a otros y para llevar a cabo los propósitos de Dios. Si Dios te ha bendecido grandemente, tienes una gran responsabilidad, ¡gran, gran responsabilidad! ¿Sabes qué? A veces nos molestamos con Dios porque parece que Él no está cumpliendo con nosotros en el área económica. ¿Por qué el Señor no me ha bendecido?, y pensamos de esta manera aun cuando ni siquiera oramos antes de hacer una compra grande. Dios no tiene la responsabilidad pagar los gastos que Él no autorizó. Y si Él no lo autorizó no lo responsabilices de pagar tal cosa. Hay que hablar con Él; “Señor yo quiero comprar tal cosa, ¿qué dices tú? ¿Qué debo hacer?, guíame”. Si sólo escuchas silencio; no pienses; “Ah, yo creo que Dios sí quiere…”. ¡No! Que te dé luz verde en tu espíritu, porque Dios no tiene la responsabilidad de ayudarte a pagar los gastos que Él no autoriza. Hay muchos cristianos que derrochan y quieren que Dios les ayude a pagar y luego dicen; “no es cierto lo que dice el Hno. Victor”. Diezman, pero ellos no tienen suficiente, pero eso no es culpa de Dios. Dios quiere que algunos tengan carro de último modelo, no los critiquen, pero si ellos no recibieron permiso de Dios, Él no está obligado a pagarlo. ¿Me explico? Quizás te estás preguntando; “¿por qué hablas tanto del dinero?, porque Jesús lo hizo. La mayor parte de sus parábolas hablaron de finanzas, esta es el área de la prueba para sus seguidores. Si Él no puede tener confianza en nosotros en el área de finanzas y de lo material, Él no puede confiar en nosotros en el área espiritual, ¿verdad que no? Pero si somos íntegros con Él en el área del dinero, Él puede darnos más dones y más dones. Si consideramos que lo que tenemos es de Él, y confiamos en Él, si yo soy generoso, un dador, Él me cuidará, llegaremos al tiempo que Él nos dará muchísimo. “Con una mano recibimos y con otra damos y mientras que de mano en mano está pasando de mucho nosotros estamos disfrutando”. Pero para algunos es: “Con una mano recibo y ya no lo suelto para nada…". Dios quiere bendecirnos, Él quiere que Su reino, el Reino de los Cielos sea extendido, quiere seguir visitándonos en poder, obrando milagros y sanidades, levantando muertos, liberación de los que tienen sida y cáncer. Él quiere hacerlo, quiere que Su reino esté con nosotros, pero a la vez nos dice, ahora son responsables de aprender a vivir en mi reino y mientras más aprenden a vivir en mi reino, Yo vendré más a vosotros. Y seréis un pueblo cuya ciudadanía está en los cielos, este es el anhelo de Dios. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo… Dios es un dador y nuestra salvación depende de esto, porque Dios es un dador. Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¡Qué promesa más maravillosa!, allí está la salvación. Dios dio a su Hijo por un mundo entregado al pecado y dio a su Hijo para que fuera clavado en una cruz, después de haber sido azotado, golpeado y escupido, permitió que fuera colgado y desangrado hasta morir para lavar mis pecados y tus pecados. Dios es un dador. Jesús también es un dador, se dio así mismo viendo que era la voluntad del Padre, se entregó a la muerte más dolorosa, más horrible, porque no sólo fue el sufrimiento de los golpes, azotes, clavos y el ser colgado en una cruz. Fue la carga de nuestros pecados y Él los llevó, le pusieron en una tumba, pero la tumba no lo pudo contener, Él resucitó, el ángel no tuvo que quitar la piedra para que resucitara, el ángel quitó la piedra para que sus discípulos pudieran ver adentro y ver que Él no estaba allí. 1 Juan 5:12 dice: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Es necesario convertirse a Jesucristo, es necesario dar tu vida a Jesús, recibirle gratuitamente a Él y decirle: "Señor he aquí mi vida te la doy". Él te lavará de todo tu pecado, Él te salvará y pondrá tu nombre en el registro celestial, el libro de la vida. Tú no tienes vida eterna por ser católico, bautista, metodista o mormón o por asistir a determinada iglesia, sino por aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador y declararlo con tu boca. Romanos 10:8-10 “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9. que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Hoy tú puedes recibir a Jesucristo gratuitamente, si no lo has hecho, Él vendrá a ti y tú le entregarás tu vida para ser ciudadano del Reino de los Cielos. |
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Por: Hno. Victor Richards
El Reino de los Cielos Pt. XIV |
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LA LEY DE LA RECIPROCIDAD #6 Hemos estado aprendiendo de las normas, los preceptos y los principios del reino de Dios. La ley de humildad, recuerdan, empezamos con esto. Porque sin humildad, lo demás no funciona. ¿Recuerdan que les enseñaba que si no hay humildad puede hacer corto circuito? También les mostré que si uno está diezmando, pero es orgulloso, no va a recibir el fruto prometido a los diezmadores. Luego hablábamos de la ley del poder de la Palabra en nuestras bocas y como declarar la Palabra de Dios sobre algunas situaciones y problemas es algo poderoso y hablarla en cuanto a las bendiciones que Dios quiere darnos. Aprendíamos de la ley de milagros, provocando señales, prodigios, sanidades y maravillas. El Reino de los Cielos es un reino sobrenatural. Lo terrenal y sus límites, son sobrepasados por lo que Dios hace en el Reino de los Cielos. Jesús vino y fue confirmado por las señales y prodigios que Él hizo, la Escritura lo dice. Esto mismo puede suceder con nosotros. Aprendíamos de la esencia del Padre Nuestro cuando dice; “venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Hemos estado hablando de la ley de la reciprocidad. Ahora aprenderemos un poco más de la ley de reciprocidad y probablemente algo de la ley del uso. Yo te pregunto lo siguiente: #1 ¿Está Dios queriendo hablarnos? #2 ¿Está Dios queriendo bendecirnos? #3 ¿Está Dios queriendo prosperarnos? #4 ¿Está Dios queriendo librarnos del amor al dinero? #5 ¿Está Dios queriendo librarnos de la maldición de la pobreza? #6 ¿Está Dios queriendo enseñarnos cómo vivir en el Reino de Dios? El dar es el núcleo o el corazón de mucho de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Dios quiere hacer milagros en nuestras vidas y muchas veces Él empieza el proceso obrando en nuestros corazones en el área de la obediencia con nuestro dinero. Allí empieza, así que no lo resistan. Si uno quiere milagros y poder en su vida y Dios está tratando contigo en el área de las finanzas, pero tú le resistes y te niegas en esta área y dices: “¡No!, esto es muy exagerado, esto no es posible”, entonces no vas a ver la obra de Dios en otras áreas de tu vida. El dinero es el área de la prueba y tú tienes que aprobar la prueba y no fallar. Todos nacemos egoístas, pero cuando nacemos de nuevo, nacemos generosos, pero tenemos que renovar nuestra mente. Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Hay que renovar mi pensamiento, tenemos un buen libro que nos ayuda, la Biblia. Hay que reprogramar nuestros pensamientos, nací “egoísta”, nací de nuevo “generoso”, pero tengo que renovar mi mente. Algunos dicen: “¡Hay Señor renueva mi entendimiento!”, Él dice que tenemos que transformarnos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. “Transformaos”, no dice pídeme, dice transformaos. Empiecen a cambiar; cambiar su manera de pensar, preceptos, principios, leyes, normas del reino. ¿Para qué? Para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. Mi nueva naturaleza quiere ser generosa, pero tengo que renovar a mi mente en esta área, tengo que confiar que Dios me cuidará si soy un dador generoso. Esa es la prueba. Si sientes que Dios te habla y dice; “quiero que des a esta persona”, luego tú le contestas; “pero Señor… si le doy después me va a faltar”, en lo que discutes con Dios la persona se va y entonces dices; “ya se fue, ya no puedo darle, a lo mejor no fue Dios, sólo fui yo”. ¡No! Es que no confías que Dios cuidará de ti si llegas a ser un dador generoso; no lo crees. Entonces como puede Dios darte poder, como puede darte dones espirituales, si no podemos aprender a ser generosos. Dios quiere que seamos generosos. Hay muchos pastores que nunca hablan del dinero, sus congregaciones no crecen, son pobres espiritualmente y muchas veces critican a las iglesias grandes y creen que las iglesias grandes deben de darles dinero a ellos. ¡No! Lo que deben de hacer es enseñar a su congregación a diezmar, pero si lo van a enseñar, ellos mismos tendrán que hacerlo o serán hipócritas, ellos tienen que empezar a enseñar a diezmar y ofrendar. Esa es la única manera en que podemos ser libres. Deuteronomio 15 primera parte del versículo 7 y luego el versículo 10 7. Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos 10. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Entonces si doy, Dios mismo me va a bendecir, en mis hechos y en lo que emprenda. Mezquino en hebreo es la palabra Raa y, ¿qué quiere decir? Afligido. Quizá mezquino no es la mejor traducción, queda mejor; y no serás afligido de corazón cuando le des. Cuando alguien dice: "Le voy a dar porque tengo qué hacerlo, pero no porque quiero hacerlo”; esto es afligido de corazón. Dios tiene que darnos la victoria sobre esto. No debemos dar con corazón afligido, por sentirnos obligados a dar. 2 Corintios 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” No con tristeza, no afligido, sino con alegría. ¡Líbranos oh Señor de este sentir de aflicción cuando damos! Dios lo ha puesto en nuestras manos, Él quiere que seamos generosos. Pide al Señor que te muestre dónde puedes dar y Él te dará oportunidades. Dios no quiere que abracemos “la visión de recibir”, quiere que abracemos la visión de dar. Claro que vamos a recibir si damos, pero Él no quiere que abracemos la visión de recibir, “sino la visión de dar”. Si uno abraza la “visión de dar”, esa persona recibirá, pero si uno abraza la visión de recibir, corto circuito puede suceder. Recibiremos cuando demos, Dios no está en contra de que nosotros tengamos buenas cosas, ¡al contrario! Él se goza en bendecir a sus hijos. Hay muchos cristianos que no creen esto. Creen que ser pobres es algo santo y tener bienes va en contra de la voluntad de Dios. Proverbios 16:2 “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus”. Espíritus en hebreo aquí es la palabra “owb” y quiere decir murmullo o motivación, entonces, ¿cómo diría? Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa la motivación. ¿Qué es nuestra motivación? Damos porque vamos a recibir o damos porque tenemos un corazón generoso. Aprendamos a ser desprendidos y tener confianza en que Dios nos cuidara y que no tengo de que preocuparme. Abracemos ese espíritu de generosidad y no nos preocupemos de recibir y estaremos recibiendo lo que no podemos imaginar. Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Para Dios la motivación del corazón es de gran importancia. Vamos a Hechos 20:35 la última parte 35…recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Veamos otra ley igualmente importante: La Ley del Uso 1 Samuel 2:7-8 “Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece. 8. Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso”. Proverbios 10:4 “La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece”. Esta es la ley del uso. Negligente, uno puede ser negligente clamando a Dios, ¡oh! Señor prospérame, prospérame, prospérame y no te prospera porque estás rompiendo esta ley, la mano del negligente empobrece, mas la mano de los diligentes enriquece. Proverbios 10:22 “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella”. Dice, la bendición de Jehová es la que enriquece, no dice la bendición del diablo. Proverbios 11:25 “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. Conforme a estas Escrituras, la riqueza es una bendición de Dios y es el producto de tales cosas, como diligencia y generosidad. Diligencia y generosidad son la ley de uso. Entonces la pregunta es, ¿por qué criticamos a alguien que Dios ha bendecido? ¿Por qué creemos que es malo cuando alguien en la congregación tiene mucho? ¿Por qué criticamos a los ricos? ¿Por envidia? Necesitamos cambiar nuestra actitud en cuanto al dinero, necesitamos examinar nuestros corazones y ver si tenemos prejuicios en contra los que han sido bendecidos económicamente. A lo mejor Abraham no hubiera sido bien recibido en muchas iglesias hoy en día. porque él era rico en ganado de toda clase, en plata y en oro. Muchos de los hombres de la Biblia que nosotros respetamos como hombres de la fe, fueron bendecidos económicamente por Dios, fueron bendecidos porque fueron buenos mayordomos y Dios sabía que podía confiarles con riquezas, porque sabía que ellos usarían sus recursos para bendecir a otros y para llevar a cabo los propósitos de Dios. Si Dios te ha bendecido grandemente, tienes una gran responsabilidad, ¡gran, gran responsabilidad! ¿Sabes qué? A veces nos molestamos con Dios porque parece que Él no está cumpliendo con nosotros en el área económica. ¿Por qué el Señor no me ha bendecido?, y pensamos de esta manera aun cuando ni siquiera oramos antes de hacer una compra grande. Dios no tiene la responsabilidad pagar los gastos que Él no autorizó. Y si Él no lo autorizó no lo responsabilices de pagar tal cosa. Hay que hablar con Él; “Señor yo quiero comprar tal cosa, ¿qué dices tú? ¿Qué debo hacer?, guíame”. Si sólo escuchas silencio; no pienses; “Ah, yo creo que Dios sí quiere…”. ¡No! Que te dé luz verde en tu espíritu, porque Dios no tiene la responsabilidad de ayudarte a pagar los gastos que Él no autoriza. Hay muchos cristianos que derrochan y quieren que Dios les ayude a pagar y luego dicen; “no es cierto lo que dice el Hno. Victor”. Diezman, pero ellos no tienen suficiente, pero eso no es culpa de Dios. Dios quiere que algunos tengan carro de último modelo, no los critiquen, pero si ellos no recibieron permiso de Dios, Él no está obligado a pagarlo. ¿Me explico? Quizás te estás preguntando; “¿por qué hablas tanto del dinero?, porque Jesús lo hizo. La mayor parte de sus parábolas hablaron de finanzas, esta es el área de la prueba para sus seguidores. Si Él no puede tener confianza en nosotros en el área de finanzas y de lo material, Él no puede confiar en nosotros en el área espiritual, ¿verdad que no? Pero si somos íntegros con Él en el área del dinero, Él puede darnos más dones y más dones. Si consideramos que lo que tenemos es de Él, y confiamos en Él, si yo soy generoso, un dador, Él me cuidará, llegaremos al tiempo que Él nos dará muchísimo. “Con una mano recibimos y con otra damos y mientras que de mano en mano está pasando de mucho nosotros estamos disfrutando”. Pero para algunos es: “Con una mano recibo y ya no lo suelto para nada…". Dios quiere bendecirnos, Él quiere que Su reino, el Reino de los Cielos sea extendido, quiere seguir visitándonos en poder, obrando milagros y sanidades, levantando muertos, liberación de los que tienen sida y cáncer. Él quiere hacerlo, quiere que Su reino esté con nosotros, pero a la vez nos dice, ahora son responsables de aprender a vivir en mi reino y mientras más aprenden a vivir en mi reino, Yo vendré más a vosotros. Y seréis un pueblo cuya ciudadanía está en los cielos, este es el anhelo de Dios. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo… Dios es un dador y nuestra salvación depende de esto, porque Dios es un dador. Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¡Qué promesa más maravillosa!, allí está la salvación. Dios dio a su Hijo por un mundo entregado al pecado y dio a su Hijo para que fuera clavado en una cruz, después de haber sido azotado, golpeado y escupido, permitió que fuera colgado y desangrado hasta morir para lavar mis pecados y tus pecados. Dios es un dador. Jesús también es un dador, se dio así mismo viendo que era la voluntad del Padre, se entregó a la muerte más dolorosa, más horrible, porque no sólo fue el sufrimiento de los golpes, azotes, clavos y el ser colgado en una cruz. Fue la carga de nuestros pecados y Él los llevó, le pusieron en una tumba, pero la tumba no lo pudo contener, Él resucitó, el ángel no tuvo que quitar la piedra para que resucitara, el ángel quitó la piedra para que sus discípulos pudieran ver adentro y ver que Él no estaba allí. 1 Juan 5:12 dice: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Es necesario convertirse a Jesucristo, es necesario dar tu vida a Jesús, recibirle gratuitamente a Él y decirle: "Señor he aquí mi vida te la doy". Él te lavará de todo tu pecado, Él te salvará y pondrá tu nombre en el registro celestial, el libro de la vida. Tú no tienes vida eterna por ser católico, bautista, metodista o mormón o por asistir a determinada iglesia, sino por aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador y declararlo con tu boca. Romanos 10:8-10 “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9. que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Hoy tú puedes recibir a Jesucristo gratuitamente, si no lo has hecho, Él vendrá a ti y tú le entregarás tu vida para ser ciudadano del Reino de los Cielos. |
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El Reino de los Cielos Pt. XIV |
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LA LEY DE LA RECIPROCIDAD #6 Hemos estado aprendiendo de las normas, los preceptos y los principios del reino de Dios. La ley de humildad, recuerdan, empezamos con esto. Porque sin humildad, lo demás no funciona. ¿Recuerdan que les enseñaba que si no hay humildad puede hacer corto circuito? También les mostré que si uno está diezmando, pero es orgulloso, no va a recibir el fruto prometido a los diezmadores. Luego hablábamos de la ley del poder de la Palabra en nuestras bocas y como declarar la Palabra de Dios sobre algunas situaciones y problemas es algo poderoso y hablarla en cuanto a las bendiciones que Dios quiere darnos. Aprendíamos de la ley de milagros, provocando señales, prodigios, sanidades y maravillas. El Reino de los Cielos es un reino sobrenatural. Lo terrenal y sus límites, son sobrepasados por lo que Dios hace en el Reino de los Cielos. Jesús vino y fue confirmado por las señales y prodigios que Él hizo, la Escritura lo dice. Esto mismo puede suceder con nosotros. Aprendíamos de la esencia del Padre Nuestro cuando dice; “venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra”. Hemos estado hablando de la ley de la reciprocidad. Ahora aprenderemos un poco más de la ley de reciprocidad y probablemente algo de la ley del uso. Yo te pregunto lo siguiente: #1 ¿Está Dios queriendo hablarnos? #2 ¿Está Dios queriendo bendecirnos? #3 ¿Está Dios queriendo prosperarnos? #4 ¿Está Dios queriendo librarnos del amor al dinero? #5 ¿Está Dios queriendo librarnos de la maldición de la pobreza? #6 ¿Está Dios queriendo enseñarnos cómo vivir en el Reino de Dios? El dar es el núcleo o el corazón de mucho de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. Dios quiere hacer milagros en nuestras vidas y muchas veces Él empieza el proceso obrando en nuestros corazones en el área de la obediencia con nuestro dinero. Allí empieza, así que no lo resistan. Si uno quiere milagros y poder en su vida y Dios está tratando contigo en el área de las finanzas, pero tú le resistes y te niegas en esta área y dices: “¡No!, esto es muy exagerado, esto no es posible”, entonces no vas a ver la obra de Dios en otras áreas de tu vida. El dinero es el área de la prueba y tú tienes que aprobar la prueba y no fallar. Todos nacemos egoístas, pero cuando nacemos de nuevo, nacemos generosos, pero tenemos que renovar nuestra mente. Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Hay que renovar mi pensamiento, tenemos un buen libro que nos ayuda, la Biblia. Hay que reprogramar nuestros pensamientos, nací “egoísta”, nací de nuevo “generoso”, pero tengo que renovar mi mente. Algunos dicen: “¡Hay Señor renueva mi entendimiento!”, Él dice que tenemos que transformarnos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. “Transformaos”, no dice pídeme, dice transformaos. Empiecen a cambiar; cambiar su manera de pensar, preceptos, principios, leyes, normas del reino. ¿Para qué? Para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. Mi nueva naturaleza quiere ser generosa, pero tengo que renovar a mi mente en esta área, tengo que confiar que Dios me cuidará si soy un dador generoso. Esa es la prueba. Si sientes que Dios te habla y dice; “quiero que des a esta persona”, luego tú le contestas; “pero Señor… si le doy después me va a faltar”, en lo que discutes con Dios la persona se va y entonces dices; “ya se fue, ya no puedo darle, a lo mejor no fue Dios, sólo fui yo”. ¡No! Es que no confías que Dios cuidará de ti si llegas a ser un dador generoso; no lo crees. Entonces como puede Dios darte poder, como puede darte dones espirituales, si no podemos aprender a ser generosos. Dios quiere que seamos generosos. Hay muchos pastores que nunca hablan del dinero, sus congregaciones no crecen, son pobres espiritualmente y muchas veces critican a las iglesias grandes y creen que las iglesias grandes deben de darles dinero a ellos. ¡No! Lo que deben de hacer es enseñar a su congregación a diezmar, pero si lo van a enseñar, ellos mismos tendrán que hacerlo o serán hipócritas, ellos tienen que empezar a enseñar a diezmar y ofrendar. Esa es la única manera en que podemos ser libres. Deuteronomio 15 primera parte del versículo 7 y luego el versículo 10 7. Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos 10. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Entonces si doy, Dios mismo me va a bendecir, en mis hechos y en lo que emprenda. Mezquino en hebreo es la palabra Raa y, ¿qué quiere decir? Afligido. Quizá mezquino no es la mejor traducción, queda mejor; y no serás afligido de corazón cuando le des. Cuando alguien dice: "Le voy a dar porque tengo qué hacerlo, pero no porque quiero hacerlo”; esto es afligido de corazón. Dios tiene que darnos la victoria sobre esto. No debemos dar con corazón afligido, por sentirnos obligados a dar. 2 Corintios 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” No con tristeza, no afligido, sino con alegría. ¡Líbranos oh Señor de este sentir de aflicción cuando damos! Dios lo ha puesto en nuestras manos, Él quiere que seamos generosos. Pide al Señor que te muestre dónde puedes dar y Él te dará oportunidades. Dios no quiere que abracemos “la visión de recibir”, quiere que abracemos la visión de dar. Claro que vamos a recibir si damos, pero Él no quiere que abracemos la visión de recibir, “sino la visión de dar”. Si uno abraza la “visión de dar”, esa persona recibirá, pero si uno abraza la visión de recibir, corto circuito puede suceder. Recibiremos cuando demos, Dios no está en contra de que nosotros tengamos buenas cosas, ¡al contrario! Él se goza en bendecir a sus hijos. Hay muchos cristianos que no creen esto. Creen que ser pobres es algo santo y tener bienes va en contra de la voluntad de Dios. Proverbios 16:2 “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa los espíritus”. Espíritus en hebreo aquí es la palabra “owb” y quiere decir murmullo o motivación, entonces, ¿cómo diría? Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; pero Jehová pesa la motivación. ¿Qué es nuestra motivación? Damos porque vamos a recibir o damos porque tenemos un corazón generoso. Aprendamos a ser desprendidos y tener confianza en que Dios nos cuidara y que no tengo de que preocuparme. Abracemos ese espíritu de generosidad y no nos preocupemos de recibir y estaremos recibiendo lo que no podemos imaginar. Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”. Para Dios la motivación del corazón es de gran importancia. Vamos a Hechos 20:35 la última parte 35…recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Veamos otra ley igualmente importante: La Ley del Uso 1 Samuel 2:7-8 “Jehová empobrece, y él enriquece; abate, y enaltece. 8. Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso”. Proverbios 10:4 “La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece”. Esta es la ley del uso. Negligente, uno puede ser negligente clamando a Dios, ¡oh! Señor prospérame, prospérame, prospérame y no te prospera porque estás rompiendo esta ley, la mano del negligente empobrece, mas la mano de los diligentes enriquece. Proverbios 10:22 “La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella”. Dice, la bendición de Jehová es la que enriquece, no dice la bendición del diablo. Proverbios 11:25 “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. Conforme a estas Escrituras, la riqueza es una bendición de Dios y es el producto de tales cosas, como diligencia y generosidad. Diligencia y generosidad son la ley de uso. Entonces la pregunta es, ¿por qué criticamos a alguien que Dios ha bendecido? ¿Por qué creemos que es malo cuando alguien en la congregación tiene mucho? ¿Por qué criticamos a los ricos? ¿Por envidia? Necesitamos cambiar nuestra actitud en cuanto al dinero, necesitamos examinar nuestros corazones y ver si tenemos prejuicios en contra los que han sido bendecidos económicamente. A lo mejor Abraham no hubiera sido bien recibido en muchas iglesias hoy en día. porque él era rico en ganado de toda clase, en plata y en oro. Muchos de los hombres de la Biblia que nosotros respetamos como hombres de la fe, fueron bendecidos económicamente por Dios, fueron bendecidos porque fueron buenos mayordomos y Dios sabía que podía confiarles con riquezas, porque sabía que ellos usarían sus recursos para bendecir a otros y para llevar a cabo los propósitos de Dios. Si Dios te ha bendecido grandemente, tienes una gran responsabilidad, ¡gran, gran responsabilidad! ¿Sabes qué? A veces nos molestamos con Dios porque parece que Él no está cumpliendo con nosotros en el área económica. ¿Por qué el Señor no me ha bendecido?, y pensamos de esta manera aun cuando ni siquiera oramos antes de hacer una compra grande. Dios no tiene la responsabilidad pagar los gastos que Él no autorizó. Y si Él no lo autorizó no lo responsabilices de pagar tal cosa. Hay que hablar con Él; “Señor yo quiero comprar tal cosa, ¿qué dices tú? ¿Qué debo hacer?, guíame”. Si sólo escuchas silencio; no pienses; “Ah, yo creo que Dios sí quiere…”. ¡No! Que te dé luz verde en tu espíritu, porque Dios no tiene la responsabilidad de ayudarte a pagar los gastos que Él no autoriza. Hay muchos cristianos que derrochan y quieren que Dios les ayude a pagar y luego dicen; “no es cierto lo que dice el Hno. Victor”. Diezman, pero ellos no tienen suficiente, pero eso no es culpa de Dios. Dios quiere que algunos tengan carro de último modelo, no los critiquen, pero si ellos no recibieron permiso de Dios, Él no está obligado a pagarlo. ¿Me explico? Quizás te estás preguntando; “¿por qué hablas tanto del dinero?, porque Jesús lo hizo. La mayor parte de sus parábolas hablaron de finanzas, esta es el área de la prueba para sus seguidores. Si Él no puede tener confianza en nosotros en el área de finanzas y de lo material, Él no puede confiar en nosotros en el área espiritual, ¿verdad que no? Pero si somos íntegros con Él en el área del dinero, Él puede darnos más dones y más dones. Si consideramos que lo que tenemos es de Él, y confiamos en Él, si yo soy generoso, un dador, Él me cuidará, llegaremos al tiempo que Él nos dará muchísimo. “Con una mano recibimos y con otra damos y mientras que de mano en mano está pasando de mucho nosotros estamos disfrutando”. Pero para algunos es: “Con una mano recibo y ya no lo suelto para nada…". Dios quiere bendecirnos, Él quiere que Su reino, el Reino de los Cielos sea extendido, quiere seguir visitándonos en poder, obrando milagros y sanidades, levantando muertos, liberación de los que tienen sida y cáncer. Él quiere hacerlo, quiere que Su reino esté con nosotros, pero a la vez nos dice, ahora son responsables de aprender a vivir en mi reino y mientras más aprenden a vivir en mi reino, Yo vendré más a vosotros. Y seréis un pueblo cuya ciudadanía está en los cielos, este es el anhelo de Dios. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo… Dios es un dador y nuestra salvación depende de esto, porque Dios es un dador. Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ¡Qué promesa más maravillosa!, allí está la salvación. Dios dio a su Hijo por un mundo entregado al pecado y dio a su Hijo para que fuera clavado en una cruz, después de haber sido azotado, golpeado y escupido, permitió que fuera colgado y desangrado hasta morir para lavar mis pecados y tus pecados. Dios es un dador. Jesús también es un dador, se dio así mismo viendo que era la voluntad del Padre, se entregó a la muerte más dolorosa, más horrible, porque no sólo fue el sufrimiento de los golpes, azotes, clavos y el ser colgado en una cruz. Fue la carga de nuestros pecados y Él los llevó, le pusieron en una tumba, pero la tumba no lo pudo contener, Él resucitó, el ángel no tuvo que quitar la piedra para que resucitara, el ángel quitó la piedra para que sus discípulos pudieran ver adentro y ver que Él no estaba allí. 1 Juan 5:12 dice: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Es necesario convertirse a Jesucristo, es necesario dar tu vida a Jesús, recibirle gratuitamente a Él y decirle: "Señor he aquí mi vida te la doy". Él te lavará de todo tu pecado, Él te salvará y pondrá tu nombre en el registro celestial, el libro de la vida. Tú no tienes vida eterna por ser católico, bautista, metodista o mormón o por asistir a determinada iglesia, sino por aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador y declararlo con tu boca. Romanos 10:8-10 “Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9. que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Hoy tú puedes recibir a Jesucristo gratuitamente, si no lo has hecho, Él vendrá a ti y tú le entregarás tu vida para ser ciudadano del Reino de los Cielos. |
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