Sobrenatural Pt. I | |||||||
Apenas hacía media hora que nuestro grupo de 200 jóvenes, proveniente de Cd. Juárez, había llegado al bellísimo campamento, situado entre los pinos altos de las montañas de Sacramento, al Sur Oeste de Nuevo México. Y ante el horror y espanto de sus compañeros, Jorge González yacía inmóvil, sus ojos protuberantes de sus cuencas, sin pulso y sin respiración. ¡Jorge había muerto! Sólo minutos antes varios se habían metido en la pequeña laguna y entre juegos y nado, en el agua de poco más de un metro de profundidad, Jorge les había ganado en llegar primero a la fuente situada en el centro. Al tocar la fuente, Jorge fue electrocutado con 220 voltios de electricidad por un corto en el sistema eléctrico de la bomba, e inmediatamente fue “succionado” bajo del agua como por un imán, sin poder despegarse de la corriente eléctrica que le tenía preso como por los tentáculos de un “gran pulpo”. Cuando sus compañeros se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, requirió una lucha tremenda despegarle de este imán eléctrico, puesto que ellos también recibían fuertes toques eléctricos al tocar a Jorge. Al fin, alguien prevaleció, agarrándole por su cabello y finalmente sacándole de su tumba acuática. Le cargaron a la ribera de la laguna y le acostaron en tierra, todos empezaron a clamar a Dios en español y también en las lenguas desconocidas que habían recibido cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo. Para tales emergencias, entre otras razones, el Espíritu Santo les había dado estas lenguas sobrenaturales. Mi hijo Marcos estuvo entre el grupo que estaba clamando desesperadamente. Él me dijo: “Papá, ¡nunca he estado en una situación tan angustiosa!”. Valioso tiempo estaba pasando: 3 minutos, 4 minutos, 5, 6, 7, 8... Y de repente ¡sus pulmones se llenaron de aire, Jorge pegó un grito fuertísimo, su corazón empezó a latir de nuevo! ¡Jorge había sido resucitado de la muerte! Ahora los jóvenes estaban gritando, saltando y glorificando al Señor, quien es el mismo ayer, hoy y por los siglos. A pesar de haber vuelto a la vida, los administradores del campamento insistieron en llevar a Jorge a una clínica para ser examinado. Pues, lógicamente estaban preocupados de que sus órganos internos hubieran sido quemados por el largo tiempo que estuvo siendo electrocutado, sus pulmones dañados por tanto tiempo que había estado atrapado bajo el agua y la gran probabilidad de daño cerebral. ¡Pero no! Los médicos le declararon perfectamente sano. ¡Dios le había resucitado y a la vez le había sanado! No había daño alguno. Esto es sobrenatural. Ahora, unos años después, Jorge sigue perfectamente bien de salud y “encendido” en su vida espiritual, habiendo terminado la Licenciatura en Medios de Comunicación Electrónicos en la Universidad de El Paso, Texas. Como ya mencioné, la palabra infalible de Dios afirma en Hebreos 13:8: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". Él es lo que era y siempre lo será. Él es eterno Dios, con Su Padre y con el Espíritu Santo. El hecho de que uno nunca haya visto o experimentado lo sobrenatural no cambia a Dios. Y tampoco es un argumento para declarar que el día de milagros ha cesado. Es ilógico y egoísta juzgar los sucesos por el patrón de lo que uno no ha experimentado en vez de juzgar los sucesos por la Palabra de Dios. Yo cometí ese error por muchos años y ahora quiero ayudar a otros a salir de la misma incredulidad. Fue un glorioso día cuando mis ojos fueron abiertos para ver que días de gloria y poder aun están con nosotros ¡Lo sobrenatural es nuestra herencia! |
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Sobrenatural Pt. I |
Apenas hacía media hora que nuestro grupo de 200 jóvenes, proveniente de Cd. Juárez, había llegado al bellísimo campamento, situado entre los pinos altos de las montañas de Sacramento, al Sur Oeste de Nuevo México. Y ante el horror y espanto de sus compañeros, Jorge González yacía inmóvil, sus ojos protuberantes de sus cuencas, sin pulso y sin respiración. ¡Jorge había muerto! Sólo minutos antes varios se habían metido en la pequeña laguna y entre juegos y nado, en el agua de poco más de un metro de profundidad, Jorge les había ganado en llegar primero a la fuente situada en el centro. Al tocar la fuente, Jorge fue electrocutado con 220 voltios de electricidad por un corto en el sistema eléctrico de la bomba, e inmediatamente fue “succionado” bajo del agua como por un imán, sin poder despegarse de la corriente eléctrica que le tenía preso como por los tentáculos de un “gran pulpo”. Cuando sus compañeros se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, requirió una lucha tremenda despegarle de este imán eléctrico, puesto que ellos también recibían fuertes toques eléctricos al tocar a Jorge. Al fin, alguien prevaleció, agarrándole por su cabello y finalmente sacándole de su tumba acuática. Le cargaron a la ribera de la laguna y le acostaron en tierra, todos empezaron a clamar a Dios en español y también en las lenguas desconocidas que habían recibido cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo. Para tales emergencias, entre otras razones, el Espíritu Santo les había dado estas lenguas sobrenaturales. Mi hijo Marcos estuvo entre el grupo que estaba clamando desesperadamente. Él me dijo: “Papá, ¡nunca he estado en una situación tan angustiosa!”. Valioso tiempo estaba pasando: 3 minutos, 4 minutos, 5, 6, 7, 8... Y de repente ¡sus pulmones se llenaron de aire, Jorge pegó un grito fuertísimo, su corazón empezó a latir de nuevo! ¡Jorge había sido resucitado de la muerte! Ahora los jóvenes estaban gritando, saltando y glorificando al Señor, quien es el mismo ayer, hoy y por los siglos. A pesar de haber vuelto a la vida, los administradores del campamento insistieron en llevar a Jorge a una clínica para ser examinado. Pues, lógicamente estaban preocupados de que sus órganos internos hubieran sido quemados por el largo tiempo que estuvo siendo electrocutado, sus pulmones dañados por tanto tiempo que había estado atrapado bajo el agua y la gran probabilidad de daño cerebral. ¡Pero no! Los médicos le declararon perfectamente sano. ¡Dios le había resucitado y a la vez le había sanado! No había daño alguno. Esto es sobrenatural. Ahora, unos años después, Jorge sigue perfectamente bien de salud y “encendido” en su vida espiritual, habiendo terminado la Licenciatura en Medios de Comunicación Electrónicos en la Universidad de El Paso, Texas. Como ya mencioné, la palabra infalible de Dios afirma en Hebreos 13:8: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". Él es lo que era y siempre lo será. Él es eterno Dios, con Su Padre y con el Espíritu Santo. El hecho de que uno nunca haya visto o experimentado lo sobrenatural no cambia a Dios. Y tampoco es un argumento para declarar que el día de milagros ha cesado. Es ilógico y egoísta juzgar los sucesos por el patrón de lo que uno no ha experimentado en vez de juzgar los sucesos por la Palabra de Dios. Yo cometí ese error por muchos años y ahora quiero ayudar a otros a salir de la misma incredulidad. Fue un glorioso día cuando mis ojos fueron abiertos para ver que días de gloria y poder aun están con nosotros ¡Lo sobrenatural es nuestra herencia! |
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Apenas hacía media hora que nuestro grupo de 200 jóvenes, proveniente de Cd. Juárez, había llegado al bellísimo campamento, situado entre los pinos altos de las montañas de Sacramento, al Sur Oeste de Nuevo México. Y ante el horror y espanto de sus compañeros, Jorge González yacía inmóvil, sus ojos protuberantes de sus cuencas, sin pulso y sin respiración. ¡Jorge había muerto! Sólo minutos antes varios se habían metido en la pequeña laguna y entre juegos y nado, en el agua de poco más de un metro de profundidad, Jorge les había ganado en llegar primero a la fuente situada en el centro. Al tocar la fuente, Jorge fue electrocutado con 220 voltios de electricidad por un corto en el sistema eléctrico de la bomba, e inmediatamente fue “succionado” bajo del agua como por un imán, sin poder despegarse de la corriente eléctrica que le tenía preso como por los tentáculos de un “gran pulpo”. Cuando sus compañeros se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo, requirió una lucha tremenda despegarle de este imán eléctrico, puesto que ellos también recibían fuertes toques eléctricos al tocar a Jorge. Al fin, alguien prevaleció, agarrándole por su cabello y finalmente sacándole de su tumba acuática. Le cargaron a la ribera de la laguna y le acostaron en tierra, todos empezaron a clamar a Dios en español y también en las lenguas desconocidas que habían recibido cuando fueron bautizados en el Espíritu Santo. Para tales emergencias, entre otras razones, el Espíritu Santo les había dado estas lenguas sobrenaturales. Mi hijo Marcos estuvo entre el grupo que estaba clamando desesperadamente. Él me dijo: “Papá, ¡nunca he estado en una situación tan angustiosa!”. Valioso tiempo estaba pasando: 3 minutos, 4 minutos, 5, 6, 7, 8... Y de repente ¡sus pulmones se llenaron de aire, Jorge pegó un grito fuertísimo, su corazón empezó a latir de nuevo! ¡Jorge había sido resucitado de la muerte! Ahora los jóvenes estaban gritando, saltando y glorificando al Señor, quien es el mismo ayer, hoy y por los siglos. A pesar de haber vuelto a la vida, los administradores del campamento insistieron en llevar a Jorge a una clínica para ser examinado. Pues, lógicamente estaban preocupados de que sus órganos internos hubieran sido quemados por el largo tiempo que estuvo siendo electrocutado, sus pulmones dañados por tanto tiempo que había estado atrapado bajo el agua y la gran probabilidad de daño cerebral. ¡Pero no! Los médicos le declararon perfectamente sano. ¡Dios le había resucitado y a la vez le había sanado! No había daño alguno. Esto es sobrenatural. Ahora, unos años después, Jorge sigue perfectamente bien de salud y “encendido” en su vida espiritual, habiendo terminado la Licenciatura en Medios de Comunicación Electrónicos en la Universidad de El Paso, Texas. Como ya mencioné, la palabra infalible de Dios afirma en Hebreos 13:8: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". Él es lo que era y siempre lo será. Él es eterno Dios, con Su Padre y con el Espíritu Santo. El hecho de que uno nunca haya visto o experimentado lo sobrenatural no cambia a Dios. Y tampoco es un argumento para declarar que el día de milagros ha cesado. Es ilógico y egoísta juzgar los sucesos por el patrón de lo que uno no ha experimentado en vez de juzgar los sucesos por la Palabra de Dios. Yo cometí ese error por muchos años y ahora quiero ayudar a otros a salir de la misma incredulidad. Fue un glorioso día cuando mis ojos fueron abiertos para ver que días de gloria y poder aun están con nosotros ¡Lo sobrenatural es nuestra herencia! |
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