Jesús: Señor de la Vida y de la Muerte | |||||||
La semana pasada leímos en Juan 4:24 24. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. No importa cómo se llama el templo al que vas, no importa si eres judío, gentil o samaritano, o mexicano. No importa si eres cubano o americano, ¡no!, eso no importa, o si eres bautista, que importa… Lo que importa es que le adores en espíritu y en verdad… Quiero pasar ahora a Marcos 5:21-22 21. Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 22. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies Jairo está adorándole, tuvo una revelación de quién era Jesús. Volvamos al versículo 23 23. y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. 24. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26. y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27. cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. ¡No, no! ¡Eso no se hace! Cuando una mujer tenía un flujo de sangre era inmunda y no tocaba a nadie, pero ella creyó y extiende su mano y toca el manto de Jesús. Continuemos versículo 28 28. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31. Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32. Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. ¡Fíjate!; ella tocó su manto y Jesucristo siente el poder que había salido de él. ¿Te gustaría sentir que sale poder de ti? Imagina tocar a alguien orando y sentir ese poder fluyendo a través de ti. Cuando me preguntan; ¿Hermano Víctor, tú has sentido ese poder? Sí, muchas veces, pero yo oro por mucha gente, y tú necesitas empezar a orar por la gente que necesita a Dios y algún día vas a sentirlo. Volvamos a la historia… 33. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote. A Jesús nuestro Dios le gusta sanar, pero… ¿Por qué algunas personas no sanan? Las Escrituras dicen en Mateo 13:58 que Jesús fue a la tierra de sus discípulos: “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”. Ese es un problema, ¿verdad? Una vez, sus discípulos trataron de echar fuera un demonio de un muchacho y no podían. Entonces, Jesús, lo echó fuera. Leamos en Mateo 17:19-21 19. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20. Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21. Pero este género no sale sino con oración y ayuno. Quizá nuestra fe todavía no está como un grano de mostaza y entonces la fe para mover una montaña todavía no ha llegado, pero sí debemos saber que, ¡DIOS sana! Podemos ir con Él y pedirle sanidad y salvación. A Dios le gusta sanar, ¿verdad? ¡Necesitamos creer! Volvamos a la historia en Marcos 5:35 35. Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36. Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. El Señor nos dice a nosotros: “No temas, cree solamente”. Continuemos en el versículo 37 37. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. ¿Por qué hizo eso? Hay que separar la incredulidad de la Fe. ¿Tú quieres ser sano? ¡Necesitas creerle a Él! Continuemos, versículo 41: 41. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Este Jesús es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios. Él sana enfermos, levanta muertos, Él es el camino, la verdad y la vida. Debemos orar: “Señor, aumenta nuestra Fe para poder creer en ti y en tu Palabra. Ayúdanos a confiar en tu amor, ayúdanos a creer que tú quieres el bien para nosotros y no el mal”. Ahora, si tú estás sufriendo por estar enfermo y piensas que DIOS no te quiere sanar… Si Satanás te ha dicho que: ¡VAS A ESTAR ENFERMO! ¡NO LE CREAS! ¡Clama con fe por tu sanidad! ¡Créele a Dios! ¡EL SEÑOR TE AMA Y QUIERE QUE SEAS LIBRE! |
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La semana pasada leímos en Juan 4:24 24. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. No importa cómo se llama el templo al que vas, no importa si eres judío, gentil o samaritano, o mexicano. No importa si eres cubano o americano, ¡no!, eso no importa, o si eres bautista, que importa… Lo que importa es que le adores en espíritu y en verdad… Quiero pasar ahora a Marcos 5:21-22 21. Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 22. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies Jairo está adorándole, tuvo una revelación de quién era Jesús. Volvamos al versículo 23 23. y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. 24. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26. y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27. cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. ¡No, no! ¡Eso no se hace! Cuando una mujer tenía un flujo de sangre era inmunda y no tocaba a nadie, pero ella creyó y extiende su mano y toca el manto de Jesús. Continuemos versículo 28 28. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31. Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32. Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. ¡Fíjate!; ella tocó su manto y Jesucristo siente el poder que había salido de él. ¿Te gustaría sentir que sale poder de ti? Imagina tocar a alguien orando y sentir ese poder fluyendo a través de ti. Cuando me preguntan; ¿Hermano Víctor, tú has sentido ese poder? Sí, muchas veces, pero yo oro por mucha gente, y tú necesitas empezar a orar por la gente que necesita a Dios y algún día vas a sentirlo. Volvamos a la historia… 33. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote. A Jesús nuestro Dios le gusta sanar, pero… ¿Por qué algunas personas no sanan? Las Escrituras dicen en Mateo 13:58 que Jesús fue a la tierra de sus discípulos: “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”. Ese es un problema, ¿verdad? Una vez, sus discípulos trataron de echar fuera un demonio de un muchacho y no podían. Entonces, Jesús, lo echó fuera. Leamos en Mateo 17:19-21 19. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20. Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21. Pero este género no sale sino con oración y ayuno. Quizá nuestra fe todavía no está como un grano de mostaza y entonces la fe para mover una montaña todavía no ha llegado, pero sí debemos saber que, ¡DIOS sana! Podemos ir con Él y pedirle sanidad y salvación. A Dios le gusta sanar, ¿verdad? ¡Necesitamos creer! Volvamos a la historia en Marcos 5:35 35. Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36. Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. El Señor nos dice a nosotros: “No temas, cree solamente”. Continuemos en el versículo 37 37. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. ¿Por qué hizo eso? Hay que separar la incredulidad de la Fe. ¿Tú quieres ser sano? ¡Necesitas creerle a Él! Continuemos, versículo 41: 41. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Este Jesús es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios. Él sana enfermos, levanta muertos, Él es el camino, la verdad y la vida. Debemos orar: “Señor, aumenta nuestra Fe para poder creer en ti y en tu Palabra. Ayúdanos a confiar en tu amor, ayúdanos a creer que tú quieres el bien para nosotros y no el mal”. Ahora, si tú estás sufriendo por estar enfermo y piensas que DIOS no te quiere sanar… Si Satanás te ha dicho que: ¡VAS A ESTAR ENFERMO! ¡NO LE CREAS! ¡Clama con fe por tu sanidad! ¡Créele a Dios! ¡EL SEÑOR TE AMA Y QUIERE QUE SEAS LIBRE! |
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La semana pasada leímos en Juan 4:24 24. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. No importa cómo se llama el templo al que vas, no importa si eres judío, gentil o samaritano, o mexicano. No importa si eres cubano o americano, ¡no!, eso no importa, o si eres bautista, que importa… Lo que importa es que le adores en espíritu y en verdad… Quiero pasar ahora a Marcos 5:21-22 21. Pasando otra vez Jesús en una barca a la otra orilla, se reunió alrededor de él una gran multitud; y él estaba junto al mar. 22. Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies Jairo está adorándole, tuvo una revelación de quién era Jesús. Volvamos al versículo 23 23. y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. 24. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban. 25. Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26. y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27. cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. ¡No, no! ¡Eso no se hace! Cuando una mujer tenía un flujo de sangre era inmunda y no tocaba a nadie, pero ella creyó y extiende su mano y toca el manto de Jesús. Continuemos versículo 28 28. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. 29. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. 30. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31. Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32. Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. ¡Fíjate!; ella tocó su manto y Jesucristo siente el poder que había salido de él. ¿Te gustaría sentir que sale poder de ti? Imagina tocar a alguien orando y sentir ese poder fluyendo a través de ti. Cuando me preguntan; ¿Hermano Víctor, tú has sentido ese poder? Sí, muchas veces, pero yo oro por mucha gente, y tú necesitas empezar a orar por la gente que necesita a Dios y algún día vas a sentirlo. Volvamos a la historia… 33. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote. A Jesús nuestro Dios le gusta sanar, pero… ¿Por qué algunas personas no sanan? Las Escrituras dicen en Mateo 13:58 que Jesús fue a la tierra de sus discípulos: “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos”. Ese es un problema, ¿verdad? Una vez, sus discípulos trataron de echar fuera un demonio de un muchacho y no podían. Entonces, Jesús, lo echó fuera. Leamos en Mateo 17:19-21 19. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20. Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 21. Pero este género no sale sino con oración y ayuno. Quizá nuestra fe todavía no está como un grano de mostaza y entonces la fe para mover una montaña todavía no ha llegado, pero sí debemos saber que, ¡DIOS sana! Podemos ir con Él y pedirle sanidad y salvación. A Dios le gusta sanar, ¿verdad? ¡Necesitamos creer! Volvamos a la historia en Marcos 5:35 35. Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? 36. Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. El Señor nos dice a nosotros: “No temas, cree solamente”. Continuemos en el versículo 37 37. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. 38. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. 39. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. 40. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. ¿Por qué hizo eso? Hay que separar la incredulidad de la Fe. ¿Tú quieres ser sano? ¡Necesitas creerle a Él! Continuemos, versículo 41: 41. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. 42. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Este Jesús es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios. Él sana enfermos, levanta muertos, Él es el camino, la verdad y la vida. Debemos orar: “Señor, aumenta nuestra Fe para poder creer en ti y en tu Palabra. Ayúdanos a confiar en tu amor, ayúdanos a creer que tú quieres el bien para nosotros y no el mal”. Ahora, si tú estás sufriendo por estar enfermo y piensas que DIOS no te quiere sanar… Si Satanás te ha dicho que: ¡VAS A ESTAR ENFERMO! ¡NO LE CREAS! ¡Clama con fe por tu sanidad! ¡Créele a Dios! ¡EL SEÑOR TE AMA Y QUIERE QUE SEAS LIBRE! |
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