Rompiendo Ataduras V | |||||||
¿Quién necesita liberación? Hay muchas personas que al decidir ser seguidores de Jesús, también reciben liberación total en ese mismo momento. Su arrepentimiento es tan completo que renuncian a todo contacto que hayan tenido con el mundo de lo oculto, rompen toda maldición familiar y jamás vuelven a tener problemas de esa índole. Pero, hay otras personas que no alcanzan la victoria tan fácilmente, especialmente cuando hay o ha habido idolatría, ocultismo, hechicería o perversión sexual dentro de la familia. Los problemas no siempre se manifiestan de inmediato; pero si la raíz no ha sido cortada, tarde o temprano aparecerá la “hoja”. Y, ¿cuáles son algunas de estas “hojas” o señales que indican la necesidad de liberación? 1. Dolores o enfermedades. Especialmente cuando no parecen tener base física (hay veces que la migraña tiene raíz espiritual). 2. Temores sin ninguna base lógica. 3. Hábitos o perversiones sexuales que uno no ha podido vencer. 4. Depresión, tristeza y angustia. Cómo romper una maldición o atadura en tu vida 1. Confronta honestamente tu problema Mientras lo niegues y no lo confrontes, no podrás obtener la victoria. 2. Confiesa tu pecado y abandónalo Daniel no era culpable directa ni personalmente; sin embargo, confesó el pecado de su pueblo. Daniel 9:5 “Hemos pecado... hemos sido rebeldes…”. Dios lo honró. Si queda en tu vida alguna opresión, confiesa los pecados de ocultismo, hechicería, idolatría o pecado sexual de tus padres o abuelos. O si tú personalmente abriste la puerta a “los que atormentan” (los verdugos) por guardar rencor, confiésalo y abandónalo. 3. Humíllate y sométete Santiago 4:7 señala: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Es inútil tratar de resistir a satanás sin antes haberte sometido a Dios y haber abandonado tu pecado. 4. Declara en voz alta tu victoria sobre satanás Desde el aspecto legal, Jesús ya venció al diablo en la cruz. Pero, Él ha puesto en manos de la iglesia el poder ejecutar o completar esta victoria. Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Así que, con toda autoridad y fe, declara con tu boca: “En el poderoso nombre de Jesús tomo autoridad y dominio sobre las fuerzas del enemigo que me atormentan. Rompo toda maldición y atadura sobre mi vida. Mi cuerpo es templo del Espíritu Santo y satanás no me puede tocar. Soy libre por la sangre de Cristo”. Repite esta declaración (o algo parecido) tantas veces como sea necesario. Hay que ser persistente porque el enemigo no siempre suelta sus garras sin luchar; pero si reconoces la autoridad que tienes y no retrocedes, el enemigo tiene que irse. En algunos casos se necesita apelar al ayuno para quebrantar el poder del enemigo. Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”. En otros casos se requiere la ayuda de personas que tengan experiencia en este tipo de ministerio. ¡Sí hay ayuda! 5. Practica disciplina propia y forma nuevos hábitos Ahora que has roto el poder del diablo, tienes que crucificar tu carne y llenar tu mente con la Palabra de Dios. Si tu “verdugo” era la depresión, ahora necesitas cultivar el hábito de la gratitud y alabanza a Dios. Si tu “verdugo” era el temor, llena tu mente de promesas bíblicas: Salmo 23:1, 4 “Jehová es mi pastor... No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...”. Dos trampas de satanás No quiero terminar este estudio sin advertir acerca de dos extremos en que a menudo caen muchos cristianos. Algunos no quieren enfrentar la realidad del maligno en su vida diaria y se han formado una mentalidad que dice: “si no pienso en el diablo, ni lo molesto; él no me molestará a mí”. Hay otras personas que se fascinan tanto con la autoridad que tenemos como creyentes sobre el enemigo, que andan buscándole por todas partes. Para ellos, cada problema que surge, es por la presencia de un demonio. Creo que estos dos pensamientos son extremos. La Biblia no hablaría sobre la necesidad de estar alertas si no fuera un peligro real. 1 Pedro 5:8 “...velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. No debemos subestimar la obra satánica pero tampoco necesitamos andar buscando demonios debajo de cada silla. Por lo tanto, si estamos convencidos de que sí hay manifestaciones del maligno en la vida de alguien, hay que enfrentarlo y romperlo; luego glorificar el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Conclusión Jesús dijo: Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. La voluntad del Padre es que tú y yo vivamos en victoria, libres de toda opresión; toda maldición y toda atadura del enemigo. ¡No aceptes como “normal” una situación de derrota! ¡Vale la pena luchar y vivir en libertad! Juan 10:10 “...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. |
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¿Quién necesita liberación? Hay muchas personas que al decidir ser seguidores de Jesús, también reciben liberación total en ese mismo momento. Su arrepentimiento es tan completo que renuncian a todo contacto que hayan tenido con el mundo de lo oculto, rompen toda maldición familiar y jamás vuelven a tener problemas de esa índole. Pero, hay otras personas que no alcanzan la victoria tan fácilmente, especialmente cuando hay o ha habido idolatría, ocultismo, hechicería o perversión sexual dentro de la familia. Los problemas no siempre se manifiestan de inmediato; pero si la raíz no ha sido cortada, tarde o temprano aparecerá la “hoja”. Y, ¿cuáles son algunas de estas “hojas” o señales que indican la necesidad de liberación? 1. Dolores o enfermedades. Especialmente cuando no parecen tener base física (hay veces que la migraña tiene raíz espiritual). 2. Temores sin ninguna base lógica. 3. Hábitos o perversiones sexuales que uno no ha podido vencer. 4. Depresión, tristeza y angustia. Cómo romper una maldición o atadura en tu vida 1. Confronta honestamente tu problema Mientras lo niegues y no lo confrontes, no podrás obtener la victoria. 2. Confiesa tu pecado y abandónalo Daniel no era culpable directa ni personalmente; sin embargo, confesó el pecado de su pueblo. Daniel 9:5 “Hemos pecado... hemos sido rebeldes…”. Dios lo honró. Si queda en tu vida alguna opresión, confiesa los pecados de ocultismo, hechicería, idolatría o pecado sexual de tus padres o abuelos. O si tú personalmente abriste la puerta a “los que atormentan” (los verdugos) por guardar rencor, confiésalo y abandónalo. 3. Humíllate y sométete Santiago 4:7 señala: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Es inútil tratar de resistir a satanás sin antes haberte sometido a Dios y haber abandonado tu pecado. 4. Declara en voz alta tu victoria sobre satanás Desde el aspecto legal, Jesús ya venció al diablo en la cruz. Pero, Él ha puesto en manos de la iglesia el poder ejecutar o completar esta victoria. Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Así que, con toda autoridad y fe, declara con tu boca: “En el poderoso nombre de Jesús tomo autoridad y dominio sobre las fuerzas del enemigo que me atormentan. Rompo toda maldición y atadura sobre mi vida. Mi cuerpo es templo del Espíritu Santo y satanás no me puede tocar. Soy libre por la sangre de Cristo”. Repite esta declaración (o algo parecido) tantas veces como sea necesario. Hay que ser persistente porque el enemigo no siempre suelta sus garras sin luchar; pero si reconoces la autoridad que tienes y no retrocedes, el enemigo tiene que irse. En algunos casos se necesita apelar al ayuno para quebrantar el poder del enemigo. Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”. En otros casos se requiere la ayuda de personas que tengan experiencia en este tipo de ministerio. ¡Sí hay ayuda! 5. Practica disciplina propia y forma nuevos hábitos Ahora que has roto el poder del diablo, tienes que crucificar tu carne y llenar tu mente con la Palabra de Dios. Si tu “verdugo” era la depresión, ahora necesitas cultivar el hábito de la gratitud y alabanza a Dios. Si tu “verdugo” era el temor, llena tu mente de promesas bíblicas: Salmo 23:1, 4 “Jehová es mi pastor... No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...”. Dos trampas de satanás No quiero terminar este estudio sin advertir acerca de dos extremos en que a menudo caen muchos cristianos. Algunos no quieren enfrentar la realidad del maligno en su vida diaria y se han formado una mentalidad que dice: “si no pienso en el diablo, ni lo molesto; él no me molestará a mí”. Hay otras personas que se fascinan tanto con la autoridad que tenemos como creyentes sobre el enemigo, que andan buscándole por todas partes. Para ellos, cada problema que surge, es por la presencia de un demonio. Creo que estos dos pensamientos son extremos. La Biblia no hablaría sobre la necesidad de estar alertas si no fuera un peligro real. 1 Pedro 5:8 “...velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. No debemos subestimar la obra satánica pero tampoco necesitamos andar buscando demonios debajo de cada silla. Por lo tanto, si estamos convencidos de que sí hay manifestaciones del maligno en la vida de alguien, hay que enfrentarlo y romperlo; luego glorificar el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Conclusión Jesús dijo: Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. La voluntad del Padre es que tú y yo vivamos en victoria, libres de toda opresión; toda maldición y toda atadura del enemigo. ¡No aceptes como “normal” una situación de derrota! ¡Vale la pena luchar y vivir en libertad! Juan 10:10 “...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. |
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¿Quién necesita liberación? Hay muchas personas que al decidir ser seguidores de Jesús, también reciben liberación total en ese mismo momento. Su arrepentimiento es tan completo que renuncian a todo contacto que hayan tenido con el mundo de lo oculto, rompen toda maldición familiar y jamás vuelven a tener problemas de esa índole. Pero, hay otras personas que no alcanzan la victoria tan fácilmente, especialmente cuando hay o ha habido idolatría, ocultismo, hechicería o perversión sexual dentro de la familia. Los problemas no siempre se manifiestan de inmediato; pero si la raíz no ha sido cortada, tarde o temprano aparecerá la “hoja”. Y, ¿cuáles son algunas de estas “hojas” o señales que indican la necesidad de liberación? 1. Dolores o enfermedades. Especialmente cuando no parecen tener base física (hay veces que la migraña tiene raíz espiritual). 2. Temores sin ninguna base lógica. 3. Hábitos o perversiones sexuales que uno no ha podido vencer. 4. Depresión, tristeza y angustia. Cómo romper una maldición o atadura en tu vida 1. Confronta honestamente tu problema Mientras lo niegues y no lo confrontes, no podrás obtener la victoria. 2. Confiesa tu pecado y abandónalo Daniel no era culpable directa ni personalmente; sin embargo, confesó el pecado de su pueblo. Daniel 9:5 “Hemos pecado... hemos sido rebeldes…”. Dios lo honró. Si queda en tu vida alguna opresión, confiesa los pecados de ocultismo, hechicería, idolatría o pecado sexual de tus padres o abuelos. O si tú personalmente abriste la puerta a “los que atormentan” (los verdugos) por guardar rencor, confiésalo y abandónalo. 3. Humíllate y sométete Santiago 4:7 señala: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Es inútil tratar de resistir a satanás sin antes haberte sometido a Dios y haber abandonado tu pecado. 4. Declara en voz alta tu victoria sobre satanás Desde el aspecto legal, Jesús ya venció al diablo en la cruz. Pero, Él ha puesto en manos de la iglesia el poder ejecutar o completar esta victoria. Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Así que, con toda autoridad y fe, declara con tu boca: “En el poderoso nombre de Jesús tomo autoridad y dominio sobre las fuerzas del enemigo que me atormentan. Rompo toda maldición y atadura sobre mi vida. Mi cuerpo es templo del Espíritu Santo y satanás no me puede tocar. Soy libre por la sangre de Cristo”. Repite esta declaración (o algo parecido) tantas veces como sea necesario. Hay que ser persistente porque el enemigo no siempre suelta sus garras sin luchar; pero si reconoces la autoridad que tienes y no retrocedes, el enemigo tiene que irse. En algunos casos se necesita apelar al ayuno para quebrantar el poder del enemigo. Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”. En otros casos se requiere la ayuda de personas que tengan experiencia en este tipo de ministerio. ¡Sí hay ayuda! 5. Practica disciplina propia y forma nuevos hábitos Ahora que has roto el poder del diablo, tienes que crucificar tu carne y llenar tu mente con la Palabra de Dios. Si tu “verdugo” era la depresión, ahora necesitas cultivar el hábito de la gratitud y alabanza a Dios. Si tu “verdugo” era el temor, llena tu mente de promesas bíblicas: Salmo 23:1, 4 “Jehová es mi pastor... No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...”. Dos trampas de satanás No quiero terminar este estudio sin advertir acerca de dos extremos en que a menudo caen muchos cristianos. Algunos no quieren enfrentar la realidad del maligno en su vida diaria y se han formado una mentalidad que dice: “si no pienso en el diablo, ni lo molesto; él no me molestará a mí”. Hay otras personas que se fascinan tanto con la autoridad que tenemos como creyentes sobre el enemigo, que andan buscándole por todas partes. Para ellos, cada problema que surge, es por la presencia de un demonio. Creo que estos dos pensamientos son extremos. La Biblia no hablaría sobre la necesidad de estar alertas si no fuera un peligro real. 1 Pedro 5:8 “...velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. No debemos subestimar la obra satánica pero tampoco necesitamos andar buscando demonios debajo de cada silla. Por lo tanto, si estamos convencidos de que sí hay manifestaciones del maligno en la vida de alguien, hay que enfrentarlo y romperlo; luego glorificar el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Conclusión Jesús dijo: Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. La voluntad del Padre es que tú y yo vivamos en victoria, libres de toda opresión; toda maldición y toda atadura del enemigo. ¡No aceptes como “normal” una situación de derrota! ¡Vale la pena luchar y vivir en libertad! Juan 10:10 “...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. |
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