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Jesús y El Padre | |||||||
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La semana pasada vimos cuanto ama Dios a las mujeres, ¿verdad? También, vimos que Él conoce tu vida y que no hay nada oculto en tu vida que Dios no conozca. ¡Él conoce todo de tu vida! Ahora, vamos a leer en Juan 14:1-9 1. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7. Si me conocieran, también a mi Padre conocerían; y desde ahora le conocen, y le han visto. 8. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿Leyeron las palabras de Jesús? Jesús dice, que quien le ha visto a Él, ha visto también al Padre. O sea que Jesús es igualito al Padre Celestial. En otras palabras, Jesús es el reflejo vivo, en carne y hueso, de cómo es el Padre. Ahora vamos a Colosenses 1:15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Nosotros podemos ver en Jesús al Padre. Vemos como Él amaba y hacia bienes a todas las personas: las sanaba y también las perdonaba. Hacer el bien, sanar y perdonar; son cualidades que vienen de Dios Padre. Leamos en Juan 14:10 10. ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Cuando oramos por enfermos, es Jesús en nosotros el que hace los milagros, somos solamente siervos, ¡qué privilegio ser siervos de Dios! ¿Verdad? Él dijo, en el versículo 11 11. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. 13. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. En estas verdades, hay liberación para fluir en el poder de Dios. ¿Las crees? Si las crees, tu puedes ser libre y sano y ver el poder de Dios en tu propia vida. Versículo 15 15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Cuando yo veo a la gente entrando a la iglesia pienso que la motivación de levantarse temprano en domingo es que aman a Jesús. Si no fuera así, muchos se quedarían en casa viendo el futbol. El amor tiene que ver con obedecer de corazón, ¡Jehová quiere nuestro corazón! En Proverbios 23:26 nos dice: Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. ¿Dónde está tu corazón? ¿Le diste tu corazón a Jesús? ¿Estás caído o caída? ¿Estás herido o herida? En el Salmo 147:3 dice que: Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Pero, necesitas confiar en Jesús de todo tu corazón, y no apoyarte en tu propia prudencia. Necesitas creer que Jesús es en el Padre y el Padre en Jesús. Jesús tiene el mismo poder que el Padre y tiene el mismo amor y misericordia por ti, por mí, por todos nosotros. Ahora, Jesús nos ha enviado al Espíritu Santo y a través de Él, nosotros tenemos el mismo poder que tiene el Padre y Jesús para sanar y obrar milagros. Ahora nosotros podemos reflejar el amor y el poder de Dios a través de su Espíritu Santo.
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Por: Hno. Victor Richards
Jesús y El Padre |
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La semana pasada vimos cuanto ama Dios a las mujeres, ¿verdad? También, vimos que Él conoce tu vida y que no hay nada oculto en tu vida que Dios no conozca. ¡Él conoce todo de tu vida! Ahora, vamos a leer en Juan 14:1-9 1. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7. Si me conocieran, también a mi Padre conocerían; y desde ahora le conocen, y le han visto. 8. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿Leyeron las palabras de Jesús? Jesús dice, que quien le ha visto a Él, ha visto también al Padre. O sea que Jesús es igualito al Padre Celestial. En otras palabras, Jesús es el reflejo vivo, en carne y hueso, de cómo es el Padre. Ahora vamos a Colosenses 1:15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Nosotros podemos ver en Jesús al Padre. Vemos como Él amaba y hacia bienes a todas las personas: las sanaba y también las perdonaba. Hacer el bien, sanar y perdonar; son cualidades que vienen de Dios Padre. Leamos en Juan 14:10 10. ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Cuando oramos por enfermos, es Jesús en nosotros el que hace los milagros, somos solamente siervos, ¡qué privilegio ser siervos de Dios! ¿Verdad? Él dijo, en el versículo 11 11. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. 13. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. En estas verdades, hay liberación para fluir en el poder de Dios. ¿Las crees? Si las crees, tu puedes ser libre y sano y ver el poder de Dios en tu propia vida. Versículo 15 15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Cuando yo veo a la gente entrando a la iglesia pienso que la motivación de levantarse temprano en domingo es que aman a Jesús. Si no fuera así, muchos se quedarían en casa viendo el futbol. El amor tiene que ver con obedecer de corazón, ¡Jehová quiere nuestro corazón! En Proverbios 23:26 nos dice: Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. ¿Dónde está tu corazón? ¿Le diste tu corazón a Jesús? ¿Estás caído o caída? ¿Estás herido o herida? En el Salmo 147:3 dice que: Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Pero, necesitas confiar en Jesús de todo tu corazón, y no apoyarte en tu propia prudencia. Necesitas creer que Jesús es en el Padre y el Padre en Jesús. Jesús tiene el mismo poder que el Padre y tiene el mismo amor y misericordia por ti, por mí, por todos nosotros. Ahora, Jesús nos ha enviado al Espíritu Santo y a través de Él, nosotros tenemos el mismo poder que tiene el Padre y Jesús para sanar y obrar milagros. Ahora nosotros podemos reflejar el amor y el poder de Dios a través de su Espíritu Santo.
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La semana pasada vimos cuanto ama Dios a las mujeres, ¿verdad? También, vimos que Él conoce tu vida y que no hay nada oculto en tu vida que Dios no conozca. ¡Él conoce todo de tu vida! Ahora, vamos a leer en Juan 14:1-9 1. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7. Si me conocieran, también a mi Padre conocerían; y desde ahora le conocen, y le han visto. 8. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿Leyeron las palabras de Jesús? Jesús dice, que quien le ha visto a Él, ha visto también al Padre. O sea que Jesús es igualito al Padre Celestial. En otras palabras, Jesús es el reflejo vivo, en carne y hueso, de cómo es el Padre. Ahora vamos a Colosenses 1:15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Nosotros podemos ver en Jesús al Padre. Vemos como Él amaba y hacia bienes a todas las personas: las sanaba y también las perdonaba. Hacer el bien, sanar y perdonar; son cualidades que vienen de Dios Padre. Leamos en Juan 14:10 10. ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Cuando oramos por enfermos, es Jesús en nosotros el que hace los milagros, somos solamente siervos, ¡qué privilegio ser siervos de Dios! ¿Verdad? Él dijo, en el versículo 11 11. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre. 13. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. En estas verdades, hay liberación para fluir en el poder de Dios. ¿Las crees? Si las crees, tu puedes ser libre y sano y ver el poder de Dios en tu propia vida. Versículo 15 15. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Cuando yo veo a la gente entrando a la iglesia pienso que la motivación de levantarse temprano en domingo es que aman a Jesús. Si no fuera así, muchos se quedarían en casa viendo el futbol. El amor tiene que ver con obedecer de corazón, ¡Jehová quiere nuestro corazón! En Proverbios 23:26 nos dice: Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos. ¿Dónde está tu corazón? ¿Le diste tu corazón a Jesús? ¿Estás caído o caída? ¿Estás herido o herida? En el Salmo 147:3 dice que: Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Pero, necesitas confiar en Jesús de todo tu corazón, y no apoyarte en tu propia prudencia. Necesitas creer que Jesús es en el Padre y el Padre en Jesús. Jesús tiene el mismo poder que el Padre y tiene el mismo amor y misericordia por ti, por mí, por todos nosotros. Ahora, Jesús nos ha enviado al Espíritu Santo y a través de Él, nosotros tenemos el mismo poder que tiene el Padre y Jesús para sanar y obrar milagros. Ahora nosotros podemos reflejar el amor y el poder de Dios a través de su Espíritu Santo.
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