Ãxito Garantizado II | |||||||
El hombre contemporáneo y la sabiduría Cuando tu esposa te dice que ya no te ama… Cuando tu hija adolescente anuncia que está embarazada… Cuando tu jefe te avisa que estás despedido… Cuando descubres que tu socio está defraudando a la empresa… ¿Qué es lo que necesitas más que cualquier otra cosa? ¡La sabiduría! En esos momentos tu cuenta bancaria, tu cuerpo muscular y tu buena apariencia no pueden solucionar el problema. ¡Tú necesitas la clase de sabiduría que sólo Dios te puede dar! ¿Para qué necesita sabiduría el hombre contemporáneo? Para llevar adelante su hogar, su esposa, sus hijos. Para poner en orden sus prioridades. Para administrar bien su tiempo y dinero. Para entablar buenas relaciones interpersonales. Para hacer decisiones sabias en el trabajo o carrera. ¿Qué es la Sabiduría? Sabiduría es la capacidad de tomar información y entender cómo ponerla en práctica para ser un triunfador; conocimiento y sabiduría son dos cosas diferentes. Conocimiento es la acumulación de información, sabiduría es la aplicación correcta de tal información. Por ejemplo, un título profesional no es la garantía del éxito personal o familiar. Hay psicólogos que batallan con complejos personales, médicos que descuidan su propia salud y maestros cuyos hijos están reprobando en la escuela. Aunque pueden influir otros factores, no obstante estas personas no han sabido cómo aplicar sus múltiples conocimientos a su propia situación. A la vez, la sabiduría incluye la habilidad de ver las circunstancias claramente y distinguir lo temporal, de lo eterno y lo importante de lo trivial; es tener la perspectiva correcta. Por ejemplo, un padre sabio no usará como castigo por el mal comportamiento de su hijo, el quitarle el privilegio de ir al campamento juvenil de su iglesia. Allí es donde el hijo probablemente aprenda algo que le haga un mejor muchacho. A la vez un padre sabio disciplinará a su hijo por contar mentiras, pero no por tirar accidentalmente la leche sobre la mesa. La sabiduría es mejor que el oro Proverbios 16:16 “Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata”. Debemos vivir cada día para que nuestras vidas glorifiquen a Dios y para que otros le conozcan también; el hombre que vive así no sólo es sabio, sino que a la vez será un hombre que ha encontrado el camino al gozo duradero. Sabiduría humana vs. sabiduría divina Existen muchísimos ejemplos de hombres con estudios extensos y preparación amplia, pero sin la sabiduría de Dios, solamente tienen información en la cabeza. Un ejemplo de la sabiduría humana es el consejo antibíblico del muy reconocido pediatra norteamericano, Dr. Spock, en su libro “El Bebé y el Cuidado del niño” (traducido en varios idiomas). Él enseña que los niños son naturalmente buenos y que no se les debe castigar por su desobediencia. Generaciones de padres norteamericanos y de otros países, tomaron estos consejos y descartaron el castigo corporal de los niños, como consecuencia, tenemos generaciones conocidas por su rebelión a toda autoridad. Hoy en día muchos profesionistas, incluyendo psicólogos y educadores, reconocen el error de esta enseñanza: no funciona. Desafortunadamente, es demasiado tarde para miles de millones de personas cuyas vidas han sido destruidas, por esta mentira. Otro ejemplo de la sabiduría humana, fuera del temor a Dios, son algunas de las decisiones que toman algunos gobernantes. En los Estados Unidos, los congresistas han aprobado leyes que protegen cierta clase de águila que está en peligro de extinción, mientras aprueban leyes que permiten el aborto de millones de niños. ¿Cómo obtener la sabiduría? Debemos buscarla como un tesoro. Proverbios 2:3-6 “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. Cuando tú y yo tengamos pasión para buscar a Dios, tendremos su sabiduría. Aunque tengo menos talentos y habilidades naturales que muchos otros hombres, creo que Dios me ha bendecido de una forma inmerecida porque ha visto mi hambre, mi pasión, aun mi desesperación por su presencia. Recuerdo un tiempo específico cuando nuestros hijos eran pequeños y nuestro presupuesto muy ajustado. Sentí una necesidad desesperada para recibir más de Dios, así que a pesar de nuestra situación económica muy limitada, fuimos toda la familia a un campamento cristiano. Hicimos la lucha y el sacrificio para asistir a este lejano lugar porque mi esposa y yo teníamos un gran hambre espiritual. Jesús dijo: Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”. El Señor no sólo tocó a mi esposa y a mí de una forma poderosa en este campamento, pero lo que es más, nuestros hijos mayores recibieron experiencias especiales del Espíritu Santo. Aquellas experiencias no se pueden comprar, ¡ni con todo el oro del mundo! Fueron y son tesoros. Teniendo temor de Dios Proverbios 9:10 “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. La sabiduría no sólo viene a los que la buscan como un tesoro, también es el resultado del temor de Dios. ¿Qué es el temor de Jehová? No es miedo, ni terror, sino respeto, reverencia; es amor por Dios y odio por el pecado, es un anhelo de nunca desagradar al Señor. Posiblemente tu fuiste criado para creer en Dios, sin embargo, si no tienes lo que la Biblia llama “el temor de Jehová” (un respeto profundo, un sentir de asombro en cuanto a Dios y su Palabra) autojustificarás tus pecados. Vivir en el temor de Dios es reconocer quiénes somos nosotros sin Él, -pecadores sin esperanza- y reconocer quién es Él -Santo, glorioso y eterno-. Ante su Santidad no podemos más que doblar las rodillas en total sumisión y ofrecerle nuestras vidas. Aunque mi trasfondo religioso me robó en varias áreas, como el creer que Dios no obra milagros hoy en día, a la vez, me enseñó un sano temor a Dios y un profundo respeto por su Palabra. Reconozco que fue precisamente este temor a Dios que me cuidó en mi juventud de los pecados sexuales y otros. Sé sabio, ¡Teme a Dios! ¡Enseña a tus hijos el temor a Dios! ¿Cómo tomar decisiones sabias? Diariamente tú y yo tomamos decisiones, unas grandes y otras pequeñas. Algunas decisiones pueden hacer la diferencia entre el divorcio o un matrimonio feliz; prosperidad o ruina económica; salud o enfermedad; el cielo o el infierno. Es cierto que nuestras decisiones determinan nuestro destino. Así que, es urgente que tomemos decisiones sabias. Aquí hay cuatro principios que te pueden guiar: 1.- Pide sabiduría de Dios Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada”. Los hombres tienen la reputación de nunca querer admitir lo que no saben ni buscar ayuda o direcciones cuando las necesitan. Tenemos que cambiar esto. 2.- Considera tus necesidades futuras. Salomón usa el ejemplo de las hormigas para ilustrar que se necesita “pensar en el futuro” antes de tomar decisiones. Primero, él alaba a la hormiga porque sabe anticipar sus necesidades futuras trabajando para suplirlas: Proverbios 6:6-8 “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. También Salomón utiliza la misma analogía de la agricultura: Proverbios 10:5 “El que recoge en el verano es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo de vergüenza”. Es evidente que la comida de enero depende de la cosecha de agosto. Cuando alguien se está muriendo de sed, es demasiado tarde para cavar un pozo. Recuerda que ni siquiera estaba lloviendo cuando Noé empezó a construir el arca. No esperes hasta que tengas cáncer de pulmón para dejar de fumar; no esperes hasta que tengas una embolia para comer bien y hacer ejercicio. Toma decisiones ahora que te harán ser saludable el día de mañana. 3.- Analiza bien los hechos. Consigue todos los datos que te puedan ayudar en el proceso de elegir bien. Proverbios 14:15 “El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus pasos”. El hombre sabio tiene “antenas” o “radar” interno. Él puede percibir si hay algún peligro. Roberto gozaba de un buen trabajo como ingeniero, aunque siempre había anhelado tener su propia empresa, así que, cuando un nuevo compañero en el trabajo le propuso que iniciaran un negocio de construcción, inmediatamente dijo que sí, prestándole todos sus ahorros del banco. Cuando su esposa dudaba de la decisión, él le dijo que ésta era la oportunidad que él había estado esperando. Tristemente después de un año, el negocio no sólo fracasó sino que el “amigo” huyó con el poco dinero que había quedado. Roberto no se tomó el tiempo de investigar los riesgos de iniciar un negocio, ni de saber qué clase de persona era su socio. 4.- Evita actuar como un “Llanero Solitario”. Salomón señaló hace cientos de años antes en: Proverbios 27:17 “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo”. Una cualidad de Salomón que es digna de notar, es que él era suficientemente humilde de corazón para reconocer sus limitaciones y para aceptar consejos de otros, aun su corrección. Proverbios 15:5 “El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente”. Proverbios 9:8 “…corrige al sabio, y te amará”. Muchos hombres reconocen su falta de experiencia o inteligencia, pero requiere humildad para confesar su necesidad delante de otros y de recibir consejo. Los hombres tienen la mala fama de nunca pedir a otra persona direcciones cuando están perdidos o instrucciones cuando no saben cómo armar algo, y aunque esa idiosincrasia varonil en esos casos sólo resulte en unos minutos (u horas) perdidas, quizá con una esposa e hijos impacientes y molestos; el no pedir sabiduría divina y el no escuchar consejos de gente sabia para cosas más trascendentales, puede ocasionar una tragedia duradera o aun eterna. Proverbios 11:2 “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría”. Así que la humildad está directamente relacionada con la sabiduría. Hay varias maneras en que uno recibe sabiduría, pero una manera común es a través de los consejos, la instrucción y aun la reprensión y corrección de otros. ¿Cuál es tu actitud cuando alguien te da un consejo, sea tu padre, cónyuge, jefe, pastor o un amigo? ¿Escuchas o siempre crees que tienes la razón y los demás están equivocados? Oír el consejo no quiere decir que uno siempre acepta el consejo, pero sí escuchará. Proverbios 11:14 “… en la multitud de consejeros hay seguridad”. La persona con un espíritu enseñable buscará consejo de personas más maduras. Recuerdo bien el año 1973, cuando estaba pasando por un tiempo de transición en el ministerio y por lo tanto, un tiempo de confusión. Mi familia y yo ya teníamos como un año colaborando con una iglesia americana en El Paso, Texas, y fue realmente un año de aprendizaje. Aunque todo marchaba bien y había seguridad económica, yo no estaba contento. Sentía que no estaba cumpliendo mi destino de ministrar en la República Mexicana. Así que hice una cita con un hombre mayor que yo admiraba mucho, Daniel Ost en Monterrey, N.L., y le expliqué mi situación. Después de oírme, dijo lo siguiente: “Tienes que renunciar a tu posición inmediatamente para dedicarte a la visión que arde en tu corazón”. ¡Gracias a Dios por este consejo sabio, porque me dio el valor de tomar una decisión difícil pero correcta! Dios me respaldó porque no salí de la iglesia en rebeldía sino con la bendición de los líderes. Poco tiempo después, el grupo en Cd. Juárez empezó a crecer y finalmente llegó a ser la congregación de Vino Nuevo. Cuando se trata de resolver problemas importantes, debemos buscar el consejo de otros; esto no implica que uno dependa tanto de las ideas de los demás que se convierta en una persona indecisa, sino quiere decir que si escucha las opiniones de otros, tendrá mejor probabilidad de hacer decisiones sabias. Conclusión Al estudiar Proverbios, observamos que Dios es la fuente de donde proviene toda sabiduría; con esto no quiere decir que un incrédulo o un ateo no pueda tomar una buena decisión, porque en todos los seres humanos, Dios ha puesto un cierto grado de sentido común. Sin embargo; a lo largo de la vida, el hombre sin Dios no tendrá la perspectiva de las cosas eternas y por lo tanto, no tendrá la sabiduría necesaria para tomar las decisiones más importantes en la vida. Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. ¡Sé un hombre que busca a Dios apasionadamente! Él mismo dice que no soporta a los tibios o los apáticos. Apocalipsis 3:15,16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Y cuando le busques con el mismo fervor que la gente busca el oro y la plata, ¡Él te dará la sabiduría que necesitas para cualquier situación! |
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El hombre contemporáneo y la sabiduría Cuando tu esposa te dice que ya no te ama… Cuando tu hija adolescente anuncia que está embarazada… Cuando tu jefe te avisa que estás despedido… Cuando descubres que tu socio está defraudando a la empresa… ¿Qué es lo que necesitas más que cualquier otra cosa? ¡La sabiduría! En esos momentos tu cuenta bancaria, tu cuerpo muscular y tu buena apariencia no pueden solucionar el problema. ¡Tú necesitas la clase de sabiduría que sólo Dios te puede dar! ¿Para qué necesita sabiduría el hombre contemporáneo? Para llevar adelante su hogar, su esposa, sus hijos. Para poner en orden sus prioridades. Para administrar bien su tiempo y dinero. Para entablar buenas relaciones interpersonales. Para hacer decisiones sabias en el trabajo o carrera. ¿Qué es la Sabiduría? Sabiduría es la capacidad de tomar información y entender cómo ponerla en práctica para ser un triunfador; conocimiento y sabiduría son dos cosas diferentes. Conocimiento es la acumulación de información, sabiduría es la aplicación correcta de tal información. Por ejemplo, un título profesional no es la garantía del éxito personal o familiar. Hay psicólogos que batallan con complejos personales, médicos que descuidan su propia salud y maestros cuyos hijos están reprobando en la escuela. Aunque pueden influir otros factores, no obstante estas personas no han sabido cómo aplicar sus múltiples conocimientos a su propia situación. A la vez, la sabiduría incluye la habilidad de ver las circunstancias claramente y distinguir lo temporal, de lo eterno y lo importante de lo trivial; es tener la perspectiva correcta. Por ejemplo, un padre sabio no usará como castigo por el mal comportamiento de su hijo, el quitarle el privilegio de ir al campamento juvenil de su iglesia. Allí es donde el hijo probablemente aprenda algo que le haga un mejor muchacho. A la vez un padre sabio disciplinará a su hijo por contar mentiras, pero no por tirar accidentalmente la leche sobre la mesa. La sabiduría es mejor que el oro Proverbios 16:16 “Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata”. Debemos vivir cada día para que nuestras vidas glorifiquen a Dios y para que otros le conozcan también; el hombre que vive así no sólo es sabio, sino que a la vez será un hombre que ha encontrado el camino al gozo duradero. Sabiduría humana vs. sabiduría divina Existen muchísimos ejemplos de hombres con estudios extensos y preparación amplia, pero sin la sabiduría de Dios, solamente tienen información en la cabeza. Un ejemplo de la sabiduría humana es el consejo antibíblico del muy reconocido pediatra norteamericano, Dr. Spock, en su libro “El Bebé y el Cuidado del niño” (traducido en varios idiomas). Él enseña que los niños son naturalmente buenos y que no se les debe castigar por su desobediencia. Generaciones de padres norteamericanos y de otros países, tomaron estos consejos y descartaron el castigo corporal de los niños, como consecuencia, tenemos generaciones conocidas por su rebelión a toda autoridad. Hoy en día muchos profesionistas, incluyendo psicólogos y educadores, reconocen el error de esta enseñanza: no funciona. Desafortunadamente, es demasiado tarde para miles de millones de personas cuyas vidas han sido destruidas, por esta mentira. Otro ejemplo de la sabiduría humana, fuera del temor a Dios, son algunas de las decisiones que toman algunos gobernantes. En los Estados Unidos, los congresistas han aprobado leyes que protegen cierta clase de águila que está en peligro de extinción, mientras aprueban leyes que permiten el aborto de millones de niños. ¿Cómo obtener la sabiduría? Debemos buscarla como un tesoro. Proverbios 2:3-6 “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. Cuando tú y yo tengamos pasión para buscar a Dios, tendremos su sabiduría. Aunque tengo menos talentos y habilidades naturales que muchos otros hombres, creo que Dios me ha bendecido de una forma inmerecida porque ha visto mi hambre, mi pasión, aun mi desesperación por su presencia. Recuerdo un tiempo específico cuando nuestros hijos eran pequeños y nuestro presupuesto muy ajustado. Sentí una necesidad desesperada para recibir más de Dios, así que a pesar de nuestra situación económica muy limitada, fuimos toda la familia a un campamento cristiano. Hicimos la lucha y el sacrificio para asistir a este lejano lugar porque mi esposa y yo teníamos un gran hambre espiritual. Jesús dijo: Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”. El Señor no sólo tocó a mi esposa y a mí de una forma poderosa en este campamento, pero lo que es más, nuestros hijos mayores recibieron experiencias especiales del Espíritu Santo. Aquellas experiencias no se pueden comprar, ¡ni con todo el oro del mundo! Fueron y son tesoros. Teniendo temor de Dios Proverbios 9:10 “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. La sabiduría no sólo viene a los que la buscan como un tesoro, también es el resultado del temor de Dios. ¿Qué es el temor de Jehová? No es miedo, ni terror, sino respeto, reverencia; es amor por Dios y odio por el pecado, es un anhelo de nunca desagradar al Señor. Posiblemente tu fuiste criado para creer en Dios, sin embargo, si no tienes lo que la Biblia llama “el temor de Jehová” (un respeto profundo, un sentir de asombro en cuanto a Dios y su Palabra) autojustificarás tus pecados. Vivir en el temor de Dios es reconocer quiénes somos nosotros sin Él, -pecadores sin esperanza- y reconocer quién es Él -Santo, glorioso y eterno-. Ante su Santidad no podemos más que doblar las rodillas en total sumisión y ofrecerle nuestras vidas. Aunque mi trasfondo religioso me robó en varias áreas, como el creer que Dios no obra milagros hoy en día, a la vez, me enseñó un sano temor a Dios y un profundo respeto por su Palabra. Reconozco que fue precisamente este temor a Dios que me cuidó en mi juventud de los pecados sexuales y otros. Sé sabio, ¡Teme a Dios! ¡Enseña a tus hijos el temor a Dios! ¿Cómo tomar decisiones sabias? Diariamente tú y yo tomamos decisiones, unas grandes y otras pequeñas. Algunas decisiones pueden hacer la diferencia entre el divorcio o un matrimonio feliz; prosperidad o ruina económica; salud o enfermedad; el cielo o el infierno. Es cierto que nuestras decisiones determinan nuestro destino. Así que, es urgente que tomemos decisiones sabias. Aquí hay cuatro principios que te pueden guiar: 1.- Pide sabiduría de Dios Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada”. Los hombres tienen la reputación de nunca querer admitir lo que no saben ni buscar ayuda o direcciones cuando las necesitan. Tenemos que cambiar esto. 2.- Considera tus necesidades futuras. Salomón usa el ejemplo de las hormigas para ilustrar que se necesita “pensar en el futuro” antes de tomar decisiones. Primero, él alaba a la hormiga porque sabe anticipar sus necesidades futuras trabajando para suplirlas: Proverbios 6:6-8 “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. También Salomón utiliza la misma analogía de la agricultura: Proverbios 10:5 “El que recoge en el verano es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo de vergüenza”. Es evidente que la comida de enero depende de la cosecha de agosto. Cuando alguien se está muriendo de sed, es demasiado tarde para cavar un pozo. Recuerda que ni siquiera estaba lloviendo cuando Noé empezó a construir el arca. No esperes hasta que tengas cáncer de pulmón para dejar de fumar; no esperes hasta que tengas una embolia para comer bien y hacer ejercicio. Toma decisiones ahora que te harán ser saludable el día de mañana. 3.- Analiza bien los hechos. Consigue todos los datos que te puedan ayudar en el proceso de elegir bien. Proverbios 14:15 “El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus pasos”. El hombre sabio tiene “antenas” o “radar” interno. Él puede percibir si hay algún peligro. Roberto gozaba de un buen trabajo como ingeniero, aunque siempre había anhelado tener su propia empresa, así que, cuando un nuevo compañero en el trabajo le propuso que iniciaran un negocio de construcción, inmediatamente dijo que sí, prestándole todos sus ahorros del banco. Cuando su esposa dudaba de la decisión, él le dijo que ésta era la oportunidad que él había estado esperando. Tristemente después de un año, el negocio no sólo fracasó sino que el “amigo” huyó con el poco dinero que había quedado. Roberto no se tomó el tiempo de investigar los riesgos de iniciar un negocio, ni de saber qué clase de persona era su socio. 4.- Evita actuar como un “Llanero Solitario”. Salomón señaló hace cientos de años antes en: Proverbios 27:17 “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo”. Una cualidad de Salomón que es digna de notar, es que él era suficientemente humilde de corazón para reconocer sus limitaciones y para aceptar consejos de otros, aun su corrección. Proverbios 15:5 “El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente”. Proverbios 9:8 “…corrige al sabio, y te amará”. Muchos hombres reconocen su falta de experiencia o inteligencia, pero requiere humildad para confesar su necesidad delante de otros y de recibir consejo. Los hombres tienen la mala fama de nunca pedir a otra persona direcciones cuando están perdidos o instrucciones cuando no saben cómo armar algo, y aunque esa idiosincrasia varonil en esos casos sólo resulte en unos minutos (u horas) perdidas, quizá con una esposa e hijos impacientes y molestos; el no pedir sabiduría divina y el no escuchar consejos de gente sabia para cosas más trascendentales, puede ocasionar una tragedia duradera o aun eterna. Proverbios 11:2 “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría”. Así que la humildad está directamente relacionada con la sabiduría. Hay varias maneras en que uno recibe sabiduría, pero una manera común es a través de los consejos, la instrucción y aun la reprensión y corrección de otros. ¿Cuál es tu actitud cuando alguien te da un consejo, sea tu padre, cónyuge, jefe, pastor o un amigo? ¿Escuchas o siempre crees que tienes la razón y los demás están equivocados? Oír el consejo no quiere decir que uno siempre acepta el consejo, pero sí escuchará. Proverbios 11:14 “… en la multitud de consejeros hay seguridad”. La persona con un espíritu enseñable buscará consejo de personas más maduras. Recuerdo bien el año 1973, cuando estaba pasando por un tiempo de transición en el ministerio y por lo tanto, un tiempo de confusión. Mi familia y yo ya teníamos como un año colaborando con una iglesia americana en El Paso, Texas, y fue realmente un año de aprendizaje. Aunque todo marchaba bien y había seguridad económica, yo no estaba contento. Sentía que no estaba cumpliendo mi destino de ministrar en la República Mexicana. Así que hice una cita con un hombre mayor que yo admiraba mucho, Daniel Ost en Monterrey, N.L., y le expliqué mi situación. Después de oírme, dijo lo siguiente: “Tienes que renunciar a tu posición inmediatamente para dedicarte a la visión que arde en tu corazón”. ¡Gracias a Dios por este consejo sabio, porque me dio el valor de tomar una decisión difícil pero correcta! Dios me respaldó porque no salí de la iglesia en rebeldía sino con la bendición de los líderes. Poco tiempo después, el grupo en Cd. Juárez empezó a crecer y finalmente llegó a ser la congregación de Vino Nuevo. Cuando se trata de resolver problemas importantes, debemos buscar el consejo de otros; esto no implica que uno dependa tanto de las ideas de los demás que se convierta en una persona indecisa, sino quiere decir que si escucha las opiniones de otros, tendrá mejor probabilidad de hacer decisiones sabias. Conclusión Al estudiar Proverbios, observamos que Dios es la fuente de donde proviene toda sabiduría; con esto no quiere decir que un incrédulo o un ateo no pueda tomar una buena decisión, porque en todos los seres humanos, Dios ha puesto un cierto grado de sentido común. Sin embargo; a lo largo de la vida, el hombre sin Dios no tendrá la perspectiva de las cosas eternas y por lo tanto, no tendrá la sabiduría necesaria para tomar las decisiones más importantes en la vida. Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. ¡Sé un hombre que busca a Dios apasionadamente! Él mismo dice que no soporta a los tibios o los apáticos. Apocalipsis 3:15,16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Y cuando le busques con el mismo fervor que la gente busca el oro y la plata, ¡Él te dará la sabiduría que necesitas para cualquier situación! |
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Ãxito Garantizado II |
El hombre contemporáneo y la sabiduría Cuando tu esposa te dice que ya no te ama… Cuando tu hija adolescente anuncia que está embarazada… Cuando tu jefe te avisa que estás despedido… Cuando descubres que tu socio está defraudando a la empresa… ¿Qué es lo que necesitas más que cualquier otra cosa? ¡La sabiduría! En esos momentos tu cuenta bancaria, tu cuerpo muscular y tu buena apariencia no pueden solucionar el problema. ¡Tú necesitas la clase de sabiduría que sólo Dios te puede dar! ¿Para qué necesita sabiduría el hombre contemporáneo? Para llevar adelante su hogar, su esposa, sus hijos. Para poner en orden sus prioridades. Para administrar bien su tiempo y dinero. Para entablar buenas relaciones interpersonales. Para hacer decisiones sabias en el trabajo o carrera. ¿Qué es la Sabiduría? Sabiduría es la capacidad de tomar información y entender cómo ponerla en práctica para ser un triunfador; conocimiento y sabiduría son dos cosas diferentes. Conocimiento es la acumulación de información, sabiduría es la aplicación correcta de tal información. Por ejemplo, un título profesional no es la garantía del éxito personal o familiar. Hay psicólogos que batallan con complejos personales, médicos que descuidan su propia salud y maestros cuyos hijos están reprobando en la escuela. Aunque pueden influir otros factores, no obstante estas personas no han sabido cómo aplicar sus múltiples conocimientos a su propia situación. A la vez, la sabiduría incluye la habilidad de ver las circunstancias claramente y distinguir lo temporal, de lo eterno y lo importante de lo trivial; es tener la perspectiva correcta. Por ejemplo, un padre sabio no usará como castigo por el mal comportamiento de su hijo, el quitarle el privilegio de ir al campamento juvenil de su iglesia. Allí es donde el hijo probablemente aprenda algo que le haga un mejor muchacho. A la vez un padre sabio disciplinará a su hijo por contar mentiras, pero no por tirar accidentalmente la leche sobre la mesa. La sabiduría es mejor que el oro Proverbios 16:16 “Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; y adquirir inteligencia vale más que la plata”. Debemos vivir cada día para que nuestras vidas glorifiquen a Dios y para que otros le conozcan también; el hombre que vive así no sólo es sabio, sino que a la vez será un hombre que ha encontrado el camino al gozo duradero. Sabiduría humana vs. sabiduría divina Existen muchísimos ejemplos de hombres con estudios extensos y preparación amplia, pero sin la sabiduría de Dios, solamente tienen información en la cabeza. Un ejemplo de la sabiduría humana es el consejo antibíblico del muy reconocido pediatra norteamericano, Dr. Spock, en su libro “El Bebé y el Cuidado del niño” (traducido en varios idiomas). Él enseña que los niños son naturalmente buenos y que no se les debe castigar por su desobediencia. Generaciones de padres norteamericanos y de otros países, tomaron estos consejos y descartaron el castigo corporal de los niños, como consecuencia, tenemos generaciones conocidas por su rebelión a toda autoridad. Hoy en día muchos profesionistas, incluyendo psicólogos y educadores, reconocen el error de esta enseñanza: no funciona. Desafortunadamente, es demasiado tarde para miles de millones de personas cuyas vidas han sido destruidas, por esta mentira. Otro ejemplo de la sabiduría humana, fuera del temor a Dios, son algunas de las decisiones que toman algunos gobernantes. En los Estados Unidos, los congresistas han aprobado leyes que protegen cierta clase de águila que está en peligro de extinción, mientras aprueban leyes que permiten el aborto de millones de niños. ¿Cómo obtener la sabiduría? Debemos buscarla como un tesoro. Proverbios 2:3-6 “Si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia”. Cuando tú y yo tengamos pasión para buscar a Dios, tendremos su sabiduría. Aunque tengo menos talentos y habilidades naturales que muchos otros hombres, creo que Dios me ha bendecido de una forma inmerecida porque ha visto mi hambre, mi pasión, aun mi desesperación por su presencia. Recuerdo un tiempo específico cuando nuestros hijos eran pequeños y nuestro presupuesto muy ajustado. Sentí una necesidad desesperada para recibir más de Dios, así que a pesar de nuestra situación económica muy limitada, fuimos toda la familia a un campamento cristiano. Hicimos la lucha y el sacrificio para asistir a este lejano lugar porque mi esposa y yo teníamos un gran hambre espiritual. Jesús dijo: Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”. El Señor no sólo tocó a mi esposa y a mí de una forma poderosa en este campamento, pero lo que es más, nuestros hijos mayores recibieron experiencias especiales del Espíritu Santo. Aquellas experiencias no se pueden comprar, ¡ni con todo el oro del mundo! Fueron y son tesoros. Teniendo temor de Dios Proverbios 9:10 “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. La sabiduría no sólo viene a los que la buscan como un tesoro, también es el resultado del temor de Dios. ¿Qué es el temor de Jehová? No es miedo, ni terror, sino respeto, reverencia; es amor por Dios y odio por el pecado, es un anhelo de nunca desagradar al Señor. Posiblemente tu fuiste criado para creer en Dios, sin embargo, si no tienes lo que la Biblia llama “el temor de Jehová” (un respeto profundo, un sentir de asombro en cuanto a Dios y su Palabra) autojustificarás tus pecados. Vivir en el temor de Dios es reconocer quiénes somos nosotros sin Él, -pecadores sin esperanza- y reconocer quién es Él -Santo, glorioso y eterno-. Ante su Santidad no podemos más que doblar las rodillas en total sumisión y ofrecerle nuestras vidas. Aunque mi trasfondo religioso me robó en varias áreas, como el creer que Dios no obra milagros hoy en día, a la vez, me enseñó un sano temor a Dios y un profundo respeto por su Palabra. Reconozco que fue precisamente este temor a Dios que me cuidó en mi juventud de los pecados sexuales y otros. Sé sabio, ¡Teme a Dios! ¡Enseña a tus hijos el temor a Dios! ¿Cómo tomar decisiones sabias? Diariamente tú y yo tomamos decisiones, unas grandes y otras pequeñas. Algunas decisiones pueden hacer la diferencia entre el divorcio o un matrimonio feliz; prosperidad o ruina económica; salud o enfermedad; el cielo o el infierno. Es cierto que nuestras decisiones determinan nuestro destino. Así que, es urgente que tomemos decisiones sabias. Aquí hay cuatro principios que te pueden guiar: 1.- Pide sabiduría de Dios Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada”. Los hombres tienen la reputación de nunca querer admitir lo que no saben ni buscar ayuda o direcciones cuando las necesitan. Tenemos que cambiar esto. 2.- Considera tus necesidades futuras. Salomón usa el ejemplo de las hormigas para ilustrar que se necesita “pensar en el futuro” antes de tomar decisiones. Primero, él alaba a la hormiga porque sabe anticipar sus necesidades futuras trabajando para suplirlas: Proverbios 6:6-8 “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. También Salomón utiliza la misma analogía de la agricultura: Proverbios 10:5 “El que recoge en el verano es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo de vergüenza”. Es evidente que la comida de enero depende de la cosecha de agosto. Cuando alguien se está muriendo de sed, es demasiado tarde para cavar un pozo. Recuerda que ni siquiera estaba lloviendo cuando Noé empezó a construir el arca. No esperes hasta que tengas cáncer de pulmón para dejar de fumar; no esperes hasta que tengas una embolia para comer bien y hacer ejercicio. Toma decisiones ahora que te harán ser saludable el día de mañana. 3.- Analiza bien los hechos. Consigue todos los datos que te puedan ayudar en el proceso de elegir bien. Proverbios 14:15 “El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus pasos”. El hombre sabio tiene “antenas” o “radar” interno. Él puede percibir si hay algún peligro. Roberto gozaba de un buen trabajo como ingeniero, aunque siempre había anhelado tener su propia empresa, así que, cuando un nuevo compañero en el trabajo le propuso que iniciaran un negocio de construcción, inmediatamente dijo que sí, prestándole todos sus ahorros del banco. Cuando su esposa dudaba de la decisión, él le dijo que ésta era la oportunidad que él había estado esperando. Tristemente después de un año, el negocio no sólo fracasó sino que el “amigo” huyó con el poco dinero que había quedado. Roberto no se tomó el tiempo de investigar los riesgos de iniciar un negocio, ni de saber qué clase de persona era su socio. 4.- Evita actuar como un “Llanero Solitario”. Salomón señaló hace cientos de años antes en: Proverbios 27:17 “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo”. Una cualidad de Salomón que es digna de notar, es que él era suficientemente humilde de corazón para reconocer sus limitaciones y para aceptar consejos de otros, aun su corrección. Proverbios 15:5 “El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente”. Proverbios 9:8 “…corrige al sabio, y te amará”. Muchos hombres reconocen su falta de experiencia o inteligencia, pero requiere humildad para confesar su necesidad delante de otros y de recibir consejo. Los hombres tienen la mala fama de nunca pedir a otra persona direcciones cuando están perdidos o instrucciones cuando no saben cómo armar algo, y aunque esa idiosincrasia varonil en esos casos sólo resulte en unos minutos (u horas) perdidas, quizá con una esposa e hijos impacientes y molestos; el no pedir sabiduría divina y el no escuchar consejos de gente sabia para cosas más trascendentales, puede ocasionar una tragedia duradera o aun eterna. Proverbios 11:2 “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría”. Así que la humildad está directamente relacionada con la sabiduría. Hay varias maneras en que uno recibe sabiduría, pero una manera común es a través de los consejos, la instrucción y aun la reprensión y corrección de otros. ¿Cuál es tu actitud cuando alguien te da un consejo, sea tu padre, cónyuge, jefe, pastor o un amigo? ¿Escuchas o siempre crees que tienes la razón y los demás están equivocados? Oír el consejo no quiere decir que uno siempre acepta el consejo, pero sí escuchará. Proverbios 11:14 “… en la multitud de consejeros hay seguridad”. La persona con un espíritu enseñable buscará consejo de personas más maduras. Recuerdo bien el año 1973, cuando estaba pasando por un tiempo de transición en el ministerio y por lo tanto, un tiempo de confusión. Mi familia y yo ya teníamos como un año colaborando con una iglesia americana en El Paso, Texas, y fue realmente un año de aprendizaje. Aunque todo marchaba bien y había seguridad económica, yo no estaba contento. Sentía que no estaba cumpliendo mi destino de ministrar en la República Mexicana. Así que hice una cita con un hombre mayor que yo admiraba mucho, Daniel Ost en Monterrey, N.L., y le expliqué mi situación. Después de oírme, dijo lo siguiente: “Tienes que renunciar a tu posición inmediatamente para dedicarte a la visión que arde en tu corazón”. ¡Gracias a Dios por este consejo sabio, porque me dio el valor de tomar una decisión difícil pero correcta! Dios me respaldó porque no salí de la iglesia en rebeldía sino con la bendición de los líderes. Poco tiempo después, el grupo en Cd. Juárez empezó a crecer y finalmente llegó a ser la congregación de Vino Nuevo. Cuando se trata de resolver problemas importantes, debemos buscar el consejo de otros; esto no implica que uno dependa tanto de las ideas de los demás que se convierta en una persona indecisa, sino quiere decir que si escucha las opiniones de otros, tendrá mejor probabilidad de hacer decisiones sabias. Conclusión Al estudiar Proverbios, observamos que Dios es la fuente de donde proviene toda sabiduría; con esto no quiere decir que un incrédulo o un ateo no pueda tomar una buena decisión, porque en todos los seres humanos, Dios ha puesto un cierto grado de sentido común. Sin embargo; a lo largo de la vida, el hombre sin Dios no tendrá la perspectiva de las cosas eternas y por lo tanto, no tendrá la sabiduría necesaria para tomar las decisiones más importantes en la vida. Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. ¡Sé un hombre que busca a Dios apasionadamente! Él mismo dice que no soporta a los tibios o los apáticos. Apocalipsis 3:15,16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Y cuando le busques con el mismo fervor que la gente busca el oro y la plata, ¡Él te dará la sabiduría que necesitas para cualquier situación! |
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