El Secreto para Cambiar tu Familia y tu Mundo | |||||||
Al contestar el teléfono escuché al otro lado de la línea la voz de una mujer desesperada. Su triste historia fluyó de sus labios como las aguas de un turbulento río serrano: Mi hijo anda muy mal, ¡ya no sé que hacer con este muchacho! Hemos luchado, Dios lo sabe, pero él no quiere entender. Ahora está metido en las drogas. Hermano Víctor, ¿Qué puedo hacer? ¿Hay algo que podamos hacer por nuestros seres amados que están sumidos en la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, la fornicación o sencillamente en abierta rebeldía contra Dios?, ¿podemos hacer algo cuando ellos mismos no tienen disposición, ni muestran ningún deseo por cambiar sus hábitos y su estilo de vida?, ¿hay algo que yo pueda hacer?, ¿o será que nos encontramos indefensos y víctimas de las mismas circunstancias que están destruyendo a nuestros seres amados? ¡Sí, hay algo que podemos hacer! Las riendas están en nuestras manos. Armas Poderosas 2 Corintios 10:4 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. No hay razón para que tú seas una persona fatalista o indefensa. Cuando vemos a nuestros seres amados atrapados en las garras de satanás y alejados de Dios no podemos cruzarnos de brazos y decir: “Así lo quiere Dios” o “es la voluntad de Dios”. Tú tienes a tu alcance armas espirituales para rescatar a tu familia, pero hay que saber usarlas. El soldado que va a la batalla sin saber usar su rifle o artillería sofisticada, perderá la guerra. El propósito de este libro es ayudarte a conocer mejor las poderosas armas que Dios tiene para tí y para motivarte a usarlas con eficacia. ¡Espera ver cambios positivos en tu familia y en tu mundo! A. La oración de intercesión 1 Timoteo 2:1 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, (en el griego puede leerse: Intercesiones) y acciones de gracias...”. Según este versículo, hay diferentes clases de oración, pero en este espacio únicamente trataremos el tema de la intercesión. La intercesión consiste básicamente en dos aspectos: 1) Se ejerce autoridad sobre el enemigo, a favor de otros. 2) Se clama a Dios a favor de otros. 1. Ejercer autoridad sobre satanás Consideremos en primer lugar el ejercer autoridad sobre el enemigo, a favor de otros. A menudo nos hacemos la pregunta: ¿Cómo es que algunos rechazan al Señor Jesucristo y la vida eterna que Él ofrece? ¿Dónde se origina el problema? En respuesta, la Escritura dice en: 2 Corintios 4:3, 4 “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo (satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo...”. El hombre sin Cristo no puede ver la verdad porque ha sido cegado. Nosotros no podemos influir en sus pensamientos, ni controlar su voluntad, pero sí podemos ejercer autoridad sobre el enemigo que los ha cegado. Jesús dijo: Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Para tratar en detalle el tema de la autoridad que tenemos en Jesucristo, te sugiero que consigas mi libro “El Dominio del Creyente”. 2. Clamar a Dios, a favor de otros El otro lado de la intercesión consiste en clamar a Dios a favor de otros. El que intercede se interpone entre Dios y la persona necesitada de tal forma que Dios la ve a través del intercesor que ya ha sido lavado por la sangre de Cristo Jesús. Él es, en un sentido, un filtro de sangre a través del cual Dios ve a la persona y le tiene paciencia, y en vez de derramar su ira, le muestra misericordia. Ezequiel 22:30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese...”. Más adelante analizaremos un poco más este versículo, pero ahora es importante señalar que la maldad provoca la caída del muro de protección de Dios para su pueblo y que el papel del intercesor es el de hacer vallado, poniéndose en la brecha a favor de una determinada persona o pueblo para que Dios no lo destruya. La oración de intercesión es una oración enérgica. Santiago 5:16 dice: “...La oración eficaz del justo puede mucho”. La palabra eficaz se tradujo de «energeo», palabra griega de cuya raíz se derivan energía, enérgico, etc. Para que la intercesión sea eficaz tiene que hacerse con energía, con todo el corazón. B. La oración de fe, de acuerdo con la voluntad de Dios Cuántas veces hemos oído a alguien decir: “Yo oro y pido, pero parece que Dios no me escucha”. Mateo 17:20 “Jesús les dijo: ... de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Marcos 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Santiago 1:6-8 dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Santiago dice claramente que si la persona pide dudando, no recibirá nada del Señor. Tú no puedes orar en fe si tienes duda de cuál sea la voluntad de Dios. Tú puedes estar seguro de que Él desea salvar y bendecir a tu familia. 2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 1 Timoteo 2:4 “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Entonces, no necesitas orar: “Salva a mi hermano, o a mi esposo, o a mi hijo, si es tu voluntad”. Tú ya sabes, por la Palabra, cuál es la voluntad de Dios. El Señor desea bendecir a tu familia. Deuteronomio 28:1-4 “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas”. Isaías 49:25 “Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé y yo salvaré a tus hijos”. C. La oración de acuerdo con otros Mateo 18:19 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. La oración entre dos o más personas que están de acuerdo en el Espíritu es más poderosa que la oración de una sola persona. Es importante señalar que la expresión: “de acuerdo” viene del griego «simphoneo» de donde se deriva nuestra palabra “sinfonía”. Entonces, ponerse de acuerdo no solamente se refiere al aspecto mental, sino a la armonía en el Espíritu. Por lo tanto, hay gran beneficio en tener un compañero de oración, alguien a quien tú puedes abrir tu corazón, y esté dispuesto a compartir la misma carga de oración. Es maravilloso cuando en un matrimonio cristiano los cónyuges oran juntos por sus hijos, cuando están de acuerdo en sus corazones. ¡Estas oraciones son poderosas! Sin embargo, no siempre existe esta unidad. En tales casos, el intercesor pudiera encontrar un hermano en la fe para que se unan en oración por peticiones específicas. Las oraciones congregacionales son muy importantes porque si en Mateo 18:19 dice que si dos se ponen de acuerdo en una petición, Dios contesta, imagínate todo lo que sucederá cuando veinte o treinta o cien personas oran “de acuerdo”. Cada cristiano necesita participar en oraciones congregacionales, porque allí hay un poder que no existe en tu oración personal o privada. D. El Ayuno Dios escucha toda oración cuando viene de un corazón puro, libre de rencor y lleno de fe. Sin embargo, Él mismo a través de su Palabra, nos indica cómo podemos aumentar la eficacia (energía) de nuestras oraciones. Aparte de las armas ya mencionadas, como la fe y la oración de acuerdo, hay otra arma poderosa que es el ayuno. 1. ¿Qué es el ayuno? Ayunar significa abstenerse de alimento con el propósito de buscar a Dios y ser más sensible a Él. Así, uno “crucifica” su carne. Job dijo: Job 23:12 “...guardé (en inglés se traduce: estimé) las palabras de su boca más que mi comida”. Hay diversas clases de ayuno; abstención total de bebida y comida, como lo hizo Jesús; solamente ingerir líquidos o un ayuno parcial, como el de Daniel. El mismo Daniel dijo: Daniel 10:3 “No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas”. La duración puede variar: un día, dos días o más, una semana o lo que uno proponga en su corazón, con tal que sea un sacrifico que quebrante nuestra carne y nos disponga al ejercicio espiritual. 2. ¿Qué hace el ayuno? Según Isaías 58:6, el ayuno bíblico: 1. Desata ligaduras 2. Suelta cargas 3. Liberta a los quebrantados 4. Rompe yugos 3. Ayunos personales y congregacionales El ayuno personal es cuando tú (posiblemente junto con tu compañero de oración), decides buscar a Dios en oración y ayuno para romper un yugo que está sujetando a tus hijos, tu matrimonio, tus finanzas, tu patria, etc. Si ha estado orando sin ver resultados positivos, decídete a usar la poderosa arma del ayuno. Recuerda las palabras de Jesús, cuando estaba hablando con sus discípulos acerca de su frustración por no poder liberar al muchacho endemoniado. Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”. Nota las palabras de Jesús en los siguientes versículos. Él no dijo: “Si ayunáis” sino “cuando ayunéis”. Mateo 6:16-18 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Este es el ayuno personal o privado. Pero también hay ayuno congregacional o público convocado por un líder espiritual para romper yugos sobre el pueblo. En el Antiguo Testamento, Ester proclamó un ayuno de tres días cuando el enemigo amenazó con destruir la raza judía. Dios respondió y libró a su pueblo (Ester 4:16). En el libro de Joel, quien profetizó sobre el Espíritu en los últimos días, encontramos otra convocación al ayuno. Joel 2:15 “Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno...”. El ayuno congregacional prepara los corazones para un avivamiento espiritual. El ayuno no es un rito religioso por lo cual tú ganas méritos o el favor de Dios. La salvación y todas las bendiciones de Dios son por pura gracia, son un regalo. E. Atar y desatar Mateo 18:18 “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”. En este versículo, Cristo dio dos poderosas llaves para usarlas como armas en oración. Al usarlas tú puedes vencer al enemigo y abrir la puerta de las grandes victorias en tu vida. 1. Las dos llaves son: Atar y desatar Lo descrito en el versículo de Mateo 18:18 no es un “cheque en blanco”, únicamente podemos atar y desatar lo que es según la voluntad de Dios. Al decir “atar” y “desatar” no nos referimos a una teoría vaga, sino a un cristianismo práctico. Hay fuerzas satánicas en nuestro derredor que luchan para impedir nuestro caminar con el Señor y robarnos sus bendiciones. 2. Áreas en las que tú puedes atar y desatar a) Las finanzas. Ata el espíritu de miseria, de despilfarro, de avaricia y de materialismo. Al mismo tiempo, desata sobre ti y tu familia el espíritu de generosidad y de dar. Desate las bendiciones económicas sobre tu casa. b) Tu matrimonio. Ata los espíritus de disensión y divorcio en el nombre de Jesús y desata el espíritu de unidad y paz. Haz lo mismo con los matrimonios de tus hijos y tus padres. No permitas que el diablo los destruya; tú tienes en tus manos armas poderosas para luchar y vencer. c) Tu iglesia. Ata el espíritu de disensión, división y carnalidad y desata un espíritu de unidad y lealtad. d) Hábitos personales. Ata el espíritu de glotonería y de pereza, mientras que desatas un espíritu de dominio propio, motivación y diligencia. e) Autoridades. También podemos atar y desatar en el área de los gobiernos municipal, estatal y federal. Es necesario añadir que el poder de atar y desatar no es una “fórmula mágica” que resolverá cada problema. Es un arma poderosa sólo cuando se usa eficazmente, bajo la dirección del Espíritu Santo en conjunto con las otras armas que hemos mencionado. |
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Al contestar el teléfono escuché al otro lado de la línea la voz de una mujer desesperada. Su triste historia fluyó de sus labios como las aguas de un turbulento río serrano: Mi hijo anda muy mal, ¡ya no sé que hacer con este muchacho! Hemos luchado, Dios lo sabe, pero él no quiere entender. Ahora está metido en las drogas. Hermano Víctor, ¿Qué puedo hacer? ¿Hay algo que podamos hacer por nuestros seres amados que están sumidos en la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, la fornicación o sencillamente en abierta rebeldía contra Dios?, ¿podemos hacer algo cuando ellos mismos no tienen disposición, ni muestran ningún deseo por cambiar sus hábitos y su estilo de vida?, ¿hay algo que yo pueda hacer?, ¿o será que nos encontramos indefensos y víctimas de las mismas circunstancias que están destruyendo a nuestros seres amados? ¡Sí, hay algo que podemos hacer! Las riendas están en nuestras manos. Armas Poderosas 2 Corintios 10:4 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. No hay razón para que tú seas una persona fatalista o indefensa. Cuando vemos a nuestros seres amados atrapados en las garras de satanás y alejados de Dios no podemos cruzarnos de brazos y decir: “Así lo quiere Dios” o “es la voluntad de Dios”. Tú tienes a tu alcance armas espirituales para rescatar a tu familia, pero hay que saber usarlas. El soldado que va a la batalla sin saber usar su rifle o artillería sofisticada, perderá la guerra. El propósito de este libro es ayudarte a conocer mejor las poderosas armas que Dios tiene para tí y para motivarte a usarlas con eficacia. ¡Espera ver cambios positivos en tu familia y en tu mundo! A. La oración de intercesión 1 Timoteo 2:1 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, (en el griego puede leerse: Intercesiones) y acciones de gracias...”. Según este versículo, hay diferentes clases de oración, pero en este espacio únicamente trataremos el tema de la intercesión. La intercesión consiste básicamente en dos aspectos: 1) Se ejerce autoridad sobre el enemigo, a favor de otros. 2) Se clama a Dios a favor de otros. 1. Ejercer autoridad sobre satanás Consideremos en primer lugar el ejercer autoridad sobre el enemigo, a favor de otros. A menudo nos hacemos la pregunta: ¿Cómo es que algunos rechazan al Señor Jesucristo y la vida eterna que Él ofrece? ¿Dónde se origina el problema? En respuesta, la Escritura dice en: 2 Corintios 4:3, 4 “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo (satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo...”. El hombre sin Cristo no puede ver la verdad porque ha sido cegado. Nosotros no podemos influir en sus pensamientos, ni controlar su voluntad, pero sí podemos ejercer autoridad sobre el enemigo que los ha cegado. Jesús dijo: Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Para tratar en detalle el tema de la autoridad que tenemos en Jesucristo, te sugiero que consigas mi libro “El Dominio del Creyente”. 2. Clamar a Dios, a favor de otros El otro lado de la intercesión consiste en clamar a Dios a favor de otros. El que intercede se interpone entre Dios y la persona necesitada de tal forma que Dios la ve a través del intercesor que ya ha sido lavado por la sangre de Cristo Jesús. Él es, en un sentido, un filtro de sangre a través del cual Dios ve a la persona y le tiene paciencia, y en vez de derramar su ira, le muestra misericordia. Ezequiel 22:30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese...”. Más adelante analizaremos un poco más este versículo, pero ahora es importante señalar que la maldad provoca la caída del muro de protección de Dios para su pueblo y que el papel del intercesor es el de hacer vallado, poniéndose en la brecha a favor de una determinada persona o pueblo para que Dios no lo destruya. La oración de intercesión es una oración enérgica. Santiago 5:16 dice: “...La oración eficaz del justo puede mucho”. La palabra eficaz se tradujo de «energeo», palabra griega de cuya raíz se derivan energía, enérgico, etc. Para que la intercesión sea eficaz tiene que hacerse con energía, con todo el corazón. B. La oración de fe, de acuerdo con la voluntad de Dios Cuántas veces hemos oído a alguien decir: “Yo oro y pido, pero parece que Dios no me escucha”. Mateo 17:20 “Jesús les dijo: ... de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Marcos 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Santiago 1:6-8 dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Santiago dice claramente que si la persona pide dudando, no recibirá nada del Señor. Tú no puedes orar en fe si tienes duda de cuál sea la voluntad de Dios. Tú puedes estar seguro de que Él desea salvar y bendecir a tu familia. 2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 1 Timoteo 2:4 “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Entonces, no necesitas orar: “Salva a mi hermano, o a mi esposo, o a mi hijo, si es tu voluntad”. Tú ya sabes, por la Palabra, cuál es la voluntad de Dios. El Señor desea bendecir a tu familia. Deuteronomio 28:1-4 “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas”. Isaías 49:25 “Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé y yo salvaré a tus hijos”. C. La oración de acuerdo con otros Mateo 18:19 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. La oración entre dos o más personas que están de acuerdo en el Espíritu es más poderosa que la oración de una sola persona. Es importante señalar que la expresión: “de acuerdo” viene del griego «simphoneo» de donde se deriva nuestra palabra “sinfonía”. Entonces, ponerse de acuerdo no solamente se refiere al aspecto mental, sino a la armonía en el Espíritu. Por lo tanto, hay gran beneficio en tener un compañero de oración, alguien a quien tú puedes abrir tu corazón, y esté dispuesto a compartir la misma carga de oración. Es maravilloso cuando en un matrimonio cristiano los cónyuges oran juntos por sus hijos, cuando están de acuerdo en sus corazones. ¡Estas oraciones son poderosas! Sin embargo, no siempre existe esta unidad. En tales casos, el intercesor pudiera encontrar un hermano en la fe para que se unan en oración por peticiones específicas. Las oraciones congregacionales son muy importantes porque si en Mateo 18:19 dice que si dos se ponen de acuerdo en una petición, Dios contesta, imagínate todo lo que sucederá cuando veinte o treinta o cien personas oran “de acuerdo”. Cada cristiano necesita participar en oraciones congregacionales, porque allí hay un poder que no existe en tu oración personal o privada. D. El Ayuno Dios escucha toda oración cuando viene de un corazón puro, libre de rencor y lleno de fe. Sin embargo, Él mismo a través de su Palabra, nos indica cómo podemos aumentar la eficacia (energía) de nuestras oraciones. Aparte de las armas ya mencionadas, como la fe y la oración de acuerdo, hay otra arma poderosa que es el ayuno. 1. ¿Qué es el ayuno? Ayunar significa abstenerse de alimento con el propósito de buscar a Dios y ser más sensible a Él. Así, uno “crucifica” su carne. Job dijo: Job 23:12 “...guardé (en inglés se traduce: estimé) las palabras de su boca más que mi comida”. Hay diversas clases de ayuno; abstención total de bebida y comida, como lo hizo Jesús; solamente ingerir líquidos o un ayuno parcial, como el de Daniel. El mismo Daniel dijo: Daniel 10:3 “No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas”. La duración puede variar: un día, dos días o más, una semana o lo que uno proponga en su corazón, con tal que sea un sacrifico que quebrante nuestra carne y nos disponga al ejercicio espiritual. 2. ¿Qué hace el ayuno? Según Isaías 58:6, el ayuno bíblico: 1. Desata ligaduras 2. Suelta cargas 3. Liberta a los quebrantados 4. Rompe yugos 3. Ayunos personales y congregacionales El ayuno personal es cuando tú (posiblemente junto con tu compañero de oración), decides buscar a Dios en oración y ayuno para romper un yugo que está sujetando a tus hijos, tu matrimonio, tus finanzas, tu patria, etc. Si ha estado orando sin ver resultados positivos, decídete a usar la poderosa arma del ayuno. Recuerda las palabras de Jesús, cuando estaba hablando con sus discípulos acerca de su frustración por no poder liberar al muchacho endemoniado. Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”. Nota las palabras de Jesús en los siguientes versículos. Él no dijo: “Si ayunáis” sino “cuando ayunéis”. Mateo 6:16-18 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Este es el ayuno personal o privado. Pero también hay ayuno congregacional o público convocado por un líder espiritual para romper yugos sobre el pueblo. En el Antiguo Testamento, Ester proclamó un ayuno de tres días cuando el enemigo amenazó con destruir la raza judía. Dios respondió y libró a su pueblo (Ester 4:16). En el libro de Joel, quien profetizó sobre el Espíritu en los últimos días, encontramos otra convocación al ayuno. Joel 2:15 “Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno...”. El ayuno congregacional prepara los corazones para un avivamiento espiritual. El ayuno no es un rito religioso por lo cual tú ganas méritos o el favor de Dios. La salvación y todas las bendiciones de Dios son por pura gracia, son un regalo. E. Atar y desatar Mateo 18:18 “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”. En este versículo, Cristo dio dos poderosas llaves para usarlas como armas en oración. Al usarlas tú puedes vencer al enemigo y abrir la puerta de las grandes victorias en tu vida. 1. Las dos llaves son: Atar y desatar Lo descrito en el versículo de Mateo 18:18 no es un “cheque en blanco”, únicamente podemos atar y desatar lo que es según la voluntad de Dios. Al decir “atar” y “desatar” no nos referimos a una teoría vaga, sino a un cristianismo práctico. Hay fuerzas satánicas en nuestro derredor que luchan para impedir nuestro caminar con el Señor y robarnos sus bendiciones. 2. Áreas en las que tú puedes atar y desatar a) Las finanzas. Ata el espíritu de miseria, de despilfarro, de avaricia y de materialismo. Al mismo tiempo, desata sobre ti y tu familia el espíritu de generosidad y de dar. Desate las bendiciones económicas sobre tu casa. b) Tu matrimonio. Ata los espíritus de disensión y divorcio en el nombre de Jesús y desata el espíritu de unidad y paz. Haz lo mismo con los matrimonios de tus hijos y tus padres. No permitas que el diablo los destruya; tú tienes en tus manos armas poderosas para luchar y vencer. c) Tu iglesia. Ata el espíritu de disensión, división y carnalidad y desata un espíritu de unidad y lealtad. d) Hábitos personales. Ata el espíritu de glotonería y de pereza, mientras que desatas un espíritu de dominio propio, motivación y diligencia. e) Autoridades. También podemos atar y desatar en el área de los gobiernos municipal, estatal y federal. Es necesario añadir que el poder de atar y desatar no es una “fórmula mágica” que resolverá cada problema. Es un arma poderosa sólo cuando se usa eficazmente, bajo la dirección del Espíritu Santo en conjunto con las otras armas que hemos mencionado. |
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Al contestar el teléfono escuché al otro lado de la línea la voz de una mujer desesperada. Su triste historia fluyó de sus labios como las aguas de un turbulento río serrano: Mi hijo anda muy mal, ¡ya no sé que hacer con este muchacho! Hemos luchado, Dios lo sabe, pero él no quiere entender. Ahora está metido en las drogas. Hermano Víctor, ¿Qué puedo hacer? ¿Hay algo que podamos hacer por nuestros seres amados que están sumidos en la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, la fornicación o sencillamente en abierta rebeldía contra Dios?, ¿podemos hacer algo cuando ellos mismos no tienen disposición, ni muestran ningún deseo por cambiar sus hábitos y su estilo de vida?, ¿hay algo que yo pueda hacer?, ¿o será que nos encontramos indefensos y víctimas de las mismas circunstancias que están destruyendo a nuestros seres amados? ¡Sí, hay algo que podemos hacer! Las riendas están en nuestras manos. Armas Poderosas 2 Corintios 10:4 “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. No hay razón para que tú seas una persona fatalista o indefensa. Cuando vemos a nuestros seres amados atrapados en las garras de satanás y alejados de Dios no podemos cruzarnos de brazos y decir: “Así lo quiere Dios” o “es la voluntad de Dios”. Tú tienes a tu alcance armas espirituales para rescatar a tu familia, pero hay que saber usarlas. El soldado que va a la batalla sin saber usar su rifle o artillería sofisticada, perderá la guerra. El propósito de este libro es ayudarte a conocer mejor las poderosas armas que Dios tiene para tí y para motivarte a usarlas con eficacia. ¡Espera ver cambios positivos en tu familia y en tu mundo! A. La oración de intercesión 1 Timoteo 2:1 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, (en el griego puede leerse: Intercesiones) y acciones de gracias...”. Según este versículo, hay diferentes clases de oración, pero en este espacio únicamente trataremos el tema de la intercesión. La intercesión consiste básicamente en dos aspectos: 1) Se ejerce autoridad sobre el enemigo, a favor de otros. 2) Se clama a Dios a favor de otros. 1. Ejercer autoridad sobre satanás Consideremos en primer lugar el ejercer autoridad sobre el enemigo, a favor de otros. A menudo nos hacemos la pregunta: ¿Cómo es que algunos rechazan al Señor Jesucristo y la vida eterna que Él ofrece? ¿Dónde se origina el problema? En respuesta, la Escritura dice en: 2 Corintios 4:3, 4 “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo (satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo...”. El hombre sin Cristo no puede ver la verdad porque ha sido cegado. Nosotros no podemos influir en sus pensamientos, ni controlar su voluntad, pero sí podemos ejercer autoridad sobre el enemigo que los ha cegado. Jesús dijo: Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Para tratar en detalle el tema de la autoridad que tenemos en Jesucristo, te sugiero que consigas mi libro “El Dominio del Creyente”. 2. Clamar a Dios, a favor de otros El otro lado de la intercesión consiste en clamar a Dios a favor de otros. El que intercede se interpone entre Dios y la persona necesitada de tal forma que Dios la ve a través del intercesor que ya ha sido lavado por la sangre de Cristo Jesús. Él es, en un sentido, un filtro de sangre a través del cual Dios ve a la persona y le tiene paciencia, y en vez de derramar su ira, le muestra misericordia. Ezequiel 22:30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese...”. Más adelante analizaremos un poco más este versículo, pero ahora es importante señalar que la maldad provoca la caída del muro de protección de Dios para su pueblo y que el papel del intercesor es el de hacer vallado, poniéndose en la brecha a favor de una determinada persona o pueblo para que Dios no lo destruya. La oración de intercesión es una oración enérgica. Santiago 5:16 dice: “...La oración eficaz del justo puede mucho”. La palabra eficaz se tradujo de «energeo», palabra griega de cuya raíz se derivan energía, enérgico, etc. Para que la intercesión sea eficaz tiene que hacerse con energía, con todo el corazón. B. La oración de fe, de acuerdo con la voluntad de Dios Cuántas veces hemos oído a alguien decir: “Yo oro y pido, pero parece que Dios no me escucha”. Mateo 17:20 “Jesús les dijo: ... de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. Marcos 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Santiago 1:6-8 dice: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Santiago dice claramente que si la persona pide dudando, no recibirá nada del Señor. Tú no puedes orar en fe si tienes duda de cuál sea la voluntad de Dios. Tú puedes estar seguro de que Él desea salvar y bendecir a tu familia. 2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 1 Timoteo 2:4 “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Entonces, no necesitas orar: “Salva a mi hermano, o a mi esposo, o a mi hijo, si es tu voluntad”. Tú ya sabes, por la Palabra, cuál es la voluntad de Dios. El Señor desea bendecir a tu familia. Deuteronomio 28:1-4 “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios. Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas”. Isaías 49:25 “Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé y yo salvaré a tus hijos”. C. La oración de acuerdo con otros Mateo 18:19 “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. La oración entre dos o más personas que están de acuerdo en el Espíritu es más poderosa que la oración de una sola persona. Es importante señalar que la expresión: “de acuerdo” viene del griego «simphoneo» de donde se deriva nuestra palabra “sinfonía”. Entonces, ponerse de acuerdo no solamente se refiere al aspecto mental, sino a la armonía en el Espíritu. Por lo tanto, hay gran beneficio en tener un compañero de oración, alguien a quien tú puedes abrir tu corazón, y esté dispuesto a compartir la misma carga de oración. Es maravilloso cuando en un matrimonio cristiano los cónyuges oran juntos por sus hijos, cuando están de acuerdo en sus corazones. ¡Estas oraciones son poderosas! Sin embargo, no siempre existe esta unidad. En tales casos, el intercesor pudiera encontrar un hermano en la fe para que se unan en oración por peticiones específicas. Las oraciones congregacionales son muy importantes porque si en Mateo 18:19 dice que si dos se ponen de acuerdo en una petición, Dios contesta, imagínate todo lo que sucederá cuando veinte o treinta o cien personas oran “de acuerdo”. Cada cristiano necesita participar en oraciones congregacionales, porque allí hay un poder que no existe en tu oración personal o privada. D. El Ayuno Dios escucha toda oración cuando viene de un corazón puro, libre de rencor y lleno de fe. Sin embargo, Él mismo a través de su Palabra, nos indica cómo podemos aumentar la eficacia (energía) de nuestras oraciones. Aparte de las armas ya mencionadas, como la fe y la oración de acuerdo, hay otra arma poderosa que es el ayuno. 1. ¿Qué es el ayuno? Ayunar significa abstenerse de alimento con el propósito de buscar a Dios y ser más sensible a Él. Así, uno “crucifica” su carne. Job dijo: Job 23:12 “...guardé (en inglés se traduce: estimé) las palabras de su boca más que mi comida”. Hay diversas clases de ayuno; abstención total de bebida y comida, como lo hizo Jesús; solamente ingerir líquidos o un ayuno parcial, como el de Daniel. El mismo Daniel dijo: Daniel 10:3 “No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas”. La duración puede variar: un día, dos días o más, una semana o lo que uno proponga en su corazón, con tal que sea un sacrifico que quebrante nuestra carne y nos disponga al ejercicio espiritual. 2. ¿Qué hace el ayuno? Según Isaías 58:6, el ayuno bíblico: 1. Desata ligaduras 2. Suelta cargas 3. Liberta a los quebrantados 4. Rompe yugos 3. Ayunos personales y congregacionales El ayuno personal es cuando tú (posiblemente junto con tu compañero de oración), decides buscar a Dios en oración y ayuno para romper un yugo que está sujetando a tus hijos, tu matrimonio, tus finanzas, tu patria, etc. Si ha estado orando sin ver resultados positivos, decídete a usar la poderosa arma del ayuno. Recuerda las palabras de Jesús, cuando estaba hablando con sus discípulos acerca de su frustración por no poder liberar al muchacho endemoniado. Mateo 17:21 “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”. Nota las palabras de Jesús en los siguientes versículos. Él no dijo: “Si ayunáis” sino “cuando ayunéis”. Mateo 6:16-18 “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Este es el ayuno personal o privado. Pero también hay ayuno congregacional o público convocado por un líder espiritual para romper yugos sobre el pueblo. En el Antiguo Testamento, Ester proclamó un ayuno de tres días cuando el enemigo amenazó con destruir la raza judía. Dios respondió y libró a su pueblo (Ester 4:16). En el libro de Joel, quien profetizó sobre el Espíritu en los últimos días, encontramos otra convocación al ayuno. Joel 2:15 “Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno...”. El ayuno congregacional prepara los corazones para un avivamiento espiritual. El ayuno no es un rito religioso por lo cual tú ganas méritos o el favor de Dios. La salvación y todas las bendiciones de Dios son por pura gracia, son un regalo. E. Atar y desatar Mateo 18:18 “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”. En este versículo, Cristo dio dos poderosas llaves para usarlas como armas en oración. Al usarlas tú puedes vencer al enemigo y abrir la puerta de las grandes victorias en tu vida. 1. Las dos llaves son: Atar y desatar Lo descrito en el versículo de Mateo 18:18 no es un “cheque en blanco”, únicamente podemos atar y desatar lo que es según la voluntad de Dios. Al decir “atar” y “desatar” no nos referimos a una teoría vaga, sino a un cristianismo práctico. Hay fuerzas satánicas en nuestro derredor que luchan para impedir nuestro caminar con el Señor y robarnos sus bendiciones. 2. Áreas en las que tú puedes atar y desatar a) Las finanzas. Ata el espíritu de miseria, de despilfarro, de avaricia y de materialismo. Al mismo tiempo, desata sobre ti y tu familia el espíritu de generosidad y de dar. Desate las bendiciones económicas sobre tu casa. b) Tu matrimonio. Ata los espíritus de disensión y divorcio en el nombre de Jesús y desata el espíritu de unidad y paz. Haz lo mismo con los matrimonios de tus hijos y tus padres. No permitas que el diablo los destruya; tú tienes en tus manos armas poderosas para luchar y vencer. c) Tu iglesia. Ata el espíritu de disensión, división y carnalidad y desata un espíritu de unidad y lealtad. d) Hábitos personales. Ata el espíritu de glotonería y de pereza, mientras que desatas un espíritu de dominio propio, motivación y diligencia. e) Autoridades. También podemos atar y desatar en el área de los gobiernos municipal, estatal y federal. Es necesario añadir que el poder de atar y desatar no es una “fórmula mágica” que resolverá cada problema. Es un arma poderosa sólo cuando se usa eficazmente, bajo la dirección del Espíritu Santo en conjunto con las otras armas que hemos mencionado. |
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