Tú Puedes ser Sanado III | |||||||
Las “olas” de avivamiento Las Escrituras no cambian y nunca hubo “un día de milagros”, sino que siempre ha habido “un Dios de milagros”. Sin embargo, al estudiar la historia, reconocemos que los avivamientos o visitaciones venían en “olas” o ciertos tiempos, y cuando había una visitación del Espíritu, había un aumento de sanidades y milagros. La “ola” de los años 50 Aunque había personas con un fuerte don de sanidad en años anteriores, durante los años 50, había una explosión de lo sobrenatural en la Iglesia, que se extendió por muchas partes del mundo. Dios estaba restaurando de manera mucho más extensa estos dones a su Iglesia. Por ejemplo, surgió en los Estados Unidos que muchos evangelistas dirigían campañas de sanidad divina, operando en los dones de fe, milagros y palabra de ciencia. Multitudes de personas testificaban de haber recibido un milagro de sanidad en estas cruzadas. Aquí en México, Wayne Myers y otros fueron grandemente usados por Dios para predicar que Cristo no solo salva, sino también sana. El hermano Myers dice: En el año 1946, oí una voz audible y Dios me llamó a México para obrar en sanidades y milagros. No tenía la menor idea de cómo principiar, entonces fui a una conferencia con el Hermano T. L. Osborn, un hombre que Dios ha usado en derredor del mundo, en campañas de sanidad divina, con literalmente millones siendo salvos y sanados. Por su enseñanza, empecé a ver a Jesús como una expresión visible de la voluntad de su Padre. Empezamos en Mérida, Yucatán, a realizar campañas de sanidad y a través de los años 50 y hasta principios de los 60, vimos toda clase de milagros, maravillas y sanidades. Pueblos enteros fueron impactados por el evangelio a través de esas campañas y multitudes de iglesias fueron plantadas. Durante esta visitación yo fui una joven apasionada por Dios, pero lamentablemente estaba cegada espiritualmente y no pude disfrutar de esta obra de Dios. Otras “olas” en los años 60 y 70 Durante los años 60, Dios se movió otra vez y sucedió lo que se llamó “El movimiento de Jesús”. En aquellos años mi familia y yo estábamos en la Sierra de Chihuahua, empezamos a oír historias increíbles de que miles, aun millones de jóvenes hippies estaban siendo librados de las drogas y convertidos a Cristo. Hoy en día, gran número de ellos son pastores de algunas de las congregaciones más avivadas. Otra vez hubo un aumento de sanidades físicas. Durante los años 70, vino otra “ola” del Espíritu, lo que se llamó el “movimiento carismático”, puesto que la palabra “carisma” significa dones, y Dios estaba restaurando todos los dones a su Iglesia, especialmente el de hablar en otras lenguas. Esta vez, nuestros tres hijos, Victor y yo estábamos metidos de lleno en este mover, puesto que habíamos sido tocados en el campamento en Palestina, Texas. Fueron días emocionantes y, ¡no queríamos ser robados otra vez! Durante nuestros últimos dos años en la sierra, antes de regresar a Ciudad Juárez, empezamos a orar por los enfermos. Fue una experiencia nueva, tanto para nosotros como para la gente en las pequeñas congregaciones que habíamos plantado en aquella región. Recuerdo un domingo en especial en San Isidro, Chihuahua, a unos kilómetros de La Junta, cuando Víctor sintió orar por los que tenían problemas de la espalda, y mencionó específicamente los que tuvieran una pierna más larga que la otra. Después de orar, varios dijeron que habían sido sanados pero había una mujer en especial que jamás olvidaré: Doña Julia, una profesora jubilada, con un temperamento tan severo que raras veces sonreía. Hasta regañaba a los niños si jugaban o reían en la iglesia. Al orar por ella, de repente, el poder del Espíritu Santo cayó sobre ella de manera casi violenta. Después nos dimos cuenta de que ella iba de vez en cuando con un especialista en los Estados Unidos, quien había medido científicamente sus piernas, confirmando que una era más larga que la otra, causando dolor en su espalda. Aquel día, no solo creció la pierna corta de Doña Julia, sanándola totalmente de este dolor de años, sino que además: ¡Empezó a reírse a carcajadas y no pudo parar durante 20 minutos o más! Todos nos quedamos con la boca abierta. ¡Jamás habíamos visto tal manifestación! Estábamos viendo “una maravilla”. Como dice el maestro bíblico Ralph Mahoney: “Una maravilla es cualquier cosa que le hace maravillarse”. Créame, todos nos maravillamos y, ¡aquella iglesia nunca volvió a ser la misma! La fe de un niño Durante este tiempo estábamos aprendiendo otra verdad gloriosa de la Palabra: La autoridad o dominio del creyente sobre el enemigo. Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Ligado con esta verdad, estábamos aprendiendo acerca del poder en nuestra boca: El poder de la muerte y la vida, según Proverbios 18:21. Marcos nos había escuchado hacer declaraciones de vida y a tomar autoridad sobre el enemigo. Él había aprendido la historia cuando Jesús le habló a la higuera, así que, a sus seis años empezó a hablarles a los mezquinos, reprendiéndolos en el nombre de Jesús. Noche tras noche lo hacía en su forma infantil, pero con una fe grande. ¡Cuál fue nuestra sorpresa cuando un día notamos que se habían caído dos mezquinos! Al día siguiente, tres más habían desaparecido, y así sucesivamente, ¡hasta que no quedó ni un solo mezquino en todo su cuerpo! Si te estás preguntando: ¿Y de qué sirve orar por algo tan insignificante como un mezquino? O, ¿a Dios le interesa que tengamos o no mezquinos en nuestro cuerpo? Mi respuesta es: ¡Para un niño de seis años, es importantísimo saber que en el Nombre de Jesús, él tiene autoridad sobre el enemigo! El mover de los 90 En varios libros, Victor ha escrito sobre su desesperación por recibir más de Dios durante los años 90 y cómo el Señor le llenó en Toronto, Canadá y en Pensacola, Florida. Desde entonces, mi esposo y yo, juntamente con la congregación de Vino Nuevo en Ciudad Juárez, hemos experimentado un gran aumento de sanidades y milagros. En una reunión de oración los martes, Victor anunció que estaríamos ungiendo pañuelos con aceite y orando sobre ellos para que las personas pudieran llevarlos y ponerlos sobre parientes o amigos enfermos, basado en Hechos 19:12, donde dice que llevaban a los enfermos los paños o delantales del cuerpo de Pablo y sanaban. Cabe mencionar que solo porque algunos charlatanes (aun cristianos carnales) utilizan tales cosas para ganar dinero, no cambia el hecho de que sea una práctica bíblica. El siguiente domingo un joven se me acercó para que orara y ungiera un pañuelo porque iba a viajar hasta la Ciudad de México donde su padre padecía de diabetes y como consecuencia, uno de sus pies se había hinchado al doble de su tamaño normal. Estaba tan grave que no podía caminar, tampoco podía trabajar y los médicos estaban hablando de amputar su pie para salvarle la vida. El joven llevó el pañuelo ungido, viajó por camión toda la noche y al día siguiente oró por su padre, usando el pañuelo. Para sorpresa de todos, dentro de una hora, ¡su pie se había reducido tanto de tamaño que pudo ponerse un zapato, por primera vez en semanas! ¡A los pocos días volvió al trabajo! Unos meses después mi esposo y yo estuvimos en una congregación en Cd. Netzahualcóyotl y él contó esta historia. Apenas había terminado cuando un señor de atrás se puso de pie y gritó: “¡Yo soy aquel hombre!”. No solo había mantenido su sanidad, ¡ahora era cristiano y se congregaba en una iglesia! Una doctora recibe un milagro En otra reunión de los martes, en marzo de 2005, Victor anunció que el Señor quería sanar tumores, quistes o bolas en las personas. Después de orar por los presentes con esta necesidad, oramos sobre pañuelos ungidos con aceite que la gente iba a llevar a seres amados no presentes. En esta noche la doctora Teresa Rivera estaba en su casa preparándose para ir al hospital la mañana siguiente para que quitaran su matriz y ovarios, llenos de tumores y quistes. De hecho, se había orado por Teresa en varias ocasiones pero como no había sanado, ella estaba programada para cirugía. Aquella noche su esposo, también médico, recibió uno de los pañuelos, fue a su casa y oró por ella. Al día siguiente, ella fue al hospital y tomaron otro sonograma para confirmar la diagnosis, y, ¡cuál fue la sorpresa del cirujano cuando no encontró ningún tumor ni quiste! Él estaba confundido e insistió en otro sonograma, el cual confirmó lo mismo que el primero. ¡La doctora había recibido un milagro de sanidad de parte de Dios! La Escritura dice que la gloria postrera de su casa será mayor que la primera (Hageo 2:9), es decir, en estos últimos días antes del retorno de Jesús, podemos esperar un aumento de lo sobrenatural. Seamos parte de estas maravillas, estirando nuestra fe y orando por los que sufren, creyendo que Dios nos usará a nosotros como sus instrumentos humanos. Señales, prodigios y milagros En las Escrituras, encontramos la mención de sanidades, prodigios, milagros, señales y maravillas. Un martes en la noche, en nuestra reunión de oración, Victor sintió del Señor orar por los de pies planos. Él dice: Francamente, pocas veces en mi vida había orado por tal cosa y se me hizo poco raro. Sin embargo, obedecí el impulso del Espíritu Santo y cuál fue mi sorpresa cuando de 20 a 25 personas pasaron al frente, pidiendo sanidad de pies planos. Varios testificaron de haber recibido su sanidad aquella noche, pero me acuerdo en especial de una señorita llamada Romance porque ella es muy activa en el grupo de jóvenes. Ella dice: Cuando usaba zapatos para caminar o cuando me quedaba parada por mucho tiempo, me dolían mis rodillas y pies. Oraron y para el día siguiente, ya tenía arcos en mis pies. Ahora puedo caminar mucho y estar parada sin que me duelan mis rodillas y pies. Un dentista que no quería orar por muelas. Creo que Dios tiene buen sentido del humor. ¿No será por esto que Él pide a un dentista, un hombre que antes fue muy escéptico de los “supuestos testimonios” de muelas rellenas, orar por las necesidades dentales de la gente? La primera vez que escuchamos a gente testificar que Dios le había sanado una muela milagrosamente, o que de repente se llenó una caries de oro antes de ser tocado por el Espíritu Santo en Palestina, Texas, nos fue difícil creerlo. “Esta gente está exagerando” o “pagan a la gente para que den tales testimonios”, fueron nuestros pensamientos. Después mi esposo estudió en la Escuela Dental Misionera en Tijuana, Baja California, y practicó como dentista en la sierra de Chihuahua, no solo extrayendo muelas sino también rellenando y haciendo cirugía bucal sencilla. Cuál fue su sorpresa cuando un día, estando en Argentina con el evangelista Carlos Anacondia, él oró por Victor y pidió a Dios que le diera el don de orar por las muelas. En las campañas de Anacondia, continuamente la gente testificaba de muchos milagros de sanidad, incluyendo el haber recibido rellenos de oro en muelas cariadas. Victor había ido a Argentina porque deseaba estar en algunas reuniones con este humilde y muy ungido siervo de Dios. Quería recibir una impartición de la unción sobre él para milagros. Pero no esperaba, ni deseaba, que orara por él para que pudiera orar por las muelas. Sin embargo, esto es lo que él oró. Así que al volver a México, en ciertas ocasiones, cuando sintió el impulso del Espíritu Santo, empezó a orar por dientes y muelas y a través de los años un sinnúmero de personas han testificado que Dios rellenó una muela. Al principio, ¡él estaba más sorprendido que ellos! Me acuerdo de un caso en especial, porque la señorita también era dentista. Fue en una reunión en Ciudad Juárez, bajo una carpa. Aquella noche él oró por varias personas pero cuando llegó con Bety, ella dice que inmediatamente sintió algo en su boca. Después ella nos dijo que padecía de mordida cruzada y una muela picada. Para el día siguiente, la mordida ya estaba corregida y la muela no mostró ninguna evidencia de haber estado picada. Victor, siendo dentista, reconoce cuánto tenía que hacerse para corregir esta situación. Pero, ¡Dios lo hizo! Creo que el formar arcos en los pies planos y rellenar una muela picada es un milagro, cuyo propósito es glorificar a Dios y mostrar su poder y compasión. El milagro que empezó en un avión. Uno de los milagros de sanidad más impresionantes empezó en un avión. Victor cuenta la historia: Jamás podré olvidar el vuelo 711 de Aerocalifornia, en abril de 2003. Mientras estaba en la sala de espera en Cd. Juárez para abordar el avión rumbo a la Ciudad de México, con escala en Torreón, el gerente de Aerocalifornia, un miembro de Vino Nuevo, se me acercó y ofreció un asiento en primera clase. Después de que yo había abordado, otro pasajero, que iba a Torreón, se acercó a mis dos compañeros, Martín y Alfredo, y les preguntó si yo era pastor. Cuando dijeron que sí, él les dijo que desesperadamente necesitaba hablar conmigo. Una vez en el aire, el Señor Cabral me compartió la siguiente historia: Su hijo de 13 años se estaba muriendo, debido a un tumor canceroso y creciente en sus pulmones y que estaba programado para cirugía la siguiente semana. ¿Oraría por su hijo? Él dijo que era cristiano y que creía en la oración. Le pregunté si estaba bien con él que yo orara en lenguas desconocidas, un idioma sobrenatural que Dios me había dado. Él dijo que había escuchado de tal cosa y que sí estaba bien con él. Así que allí en primera clase, donde estábamos prácticamente solos, tomé la mano del señor Cabral y quietamente oré en un idioma que nunca había estudiado, pero del cual la Biblia dice que los que lo utilizan hablan “misterios a Dios”(1 Corintios 14:2). Cuando terminé, él me dio las gracias, volvió a su asiento y jamás esperé oír de él otra vez. No obstante, le había regalado mi tarjeta con mi dirección electrónica, y una semana después recibí esta carta: Pastor Richards, quiero avisarle que usted fue un ángel que Dios puso en mi camino el viernes pasado. Su oración por mi hijo me trajo gran paz. Unos días después, mientras preparaban a mi hijo para operarle y extirpar el tumor, sacaron otro sonograma y para sorpresa del médico, ¡el tumor había desaparecido! Cuando pregunté al doctor qué había sucedido, me dijo; ¡que no se explicaba! ¡Mi hijo se está recuperando, gloria a Dios! Probablemente, ninguno de nosotros tenemos experiencias tan dramáticas todos los días, sin embargo, en maneras sencillas y no espectaculares, Dios puede usarnos y darnos “citas divinas” para que seamos “un ángel” que trae paz o sanidad a las personas angustiadas que cruzan nuestro camino. Si tú hablas en lenguas, utiliza ese maravilloso don cuando oras por algún enfermo porque es una herramienta poderosa. Te da la habilidad de hacer una oración inspirada por el Espíritu Santo, sin prejuicios, porque traspasa la mente, que muchas veces está llena de dudas. |
|
||||||
Ver Mas |
Tú Puedes ser Sanado III |
Las “olas” de avivamiento Las Escrituras no cambian y nunca hubo “un día de milagros”, sino que siempre ha habido “un Dios de milagros”. Sin embargo, al estudiar la historia, reconocemos que los avivamientos o visitaciones venían en “olas” o ciertos tiempos, y cuando había una visitación del Espíritu, había un aumento de sanidades y milagros. La “ola” de los años 50 Aunque había personas con un fuerte don de sanidad en años anteriores, durante los años 50, había una explosión de lo sobrenatural en la Iglesia, que se extendió por muchas partes del mundo. Dios estaba restaurando de manera mucho más extensa estos dones a su Iglesia. Por ejemplo, surgió en los Estados Unidos que muchos evangelistas dirigían campañas de sanidad divina, operando en los dones de fe, milagros y palabra de ciencia. Multitudes de personas testificaban de haber recibido un milagro de sanidad en estas cruzadas. Aquí en México, Wayne Myers y otros fueron grandemente usados por Dios para predicar que Cristo no solo salva, sino también sana. El hermano Myers dice: En el año 1946, oí una voz audible y Dios me llamó a México para obrar en sanidades y milagros. No tenía la menor idea de cómo principiar, entonces fui a una conferencia con el Hermano T. L. Osborn, un hombre que Dios ha usado en derredor del mundo, en campañas de sanidad divina, con literalmente millones siendo salvos y sanados. Por su enseñanza, empecé a ver a Jesús como una expresión visible de la voluntad de su Padre. Empezamos en Mérida, Yucatán, a realizar campañas de sanidad y a través de los años 50 y hasta principios de los 60, vimos toda clase de milagros, maravillas y sanidades. Pueblos enteros fueron impactados por el evangelio a través de esas campañas y multitudes de iglesias fueron plantadas. Durante esta visitación yo fui una joven apasionada por Dios, pero lamentablemente estaba cegada espiritualmente y no pude disfrutar de esta obra de Dios. Otras “olas” en los años 60 y 70 Durante los años 60, Dios se movió otra vez y sucedió lo que se llamó “El movimiento de Jesús”. En aquellos años mi familia y yo estábamos en la Sierra de Chihuahua, empezamos a oír historias increíbles de que miles, aun millones de jóvenes hippies estaban siendo librados de las drogas y convertidos a Cristo. Hoy en día, gran número de ellos son pastores de algunas de las congregaciones más avivadas. Otra vez hubo un aumento de sanidades físicas. Durante los años 70, vino otra “ola” del Espíritu, lo que se llamó el “movimiento carismático”, puesto que la palabra “carisma” significa dones, y Dios estaba restaurando todos los dones a su Iglesia, especialmente el de hablar en otras lenguas. Esta vez, nuestros tres hijos, Victor y yo estábamos metidos de lleno en este mover, puesto que habíamos sido tocados en el campamento en Palestina, Texas. Fueron días emocionantes y, ¡no queríamos ser robados otra vez! Durante nuestros últimos dos años en la sierra, antes de regresar a Ciudad Juárez, empezamos a orar por los enfermos. Fue una experiencia nueva, tanto para nosotros como para la gente en las pequeñas congregaciones que habíamos plantado en aquella región. Recuerdo un domingo en especial en San Isidro, Chihuahua, a unos kilómetros de La Junta, cuando Víctor sintió orar por los que tenían problemas de la espalda, y mencionó específicamente los que tuvieran una pierna más larga que la otra. Después de orar, varios dijeron que habían sido sanados pero había una mujer en especial que jamás olvidaré: Doña Julia, una profesora jubilada, con un temperamento tan severo que raras veces sonreía. Hasta regañaba a los niños si jugaban o reían en la iglesia. Al orar por ella, de repente, el poder del Espíritu Santo cayó sobre ella de manera casi violenta. Después nos dimos cuenta de que ella iba de vez en cuando con un especialista en los Estados Unidos, quien había medido científicamente sus piernas, confirmando que una era más larga que la otra, causando dolor en su espalda. Aquel día, no solo creció la pierna corta de Doña Julia, sanándola totalmente de este dolor de años, sino que además: ¡Empezó a reírse a carcajadas y no pudo parar durante 20 minutos o más! Todos nos quedamos con la boca abierta. ¡Jamás habíamos visto tal manifestación! Estábamos viendo “una maravilla”. Como dice el maestro bíblico Ralph Mahoney: “Una maravilla es cualquier cosa que le hace maravillarse”. Créame, todos nos maravillamos y, ¡aquella iglesia nunca volvió a ser la misma! La fe de un niño Durante este tiempo estábamos aprendiendo otra verdad gloriosa de la Palabra: La autoridad o dominio del creyente sobre el enemigo. Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Ligado con esta verdad, estábamos aprendiendo acerca del poder en nuestra boca: El poder de la muerte y la vida, según Proverbios 18:21. Marcos nos había escuchado hacer declaraciones de vida y a tomar autoridad sobre el enemigo. Él había aprendido la historia cuando Jesús le habló a la higuera, así que, a sus seis años empezó a hablarles a los mezquinos, reprendiéndolos en el nombre de Jesús. Noche tras noche lo hacía en su forma infantil, pero con una fe grande. ¡Cuál fue nuestra sorpresa cuando un día notamos que se habían caído dos mezquinos! Al día siguiente, tres más habían desaparecido, y así sucesivamente, ¡hasta que no quedó ni un solo mezquino en todo su cuerpo! Si te estás preguntando: ¿Y de qué sirve orar por algo tan insignificante como un mezquino? O, ¿a Dios le interesa que tengamos o no mezquinos en nuestro cuerpo? Mi respuesta es: ¡Para un niño de seis años, es importantísimo saber que en el Nombre de Jesús, él tiene autoridad sobre el enemigo! El mover de los 90 En varios libros, Victor ha escrito sobre su desesperación por recibir más de Dios durante los años 90 y cómo el Señor le llenó en Toronto, Canadá y en Pensacola, Florida. Desde entonces, mi esposo y yo, juntamente con la congregación de Vino Nuevo en Ciudad Juárez, hemos experimentado un gran aumento de sanidades y milagros. En una reunión de oración los martes, Victor anunció que estaríamos ungiendo pañuelos con aceite y orando sobre ellos para que las personas pudieran llevarlos y ponerlos sobre parientes o amigos enfermos, basado en Hechos 19:12, donde dice que llevaban a los enfermos los paños o delantales del cuerpo de Pablo y sanaban. Cabe mencionar que solo porque algunos charlatanes (aun cristianos carnales) utilizan tales cosas para ganar dinero, no cambia el hecho de que sea una práctica bíblica. El siguiente domingo un joven se me acercó para que orara y ungiera un pañuelo porque iba a viajar hasta la Ciudad de México donde su padre padecía de diabetes y como consecuencia, uno de sus pies se había hinchado al doble de su tamaño normal. Estaba tan grave que no podía caminar, tampoco podía trabajar y los médicos estaban hablando de amputar su pie para salvarle la vida. El joven llevó el pañuelo ungido, viajó por camión toda la noche y al día siguiente oró por su padre, usando el pañuelo. Para sorpresa de todos, dentro de una hora, ¡su pie se había reducido tanto de tamaño que pudo ponerse un zapato, por primera vez en semanas! ¡A los pocos días volvió al trabajo! Unos meses después mi esposo y yo estuvimos en una congregación en Cd. Netzahualcóyotl y él contó esta historia. Apenas había terminado cuando un señor de atrás se puso de pie y gritó: “¡Yo soy aquel hombre!”. No solo había mantenido su sanidad, ¡ahora era cristiano y se congregaba en una iglesia! Una doctora recibe un milagro En otra reunión de los martes, en marzo de 2005, Victor anunció que el Señor quería sanar tumores, quistes o bolas en las personas. Después de orar por los presentes con esta necesidad, oramos sobre pañuelos ungidos con aceite que la gente iba a llevar a seres amados no presentes. En esta noche la doctora Teresa Rivera estaba en su casa preparándose para ir al hospital la mañana siguiente para que quitaran su matriz y ovarios, llenos de tumores y quistes. De hecho, se había orado por Teresa en varias ocasiones pero como no había sanado, ella estaba programada para cirugía. Aquella noche su esposo, también médico, recibió uno de los pañuelos, fue a su casa y oró por ella. Al día siguiente, ella fue al hospital y tomaron otro sonograma para confirmar la diagnosis, y, ¡cuál fue la sorpresa del cirujano cuando no encontró ningún tumor ni quiste! Él estaba confundido e insistió en otro sonograma, el cual confirmó lo mismo que el primero. ¡La doctora había recibido un milagro de sanidad de parte de Dios! La Escritura dice que la gloria postrera de su casa será mayor que la primera (Hageo 2:9), es decir, en estos últimos días antes del retorno de Jesús, podemos esperar un aumento de lo sobrenatural. Seamos parte de estas maravillas, estirando nuestra fe y orando por los que sufren, creyendo que Dios nos usará a nosotros como sus instrumentos humanos. Señales, prodigios y milagros En las Escrituras, encontramos la mención de sanidades, prodigios, milagros, señales y maravillas. Un martes en la noche, en nuestra reunión de oración, Victor sintió del Señor orar por los de pies planos. Él dice: Francamente, pocas veces en mi vida había orado por tal cosa y se me hizo poco raro. Sin embargo, obedecí el impulso del Espíritu Santo y cuál fue mi sorpresa cuando de 20 a 25 personas pasaron al frente, pidiendo sanidad de pies planos. Varios testificaron de haber recibido su sanidad aquella noche, pero me acuerdo en especial de una señorita llamada Romance porque ella es muy activa en el grupo de jóvenes. Ella dice: Cuando usaba zapatos para caminar o cuando me quedaba parada por mucho tiempo, me dolían mis rodillas y pies. Oraron y para el día siguiente, ya tenía arcos en mis pies. Ahora puedo caminar mucho y estar parada sin que me duelan mis rodillas y pies. Un dentista que no quería orar por muelas. Creo que Dios tiene buen sentido del humor. ¿No será por esto que Él pide a un dentista, un hombre que antes fue muy escéptico de los “supuestos testimonios” de muelas rellenas, orar por las necesidades dentales de la gente? La primera vez que escuchamos a gente testificar que Dios le había sanado una muela milagrosamente, o que de repente se llenó una caries de oro antes de ser tocado por el Espíritu Santo en Palestina, Texas, nos fue difícil creerlo. “Esta gente está exagerando” o “pagan a la gente para que den tales testimonios”, fueron nuestros pensamientos. Después mi esposo estudió en la Escuela Dental Misionera en Tijuana, Baja California, y practicó como dentista en la sierra de Chihuahua, no solo extrayendo muelas sino también rellenando y haciendo cirugía bucal sencilla. Cuál fue su sorpresa cuando un día, estando en Argentina con el evangelista Carlos Anacondia, él oró por Victor y pidió a Dios que le diera el don de orar por las muelas. En las campañas de Anacondia, continuamente la gente testificaba de muchos milagros de sanidad, incluyendo el haber recibido rellenos de oro en muelas cariadas. Victor había ido a Argentina porque deseaba estar en algunas reuniones con este humilde y muy ungido siervo de Dios. Quería recibir una impartición de la unción sobre él para milagros. Pero no esperaba, ni deseaba, que orara por él para que pudiera orar por las muelas. Sin embargo, esto es lo que él oró. Así que al volver a México, en ciertas ocasiones, cuando sintió el impulso del Espíritu Santo, empezó a orar por dientes y muelas y a través de los años un sinnúmero de personas han testificado que Dios rellenó una muela. Al principio, ¡él estaba más sorprendido que ellos! Me acuerdo de un caso en especial, porque la señorita también era dentista. Fue en una reunión en Ciudad Juárez, bajo una carpa. Aquella noche él oró por varias personas pero cuando llegó con Bety, ella dice que inmediatamente sintió algo en su boca. Después ella nos dijo que padecía de mordida cruzada y una muela picada. Para el día siguiente, la mordida ya estaba corregida y la muela no mostró ninguna evidencia de haber estado picada. Victor, siendo dentista, reconoce cuánto tenía que hacerse para corregir esta situación. Pero, ¡Dios lo hizo! Creo que el formar arcos en los pies planos y rellenar una muela picada es un milagro, cuyo propósito es glorificar a Dios y mostrar su poder y compasión. El milagro que empezó en un avión. Uno de los milagros de sanidad más impresionantes empezó en un avión. Victor cuenta la historia: Jamás podré olvidar el vuelo 711 de Aerocalifornia, en abril de 2003. Mientras estaba en la sala de espera en Cd. Juárez para abordar el avión rumbo a la Ciudad de México, con escala en Torreón, el gerente de Aerocalifornia, un miembro de Vino Nuevo, se me acercó y ofreció un asiento en primera clase. Después de que yo había abordado, otro pasajero, que iba a Torreón, se acercó a mis dos compañeros, Martín y Alfredo, y les preguntó si yo era pastor. Cuando dijeron que sí, él les dijo que desesperadamente necesitaba hablar conmigo. Una vez en el aire, el Señor Cabral me compartió la siguiente historia: Su hijo de 13 años se estaba muriendo, debido a un tumor canceroso y creciente en sus pulmones y que estaba programado para cirugía la siguiente semana. ¿Oraría por su hijo? Él dijo que era cristiano y que creía en la oración. Le pregunté si estaba bien con él que yo orara en lenguas desconocidas, un idioma sobrenatural que Dios me había dado. Él dijo que había escuchado de tal cosa y que sí estaba bien con él. Así que allí en primera clase, donde estábamos prácticamente solos, tomé la mano del señor Cabral y quietamente oré en un idioma que nunca había estudiado, pero del cual la Biblia dice que los que lo utilizan hablan “misterios a Dios”(1 Corintios 14:2). Cuando terminé, él me dio las gracias, volvió a su asiento y jamás esperé oír de él otra vez. No obstante, le había regalado mi tarjeta con mi dirección electrónica, y una semana después recibí esta carta: Pastor Richards, quiero avisarle que usted fue un ángel que Dios puso en mi camino el viernes pasado. Su oración por mi hijo me trajo gran paz. Unos días después, mientras preparaban a mi hijo para operarle y extirpar el tumor, sacaron otro sonograma y para sorpresa del médico, ¡el tumor había desaparecido! Cuando pregunté al doctor qué había sucedido, me dijo; ¡que no se explicaba! ¡Mi hijo se está recuperando, gloria a Dios! Probablemente, ninguno de nosotros tenemos experiencias tan dramáticas todos los días, sin embargo, en maneras sencillas y no espectaculares, Dios puede usarnos y darnos “citas divinas” para que seamos “un ángel” que trae paz o sanidad a las personas angustiadas que cruzan nuestro camino. Si tú hablas en lenguas, utiliza ese maravilloso don cuando oras por algún enfermo porque es una herramienta poderosa. Te da la habilidad de hacer una oración inspirada por el Espíritu Santo, sin prejuicios, porque traspasa la mente, que muchas veces está llena de dudas. |
Ver Mas |
Tú Puedes ser Sanado III |
Las “olas” de avivamiento Las Escrituras no cambian y nunca hubo “un día de milagros”, sino que siempre ha habido “un Dios de milagros”. Sin embargo, al estudiar la historia, reconocemos que los avivamientos o visitaciones venían en “olas” o ciertos tiempos, y cuando había una visitación del Espíritu, había un aumento de sanidades y milagros. La “ola” de los años 50 Aunque había personas con un fuerte don de sanidad en años anteriores, durante los años 50, había una explosión de lo sobrenatural en la Iglesia, que se extendió por muchas partes del mundo. Dios estaba restaurando de manera mucho más extensa estos dones a su Iglesia. Por ejemplo, surgió en los Estados Unidos que muchos evangelistas dirigían campañas de sanidad divina, operando en los dones de fe, milagros y palabra de ciencia. Multitudes de personas testificaban de haber recibido un milagro de sanidad en estas cruzadas. Aquí en México, Wayne Myers y otros fueron grandemente usados por Dios para predicar que Cristo no solo salva, sino también sana. El hermano Myers dice: En el año 1946, oí una voz audible y Dios me llamó a México para obrar en sanidades y milagros. No tenía la menor idea de cómo principiar, entonces fui a una conferencia con el Hermano T. L. Osborn, un hombre que Dios ha usado en derredor del mundo, en campañas de sanidad divina, con literalmente millones siendo salvos y sanados. Por su enseñanza, empecé a ver a Jesús como una expresión visible de la voluntad de su Padre. Empezamos en Mérida, Yucatán, a realizar campañas de sanidad y a través de los años 50 y hasta principios de los 60, vimos toda clase de milagros, maravillas y sanidades. Pueblos enteros fueron impactados por el evangelio a través de esas campañas y multitudes de iglesias fueron plantadas. Durante esta visitación yo fui una joven apasionada por Dios, pero lamentablemente estaba cegada espiritualmente y no pude disfrutar de esta obra de Dios. Otras “olas” en los años 60 y 70 Durante los años 60, Dios se movió otra vez y sucedió lo que se llamó “El movimiento de Jesús”. En aquellos años mi familia y yo estábamos en la Sierra de Chihuahua, empezamos a oír historias increíbles de que miles, aun millones de jóvenes hippies estaban siendo librados de las drogas y convertidos a Cristo. Hoy en día, gran número de ellos son pastores de algunas de las congregaciones más avivadas. Otra vez hubo un aumento de sanidades físicas. Durante los años 70, vino otra “ola” del Espíritu, lo que se llamó el “movimiento carismático”, puesto que la palabra “carisma” significa dones, y Dios estaba restaurando todos los dones a su Iglesia, especialmente el de hablar en otras lenguas. Esta vez, nuestros tres hijos, Victor y yo estábamos metidos de lleno en este mover, puesto que habíamos sido tocados en el campamento en Palestina, Texas. Fueron días emocionantes y, ¡no queríamos ser robados otra vez! Durante nuestros últimos dos años en la sierra, antes de regresar a Ciudad Juárez, empezamos a orar por los enfermos. Fue una experiencia nueva, tanto para nosotros como para la gente en las pequeñas congregaciones que habíamos plantado en aquella región. Recuerdo un domingo en especial en San Isidro, Chihuahua, a unos kilómetros de La Junta, cuando Víctor sintió orar por los que tenían problemas de la espalda, y mencionó específicamente los que tuvieran una pierna más larga que la otra. Después de orar, varios dijeron que habían sido sanados pero había una mujer en especial que jamás olvidaré: Doña Julia, una profesora jubilada, con un temperamento tan severo que raras veces sonreía. Hasta regañaba a los niños si jugaban o reían en la iglesia. Al orar por ella, de repente, el poder del Espíritu Santo cayó sobre ella de manera casi violenta. Después nos dimos cuenta de que ella iba de vez en cuando con un especialista en los Estados Unidos, quien había medido científicamente sus piernas, confirmando que una era más larga que la otra, causando dolor en su espalda. Aquel día, no solo creció la pierna corta de Doña Julia, sanándola totalmente de este dolor de años, sino que además: ¡Empezó a reírse a carcajadas y no pudo parar durante 20 minutos o más! Todos nos quedamos con la boca abierta. ¡Jamás habíamos visto tal manifestación! Estábamos viendo “una maravilla”. Como dice el maestro bíblico Ralph Mahoney: “Una maravilla es cualquier cosa que le hace maravillarse”. Créame, todos nos maravillamos y, ¡aquella iglesia nunca volvió a ser la misma! La fe de un niño Durante este tiempo estábamos aprendiendo otra verdad gloriosa de la Palabra: La autoridad o dominio del creyente sobre el enemigo. Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Ligado con esta verdad, estábamos aprendiendo acerca del poder en nuestra boca: El poder de la muerte y la vida, según Proverbios 18:21. Marcos nos había escuchado hacer declaraciones de vida y a tomar autoridad sobre el enemigo. Él había aprendido la historia cuando Jesús le habló a la higuera, así que, a sus seis años empezó a hablarles a los mezquinos, reprendiéndolos en el nombre de Jesús. Noche tras noche lo hacía en su forma infantil, pero con una fe grande. ¡Cuál fue nuestra sorpresa cuando un día notamos que se habían caído dos mezquinos! Al día siguiente, tres más habían desaparecido, y así sucesivamente, ¡hasta que no quedó ni un solo mezquino en todo su cuerpo! Si te estás preguntando: ¿Y de qué sirve orar por algo tan insignificante como un mezquino? O, ¿a Dios le interesa que tengamos o no mezquinos en nuestro cuerpo? Mi respuesta es: ¡Para un niño de seis años, es importantísimo saber que en el Nombre de Jesús, él tiene autoridad sobre el enemigo! El mover de los 90 En varios libros, Victor ha escrito sobre su desesperación por recibir más de Dios durante los años 90 y cómo el Señor le llenó en Toronto, Canadá y en Pensacola, Florida. Desde entonces, mi esposo y yo, juntamente con la congregación de Vino Nuevo en Ciudad Juárez, hemos experimentado un gran aumento de sanidades y milagros. En una reunión de oración los martes, Victor anunció que estaríamos ungiendo pañuelos con aceite y orando sobre ellos para que las personas pudieran llevarlos y ponerlos sobre parientes o amigos enfermos, basado en Hechos 19:12, donde dice que llevaban a los enfermos los paños o delantales del cuerpo de Pablo y sanaban. Cabe mencionar que solo porque algunos charlatanes (aun cristianos carnales) utilizan tales cosas para ganar dinero, no cambia el hecho de que sea una práctica bíblica. El siguiente domingo un joven se me acercó para que orara y ungiera un pañuelo porque iba a viajar hasta la Ciudad de México donde su padre padecía de diabetes y como consecuencia, uno de sus pies se había hinchado al doble de su tamaño normal. Estaba tan grave que no podía caminar, tampoco podía trabajar y los médicos estaban hablando de amputar su pie para salvarle la vida. El joven llevó el pañuelo ungido, viajó por camión toda la noche y al día siguiente oró por su padre, usando el pañuelo. Para sorpresa de todos, dentro de una hora, ¡su pie se había reducido tanto de tamaño que pudo ponerse un zapato, por primera vez en semanas! ¡A los pocos días volvió al trabajo! Unos meses después mi esposo y yo estuvimos en una congregación en Cd. Netzahualcóyotl y él contó esta historia. Apenas había terminado cuando un señor de atrás se puso de pie y gritó: “¡Yo soy aquel hombre!”. No solo había mantenido su sanidad, ¡ahora era cristiano y se congregaba en una iglesia! Una doctora recibe un milagro En otra reunión de los martes, en marzo de 2005, Victor anunció que el Señor quería sanar tumores, quistes o bolas en las personas. Después de orar por los presentes con esta necesidad, oramos sobre pañuelos ungidos con aceite que la gente iba a llevar a seres amados no presentes. En esta noche la doctora Teresa Rivera estaba en su casa preparándose para ir al hospital la mañana siguiente para que quitaran su matriz y ovarios, llenos de tumores y quistes. De hecho, se había orado por Teresa en varias ocasiones pero como no había sanado, ella estaba programada para cirugía. Aquella noche su esposo, también médico, recibió uno de los pañuelos, fue a su casa y oró por ella. Al día siguiente, ella fue al hospital y tomaron otro sonograma para confirmar la diagnosis, y, ¡cuál fue la sorpresa del cirujano cuando no encontró ningún tumor ni quiste! Él estaba confundido e insistió en otro sonograma, el cual confirmó lo mismo que el primero. ¡La doctora había recibido un milagro de sanidad de parte de Dios! La Escritura dice que la gloria postrera de su casa será mayor que la primera (Hageo 2:9), es decir, en estos últimos días antes del retorno de Jesús, podemos esperar un aumento de lo sobrenatural. Seamos parte de estas maravillas, estirando nuestra fe y orando por los que sufren, creyendo que Dios nos usará a nosotros como sus instrumentos humanos. Señales, prodigios y milagros En las Escrituras, encontramos la mención de sanidades, prodigios, milagros, señales y maravillas. Un martes en la noche, en nuestra reunión de oración, Victor sintió del Señor orar por los de pies planos. Él dice: Francamente, pocas veces en mi vida había orado por tal cosa y se me hizo poco raro. Sin embargo, obedecí el impulso del Espíritu Santo y cuál fue mi sorpresa cuando de 20 a 25 personas pasaron al frente, pidiendo sanidad de pies planos. Varios testificaron de haber recibido su sanidad aquella noche, pero me acuerdo en especial de una señorita llamada Romance porque ella es muy activa en el grupo de jóvenes. Ella dice: Cuando usaba zapatos para caminar o cuando me quedaba parada por mucho tiempo, me dolían mis rodillas y pies. Oraron y para el día siguiente, ya tenía arcos en mis pies. Ahora puedo caminar mucho y estar parada sin que me duelan mis rodillas y pies. Un dentista que no quería orar por muelas. Creo que Dios tiene buen sentido del humor. ¿No será por esto que Él pide a un dentista, un hombre que antes fue muy escéptico de los “supuestos testimonios” de muelas rellenas, orar por las necesidades dentales de la gente? La primera vez que escuchamos a gente testificar que Dios le había sanado una muela milagrosamente, o que de repente se llenó una caries de oro antes de ser tocado por el Espíritu Santo en Palestina, Texas, nos fue difícil creerlo. “Esta gente está exagerando” o “pagan a la gente para que den tales testimonios”, fueron nuestros pensamientos. Después mi esposo estudió en la Escuela Dental Misionera en Tijuana, Baja California, y practicó como dentista en la sierra de Chihuahua, no solo extrayendo muelas sino también rellenando y haciendo cirugía bucal sencilla. Cuál fue su sorpresa cuando un día, estando en Argentina con el evangelista Carlos Anacondia, él oró por Victor y pidió a Dios que le diera el don de orar por las muelas. En las campañas de Anacondia, continuamente la gente testificaba de muchos milagros de sanidad, incluyendo el haber recibido rellenos de oro en muelas cariadas. Victor había ido a Argentina porque deseaba estar en algunas reuniones con este humilde y muy ungido siervo de Dios. Quería recibir una impartición de la unción sobre él para milagros. Pero no esperaba, ni deseaba, que orara por él para que pudiera orar por las muelas. Sin embargo, esto es lo que él oró. Así que al volver a México, en ciertas ocasiones, cuando sintió el impulso del Espíritu Santo, empezó a orar por dientes y muelas y a través de los años un sinnúmero de personas han testificado que Dios rellenó una muela. Al principio, ¡él estaba más sorprendido que ellos! Me acuerdo de un caso en especial, porque la señorita también era dentista. Fue en una reunión en Ciudad Juárez, bajo una carpa. Aquella noche él oró por varias personas pero cuando llegó con Bety, ella dice que inmediatamente sintió algo en su boca. Después ella nos dijo que padecía de mordida cruzada y una muela picada. Para el día siguiente, la mordida ya estaba corregida y la muela no mostró ninguna evidencia de haber estado picada. Victor, siendo dentista, reconoce cuánto tenía que hacerse para corregir esta situación. Pero, ¡Dios lo hizo! Creo que el formar arcos en los pies planos y rellenar una muela picada es un milagro, cuyo propósito es glorificar a Dios y mostrar su poder y compasión. El milagro que empezó en un avión. Uno de los milagros de sanidad más impresionantes empezó en un avión. Victor cuenta la historia: Jamás podré olvidar el vuelo 711 de Aerocalifornia, en abril de 2003. Mientras estaba en la sala de espera en Cd. Juárez para abordar el avión rumbo a la Ciudad de México, con escala en Torreón, el gerente de Aerocalifornia, un miembro de Vino Nuevo, se me acercó y ofreció un asiento en primera clase. Después de que yo había abordado, otro pasajero, que iba a Torreón, se acercó a mis dos compañeros, Martín y Alfredo, y les preguntó si yo era pastor. Cuando dijeron que sí, él les dijo que desesperadamente necesitaba hablar conmigo. Una vez en el aire, el Señor Cabral me compartió la siguiente historia: Su hijo de 13 años se estaba muriendo, debido a un tumor canceroso y creciente en sus pulmones y que estaba programado para cirugía la siguiente semana. ¿Oraría por su hijo? Él dijo que era cristiano y que creía en la oración. Le pregunté si estaba bien con él que yo orara en lenguas desconocidas, un idioma sobrenatural que Dios me había dado. Él dijo que había escuchado de tal cosa y que sí estaba bien con él. Así que allí en primera clase, donde estábamos prácticamente solos, tomé la mano del señor Cabral y quietamente oré en un idioma que nunca había estudiado, pero del cual la Biblia dice que los que lo utilizan hablan “misterios a Dios”(1 Corintios 14:2). Cuando terminé, él me dio las gracias, volvió a su asiento y jamás esperé oír de él otra vez. No obstante, le había regalado mi tarjeta con mi dirección electrónica, y una semana después recibí esta carta: Pastor Richards, quiero avisarle que usted fue un ángel que Dios puso en mi camino el viernes pasado. Su oración por mi hijo me trajo gran paz. Unos días después, mientras preparaban a mi hijo para operarle y extirpar el tumor, sacaron otro sonograma y para sorpresa del médico, ¡el tumor había desaparecido! Cuando pregunté al doctor qué había sucedido, me dijo; ¡que no se explicaba! ¡Mi hijo se está recuperando, gloria a Dios! Probablemente, ninguno de nosotros tenemos experiencias tan dramáticas todos los días, sin embargo, en maneras sencillas y no espectaculares, Dios puede usarnos y darnos “citas divinas” para que seamos “un ángel” que trae paz o sanidad a las personas angustiadas que cruzan nuestro camino. Si tú hablas en lenguas, utiliza ese maravilloso don cuando oras por algún enfermo porque es una herramienta poderosa. Te da la habilidad de hacer una oración inspirada por el Espíritu Santo, sin prejuicios, porque traspasa la mente, que muchas veces está llena de dudas. |
Ver Mas |