BARAK BARAK | |||||||
“Juro por mí mismo que de cierto te bendeciré”. No sé si te des cuenta, pero estamos viviendo un tiempo maravilloso en el ámbito espiritual. Un tiempo en que tienes que creer las bendiciones de Dios para recibirlas; un tiempo de ver y recibir esas bendiciones que son nuevas todos los días. Así que déjame preguntarte: ¿Qué ves? ¿Qué estás viendo? Yo en lo particular, veo sanidades de las más terribles enfermedades, veo días cuando el 100% de los enfermos en una reunión dominical son sanados, veo una iglesia que se mueve en el poder del Espíritu Santo, veo que la unción empieza a llenar a todos los cristianos. Lo veo. Dios me ha quitado el velo de la incredulidad. Lo veo, lo creo y sé que está sucediendo, ¡y está próximo a manifestarse! En pocas palabras lo que veo es “bendición”; la bendición de Dios para su pueblo, para su iglesia, para tu vida; para ti. Y quizá no lo sepas, pero Dios quiere bendecirte. Él lo ha prometido. Permíteme mostrarte a través de estas páginas algunas formas en las que Dios ha bendecido a sus hijos y cómo te puede bendecir a ti. Porque Dios quiere bendecirte. Barak, barak; lo leemos en Génesis 22:17 “de cierto te bendeciré…”. En la versión Dios Habla Hoy dice: “Juro por mí mismo que te bendeciré” así que si juntamos todas estas declaraciones tenemos el título de este libro: “Barak, barak; Juro por mí mismo que de cierto te bendeciré…” ,Jehová. Dios se ha comprometido contigo para bendecirte y Él no miente. Sólo que a veces la gente no sabe esto y vive sin gozar de las bendiciones de Dios. Es por eso que quiero compartirte estas líneas. Para poder tener idea de las bendiciones que Él te quiere dar, necesitas entender, aunque sea un poco, la naturaleza de Dios. Para eso pon atención a algunos de los nombres con los que la Biblia se refiere a Dios, los cuales describen Su carácter. Dios es Dios de paz, Dios de amor, Dios de gozo, Dios de salvación, Dios proveedor, Dios consejero, Dios creador, Padre Eterno, El Buen Pastor, Dios santo, Redentor, Salvador, Bendito, Todopoderoso… entre muchas otras características, que si las nombrara todas, no acabaría. Piensa un poco en estos nombres y vas a encontrar que todos ellos denotan algo en común: las bendiciones que Dios desea para tu vida. Él quiere que tengas paz, quiere que tengas amor, quiere que tengas gozo, quiere que seas librado de todos tus enemigos y goces salvación, quiere que no te falte nada, quiere aconsejarte en todas tus decisiones, quiere que lo conozcas como padre, quiere ser tu pastor, tu redentor, tu salvador, quiere bendecirte. Dios está procurando bendecirte y día a día está creando nuevas formas de hacerlo. Así mismo, en las cartas de Juan, podemos leer uno de los deseos de Dios para ti, Juan está hablando con Gayo, un amigo suyo de la iglesia, pero expresa los mismos deseos que Dios tiene para tu vida, 3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Dios desea que tú seas prosperado en todo, que tengas salud. Dios quiere que goces de bendiciones en donde quiera que tú estés y sobre eso es lo que quiero hablarte en este libro. Deja que la bendición de Dios empiece a llegar a tu vida. Deja que Su bendición te alcance. ¡QUÉ LA BENDICIÓN COMIENCE! En este libro encontrarás algunas de las causas de porqué Dios derrama Su bendición sobre tu vida. Pero antes quiero recordarte que tú eres la máxima creación de Dios. Tú eres alguien amado por Dios y como esa persona amada que eres para Él, Él quiere bendecirte. De la misma forma como tú invitarías a un amigo a cenar, así Dios te quiere bendecir. O así como tú le has regalado cosas elegantes a tu esposa, Dios quiere bendecirte. Dios es un Dios que desea bendecirte, aunque no lo puedas entender, Él se goza bendiciéndote. No tienes que ir ante nadie más para recibir esas bendiciones, sólo tienes que pararte delante de Dios y decirle, «Abba, papito, aquí estoy». Y así como lo pensaste, de la misma forma en que se derrite el corazón de todo padre cuando su hija se para ante él y le estira los brazos mientras le dice en una tierna voz: «papi»; así mismo, tú derrites el corazón de Dios cuando te acercas a Él y entonces, te levanta en sus brazos y te llena de besos, de caricias y de palabras de bendición y amor. Dios está esperando que tú quieras recibir todas las bendiciones que te quiere entregar. Acompáñame en este viaje, mientras revisamos algunas de ellas en las páginas de este libro. BENDICIÓN POR GRACIA Quizá estés leyendo este libro por pura curiosidad, o quizá alguien te lo regaló, o para conocer un poco más de la Palabra de Dios, o quizá porque necesitas desesperadamente una bendición de parte de Dios y has dispuesto tu corazón para encontrarla en estas hojas. Cualquiera que sea el caso, es mi oración que encuentres una respuesta y seas lleno de la verdad que impactó mi corazón mientras estudiaba de este tema y sobre todo, que seas bendecido. Empecemos definiendo la palabra bendición. Bendición quiere decir alabar, engrandecer, ensalzar. También quiere decir recibir el apoyo activo de Dios para tu bienestar y prosperidad; quiere decir colmar de bienes a alguien. Deuteronomio 25:3 “…y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba…” ¡No hay mejor manera de empezar cada día que recordando por la mañana esta promesa de parte de Dios! La bendición de Dios te es dada por amor, porque te ama. Sólo por esa razón Dios ha decidido darte lo mejor de Él. Esa es la naturaleza de Dios, Dios es amor y como te ama, desea verte lleno de bendiciones y Él adereza mesa delante de ti. Él cambia la maldición en bendición como leemos en Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” . Todo lo que has vivido en tu vida, Dios lo va a transformar en algo bueno, en algo que puedas usar para tu bien y el bien de otros, más adelante. Él pone Sus bendiciones a tu disposición, no importa quién seas, ni qué hagas, Dios tiene una meta: Bendecirte. Tú decides recibir esa bendición o no. Mateo 5:44-45 dice: “…Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Esto quiere decir que existen bendiciones de parte de Dios que son para todos, justos e injustos, malos y buenos; lo único que tienes que hacer es recibirlas. Dios hace bellos atardeceres para todos, se encarga de vez en cuando en preparar una lluvia de estrellas para asombro de científicos y enamorados, hace impresionantes caídas de agua cristalina para que todos las puedan admirar. Dios no se limita cuando nos llena de bendiciones, Él simplemente da. Romanos 1:20 dice: “Porque las cosas invisibles de él (de Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas…”. Todos pueden ver el poder de Dios, Él lo hace posible porque a Él le agrada bendecir a su creación. Sólo por su gracia. Otro ejemplo de cómo Dios quiere bendecirte lo leemos en 2 Samuel 7:29 “…Tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”. Esto es más que sólo un deseo, es una promesa de Él para ti. Con la bendición de Dios será bendita tu casa. David es el que está hablando y le está recordando a Dios lo que le había ya prometido. “Tú lo has dicho, Dios, Tú hablaste bendición para mi vida, no se te olvide, no te olvides de mí, no te olvides de tus promesas”. La buena noticia es que tú puedes hacer lo mismo, tú puedes recordarle a Dios que Él ha prometido bendecir tu casa. Dios tiene grandes bendiciones para ti, recuérdale todas las promesas de la Biblia, pues estas fueron habladas, escritas y prometidas para ti. ¿Qué me dices de la bendición más grande que puedes tener? La salvación. Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. y en Isaías 43:25 “Yo (Jehová), yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”. También Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. ¡Así es! Nosotros deberíamos pagar una condena perpetua por nuestras faltas, pero en vez de eso, Romanos 5:8 nos dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¡Qué bendición tan grande! Él tomó nuestro lugar, Él decidió pagar por nosotros, Él puso su vida donde debería haber estado la nuestra, Él nos libró de toda culpa. En vez de dejarte vivir en amargura, enfermedades, deudas, prisiones; en vez de eso, Dios quiere verte libre. Hasta aquí hemos visto varias verdades, las cuales quiero señalar: Dios quiere bendecirte porque te ama; Dios quiere bendecirte sin importar tu condición, Dios quiere bendecirte porque Él lo prometió, Dios quiere bendecirte y por eso se sacrificó por ti. Todo esto es por su gracia. Él no quiere que vivas en derrota, en condenación, en tristeza, no. Él quiere que vivas gozando de Sus bendiciones. Todo esto Él ya lo hizo por ti. No se necesita nada más, sólo tienes que aceptar y recibir estas bendiciones. Una vez más te digo, deja que Sus bendiciones te alcancen. Él quiere colmarte de ellas, ¿entiendes eso? Su deseo es llenarte, saturarte hasta que digas; “basta, ya no puedo con tantas bendiciones”. Decide voltear al cielo y decirle a Dios que te rindes, que no puedes resistir más, que quieres que te bendiga, que necesitas Su bendición. BENDICIÓN COMO RECOMPENSA Otra forma de obtener las bendiciones de Dios, es como recompensa (si es que la podemos llamar así). Recompensa por hacer algún bien a un siervo del Altísimo. Dios no olvida esos pequeños detalles, Mateo 25:34-40 “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. ¡Qué buenas noticias! Mientras yo haga el bien con mi prójimo, Dios me recompensará con bendiciones y más bendiciones. Un ejemplo muy claro de esto lo puedes ver cuando Elías el profeta, en los tiempos de sequía, es dirigido por Dios a la casa de una viuda pobre y le dice que le dé de comer, pero la viuda le responde que no tiene sino un puñado de harina y un poco de aceite. Entonces Dios le habla a la viuda por medio de Elías y la bendice sorprendentemente en 1 Reyes 17:14-16: “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”. La recompensa de la viuda al aceptar darle de comer a Elías, se traduce en la bendición de Dios mediante una provisión sobrenatural durante los años de sequía. Cuando el alimento en otras casas faltaba, en el de ella no escaseaba, no se tenían que preocupar por la comida, Dios estaba proveyendo. De la misma manera puedes leer de Rahab, la ramera, en el libro de Josué capítulo 2. Este pasaje nos narra la vez en que dos espías de Israel fueron a la ciudad de Jericó a merodear la tierra para ver si la ciudad se podía conquistar. En la noche Rahab los esconde en su casa, mientras los mensajeros del rey están buscándolos, y luego ella los ayuda a escapar. Este detalle fue recompensado por Dios, cuando los hijos de Israel entraron a conquistar Jericó y ningún miembro de la familia de Rahab, sufre ningún mal. Y por si esto no fuera suficiente, después podemos leer de ella en el Nuevo Testamento, ¿sabes dónde? ¡En la genealogía de Jesús! Rahab, la ramera, es la tatarabuela de David, y por lo tanto, Jesús es descendiente directo de ella. ¿Quieres una muestra más clara de que Dios puede usar a cualquier persona para propósitos grandes? Dios quiere bendecirte, no importa quién hayas sido, ni qué hayas hecho en tu pasado, Él sólo requiere que decidas verlo a Él. Sólo requiere que estés en su presencia. Haz el bien y las bendiciones te seguirán. Serás recompensado por Dios. |
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“Juro por mí mismo que de cierto te bendeciré”. No sé si te des cuenta, pero estamos viviendo un tiempo maravilloso en el ámbito espiritual. Un tiempo en que tienes que creer las bendiciones de Dios para recibirlas; un tiempo de ver y recibir esas bendiciones que son nuevas todos los días. Así que déjame preguntarte: ¿Qué ves? ¿Qué estás viendo? Yo en lo particular, veo sanidades de las más terribles enfermedades, veo días cuando el 100% de los enfermos en una reunión dominical son sanados, veo una iglesia que se mueve en el poder del Espíritu Santo, veo que la unción empieza a llenar a todos los cristianos. Lo veo. Dios me ha quitado el velo de la incredulidad. Lo veo, lo creo y sé que está sucediendo, ¡y está próximo a manifestarse! En pocas palabras lo que veo es “bendición”; la bendición de Dios para su pueblo, para su iglesia, para tu vida; para ti. Y quizá no lo sepas, pero Dios quiere bendecirte. Él lo ha prometido. Permíteme mostrarte a través de estas páginas algunas formas en las que Dios ha bendecido a sus hijos y cómo te puede bendecir a ti. Porque Dios quiere bendecirte. Barak, barak; lo leemos en Génesis 22:17 “de cierto te bendeciré…”. En la versión Dios Habla Hoy dice: “Juro por mí mismo que te bendeciré” así que si juntamos todas estas declaraciones tenemos el título de este libro: “Barak, barak; Juro por mí mismo que de cierto te bendeciré…” ,Jehová. Dios se ha comprometido contigo para bendecirte y Él no miente. Sólo que a veces la gente no sabe esto y vive sin gozar de las bendiciones de Dios. Es por eso que quiero compartirte estas líneas. Para poder tener idea de las bendiciones que Él te quiere dar, necesitas entender, aunque sea un poco, la naturaleza de Dios. Para eso pon atención a algunos de los nombres con los que la Biblia se refiere a Dios, los cuales describen Su carácter. Dios es Dios de paz, Dios de amor, Dios de gozo, Dios de salvación, Dios proveedor, Dios consejero, Dios creador, Padre Eterno, El Buen Pastor, Dios santo, Redentor, Salvador, Bendito, Todopoderoso… entre muchas otras características, que si las nombrara todas, no acabaría. Piensa un poco en estos nombres y vas a encontrar que todos ellos denotan algo en común: las bendiciones que Dios desea para tu vida. Él quiere que tengas paz, quiere que tengas amor, quiere que tengas gozo, quiere que seas librado de todos tus enemigos y goces salvación, quiere que no te falte nada, quiere aconsejarte en todas tus decisiones, quiere que lo conozcas como padre, quiere ser tu pastor, tu redentor, tu salvador, quiere bendecirte. Dios está procurando bendecirte y día a día está creando nuevas formas de hacerlo. Así mismo, en las cartas de Juan, podemos leer uno de los deseos de Dios para ti, Juan está hablando con Gayo, un amigo suyo de la iglesia, pero expresa los mismos deseos que Dios tiene para tu vida, 3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Dios desea que tú seas prosperado en todo, que tengas salud. Dios quiere que goces de bendiciones en donde quiera que tú estés y sobre eso es lo que quiero hablarte en este libro. Deja que la bendición de Dios empiece a llegar a tu vida. Deja que Su bendición te alcance. ¡QUÉ LA BENDICIÓN COMIENCE! En este libro encontrarás algunas de las causas de porqué Dios derrama Su bendición sobre tu vida. Pero antes quiero recordarte que tú eres la máxima creación de Dios. Tú eres alguien amado por Dios y como esa persona amada que eres para Él, Él quiere bendecirte. De la misma forma como tú invitarías a un amigo a cenar, así Dios te quiere bendecir. O así como tú le has regalado cosas elegantes a tu esposa, Dios quiere bendecirte. Dios es un Dios que desea bendecirte, aunque no lo puedas entender, Él se goza bendiciéndote. No tienes que ir ante nadie más para recibir esas bendiciones, sólo tienes que pararte delante de Dios y decirle, «Abba, papito, aquí estoy». Y así como lo pensaste, de la misma forma en que se derrite el corazón de todo padre cuando su hija se para ante él y le estira los brazos mientras le dice en una tierna voz: «papi»; así mismo, tú derrites el corazón de Dios cuando te acercas a Él y entonces, te levanta en sus brazos y te llena de besos, de caricias y de palabras de bendición y amor. Dios está esperando que tú quieras recibir todas las bendiciones que te quiere entregar. Acompáñame en este viaje, mientras revisamos algunas de ellas en las páginas de este libro. BENDICIÓN POR GRACIA Quizá estés leyendo este libro por pura curiosidad, o quizá alguien te lo regaló, o para conocer un poco más de la Palabra de Dios, o quizá porque necesitas desesperadamente una bendición de parte de Dios y has dispuesto tu corazón para encontrarla en estas hojas. Cualquiera que sea el caso, es mi oración que encuentres una respuesta y seas lleno de la verdad que impactó mi corazón mientras estudiaba de este tema y sobre todo, que seas bendecido. Empecemos definiendo la palabra bendición. Bendición quiere decir alabar, engrandecer, ensalzar. También quiere decir recibir el apoyo activo de Dios para tu bienestar y prosperidad; quiere decir colmar de bienes a alguien. Deuteronomio 25:3 “…y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba…” ¡No hay mejor manera de empezar cada día que recordando por la mañana esta promesa de parte de Dios! La bendición de Dios te es dada por amor, porque te ama. Sólo por esa razón Dios ha decidido darte lo mejor de Él. Esa es la naturaleza de Dios, Dios es amor y como te ama, desea verte lleno de bendiciones y Él adereza mesa delante de ti. Él cambia la maldición en bendición como leemos en Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” . Todo lo que has vivido en tu vida, Dios lo va a transformar en algo bueno, en algo que puedas usar para tu bien y el bien de otros, más adelante. Él pone Sus bendiciones a tu disposición, no importa quién seas, ni qué hagas, Dios tiene una meta: Bendecirte. Tú decides recibir esa bendición o no. Mateo 5:44-45 dice: “…Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Esto quiere decir que existen bendiciones de parte de Dios que son para todos, justos e injustos, malos y buenos; lo único que tienes que hacer es recibirlas. Dios hace bellos atardeceres para todos, se encarga de vez en cuando en preparar una lluvia de estrellas para asombro de científicos y enamorados, hace impresionantes caídas de agua cristalina para que todos las puedan admirar. Dios no se limita cuando nos llena de bendiciones, Él simplemente da. Romanos 1:20 dice: “Porque las cosas invisibles de él (de Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas…”. Todos pueden ver el poder de Dios, Él lo hace posible porque a Él le agrada bendecir a su creación. Sólo por su gracia. Otro ejemplo de cómo Dios quiere bendecirte lo leemos en 2 Samuel 7:29 “…Tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”. Esto es más que sólo un deseo, es una promesa de Él para ti. Con la bendición de Dios será bendita tu casa. David es el que está hablando y le está recordando a Dios lo que le había ya prometido. “Tú lo has dicho, Dios, Tú hablaste bendición para mi vida, no se te olvide, no te olvides de mí, no te olvides de tus promesas”. La buena noticia es que tú puedes hacer lo mismo, tú puedes recordarle a Dios que Él ha prometido bendecir tu casa. Dios tiene grandes bendiciones para ti, recuérdale todas las promesas de la Biblia, pues estas fueron habladas, escritas y prometidas para ti. ¿Qué me dices de la bendición más grande que puedes tener? La salvación. Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. y en Isaías 43:25 “Yo (Jehová), yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”. También Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. ¡Así es! Nosotros deberíamos pagar una condena perpetua por nuestras faltas, pero en vez de eso, Romanos 5:8 nos dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¡Qué bendición tan grande! Él tomó nuestro lugar, Él decidió pagar por nosotros, Él puso su vida donde debería haber estado la nuestra, Él nos libró de toda culpa. En vez de dejarte vivir en amargura, enfermedades, deudas, prisiones; en vez de eso, Dios quiere verte libre. Hasta aquí hemos visto varias verdades, las cuales quiero señalar: Dios quiere bendecirte porque te ama; Dios quiere bendecirte sin importar tu condición, Dios quiere bendecirte porque Él lo prometió, Dios quiere bendecirte y por eso se sacrificó por ti. Todo esto es por su gracia. Él no quiere que vivas en derrota, en condenación, en tristeza, no. Él quiere que vivas gozando de Sus bendiciones. Todo esto Él ya lo hizo por ti. No se necesita nada más, sólo tienes que aceptar y recibir estas bendiciones. Una vez más te digo, deja que Sus bendiciones te alcancen. Él quiere colmarte de ellas, ¿entiendes eso? Su deseo es llenarte, saturarte hasta que digas; “basta, ya no puedo con tantas bendiciones”. Decide voltear al cielo y decirle a Dios que te rindes, que no puedes resistir más, que quieres que te bendiga, que necesitas Su bendición. BENDICIÓN COMO RECOMPENSA Otra forma de obtener las bendiciones de Dios, es como recompensa (si es que la podemos llamar así). Recompensa por hacer algún bien a un siervo del Altísimo. Dios no olvida esos pequeños detalles, Mateo 25:34-40 “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. ¡Qué buenas noticias! Mientras yo haga el bien con mi prójimo, Dios me recompensará con bendiciones y más bendiciones. Un ejemplo muy claro de esto lo puedes ver cuando Elías el profeta, en los tiempos de sequía, es dirigido por Dios a la casa de una viuda pobre y le dice que le dé de comer, pero la viuda le responde que no tiene sino un puñado de harina y un poco de aceite. Entonces Dios le habla a la viuda por medio de Elías y la bendice sorprendentemente en 1 Reyes 17:14-16: “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”. La recompensa de la viuda al aceptar darle de comer a Elías, se traduce en la bendición de Dios mediante una provisión sobrenatural durante los años de sequía. Cuando el alimento en otras casas faltaba, en el de ella no escaseaba, no se tenían que preocupar por la comida, Dios estaba proveyendo. De la misma manera puedes leer de Rahab, la ramera, en el libro de Josué capítulo 2. Este pasaje nos narra la vez en que dos espías de Israel fueron a la ciudad de Jericó a merodear la tierra para ver si la ciudad se podía conquistar. En la noche Rahab los esconde en su casa, mientras los mensajeros del rey están buscándolos, y luego ella los ayuda a escapar. Este detalle fue recompensado por Dios, cuando los hijos de Israel entraron a conquistar Jericó y ningún miembro de la familia de Rahab, sufre ningún mal. Y por si esto no fuera suficiente, después podemos leer de ella en el Nuevo Testamento, ¿sabes dónde? ¡En la genealogía de Jesús! Rahab, la ramera, es la tatarabuela de David, y por lo tanto, Jesús es descendiente directo de ella. ¿Quieres una muestra más clara de que Dios puede usar a cualquier persona para propósitos grandes? Dios quiere bendecirte, no importa quién hayas sido, ni qué hayas hecho en tu pasado, Él sólo requiere que decidas verlo a Él. Sólo requiere que estés en su presencia. Haz el bien y las bendiciones te seguirán. Serás recompensado por Dios. |
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“Juro por mí mismo que de cierto te bendeciré”. No sé si te des cuenta, pero estamos viviendo un tiempo maravilloso en el ámbito espiritual. Un tiempo en que tienes que creer las bendiciones de Dios para recibirlas; un tiempo de ver y recibir esas bendiciones que son nuevas todos los días. Así que déjame preguntarte: ¿Qué ves? ¿Qué estás viendo? Yo en lo particular, veo sanidades de las más terribles enfermedades, veo días cuando el 100% de los enfermos en una reunión dominical son sanados, veo una iglesia que se mueve en el poder del Espíritu Santo, veo que la unción empieza a llenar a todos los cristianos. Lo veo. Dios me ha quitado el velo de la incredulidad. Lo veo, lo creo y sé que está sucediendo, ¡y está próximo a manifestarse! En pocas palabras lo que veo es “bendición”; la bendición de Dios para su pueblo, para su iglesia, para tu vida; para ti. Y quizá no lo sepas, pero Dios quiere bendecirte. Él lo ha prometido. Permíteme mostrarte a través de estas páginas algunas formas en las que Dios ha bendecido a sus hijos y cómo te puede bendecir a ti. Porque Dios quiere bendecirte. Barak, barak; lo leemos en Génesis 22:17 “de cierto te bendeciré…”. En la versión Dios Habla Hoy dice: “Juro por mí mismo que te bendeciré” así que si juntamos todas estas declaraciones tenemos el título de este libro: “Barak, barak; Juro por mí mismo que de cierto te bendeciré…” ,Jehová. Dios se ha comprometido contigo para bendecirte y Él no miente. Sólo que a veces la gente no sabe esto y vive sin gozar de las bendiciones de Dios. Es por eso que quiero compartirte estas líneas. Para poder tener idea de las bendiciones que Él te quiere dar, necesitas entender, aunque sea un poco, la naturaleza de Dios. Para eso pon atención a algunos de los nombres con los que la Biblia se refiere a Dios, los cuales describen Su carácter. Dios es Dios de paz, Dios de amor, Dios de gozo, Dios de salvación, Dios proveedor, Dios consejero, Dios creador, Padre Eterno, El Buen Pastor, Dios santo, Redentor, Salvador, Bendito, Todopoderoso… entre muchas otras características, que si las nombrara todas, no acabaría. Piensa un poco en estos nombres y vas a encontrar que todos ellos denotan algo en común: las bendiciones que Dios desea para tu vida. Él quiere que tengas paz, quiere que tengas amor, quiere que tengas gozo, quiere que seas librado de todos tus enemigos y goces salvación, quiere que no te falte nada, quiere aconsejarte en todas tus decisiones, quiere que lo conozcas como padre, quiere ser tu pastor, tu redentor, tu salvador, quiere bendecirte. Dios está procurando bendecirte y día a día está creando nuevas formas de hacerlo. Así mismo, en las cartas de Juan, podemos leer uno de los deseos de Dios para ti, Juan está hablando con Gayo, un amigo suyo de la iglesia, pero expresa los mismos deseos que Dios tiene para tu vida, 3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Dios desea que tú seas prosperado en todo, que tengas salud. Dios quiere que goces de bendiciones en donde quiera que tú estés y sobre eso es lo que quiero hablarte en este libro. Deja que la bendición de Dios empiece a llegar a tu vida. Deja que Su bendición te alcance. ¡QUÉ LA BENDICIÓN COMIENCE! En este libro encontrarás algunas de las causas de porqué Dios derrama Su bendición sobre tu vida. Pero antes quiero recordarte que tú eres la máxima creación de Dios. Tú eres alguien amado por Dios y como esa persona amada que eres para Él, Él quiere bendecirte. De la misma forma como tú invitarías a un amigo a cenar, así Dios te quiere bendecir. O así como tú le has regalado cosas elegantes a tu esposa, Dios quiere bendecirte. Dios es un Dios que desea bendecirte, aunque no lo puedas entender, Él se goza bendiciéndote. No tienes que ir ante nadie más para recibir esas bendiciones, sólo tienes que pararte delante de Dios y decirle, «Abba, papito, aquí estoy». Y así como lo pensaste, de la misma forma en que se derrite el corazón de todo padre cuando su hija se para ante él y le estira los brazos mientras le dice en una tierna voz: «papi»; así mismo, tú derrites el corazón de Dios cuando te acercas a Él y entonces, te levanta en sus brazos y te llena de besos, de caricias y de palabras de bendición y amor. Dios está esperando que tú quieras recibir todas las bendiciones que te quiere entregar. Acompáñame en este viaje, mientras revisamos algunas de ellas en las páginas de este libro. BENDICIÓN POR GRACIA Quizá estés leyendo este libro por pura curiosidad, o quizá alguien te lo regaló, o para conocer un poco más de la Palabra de Dios, o quizá porque necesitas desesperadamente una bendición de parte de Dios y has dispuesto tu corazón para encontrarla en estas hojas. Cualquiera que sea el caso, es mi oración que encuentres una respuesta y seas lleno de la verdad que impactó mi corazón mientras estudiaba de este tema y sobre todo, que seas bendecido. Empecemos definiendo la palabra bendición. Bendición quiere decir alabar, engrandecer, ensalzar. También quiere decir recibir el apoyo activo de Dios para tu bienestar y prosperidad; quiere decir colmar de bienes a alguien. Deuteronomio 25:3 “…y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba…” ¡No hay mejor manera de empezar cada día que recordando por la mañana esta promesa de parte de Dios! La bendición de Dios te es dada por amor, porque te ama. Sólo por esa razón Dios ha decidido darte lo mejor de Él. Esa es la naturaleza de Dios, Dios es amor y como te ama, desea verte lleno de bendiciones y Él adereza mesa delante de ti. Él cambia la maldición en bendición como leemos en Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien…” . Todo lo que has vivido en tu vida, Dios lo va a transformar en algo bueno, en algo que puedas usar para tu bien y el bien de otros, más adelante. Él pone Sus bendiciones a tu disposición, no importa quién seas, ni qué hagas, Dios tiene una meta: Bendecirte. Tú decides recibir esa bendición o no. Mateo 5:44-45 dice: “…Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Esto quiere decir que existen bendiciones de parte de Dios que son para todos, justos e injustos, malos y buenos; lo único que tienes que hacer es recibirlas. Dios hace bellos atardeceres para todos, se encarga de vez en cuando en preparar una lluvia de estrellas para asombro de científicos y enamorados, hace impresionantes caídas de agua cristalina para que todos las puedan admirar. Dios no se limita cuando nos llena de bendiciones, Él simplemente da. Romanos 1:20 dice: “Porque las cosas invisibles de él (de Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas…”. Todos pueden ver el poder de Dios, Él lo hace posible porque a Él le agrada bendecir a su creación. Sólo por su gracia. Otro ejemplo de cómo Dios quiere bendecirte lo leemos en 2 Samuel 7:29 “…Tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre”. Esto es más que sólo un deseo, es una promesa de Él para ti. Con la bendición de Dios será bendita tu casa. David es el que está hablando y le está recordando a Dios lo que le había ya prometido. “Tú lo has dicho, Dios, Tú hablaste bendición para mi vida, no se te olvide, no te olvides de mí, no te olvides de tus promesas”. La buena noticia es que tú puedes hacer lo mismo, tú puedes recordarle a Dios que Él ha prometido bendecir tu casa. Dios tiene grandes bendiciones para ti, recuérdale todas las promesas de la Biblia, pues estas fueron habladas, escritas y prometidas para ti. ¿Qué me dices de la bendición más grande que puedes tener? La salvación. Efesios 2:8 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”. y en Isaías 43:25 “Yo (Jehová), yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”. También Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. ¡Así es! Nosotros deberíamos pagar una condena perpetua por nuestras faltas, pero en vez de eso, Romanos 5:8 nos dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¡Qué bendición tan grande! Él tomó nuestro lugar, Él decidió pagar por nosotros, Él puso su vida donde debería haber estado la nuestra, Él nos libró de toda culpa. En vez de dejarte vivir en amargura, enfermedades, deudas, prisiones; en vez de eso, Dios quiere verte libre. Hasta aquí hemos visto varias verdades, las cuales quiero señalar: Dios quiere bendecirte porque te ama; Dios quiere bendecirte sin importar tu condición, Dios quiere bendecirte porque Él lo prometió, Dios quiere bendecirte y por eso se sacrificó por ti. Todo esto es por su gracia. Él no quiere que vivas en derrota, en condenación, en tristeza, no. Él quiere que vivas gozando de Sus bendiciones. Todo esto Él ya lo hizo por ti. No se necesita nada más, sólo tienes que aceptar y recibir estas bendiciones. Una vez más te digo, deja que Sus bendiciones te alcancen. Él quiere colmarte de ellas, ¿entiendes eso? Su deseo es llenarte, saturarte hasta que digas; “basta, ya no puedo con tantas bendiciones”. Decide voltear al cielo y decirle a Dios que te rindes, que no puedes resistir más, que quieres que te bendiga, que necesitas Su bendición. BENDICIÓN COMO RECOMPENSA Otra forma de obtener las bendiciones de Dios, es como recompensa (si es que la podemos llamar así). Recompensa por hacer algún bien a un siervo del Altísimo. Dios no olvida esos pequeños detalles, Mateo 25:34-40 “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. ¡Qué buenas noticias! Mientras yo haga el bien con mi prójimo, Dios me recompensará con bendiciones y más bendiciones. Un ejemplo muy claro de esto lo puedes ver cuando Elías el profeta, en los tiempos de sequía, es dirigido por Dios a la casa de una viuda pobre y le dice que le dé de comer, pero la viuda le responde que no tiene sino un puñado de harina y un poco de aceite. Entonces Dios le habla a la viuda por medio de Elías y la bendice sorprendentemente en 1 Reyes 17:14-16: “Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días. Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías”. La recompensa de la viuda al aceptar darle de comer a Elías, se traduce en la bendición de Dios mediante una provisión sobrenatural durante los años de sequía. Cuando el alimento en otras casas faltaba, en el de ella no escaseaba, no se tenían que preocupar por la comida, Dios estaba proveyendo. De la misma manera puedes leer de Rahab, la ramera, en el libro de Josué capítulo 2. Este pasaje nos narra la vez en que dos espías de Israel fueron a la ciudad de Jericó a merodear la tierra para ver si la ciudad se podía conquistar. En la noche Rahab los esconde en su casa, mientras los mensajeros del rey están buscándolos, y luego ella los ayuda a escapar. Este detalle fue recompensado por Dios, cuando los hijos de Israel entraron a conquistar Jericó y ningún miembro de la familia de Rahab, sufre ningún mal. Y por si esto no fuera suficiente, después podemos leer de ella en el Nuevo Testamento, ¿sabes dónde? ¡En la genealogía de Jesús! Rahab, la ramera, es la tatarabuela de David, y por lo tanto, Jesús es descendiente directo de ella. ¿Quieres una muestra más clara de que Dios puede usar a cualquier persona para propósitos grandes? Dios quiere bendecirte, no importa quién hayas sido, ni qué hayas hecho en tu pasado, Él sólo requiere que decidas verlo a Él. Sólo requiere que estés en su presencia. Haz el bien y las bendiciones te seguirán. Serás recompensado por Dios. |
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