BARAK BARAK V | |||||||
Escucha a Dios como lo hizo Pablo y alinea tu vida a lo que Él te ha hablado; escucha a Dios y créele como Abraham y métete en el cauce del río de bendiciones. En todas estas formas de bendiciones que hemos visto, hay algo en común, Dios es el dador de las bendiciones y cuando estás cerca de Él, cuando decides verlo a Él es que puedes gozar de ellas. No se trata de vivir una vida buscando las bendiciones, se trata de invertir tu vida buscando más de Dios, queriendo conocer más de Él y es ahí donde te das cuenta que no se trata de que tú seas bendecido, no se trata de tu vida, se trata de Él. ¿Quieres saber cuál es el centro del universo? Es Él, es Dios. Mientras lo mires a Él, mientras permanezcas en Él, encontrarás la bendición. Bendición hasta que sobreabunde, ¡barak, barak! Esta es la verdad que impactó mi corazón, que sin importar quiénes somos, Dios quiere bendecirnos más allá de lo que podamos entender, ¡Dios quiere bendecir tu vida! ¡No se lo impidas! ¡Busca Su bendición! ¡Busca Su corazón! ¡Conócelo más y goza de un padre amoroso sin igual! Recibe las bendiciones de Dios por gracia, te las ha dado porque te ama, porque lo ha prometido. Busca Su presencia y encuentra salvación y bendición. Adórale de tal manera que conmuevas Su corazón y Él derrame Sus bendiciones sobre ti. No te canses de buscar, hay más, hay más de Dios, búscale. Cuando lo encuentres, entra en guerra para recobrar las bendiciones que Satanás te ha robado. Se obediente, decide seguir Su voz, Sus palabras, Su llamado. Copia la forma de vivir de Pablo y de Abraham; y recuerda que Jesús pagó un precio muy caro para que tú pudieras gozar de Sus bendiciones. Romanos 8:14, 17 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…”. ¡Qué maravillosa bendición! Hijo y heredero de Dios; coheredero con Cristo; y si todas las cosas pertenecen a Dios, por ende, todas las cosas te han sido heredadas, ¡reclámalas! Que tu bendición comience hoy. ¡Barak, barak, barak! ¡Rabah, rabah, rabah! |
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BARAK BARAK V |
Escucha a Dios como lo hizo Pablo y alinea tu vida a lo que Él te ha hablado; escucha a Dios y créele como Abraham y métete en el cauce del río de bendiciones. En todas estas formas de bendiciones que hemos visto, hay algo en común, Dios es el dador de las bendiciones y cuando estás cerca de Él, cuando decides verlo a Él es que puedes gozar de ellas. No se trata de vivir una vida buscando las bendiciones, se trata de invertir tu vida buscando más de Dios, queriendo conocer más de Él y es ahí donde te das cuenta que no se trata de que tú seas bendecido, no se trata de tu vida, se trata de Él. ¿Quieres saber cuál es el centro del universo? Es Él, es Dios. Mientras lo mires a Él, mientras permanezcas en Él, encontrarás la bendición. Bendición hasta que sobreabunde, ¡barak, barak! Esta es la verdad que impactó mi corazón, que sin importar quiénes somos, Dios quiere bendecirnos más allá de lo que podamos entender, ¡Dios quiere bendecir tu vida! ¡No se lo impidas! ¡Busca Su bendición! ¡Busca Su corazón! ¡Conócelo más y goza de un padre amoroso sin igual! Recibe las bendiciones de Dios por gracia, te las ha dado porque te ama, porque lo ha prometido. Busca Su presencia y encuentra salvación y bendición. Adórale de tal manera que conmuevas Su corazón y Él derrame Sus bendiciones sobre ti. No te canses de buscar, hay más, hay más de Dios, búscale. Cuando lo encuentres, entra en guerra para recobrar las bendiciones que Satanás te ha robado. Se obediente, decide seguir Su voz, Sus palabras, Su llamado. Copia la forma de vivir de Pablo y de Abraham; y recuerda que Jesús pagó un precio muy caro para que tú pudieras gozar de Sus bendiciones. Romanos 8:14, 17 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…”. ¡Qué maravillosa bendición! Hijo y heredero de Dios; coheredero con Cristo; y si todas las cosas pertenecen a Dios, por ende, todas las cosas te han sido heredadas, ¡reclámalas! Que tu bendición comience hoy. ¡Barak, barak, barak! ¡Rabah, rabah, rabah! |
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Escucha a Dios como lo hizo Pablo y alinea tu vida a lo que Él te ha hablado; escucha a Dios y créele como Abraham y métete en el cauce del río de bendiciones. En todas estas formas de bendiciones que hemos visto, hay algo en común, Dios es el dador de las bendiciones y cuando estás cerca de Él, cuando decides verlo a Él es que puedes gozar de ellas. No se trata de vivir una vida buscando las bendiciones, se trata de invertir tu vida buscando más de Dios, queriendo conocer más de Él y es ahí donde te das cuenta que no se trata de que tú seas bendecido, no se trata de tu vida, se trata de Él. ¿Quieres saber cuál es el centro del universo? Es Él, es Dios. Mientras lo mires a Él, mientras permanezcas en Él, encontrarás la bendición. Bendición hasta que sobreabunde, ¡barak, barak! Esta es la verdad que impactó mi corazón, que sin importar quiénes somos, Dios quiere bendecirnos más allá de lo que podamos entender, ¡Dios quiere bendecir tu vida! ¡No se lo impidas! ¡Busca Su bendición! ¡Busca Su corazón! ¡Conócelo más y goza de un padre amoroso sin igual! Recibe las bendiciones de Dios por gracia, te las ha dado porque te ama, porque lo ha prometido. Busca Su presencia y encuentra salvación y bendición. Adórale de tal manera que conmuevas Su corazón y Él derrame Sus bendiciones sobre ti. No te canses de buscar, hay más, hay más de Dios, búscale. Cuando lo encuentres, entra en guerra para recobrar las bendiciones que Satanás te ha robado. Se obediente, decide seguir Su voz, Sus palabras, Su llamado. Copia la forma de vivir de Pablo y de Abraham; y recuerda que Jesús pagó un precio muy caro para que tú pudieras gozar de Sus bendiciones. Romanos 8:14, 17 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo…”. ¡Qué maravillosa bendición! Hijo y heredero de Dios; coheredero con Cristo; y si todas las cosas pertenecen a Dios, por ende, todas las cosas te han sido heredadas, ¡reclámalas! Que tu bendición comience hoy. ¡Barak, barak, barak! ¡Rabah, rabah, rabah! |
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