De Mujer a Mujer | |||||||
Necesidad básica número dos: La ternuraLo que tu marido desea es una esposa, no una madre. El papel de una madre es formar al hijo, corregirlo; pero de ninguna manera esta función debe ser asumida por la esposa. Ella debe aceptarlo tal como es. Algunas muchachas se casan pensando: “después de la boda lo cambiaré”, pero no es así; muy pronto se dan cuenta que el resultado de sus “buenas intenciones” es una cadena de pleitos. ¡Claro que tú puedes orar para que Dios cambie a tu esposo! pero en tanto, ten paciencia y ámalo tal como es. Hay cuatro lugares en el libro de Proverbios, en la Biblia, que nos hablan de la mujer rencillosa. Si Dios habla tanto de esto es porque es un problema en muchas mujeres. Proverbios 27:15 Proverbios 21:9 Proverbios 21:19 ¿Cómo es una mujer rencillosa? Es aquella que mortifica, machaca y mata el ego del marido. Sabemos que el egoísmo es malo, pero el ego en el hombre (o la mujer) es bueno, porque lo motiva a alcanzar metas en la vida. Y si la mujer está continuamente mortificando, criticando o corrigiendo a su marido, después de algunos años lo convertirá en un ratoncito sin carácter y sin pantalones. ¡Ni tú, ni yo queremos un esposo así! ¿Verdad? O si no resulta en un hombre sin carácter, puede ser que se vuelva agresivo y dominante. Algunas mujeres se quejan demasiado. Si el esposo trabaja por largas horas, se quejan que no está el tiempo suficiente en casa y si por el contrario, no trabaja largas horas se quejan del sueldo miserable que gana. Vivimos en tiempos de crisis en que la gran mayoría está siendo afectada por falta de empleo o por un sueldo escaso. Como mujeres maduras, necesitamos ser comprensivas. La falta de comunicación es otro de los problemas graves en muchos matrimonios. Los esposos, además de ser los mejores amigos, deben comunicarlo todo, sin temor a la crítica o el rechazo. ¿Por qué no hay mejor comunicación en algunos matrimonios? ¿Por qué existe el problema del marido callado que no se comunica con su mujer? Escuché a un psicólogo cristiano decir que a veces el problema con el hombre callado es que al principio del matrimonio él sí se expresaba y opinaba, pero tantas veces su esposa lo criticó y lo contradijo que decidió mejor callarse y a través de los años se encerró en sí mismo porque le resultaba más seguro. Claro que ésta no es siempre la razón. Cuando tu esposo exprese una opinión contraria a la tuya, ten mucho cuidado con la manera en que le contestas, para que un día él no se convierta en un marido callado. Obviamente es necesario confrontar ideas o hablar de algo en lo que no están de acuerdo los dos. No quiere decir que en estas situaciones una esposa sumisa deba permanecer con su boca cerrada, puede y debe expresarse. Pero, ¿cómo? La Biblia dice que la mujer virtuosa habla con sabiduría de manera que ella podrá expresar con ternura: “mi amor, no estoy de acuerdo con tal o cual”. No sólo debemos tener cuidado en cómo expresarnos, también debemos preguntarnos, ¿cuándo hablar? Los cónyuges no deben discutir sus diferencias de opinión delante de los hijos ni delante de otras personas. La esposa sabia no va a “poner la sal en la llaga” de su marido diciendo: “yo te dije” cuando él está triste o desanimado por una decisión mala que hizo; al contrario, ella va a tratar de consolarlo y animarlo. ¿Recuerdas la historia de Job? Este hombre sufrió tanto. Lo había perdido casi todo y en los momentos que estaba más triste y desanimado, su esposa en vez de animarlo, lo aplastó aún más, casi le expresó: “te lo dije”. Los buenos hombres también fallan de vez en cuando y necesitan de una mujer fuerte, pero a la vez tierna para levantarlos. Hace poco leí un artículo en el periódico de un hombre no cristiano que explicaba el porqué de las muchas “aventuras en la oficina”. Él declara que es un mito la creencia de que el hombre busca el sexo cuando lo que anhela principalmente es la comprensión y la ternura. Terminaba el artículo diciendo: “Si más esposas honraran a sus maridos, habría menos aventuras en la oficina”. |
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Necesidad básica número dos: La ternuraLo que tu marido desea es una esposa, no una madre. El papel de una madre es formar al hijo, corregirlo; pero de ninguna manera esta función debe ser asumida por la esposa. Ella debe aceptarlo tal como es. Algunas muchachas se casan pensando: “después de la boda lo cambiaré”, pero no es así; muy pronto se dan cuenta que el resultado de sus “buenas intenciones” es una cadena de pleitos. ¡Claro que tú puedes orar para que Dios cambie a tu esposo! pero en tanto, ten paciencia y ámalo tal como es. Hay cuatro lugares en el libro de Proverbios, en la Biblia, que nos hablan de la mujer rencillosa. Si Dios habla tanto de esto es porque es un problema en muchas mujeres. Proverbios 27:15 Proverbios 21:9 Proverbios 21:19 ¿Cómo es una mujer rencillosa? Es aquella que mortifica, machaca y mata el ego del marido. Sabemos que el egoísmo es malo, pero el ego en el hombre (o la mujer) es bueno, porque lo motiva a alcanzar metas en la vida. Y si la mujer está continuamente mortificando, criticando o corrigiendo a su marido, después de algunos años lo convertirá en un ratoncito sin carácter y sin pantalones. ¡Ni tú, ni yo queremos un esposo así! ¿Verdad? O si no resulta en un hombre sin carácter, puede ser que se vuelva agresivo y dominante. Algunas mujeres se quejan demasiado. Si el esposo trabaja por largas horas, se quejan que no está el tiempo suficiente en casa y si por el contrario, no trabaja largas horas se quejan del sueldo miserable que gana. Vivimos en tiempos de crisis en que la gran mayoría está siendo afectada por falta de empleo o por un sueldo escaso. Como mujeres maduras, necesitamos ser comprensivas. La falta de comunicación es otro de los problemas graves en muchos matrimonios. Los esposos, además de ser los mejores amigos, deben comunicarlo todo, sin temor a la crítica o el rechazo. ¿Por qué no hay mejor comunicación en algunos matrimonios? ¿Por qué existe el problema del marido callado que no se comunica con su mujer? Escuché a un psicólogo cristiano decir que a veces el problema con el hombre callado es que al principio del matrimonio él sí se expresaba y opinaba, pero tantas veces su esposa lo criticó y lo contradijo que decidió mejor callarse y a través de los años se encerró en sí mismo porque le resultaba más seguro. Claro que ésta no es siempre la razón. Cuando tu esposo exprese una opinión contraria a la tuya, ten mucho cuidado con la manera en que le contestas, para que un día él no se convierta en un marido callado. Obviamente es necesario confrontar ideas o hablar de algo en lo que no están de acuerdo los dos. No quiere decir que en estas situaciones una esposa sumisa deba permanecer con su boca cerrada, puede y debe expresarse. Pero, ¿cómo? La Biblia dice que la mujer virtuosa habla con sabiduría de manera que ella podrá expresar con ternura: “mi amor, no estoy de acuerdo con tal o cual”. No sólo debemos tener cuidado en cómo expresarnos, también debemos preguntarnos, ¿cuándo hablar? Los cónyuges no deben discutir sus diferencias de opinión delante de los hijos ni delante de otras personas. La esposa sabia no va a “poner la sal en la llaga” de su marido diciendo: “yo te dije” cuando él está triste o desanimado por una decisión mala que hizo; al contrario, ella va a tratar de consolarlo y animarlo. ¿Recuerdas la historia de Job? Este hombre sufrió tanto. Lo había perdido casi todo y en los momentos que estaba más triste y desanimado, su esposa en vez de animarlo, lo aplastó aún más, casi le expresó: “te lo dije”. Los buenos hombres también fallan de vez en cuando y necesitan de una mujer fuerte, pero a la vez tierna para levantarlos. Hace poco leí un artículo en el periódico de un hombre no cristiano que explicaba el porqué de las muchas “aventuras en la oficina”. Él declara que es un mito la creencia de que el hombre busca el sexo cuando lo que anhela principalmente es la comprensión y la ternura. Terminaba el artículo diciendo: “Si más esposas honraran a sus maridos, habría menos aventuras en la oficina”. |
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Necesidad básica número dos: La ternuraLo que tu marido desea es una esposa, no una madre. El papel de una madre es formar al hijo, corregirlo; pero de ninguna manera esta función debe ser asumida por la esposa. Ella debe aceptarlo tal como es. Algunas muchachas se casan pensando: “después de la boda lo cambiaré”, pero no es así; muy pronto se dan cuenta que el resultado de sus “buenas intenciones” es una cadena de pleitos. ¡Claro que tú puedes orar para que Dios cambie a tu esposo! pero en tanto, ten paciencia y ámalo tal como es. Hay cuatro lugares en el libro de Proverbios, en la Biblia, que nos hablan de la mujer rencillosa. Si Dios habla tanto de esto es porque es un problema en muchas mujeres. Proverbios 27:15 Proverbios 21:9 Proverbios 21:19 ¿Cómo es una mujer rencillosa? Es aquella que mortifica, machaca y mata el ego del marido. Sabemos que el egoísmo es malo, pero el ego en el hombre (o la mujer) es bueno, porque lo motiva a alcanzar metas en la vida. Y si la mujer está continuamente mortificando, criticando o corrigiendo a su marido, después de algunos años lo convertirá en un ratoncito sin carácter y sin pantalones. ¡Ni tú, ni yo queremos un esposo así! ¿Verdad? O si no resulta en un hombre sin carácter, puede ser que se vuelva agresivo y dominante. Algunas mujeres se quejan demasiado. Si el esposo trabaja por largas horas, se quejan que no está el tiempo suficiente en casa y si por el contrario, no trabaja largas horas se quejan del sueldo miserable que gana. Vivimos en tiempos de crisis en que la gran mayoría está siendo afectada por falta de empleo o por un sueldo escaso. Como mujeres maduras, necesitamos ser comprensivas. La falta de comunicación es otro de los problemas graves en muchos matrimonios. Los esposos, además de ser los mejores amigos, deben comunicarlo todo, sin temor a la crítica o el rechazo. ¿Por qué no hay mejor comunicación en algunos matrimonios? ¿Por qué existe el problema del marido callado que no se comunica con su mujer? Escuché a un psicólogo cristiano decir que a veces el problema con el hombre callado es que al principio del matrimonio él sí se expresaba y opinaba, pero tantas veces su esposa lo criticó y lo contradijo que decidió mejor callarse y a través de los años se encerró en sí mismo porque le resultaba más seguro. Claro que ésta no es siempre la razón. Cuando tu esposo exprese una opinión contraria a la tuya, ten mucho cuidado con la manera en que le contestas, para que un día él no se convierta en un marido callado. Obviamente es necesario confrontar ideas o hablar de algo en lo que no están de acuerdo los dos. No quiere decir que en estas situaciones una esposa sumisa deba permanecer con su boca cerrada, puede y debe expresarse. Pero, ¿cómo? La Biblia dice que la mujer virtuosa habla con sabiduría de manera que ella podrá expresar con ternura: “mi amor, no estoy de acuerdo con tal o cual”. No sólo debemos tener cuidado en cómo expresarnos, también debemos preguntarnos, ¿cuándo hablar? Los cónyuges no deben discutir sus diferencias de opinión delante de los hijos ni delante de otras personas. La esposa sabia no va a “poner la sal en la llaga” de su marido diciendo: “yo te dije” cuando él está triste o desanimado por una decisión mala que hizo; al contrario, ella va a tratar de consolarlo y animarlo. ¿Recuerdas la historia de Job? Este hombre sufrió tanto. Lo había perdido casi todo y en los momentos que estaba más triste y desanimado, su esposa en vez de animarlo, lo aplastó aún más, casi le expresó: “te lo dije”. Los buenos hombres también fallan de vez en cuando y necesitan de una mujer fuerte, pero a la vez tierna para levantarlos. Hace poco leí un artículo en el periódico de un hombre no cristiano que explicaba el porqué de las muchas “aventuras en la oficina”. Él declara que es un mito la creencia de que el hombre busca el sexo cuando lo que anhela principalmente es la comprensión y la ternura. Terminaba el artículo diciendo: “Si más esposas honraran a sus maridos, habría menos aventuras en la oficina”. |
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