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Matrimonio Al Maximo | |||||||
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Matrimonio Al MáximoSe dice que “el amor es ciego, pero el matrimonio abre los ojos”. El matrimonio puede ser la experiencia más feliz, mediocre o desdichada de nuestra vida. Dios estableció que los sexos opuestos se complementarán. Quiso que el hombre y la mujer se unieran en matrimonio para que cada uno de ellos brindara al otro lo que le faltaba. Pero las diferencias que pueden y deben complementar, también pueden dividir y separar. ¿Por qué será que después de la boda muchas parejas empiezan a fastidiarse y se dedican a cambiarse el uno al otro? Si “los opuestos se atraen”, ¿por qué será que es precisamente porque somos tan diferentes lo que posteriormente causa tantos problemas... tanto fastidio? Generalmente es por la falta de conocimiento y comprensión de las diferencias de ambos. Así que en este libro vamos a observar algunas de estas diferencias para aprender a disfrutarlas y complementarnos con ellas. Así tendremos un, ¡matrimonio al máximo! Capítulo 1 Ser diferente no es malo; al contrario, el propósito de nuestras diferencias es que nos complementemos como pareja, ¡no es que nos fastidiemos! Si logramos comprendernos a nosotros mismos y a nuestro cónyuge, se puede transformar nuestro matrimonio. ¡Viva la diferencia! Para comenzar, hay varias diferencias básicas que tienen que ver con la naturaleza de nuestro sexo. Algo sumamente interesante, que de hecho es la raíz de muchas diferencias de carácter entre el hombre y la mujer, es que el hombre es controlado por el lado izquierdo de su cerebro, mientras que la mujer es controlada por el lado derecho. En 1981, el Dr. Roger Sperry, quien recibió el premio Nobel en el campo de medicina y fisiología, hizo un estudio científico sobre la función del cerebro en hombres y mujeres. Encontró que, entre la décima sexta y vigésima sexta semana de gestación, ocurre una reacción química en los hombres que no ocurre en las mujercitas. Los varoncitos sufren una descarga química que disminuye el desarrollo del lado derecho del cerebro, provocando que sean controlados por el lado izquierdo del cerebro. Así que estas diferencias ya están marcadas aun antes de nacer. ¿Cómo afecta todo esto a nuestras personalidades? Básicamente provoca que la mujer, que es controlada por el lado derecho de su cerebro, sea emotiva, sentimental y cuidadosa. Ella es mucho más expresiva que el hombre y le fascinan los detalles. Por otro lado, el hombre, que es controlado por el lado izquierdo, es más lógico y analítico. No le interesan tantos detalles. Él sólo ve el “cuadro grande”. La comunicación puede ser frustrante a raíz de estas diferencias: A la mujer le encanta ampliar los detalles, mientras que el hombre sólo resume. La esposa apenas puede esperar el regreso de su marido a la casa por la noche para contarle algo emocionante, interesante o inquietante que ella experimentó durante el día. ¡Por fin llega el momento deseado!... Empieza a contar al marido con lujo de detalles, el quién, cuándo y cómo del incidente. De repente él le interrumpe y dice: “No me eches tanto rollo... ¡Llega al grano del asunto!”. Por otro lado, cuando el marido llega de viaje o de un evento especial, él le cuenta todo de la manera más breve posible y para él, es el fin de la historia. Pero ella quiere oír más: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo reaccionaron los demás? ¿Y luego qué dijo fulano? Según un estudio, la mujer habla un promedio de 35,000 palabras al día, mientras que el hombre, 25,000. El problema es que al final del día, cuando el hombre llega del trabajo, él ya habló sus 25,000 palabras, ¡mientras que ella apenas ha comenzado! Estas diferencias pueden crear fastidio si no entendemos que, “así es el hombre” y “así es la mujer”. Diferencias en nuestra fisiología La sangre de la mujer tiene 20% menos glóbulos rojos que el hombre y menos agua en su cuerpo. Puesto que los glóbulos suplen oxígeno a las células del cuerpo, la mujer es más propensa a desmayarse que el hombre. Durante la Segunda Guerra mundial, las horas laborales en las fábricas británicas se incrementaron de 10 a 12 horas y con ello, hubo un aumento en un 150% de accidentes entre las mujeres, mientras que en los hombres, no hubo cambio alguno. La mujer tiene el estómago, los riñones, hígado y apéndice más grandes, los pulmones más chicos. Las funciones de la mujer: La menstruación, el embarazo y la lactancia influyen en su comportamiento y en sus sentimientos. La glándula tiroides también se comporta de manera diferente en los dos sexos. Es más grande y activa en la mujer. Todas estas diferencias contribuyen a las emociones volubles en la mujer; ella se ríe y llora con más facilidad que el hombre. Diferencias en cuanto a nuestros puntos de vista Otra diferencia que puede traer frustración es en cuanto a las variantes en el punto de vista. El hombre pone su vista en las metas... cuanto más pronto cumple la meta, mejor. La mujer, a la vez, disfruta en sí el proceso de llegar al objetivo. Esta diferencia se puede apreciar en un ejemplo muy cotidiano. Si el hombre se tiene que comprar una camisa u otra prenda de vestir, va directamente a lo que va, compra su mercancía, y ya terminó el asunto. Pero para la mujer la búsqueda puede ser tan placentera como el objetivo final. Disfruta de ir a varias tiendas, y observar todo lo que hay. Muchas veces, regresa a la primera tienda para comprar su prenda o ni siquiera compra nada, pero para ella de ninguna manera ha sido tiempo perdido. El hombre es más independiente... Extremadamente independiente El varón compara su hombría con aguantar dolor, por lo que tiene que estar gravemente enfermo antes de que busque atención médica. Hasta los comerciales en la televisión muestran a más mujeres que a hombres con alguna necesidad y usando las medicinas anunciadas. Una característica muy similar a ésta es la tendencia de no pedir ayuda. “¡Yo puedo hacerlo por mí mismo!”, es su decir y su actitud. Un hombre puede estar enfermo y nadie lo sabe; otro puede estar extraviado y todo el mundo lo sabe, excepto él. Ni siquiera se detendrá para pedir direcciones. Simplemente dirá; “Estoy yendo por un camino nuevo” y conducirá más rápidamente. Las emociones de la mujer son más volubles debido a su ovulación Muchas mujeres son afectadas por el síndrome premenstrual, provocando emociones volubles que pueden dejar al pobre marido perplejo: Puede que un día llegue el esposo del trabajo y allí está ella esperándolo a la puerta; después de un beso apasionado, lo lleva directamente a la recámara... Al siguiente día, el hombre, emocionado, piensa salir temprano de su trabajo para ser recibido de la misma manera. Pero al entrar en su casa, no encuentra a su esposa. Por fin la halla en la recámara, tirada en la cama llorando. Para consolarla trata de tocarla. Ella lo rechaza violentamente, gritando: “¡Quita tus manos, nada más te interesa mi cuerpo!”. Después de examinar estas diferencias, tenemos que reconocer una gran verdad: Aunque el hombre y la mujer son iguales de valor, Dios jamás tuvo la intención de que fuéramos idénticos. Él creó a Adán y a Eva, ¡no a Adán y a Eduardo! Después de todo, ¡qué aburrido sería si no fuéramos diferentes! Así que, para tener un matrimonio al máximo, ¡disfruten sus diferencias! |
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Matrimonio Al Maximo |
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Matrimonio Al MáximoSe dice que “el amor es ciego, pero el matrimonio abre los ojos”. El matrimonio puede ser la experiencia más feliz, mediocre o desdichada de nuestra vida. Dios estableció que los sexos opuestos se complementarán. Quiso que el hombre y la mujer se unieran en matrimonio para que cada uno de ellos brindara al otro lo que le faltaba. Pero las diferencias que pueden y deben complementar, también pueden dividir y separar. ¿Por qué será que después de la boda muchas parejas empiezan a fastidiarse y se dedican a cambiarse el uno al otro? Si “los opuestos se atraen”, ¿por qué será que es precisamente porque somos tan diferentes lo que posteriormente causa tantos problemas... tanto fastidio? Generalmente es por la falta de conocimiento y comprensión de las diferencias de ambos. Así que en este libro vamos a observar algunas de estas diferencias para aprender a disfrutarlas y complementarnos con ellas. Así tendremos un, ¡matrimonio al máximo! Capítulo 1 Ser diferente no es malo; al contrario, el propósito de nuestras diferencias es que nos complementemos como pareja, ¡no es que nos fastidiemos! Si logramos comprendernos a nosotros mismos y a nuestro cónyuge, se puede transformar nuestro matrimonio. ¡Viva la diferencia! Para comenzar, hay varias diferencias básicas que tienen que ver con la naturaleza de nuestro sexo. Algo sumamente interesante, que de hecho es la raíz de muchas diferencias de carácter entre el hombre y la mujer, es que el hombre es controlado por el lado izquierdo de su cerebro, mientras que la mujer es controlada por el lado derecho. En 1981, el Dr. Roger Sperry, quien recibió el premio Nobel en el campo de medicina y fisiología, hizo un estudio científico sobre la función del cerebro en hombres y mujeres. Encontró que, entre la décima sexta y vigésima sexta semana de gestación, ocurre una reacción química en los hombres que no ocurre en las mujercitas. Los varoncitos sufren una descarga química que disminuye el desarrollo del lado derecho del cerebro, provocando que sean controlados por el lado izquierdo del cerebro. Así que estas diferencias ya están marcadas aun antes de nacer. ¿Cómo afecta todo esto a nuestras personalidades? Básicamente provoca que la mujer, que es controlada por el lado derecho de su cerebro, sea emotiva, sentimental y cuidadosa. Ella es mucho más expresiva que el hombre y le fascinan los detalles. Por otro lado, el hombre, que es controlado por el lado izquierdo, es más lógico y analítico. No le interesan tantos detalles. Él sólo ve el “cuadro grande”. La comunicación puede ser frustrante a raíz de estas diferencias: A la mujer le encanta ampliar los detalles, mientras que el hombre sólo resume. La esposa apenas puede esperar el regreso de su marido a la casa por la noche para contarle algo emocionante, interesante o inquietante que ella experimentó durante el día. ¡Por fin llega el momento deseado!... Empieza a contar al marido con lujo de detalles, el quién, cuándo y cómo del incidente. De repente él le interrumpe y dice: “No me eches tanto rollo... ¡Llega al grano del asunto!”. Por otro lado, cuando el marido llega de viaje o de un evento especial, él le cuenta todo de la manera más breve posible y para él, es el fin de la historia. Pero ella quiere oír más: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo reaccionaron los demás? ¿Y luego qué dijo fulano? Según un estudio, la mujer habla un promedio de 35,000 palabras al día, mientras que el hombre, 25,000. El problema es que al final del día, cuando el hombre llega del trabajo, él ya habló sus 25,000 palabras, ¡mientras que ella apenas ha comenzado! Estas diferencias pueden crear fastidio si no entendemos que, “así es el hombre” y “así es la mujer”. Diferencias en nuestra fisiología La sangre de la mujer tiene 20% menos glóbulos rojos que el hombre y menos agua en su cuerpo. Puesto que los glóbulos suplen oxígeno a las células del cuerpo, la mujer es más propensa a desmayarse que el hombre. Durante la Segunda Guerra mundial, las horas laborales en las fábricas británicas se incrementaron de 10 a 12 horas y con ello, hubo un aumento en un 150% de accidentes entre las mujeres, mientras que en los hombres, no hubo cambio alguno. La mujer tiene el estómago, los riñones, hígado y apéndice más grandes, los pulmones más chicos. Las funciones de la mujer: La menstruación, el embarazo y la lactancia influyen en su comportamiento y en sus sentimientos. La glándula tiroides también se comporta de manera diferente en los dos sexos. Es más grande y activa en la mujer. Todas estas diferencias contribuyen a las emociones volubles en la mujer; ella se ríe y llora con más facilidad que el hombre. Diferencias en cuanto a nuestros puntos de vista Otra diferencia que puede traer frustración es en cuanto a las variantes en el punto de vista. El hombre pone su vista en las metas... cuanto más pronto cumple la meta, mejor. La mujer, a la vez, disfruta en sí el proceso de llegar al objetivo. Esta diferencia se puede apreciar en un ejemplo muy cotidiano. Si el hombre se tiene que comprar una camisa u otra prenda de vestir, va directamente a lo que va, compra su mercancía, y ya terminó el asunto. Pero para la mujer la búsqueda puede ser tan placentera como el objetivo final. Disfruta de ir a varias tiendas, y observar todo lo que hay. Muchas veces, regresa a la primera tienda para comprar su prenda o ni siquiera compra nada, pero para ella de ninguna manera ha sido tiempo perdido. El hombre es más independiente... Extremadamente independiente El varón compara su hombría con aguantar dolor, por lo que tiene que estar gravemente enfermo antes de que busque atención médica. Hasta los comerciales en la televisión muestran a más mujeres que a hombres con alguna necesidad y usando las medicinas anunciadas. Una característica muy similar a ésta es la tendencia de no pedir ayuda. “¡Yo puedo hacerlo por mí mismo!”, es su decir y su actitud. Un hombre puede estar enfermo y nadie lo sabe; otro puede estar extraviado y todo el mundo lo sabe, excepto él. Ni siquiera se detendrá para pedir direcciones. Simplemente dirá; “Estoy yendo por un camino nuevo” y conducirá más rápidamente. Las emociones de la mujer son más volubles debido a su ovulación Muchas mujeres son afectadas por el síndrome premenstrual, provocando emociones volubles que pueden dejar al pobre marido perplejo: Puede que un día llegue el esposo del trabajo y allí está ella esperándolo a la puerta; después de un beso apasionado, lo lleva directamente a la recámara... Al siguiente día, el hombre, emocionado, piensa salir temprano de su trabajo para ser recibido de la misma manera. Pero al entrar en su casa, no encuentra a su esposa. Por fin la halla en la recámara, tirada en la cama llorando. Para consolarla trata de tocarla. Ella lo rechaza violentamente, gritando: “¡Quita tus manos, nada más te interesa mi cuerpo!”. Después de examinar estas diferencias, tenemos que reconocer una gran verdad: Aunque el hombre y la mujer son iguales de valor, Dios jamás tuvo la intención de que fuéramos idénticos. Él creó a Adán y a Eva, ¡no a Adán y a Eduardo! Después de todo, ¡qué aburrido sería si no fuéramos diferentes! Así que, para tener un matrimonio al máximo, ¡disfruten sus diferencias! |
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Matrimonio Al MáximoSe dice que “el amor es ciego, pero el matrimonio abre los ojos”. El matrimonio puede ser la experiencia más feliz, mediocre o desdichada de nuestra vida. Dios estableció que los sexos opuestos se complementarán. Quiso que el hombre y la mujer se unieran en matrimonio para que cada uno de ellos brindara al otro lo que le faltaba. Pero las diferencias que pueden y deben complementar, también pueden dividir y separar. ¿Por qué será que después de la boda muchas parejas empiezan a fastidiarse y se dedican a cambiarse el uno al otro? Si “los opuestos se atraen”, ¿por qué será que es precisamente porque somos tan diferentes lo que posteriormente causa tantos problemas... tanto fastidio? Generalmente es por la falta de conocimiento y comprensión de las diferencias de ambos. Así que en este libro vamos a observar algunas de estas diferencias para aprender a disfrutarlas y complementarnos con ellas. Así tendremos un, ¡matrimonio al máximo! Capítulo 1 Ser diferente no es malo; al contrario, el propósito de nuestras diferencias es que nos complementemos como pareja, ¡no es que nos fastidiemos! Si logramos comprendernos a nosotros mismos y a nuestro cónyuge, se puede transformar nuestro matrimonio. ¡Viva la diferencia! Para comenzar, hay varias diferencias básicas que tienen que ver con la naturaleza de nuestro sexo. Algo sumamente interesante, que de hecho es la raíz de muchas diferencias de carácter entre el hombre y la mujer, es que el hombre es controlado por el lado izquierdo de su cerebro, mientras que la mujer es controlada por el lado derecho. En 1981, el Dr. Roger Sperry, quien recibió el premio Nobel en el campo de medicina y fisiología, hizo un estudio científico sobre la función del cerebro en hombres y mujeres. Encontró que, entre la décima sexta y vigésima sexta semana de gestación, ocurre una reacción química en los hombres que no ocurre en las mujercitas. Los varoncitos sufren una descarga química que disminuye el desarrollo del lado derecho del cerebro, provocando que sean controlados por el lado izquierdo del cerebro. Así que estas diferencias ya están marcadas aun antes de nacer. ¿Cómo afecta todo esto a nuestras personalidades? Básicamente provoca que la mujer, que es controlada por el lado derecho de su cerebro, sea emotiva, sentimental y cuidadosa. Ella es mucho más expresiva que el hombre y le fascinan los detalles. Por otro lado, el hombre, que es controlado por el lado izquierdo, es más lógico y analítico. No le interesan tantos detalles. Él sólo ve el “cuadro grande”. La comunicación puede ser frustrante a raíz de estas diferencias: A la mujer le encanta ampliar los detalles, mientras que el hombre sólo resume. La esposa apenas puede esperar el regreso de su marido a la casa por la noche para contarle algo emocionante, interesante o inquietante que ella experimentó durante el día. ¡Por fin llega el momento deseado!... Empieza a contar al marido con lujo de detalles, el quién, cuándo y cómo del incidente. De repente él le interrumpe y dice: “No me eches tanto rollo... ¡Llega al grano del asunto!”. Por otro lado, cuando el marido llega de viaje o de un evento especial, él le cuenta todo de la manera más breve posible y para él, es el fin de la historia. Pero ella quiere oír más: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo reaccionaron los demás? ¿Y luego qué dijo fulano? Según un estudio, la mujer habla un promedio de 35,000 palabras al día, mientras que el hombre, 25,000. El problema es que al final del día, cuando el hombre llega del trabajo, él ya habló sus 25,000 palabras, ¡mientras que ella apenas ha comenzado! Estas diferencias pueden crear fastidio si no entendemos que, “así es el hombre” y “así es la mujer”. Diferencias en nuestra fisiología La sangre de la mujer tiene 20% menos glóbulos rojos que el hombre y menos agua en su cuerpo. Puesto que los glóbulos suplen oxígeno a las células del cuerpo, la mujer es más propensa a desmayarse que el hombre. Durante la Segunda Guerra mundial, las horas laborales en las fábricas británicas se incrementaron de 10 a 12 horas y con ello, hubo un aumento en un 150% de accidentes entre las mujeres, mientras que en los hombres, no hubo cambio alguno. La mujer tiene el estómago, los riñones, hígado y apéndice más grandes, los pulmones más chicos. Las funciones de la mujer: La menstruación, el embarazo y la lactancia influyen en su comportamiento y en sus sentimientos. La glándula tiroides también se comporta de manera diferente en los dos sexos. Es más grande y activa en la mujer. Todas estas diferencias contribuyen a las emociones volubles en la mujer; ella se ríe y llora con más facilidad que el hombre. Diferencias en cuanto a nuestros puntos de vista Otra diferencia que puede traer frustración es en cuanto a las variantes en el punto de vista. El hombre pone su vista en las metas... cuanto más pronto cumple la meta, mejor. La mujer, a la vez, disfruta en sí el proceso de llegar al objetivo. Esta diferencia se puede apreciar en un ejemplo muy cotidiano. Si el hombre se tiene que comprar una camisa u otra prenda de vestir, va directamente a lo que va, compra su mercancía, y ya terminó el asunto. Pero para la mujer la búsqueda puede ser tan placentera como el objetivo final. Disfruta de ir a varias tiendas, y observar todo lo que hay. Muchas veces, regresa a la primera tienda para comprar su prenda o ni siquiera compra nada, pero para ella de ninguna manera ha sido tiempo perdido. El hombre es más independiente... Extremadamente independiente El varón compara su hombría con aguantar dolor, por lo que tiene que estar gravemente enfermo antes de que busque atención médica. Hasta los comerciales en la televisión muestran a más mujeres que a hombres con alguna necesidad y usando las medicinas anunciadas. Una característica muy similar a ésta es la tendencia de no pedir ayuda. “¡Yo puedo hacerlo por mí mismo!”, es su decir y su actitud. Un hombre puede estar enfermo y nadie lo sabe; otro puede estar extraviado y todo el mundo lo sabe, excepto él. Ni siquiera se detendrá para pedir direcciones. Simplemente dirá; “Estoy yendo por un camino nuevo” y conducirá más rápidamente. Las emociones de la mujer son más volubles debido a su ovulación Muchas mujeres son afectadas por el síndrome premenstrual, provocando emociones volubles que pueden dejar al pobre marido perplejo: Puede que un día llegue el esposo del trabajo y allí está ella esperándolo a la puerta; después de un beso apasionado, lo lleva directamente a la recámara... Al siguiente día, el hombre, emocionado, piensa salir temprano de su trabajo para ser recibido de la misma manera. Pero al entrar en su casa, no encuentra a su esposa. Por fin la halla en la recámara, tirada en la cama llorando. Para consolarla trata de tocarla. Ella lo rechaza violentamente, gritando: “¡Quita tus manos, nada más te interesa mi cuerpo!”. Después de examinar estas diferencias, tenemos que reconocer una gran verdad: Aunque el hombre y la mujer son iguales de valor, Dios jamás tuvo la intención de que fuéramos idénticos. Él creó a Adán y a Eva, ¡no a Adán y a Eduardo! Después de todo, ¡qué aburrido sería si no fuéramos diferentes! Así que, para tener un matrimonio al máximo, ¡disfruten sus diferencias! |
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