Por:
Victor y Gloria Richards
Martes 9 de Noviembre, 2021
Capítulo 3
El plan original y perfecto de Dios
El hombre no fue creado para estar solo
Para conocer el plan perfecto de Dios, tenemos que retornar al huerto del Edén, con la creación del primer hombre y la primera mujer.
Génesis 2:18
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”.
En su divina sabiduría, Dios reconoció algo de su creación que no era bueno: La soledad del hombre. Ni Adán, ni ningún hombre creado después de Adán, fue creado para estar solo.
El autor George Gilder, en su libro “El hombre y el matrimonio”, nos revela que, para el hombre, la vida matrimonial estable no sólo evita la inmoralidad sexual, sino que a la vez evita otros muchos problemas. Gilder comparte las siguientes interesantísimas estadísticas:
Aunque el hombre soltero tenga relaciones sexuales, esto en sí no le satisface, porque no es el plan de Dios que el hombre se sienta completo y satisfecho fuera del compromiso y seguridad del matrimonio.
Según Gilder, en un promedio, los hombres solteros también ganan menos dinero que cualquier otro grupo de la sociedad, sencillamente porque tienen menos motivación. Un agente de seguros también dirá que los hombres solteros son menos responsables en cuanto a pagar sus cuentas, su forma de manejar y su conducta personal.
Sin embargo, es sumamente interesante observar el otro lado de la moneda. ¿Qué sucede cuando el hombre soltero se enamora de una mujer? El autor Gilder continúa:
“Normalmente sus respuestas naturales hacen que él desee protegerla y proveer para ella. Su pasión sexual está canalizada, sus impulsos egoístas se reprimen y descubre un sentido de orgullo al poder cuidar de su esposa y sus hijos. La relación matrimonial no sólo desanima la inmoralidad, sino otros muchos males sociales”.
Ahora veamos cómo fue que Dios introdujo a la mujer en la vida del hombre:
Génesis 2:19-20
“Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él”.
Imagina cómo sería este proceso: Cada animal pasó por enfrente de Adán, para que él les pusiera nombres. Y Adán no pudo más que darse cuenta de que cada animal tenía su pareja: El león y la leona, el caballo y la yegua, el gallo y la gallina, y así sucesivamente. Entonces nos podemos imaginar que Adán empezó a buscar su pareja, alguien como él. Dios quería que Adán reconociera su necesidad de una compañera y que él estaba incompleto solo.
Así que llegó el momento cuando Dios realizó una cirugía:
Génesis 2:21-23
“Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada”.
La mujer fue creada para ser ayuda idónea
¿Qué es una “ayuda idónea”?
Desgraciadamente, estas palabras se han prestado para muchas malas interpretaciones. Por un lado, algunas mujeres se enojan cuando se dice que ellas fueron creadas para ser “ayuda idónea”. Sienten que es denigrante, que significa que ella no tiene valor como individuo y que un ayudante es como un mozo que nada más entrega la herramienta a la persona inteligente o como un niño, el “ayudante de papi”. Por el otro lado, existen hombres que, influidos por el “machismo”, sienten que este concepto es un permiso para tratar a las mujeres como “tapetes”, para pisotearlas y aprovecharse de ellas.
Pero el concepto bíblico implica algo muy diferente... La palabra “idónea” en hebreo es “ezer” y se usa 19 veces en el Antiguo Testamento. Cuatro veces se usa para describir a un hombre ayudando a otro hombre. 15 veces se refiere a Dios ayudando al hombre. Dios es nuestra ayuda “ezer”.
¡Entonces ser ayuda idónea de ninguna manera implica que la mujer es inferior!
El plan de Dios fue que el hombre y la mujer fueran diferentes en características, pero iguales en valor, para complementarse. Todo lo que es la mujer: Su naturaleza, su temperamento, sus habilidades, debe de suplir lo que le falta al hombre y viceversa.
Adán y Eva: Matrimonio ideal
Dios unió a estos dos seres tan diferentes, pero tan perfectos el uno para el otro y les dio la receta para el matrimonio ideal:
Génesis 2:24-25
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”.
Esta “receta divina” nos presenta cuatro principios sencillos, pero muy poderosos para el matrimonio ideal:
1. “El hombre dejará a su padre y a su madre”: Separación
2. “Se unirá a su mujer”: Permanencia
3. “Y serán una sola carne”: Unidad
4. “Estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”: Intimidad.
El primer principio, la separación, significa que la relación matrimonial entre la pareja es la prioridad. Papás, suegros, etc., tienen que tomar segundo lugar. La familia política, si guarda su debido lugar, puede disfrutar una relación hermosa con los hijos casados. ¡Puede ser una bendición... y no un estorbo!
El segundo principio es la permanencia. La palabra hebrea que se usa para “se unirá” quiere decir “adherirse o pegarse”. El divorcio hoy día está destruyendo a nuestra sociedad... dando, como consecuencia, una generación de hijos; niños y jóvenes heridos emocionalmente. ¡El matrimonio debe durar toda la vida!
El tercer principio, “serán una sola carne”, implica unidad, pero no uniformidad. Dos personas con diferentes trasfondos, hábitos, temperamentos, caracteres, tradiciones familiares e intereses salen de la boda para empezar el proceso de llegar a ser una sola carne.
El cuarto principio implica intimidad en todas las áreas del matrimonio: En lo sexual, emocional, moral, mental, espiritual.
El libro “Amistad e intimidad” por los mismos autores, amplía este tema un poco más.
El plan original de Dios: Dañado
Sabemos que, en demasiados casos, los matrimonios no han alcanzado el ideal de Dios. ¿Por qué será? Desde que satanás, en forma de serpiente, entró en escena para destruir lo que tenían Adán y Eva, todos hemos quedado afectados.
Por causa de satanás, hay guerras en el mundo, y en el matrimonio. Hay incomprensión, odio y tantas otras cosas que afectan la armonía. Pero la buena nueva es: ¡Podemos cambiar el odio, rencor y guerra... en amor, comprensión y paz!
Si nosotros volvemos al plan original de Dios, tanto para el hombre y la mujer como individuos, así como su plan original para nuestros matrimonios, podemos recuperar lo que la serpiente ha destruido.
Veamos ahora las diferencias de nuestras necesidades y cómo podemos utilizarlas para complementarnos, para que nuestros matrimonios sean lo que Dios quiere. |