Usted puede ganar en la vida | |||||||
¿Gallina o águila?Una vez un ranchero encontró en la montaña un nido recién abandonado por la muerte prematura de un águila que había dejado un huevo aún caliente. El ranchero puso el huevo junto a su cuerpo para mantenerlo tibio. Lo llevó a su rancho y lo colocó en el nido de una gallina. Para sorpresa de la “madre” gallina, unos días después nació un aguilucho. Ella enseguida enseñó a su “hijo adoptivo” a buscar su comida con su pico en la tierra y el lodo. Ella le dijo: “Eres gallina y fuiste hecha para tener tu pico en la tierra y tus patas en el lodo”. Muchas personas piensan y viven así: arrastrándose por el lodo de la vida, pero, ¡volvamos a nuestra historia! Mientras crecía el aguilucho, sentía en su corazón que había sido hecho para volar y escalar las alturas; para ser cabeza y no cola. Sin embargo las gallinas le insistían: “Fuiste hecho para meter tu pico en el lodo. ¡Confórmate con lo que eres!”. Por más que el ranchero le cortó las plumas para que no volara, el ave sentía en su corazón que había sido hecho para ser libre. Con el tiempo el ranchero descuidó cortarle las alas y empezaron a crecer mucho. Un día el águila vio a otras águilas en las alturas y anheló volar con ellas, entonces empezó a correr y a extender sus alas. Antes de que el ranchero pudiera alcanzarle, se había escapado. Voló más y más alto, porque no había sido hecho para arrastrarse en el lodo. ¡Tú tampoco fuiste hecho para arrastrarte en el lodo de la vida! Tampoco eres un gusano rastrero. Fuiste hecho para volar, para soñar y para ganar. Fuiste hecho para ser la cabeza y no la cola; para estar encima y no estar debajo. ¡Esta es la voluntad de Dios para ti! ¡Tú puedes ganar en la vida! Hay seis factores a los cuales nunca debemos rendir el control de nuestras vidas: 1. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas al espíritu de: no te arriesgues, ten cuidado, no te apures, no te aceleres. Recuerda: “Los que siempre tienen cuidado, nunca irán a ningún lado”. En vez de no arriesgarnos o no apurarnos, debemos dar los tres pasos hacia la victoria: “Si ha de suceder, yo lo tengo que hacer”. Otro no va a echar mano del éxito por mí, yo lo tengo que hacer. Debemos ser alpinistas en la vida, es decir, ser personas con sueños, metas y cumbres que alcanzar. Debemos extendernos continuamente hacia una nueva cumbre. Ser águilas con visiones y sueños en vez de gallinas conformistas con la mediocridad. Recuerda: “Nada arriesgado, nada ganado”. 2. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas a fuerzas exteriores. Estas fuerzas exteriores son: a. Las circunstancias de la vida. No podemos permitir que situaciones exteriores, tales como condiciones económicas o falta de educación, nos controlen. Debemos decidir que seremos controlados por una fuerza interior y que esta fuerza será Dios mismo y su Palabra. Medita en esta promesa: Filipenses 4:13 TODO... PUEDO YO... por la fuerza interior que Jesucristo me da. Necesitamos inundar nuestra mente, corazón y boca con esta promesa y muchas otras semejantes. Tenemos que llenarnos con la Palabra de Dios para vencer los pensamientos negativos. Una persona vacía interiormente nunca podrá resistir estos pensamientos negativos. Nehemías, el gran profeta bíblico, no permitió que sus circunstancias lo limitaran. En su época, el pueblo de Dios se encontraba esclavizado por sus enemigos y Nehemías era copero en el palacio de un rey pagano. A pesar de ser un esclavo, él no se limitaba a decir: “no puedo hacer nada” o “yo no tengo dinero, ni influencia para reconstruir a mi patria destruida por la guerra”. Su situación no le evitó orar, “...concede ahora buen éxito a tu siervo...” Nehemías 1:11. ¿Pensarías en tener éxito si fueras un esclavo? Dios le oyó y le dio la oportunidad de presentar al rey el deseo de su corazón, de reedificar los muros de Jerusalén. Después de escucharle, el rey no tan sólo le permitió volver a reedificar la ciudad, sino que también financió el proyecto en su totalidad. No te permitas ser controlado por las circunstancias, condiciones y obstáculos de la vida. Se dice que una fábrica de calzado envió una vez a dos de sus vendedores a una isla incivilizada para abrir el mercado para zapatos. Al ver la situación en la isla, un vendedor envió un telegrama diciendo: “Mándame boleto de regreso inmediatamente. Aquí la situación es imposible. ¡Nadie usa zapatos!”. El otro envió un telegrama diciendo: “Mándame doble cantidad de calzado. Aquí la oportunidad es increíble. ¡Nadie usa zapatos!”. Abre tus ojos a las oportunidades y llena tu mente, corazón y boca con las promesas de Dios. 2 Corintios 2:14 |
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¿Gallina o águila?Una vez un ranchero encontró en la montaña un nido recién abandonado por la muerte prematura de un águila que había dejado un huevo aún caliente. El ranchero puso el huevo junto a su cuerpo para mantenerlo tibio. Lo llevó a su rancho y lo colocó en el nido de una gallina. Para sorpresa de la “madre” gallina, unos días después nació un aguilucho. Ella enseguida enseñó a su “hijo adoptivo” a buscar su comida con su pico en la tierra y el lodo. Ella le dijo: “Eres gallina y fuiste hecha para tener tu pico en la tierra y tus patas en el lodo”. Muchas personas piensan y viven así: arrastrándose por el lodo de la vida, pero, ¡volvamos a nuestra historia! Mientras crecía el aguilucho, sentía en su corazón que había sido hecho para volar y escalar las alturas; para ser cabeza y no cola. Sin embargo las gallinas le insistían: “Fuiste hecho para meter tu pico en el lodo. ¡Confórmate con lo que eres!”. Por más que el ranchero le cortó las plumas para que no volara, el ave sentía en su corazón que había sido hecho para ser libre. Con el tiempo el ranchero descuidó cortarle las alas y empezaron a crecer mucho. Un día el águila vio a otras águilas en las alturas y anheló volar con ellas, entonces empezó a correr y a extender sus alas. Antes de que el ranchero pudiera alcanzarle, se había escapado. Voló más y más alto, porque no había sido hecho para arrastrarse en el lodo. ¡Tú tampoco fuiste hecho para arrastrarte en el lodo de la vida! Tampoco eres un gusano rastrero. Fuiste hecho para volar, para soñar y para ganar. Fuiste hecho para ser la cabeza y no la cola; para estar encima y no estar debajo. ¡Esta es la voluntad de Dios para ti! ¡Tú puedes ganar en la vida! Hay seis factores a los cuales nunca debemos rendir el control de nuestras vidas: 1. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas al espíritu de: no te arriesgues, ten cuidado, no te apures, no te aceleres. Recuerda: “Los que siempre tienen cuidado, nunca irán a ningún lado”. En vez de no arriesgarnos o no apurarnos, debemos dar los tres pasos hacia la victoria: “Si ha de suceder, yo lo tengo que hacer”. Otro no va a echar mano del éxito por mí, yo lo tengo que hacer. Debemos ser alpinistas en la vida, es decir, ser personas con sueños, metas y cumbres que alcanzar. Debemos extendernos continuamente hacia una nueva cumbre. Ser águilas con visiones y sueños en vez de gallinas conformistas con la mediocridad. Recuerda: “Nada arriesgado, nada ganado”. 2. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas a fuerzas exteriores. Estas fuerzas exteriores son: a. Las circunstancias de la vida. No podemos permitir que situaciones exteriores, tales como condiciones económicas o falta de educación, nos controlen. Debemos decidir que seremos controlados por una fuerza interior y que esta fuerza será Dios mismo y su Palabra. Medita en esta promesa: Filipenses 4:13 TODO... PUEDO YO... por la fuerza interior que Jesucristo me da. Necesitamos inundar nuestra mente, corazón y boca con esta promesa y muchas otras semejantes. Tenemos que llenarnos con la Palabra de Dios para vencer los pensamientos negativos. Una persona vacía interiormente nunca podrá resistir estos pensamientos negativos. Nehemías, el gran profeta bíblico, no permitió que sus circunstancias lo limitaran. En su época, el pueblo de Dios se encontraba esclavizado por sus enemigos y Nehemías era copero en el palacio de un rey pagano. A pesar de ser un esclavo, él no se limitaba a decir: “no puedo hacer nada” o “yo no tengo dinero, ni influencia para reconstruir a mi patria destruida por la guerra”. Su situación no le evitó orar, “...concede ahora buen éxito a tu siervo...” Nehemías 1:11. ¿Pensarías en tener éxito si fueras un esclavo? Dios le oyó y le dio la oportunidad de presentar al rey el deseo de su corazón, de reedificar los muros de Jerusalén. Después de escucharle, el rey no tan sólo le permitió volver a reedificar la ciudad, sino que también financió el proyecto en su totalidad. No te permitas ser controlado por las circunstancias, condiciones y obstáculos de la vida. Se dice que una fábrica de calzado envió una vez a dos de sus vendedores a una isla incivilizada para abrir el mercado para zapatos. Al ver la situación en la isla, un vendedor envió un telegrama diciendo: “Mándame boleto de regreso inmediatamente. Aquí la situación es imposible. ¡Nadie usa zapatos!”. El otro envió un telegrama diciendo: “Mándame doble cantidad de calzado. Aquí la oportunidad es increíble. ¡Nadie usa zapatos!”. Abre tus ojos a las oportunidades y llena tu mente, corazón y boca con las promesas de Dios. 2 Corintios 2:14 |
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¿Gallina o águila?Una vez un ranchero encontró en la montaña un nido recién abandonado por la muerte prematura de un águila que había dejado un huevo aún caliente. El ranchero puso el huevo junto a su cuerpo para mantenerlo tibio. Lo llevó a su rancho y lo colocó en el nido de una gallina. Para sorpresa de la “madre” gallina, unos días después nació un aguilucho. Ella enseguida enseñó a su “hijo adoptivo” a buscar su comida con su pico en la tierra y el lodo. Ella le dijo: “Eres gallina y fuiste hecha para tener tu pico en la tierra y tus patas en el lodo”. Muchas personas piensan y viven así: arrastrándose por el lodo de la vida, pero, ¡volvamos a nuestra historia! Mientras crecía el aguilucho, sentía en su corazón que había sido hecho para volar y escalar las alturas; para ser cabeza y no cola. Sin embargo las gallinas le insistían: “Fuiste hecho para meter tu pico en el lodo. ¡Confórmate con lo que eres!”. Por más que el ranchero le cortó las plumas para que no volara, el ave sentía en su corazón que había sido hecho para ser libre. Con el tiempo el ranchero descuidó cortarle las alas y empezaron a crecer mucho. Un día el águila vio a otras águilas en las alturas y anheló volar con ellas, entonces empezó a correr y a extender sus alas. Antes de que el ranchero pudiera alcanzarle, se había escapado. Voló más y más alto, porque no había sido hecho para arrastrarse en el lodo. ¡Tú tampoco fuiste hecho para arrastrarte en el lodo de la vida! Tampoco eres un gusano rastrero. Fuiste hecho para volar, para soñar y para ganar. Fuiste hecho para ser la cabeza y no la cola; para estar encima y no estar debajo. ¡Esta es la voluntad de Dios para ti! ¡Tú puedes ganar en la vida! Hay seis factores a los cuales nunca debemos rendir el control de nuestras vidas: 1. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas al espíritu de: no te arriesgues, ten cuidado, no te apures, no te aceleres. Recuerda: “Los que siempre tienen cuidado, nunca irán a ningún lado”. En vez de no arriesgarnos o no apurarnos, debemos dar los tres pasos hacia la victoria: “Si ha de suceder, yo lo tengo que hacer”. Otro no va a echar mano del éxito por mí, yo lo tengo que hacer. Debemos ser alpinistas en la vida, es decir, ser personas con sueños, metas y cumbres que alcanzar. Debemos extendernos continuamente hacia una nueva cumbre. Ser águilas con visiones y sueños en vez de gallinas conformistas con la mediocridad. Recuerda: “Nada arriesgado, nada ganado”. 2. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas a fuerzas exteriores. Estas fuerzas exteriores son: a. Las circunstancias de la vida. No podemos permitir que situaciones exteriores, tales como condiciones económicas o falta de educación, nos controlen. Debemos decidir que seremos controlados por una fuerza interior y que esta fuerza será Dios mismo y su Palabra. Medita en esta promesa: Filipenses 4:13 TODO... PUEDO YO... por la fuerza interior que Jesucristo me da. Necesitamos inundar nuestra mente, corazón y boca con esta promesa y muchas otras semejantes. Tenemos que llenarnos con la Palabra de Dios para vencer los pensamientos negativos. Una persona vacía interiormente nunca podrá resistir estos pensamientos negativos. Nehemías, el gran profeta bíblico, no permitió que sus circunstancias lo limitaran. En su época, el pueblo de Dios se encontraba esclavizado por sus enemigos y Nehemías era copero en el palacio de un rey pagano. A pesar de ser un esclavo, él no se limitaba a decir: “no puedo hacer nada” o “yo no tengo dinero, ni influencia para reconstruir a mi patria destruida por la guerra”. Su situación no le evitó orar, “...concede ahora buen éxito a tu siervo...” Nehemías 1:11. ¿Pensarías en tener éxito si fueras un esclavo? Dios le oyó y le dio la oportunidad de presentar al rey el deseo de su corazón, de reedificar los muros de Jerusalén. Después de escucharle, el rey no tan sólo le permitió volver a reedificar la ciudad, sino que también financió el proyecto en su totalidad. No te permitas ser controlado por las circunstancias, condiciones y obstáculos de la vida. Se dice que una fábrica de calzado envió una vez a dos de sus vendedores a una isla incivilizada para abrir el mercado para zapatos. Al ver la situación en la isla, un vendedor envió un telegrama diciendo: “Mándame boleto de regreso inmediatamente. Aquí la situación es imposible. ¡Nadie usa zapatos!”. El otro envió un telegrama diciendo: “Mándame doble cantidad de calzado. Aquí la oportunidad es increíble. ¡Nadie usa zapatos!”. Abre tus ojos a las oportunidades y llena tu mente, corazón y boca con las promesas de Dios. 2 Corintios 2:14 |
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