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 Por: Hno. Victor Richards
Publicado el:
Martes 21 de Diciembre, 2021
LA RESTAURACION DE LA IGLESIA II
La semana pasada comenzamos la plática acerca de la restauración de todas las cosas, ¿verdad?
Pero, la pregunta es:
¿Cuándo vendrá el tiempo de Restauración?
Los apóstoles hicieron la misma pregunta a Jesús.
Vamos al libro de los Hechos.
Hechos 1 del 6 al 7:
6. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?
7. Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad.
Días después de esta reunión de Jesús con sus apóstoles, llego el Pentecostés. Dios envió su Espíritu Santo y lo derramo sobre toda su iglesia.
En el libro de Hechos 2 del 16 al 18 el apóstol Pedro dijo:
16. Más esto es lo dicho por el profeta Joel:
17. Y en los postreros días, dice Dios,
derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños;
18. Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
La iglesia comenzó poderosa llena de milagros, sanidades y obras poderosas que nuestro Señor hacía por medio de ella.
Fue un tiempo maravilloso, pero este tiempo no duro mucho, la iglesia empezó a perder el fuego de Dios a causa de sus pecados e indiferencia para con Dios.
En el libro del profeta Joel vemos que antes del derramamiento del Espíritu Santo hubo un tiempo de sequía y hambre en el pueblo de Dios y esto les sucedió por causa del pecado del pueblo de Dios.
Se olvidaron de Dios, no les importaba la Palabra de Dios, ni buscaban Su presencia. Había indiferencia.
En el tiempo del profeta Isaías, también se le permitió ver el tiempo de la condición pobre, asolada y herida de la iglesia de Dios por causa del pecado.
Vamos al libro de Isaías.
Isaías 1 del 6 al 7:
6. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
7. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.
Pero, cuando el pueblo se arrepiente de sus pecados y se vuelve a Dios clamando misericordia, entonces Dios envía Su Espíritu Santo para traer restauración y avivamiento a Su Iglesia.
En este tiempo, Dios está haciendo algo nuevo. Él está visitando Su iglesia para restaurarla en toda Su gloria.
Él dice en Isaías 43 verso 19:
19. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
¡Gloria a Dios!
¡Bendito Su Nombre!
Amados; Jesucristo viene por Su Iglesia Gloriosa, por eso es importante lo que dijo Isaías de la Iglesia.
Isaías 61 verso 10
En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.
También leemos en la carta de Judas a los escogidos.
Judas del 20 al 25:
20. Pero ustedes, queridos hermanos, manténganse firmes en su santísima fe. Oren en el Espíritu Santo.
21. Consérvense en el amor de Dios y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna.
22. Tengan compasión de los que dudan.
23. A unos sálvenlos sacándolos del fuego, y tengan compasión de otros, pero cuídense de ellos y aborrezcan hasta la ropa que llevan contaminada por su mala vida.
24. Y a Aquel que es poderoso para guardarlos sin caída, y presentarlos sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
25. al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.
Para terminar, vamos a leer en Apocalipsis
Apocalipsis 19 verso 7:
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
¡Gloria a Dios!
AMADOS; VAMOS A ORAR
Amado Dios:
Muchas gracias, por Tu amor eterno para todos nosotros, para grandes y pequeños, para aquellos que están cerca y también para los que están lejos.
Tu misericordia se prolonga hasta lo sumo.
No hay Dios como Tú.
Por favor aviva a Tu pueblo, manda refrigerio a nuestras vidas,
Haz que volvamos a Ti.
Por amor a Tu Hijo Jesucristo.
AMÉN
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