|
![]()
Por:
Victor Richards
Martes 4 de Enero, 2022
¡TÚ PUEDES GANAR EN LA VIDA!
En cuanto al temor a fracasar, es mejor intentar algo grande y fallar, que no intentar nada y no lograr nada. ¡No pienses en el fracaso, piensa en las posibilidades.
La Sagrada Escritura dice:
Proverbios 23:7
“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”.
Aliméntate con lo que edifica tu carácter y estimación propia. Lee de triunfadores, no de fracasados. Cuida bien lo que escuchas, ves y lees.
Aprendamos que, ¡fallar no es fracasar! Tomás A. Edison, antes de alcanzar la victoria, falló (no fracasó) más de 10 mil veces al intentar fabricar el acumulador (batería) eléctrico. Una vez alguien le preguntó por qué seguía intentando si había fracasado miles de veces. Él contestó: “No he fracasado, he aprendido las maneras en que no funciona”. ¡Qué bueno que no se dio por vencido! ¿Verdad? Nuestros automóviles encienden diariamente porque él distinguió entre una falla y un fracaso. Tomás A. Edison tuvo nada más, ¡tres meses de instrucción formal!
El haber fallado no quiere decir que somos fracasados; sólo quiere decir que aún no hemos logrado el éxito. Necesitamos más tiempo.
El ejemplo de Abraham Lincoln
La historia da múltiples testimonios de grandes hombres y mujeres que no se dieron por vencidos al enfrentarse al fracaso o a la derrota.
Posiblemente el más extraordinario es el de Abraham Lincoln. Fíjense en estos hechos de su vida:
1831 Fracasó en el negocio.
1832 Derrotado para la Asamblea Legislativa.
1833 Fracasó otra vez en el negocio.
1834 Elegido a la Asamblea Legislativa.
1835 Su novia murió.
1836 Tuvo un colapso nervioso.
1843 Derrotado para el Congreso.
1846 Elegido al Congreso.
1848 Derrotado para el Congreso.
1855 Derrotado para el Senado.
1856 Derrotado para la Vicepresidencia.
1858 Derrotado para el Senado.
1860 Elegido Presidente de los Estados Unidos.
¡Pedro y los demás apóstoles fallaron! Negaron al Señor y huyeron de sus perseguidores, pero nadie les llama fracasados. ¿Por qué? Porque echaron mano de la fuerza divina y volvieron a la lucha. Haz lo mismo y tendrás éxito.
Nuestro Dios es el Dios que siempre nos da una segunda oportunidad. Él no ve las fallas como fracasos.
Salmo 40:2
“Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre la peña...”.
¡Adelante ya sin temor al fracaso! Haber fallado no quiere decir que jamás lograremos nuestra meta. Quiere decir que tendremos que orar, luchar y esperar aún más.
¡PODEMOS GANAR EN LA VIDA!
5. Nunca debemos rendir el control de nuestras vidas a la indecisión
El espíritu de “mañana”, “más tarde” o “cuando sea”. Juntamente con “quién sabe” o “Dios sabe” ha sido sumamente destructivo en la vida natural y la espiritual.
Aprende este concepto: “No ganarás si no empiezas”.
Y también este:
“Al haber empezado, la mitad ha terminado”.
Muchas veces el primer paso es el que más nos cuesta. ¡Tómalo! pero, ¡ahora!
La Escritura dice:
2 Corintios 6:2 (DHH)
“...¡Ahora es el día de la salvación!”.
Dios sabe que con la indecisión viene la destrucción eterna de muchas personas. También viene para otras la destrucción del negocio, la educación, el hogar, etc.
Aquí hay otro concepto:
“Lo que ahora decida hacer, es lo que mañana voy a tener”.
Si nada decido, nada hago, nada tengo y la culpa es mía.
Josué, el gran general del ejército del pueblo de Dios y conquistador de casi todo el medio oriente, dijo:
Josué 24:15
“...Escogeos hoy a quien sirváis ...pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
¿Has decidido servir al Señor? ¡Decídelo ahora! Hoy debes hacer las decisiones.
Hay dos reglas para el éxito en la vida natural y en la espiritual:
1. Empezar.
2. Continuar y no parar.
Decídete a: Correr el riesgo, asumir el mando y tomar el control.
Reconoce que: Si ha de suceder, yo lo tengo que hacer. |
