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 Por: Hno. Victor Richards
Publicado el:
Martes 12 de Abril, 2022
LA RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS
LA LUZ DEL MUNDO
Vimos la semana pasada que la diferencia entre ser discípulo de Jesús o no, es el guardar su Palabra.
Él dijo; “el que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que han oído no es mía, sino del Padre que me envió”.
Vimos también que, como iglesia, hemos dejado de hacer la voluntad de Dios haciendo nuestra voluntad.
Y que el mundo entero ha sido afectado con maldad, porque no hemos guardado Su Palabra que es la lámpara que da luz al mundo entero y que cualquiera que pierda la luz de Cristo, sufrirá.
Por eso, mis amados, necesitamos ser constantes en oración para hacerles frente a los demonios de maldad que gobiernan nuestra ciudad con violencia, muerte y destrucción.
Sabiendo que la justicia viene de Dios y lo que necesitamos es que la justicia y la luz de Dios vengan a nuestra persona, a nuestra familia, a nuestra ciudad y a nuestro México.
Necesitamos tener el valor que tuvo Esteban lleno del Espíritu Santo, cuando enfrento a los líderes y gobernantes de este mundo, presentando defensa del Evangelio de Jesucristo que tiene el poder de traer salvación a todo aquel que cree en Él. Esteban fue fiel hasta la muerte.
¿Te parece muy alto el costo?
¡Sí, es verdad! El costo ha sido muy alto; mujeres y hombres santos han dado sus vidas a través del mundo y de los siglos para que conozcamos a Jesucristo.
¡Ésta es la iglesia gloriosa, esta es nuestra herencia! ¿Verdad?
Ahora, vamos al libro de Hebreos.
Hebreos 1 del 1 al 3:
1. Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
2. en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3. el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora vamos a Hebreos 2 del 1 al 4:
1. Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
2. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
3. ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
4. testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
Jesucristo es la luz del mundo.
Leamos en el libro de Juan.
Juan 8 verso 12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
La única manera en que la violencia de Juárez será quitada, es cuando la luz del mundo entre en el corazón de las personas que trafican, que violentan, que se prostituyen, que se corrompen por dinero injusto.
Cuando la luz del mundo – Jesucristo- entre en el corazón de los hombres y mujeres que están en autoridad, podrán tratar con justicia a las personas y traerán juicio a los que hacen maldad y no en contra los que hacen el bien.
Nuestras oraciones deben ser enfocadas de tal manera que el resultado deseado se logre, ¿me explico?
En la Primera Carta de Timoteo leemos.
Primera Carta de Timoteo 2 del 1 al 4:
1. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
2. por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4. el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
A través de los tiempos, la iglesia ha vivido en medio de un mundo con terrible oscuridad, con temor a las fuerzas de los demonios, al sometimiento de doctrinas y formas de pensar que han esclavizado a muchos pueblos.
Pero también, ha traído la luz al mundo cuando en el poder del Espíritu Santo proclama el Evangelio de Gloria de nuestro Salvador Jesucristo.
Amados vamos a orar:
Señor Jesucristo; te damos gracias porque de tal manera nos amas, que por Tu sangre nos liberaste de nuestros pecados y nos hiciste reyes y sacerdotes para nuestro Dios.
Ahora te rogamos que escuches nuestra oración y suplica desde el cielo para traer perdón a nuestra nación por los pecados de idolatría que hemos hecho contra Ti y de toda la injusticia que hemos cometido contra nuestros hombres, mujeres y niños de nuestro México.
Perdona el pecado de nosotros como Iglesia y de Tu pueblo en México, pues Tu nos enseñarás el camino bueno por el que debemos andar y enviarás tu lluvia sobre esta tierra que nos diste por herencia.
En Tu nombre Santo Jesucristo.
AMÉN. |
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