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DE PROFESION MAMA, EL UNICO EMPLEO IRREMPLAZABLE | |||||||
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Madres de influencia
Nuestras madres fueron nuestras primeras maestras. Fueron ellas quienes nos enseñaron a comer con una cuchara, lavarnos las manos y compartir nuestros juguetes. Pero sobre todo, nuestras madres nos inculcaron nuestros valores o en algunos casos, la ausencia de ellos. Las madres que están incluidas en esta sección son mujeres que cambiaron su mundo, mayormente a través de las vidas de sus hijos. Creo que podemos aprender del ejemplo de estas grandes mujeres de Dios. Sara Edwards, una mujer piadosa Jonathan Edwards fue uno de los más prominentes instrumentos de Dios para traer avivamiento a los Estados Unidos durante el siglo XIX. Su esposa, Sara, fue una mujer y madre excepcional, cuyos hijos, nietos y bisnietos dejaron huella como pocas familias. Para que su marido pudiera dedicar tiempo para estudiar, escribir y salir a predicar, Sara no solo se hizo cargo de muchas de las tareas de la casa que normalmente se dejan a los hombres, sino que también se dedicó a criar hijos, cuya contribución a la cultura fue un fenómeno en la historia americana. En 1900, un historiador buscó 1400 de sus descendientes y publicó un estudio de la vida de los hijos, nietos, bisnietos de Sara y Jonathan Edwards. De este matrimonio salieron: • 13 presidentes de universidades. • 65 profesores. • 100 abogados. • 30 jueces. • 66 médicos y el decano de una escuela de medicina. • 80 servían en puestos públicos: tres senadores, tres gobernadores y un vicepresidente del país. • Casi todos los hombres se graduaron de la universidad y las mujeres eran sumamente inteligentes, pero en aquellos días no permitían a las muchachas ir a la universidad. Miembros de esta familia escribieron 135 libros, muchos entraron al ministerio y enviaron más de 100 misioneros al extranjero. Un gran número fueron dueños de bancos, minas y grandes empresas. ¿Has pensado que tú pudieras estar criando a un médico o científico reconocido? ¿Un gran misionero o pastor? ¿Un empresario que honra a Dios con su profesión? Nancy Lincoln y Sara Bush Lincoln, madre y madrastra de Abraham Lincoln La madre de Abraham murió cuando él apenas tenía nueve años, sin embargo, él recuerda una cosa que sobresalió de ella: sus oraciones. Él escribió: “Recuerdo las oraciones de mi madre y siempre me han seguido”. Unos años después de la muerte de su madre, su padre volvió a casarse con una mujer llamada Sara. Cuando Abraham era joven, muchos pensaban que era flojo, pero su madrastra, quien él llamó mamá, vio algo más en este muchacho. Aunque ella también observó que no le gustaba el trabajo físico, a la vez vio en él un deseo por enriquecer su conocimiento. A pesar de que ella no podía leer ni escribir, reconoció la importancia de tales cosas y le regalaba libros, algo que en aquel entonces era un tesoro precioso por su escasez. Ella le inspiraba a disciplinarse y educarse. Y a través de esta disciplina y educación, él pudo seguir sus sueños, que le llevaron hasta la presidencia de los Estados Unidos. ¿Eres tú una madre que anima a sus hijos a incrementar sus conocimientos y seguir sus sueños? |
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Madres de influencia
Nuestras madres fueron nuestras primeras maestras. Fueron ellas quienes nos enseñaron a comer con una cuchara, lavarnos las manos y compartir nuestros juguetes. Pero sobre todo, nuestras madres nos inculcaron nuestros valores o en algunos casos, la ausencia de ellos. Las madres que están incluidas en esta sección son mujeres que cambiaron su mundo, mayormente a través de las vidas de sus hijos. Creo que podemos aprender del ejemplo de estas grandes mujeres de Dios. Sara Edwards, una mujer piadosa Jonathan Edwards fue uno de los más prominentes instrumentos de Dios para traer avivamiento a los Estados Unidos durante el siglo XIX. Su esposa, Sara, fue una mujer y madre excepcional, cuyos hijos, nietos y bisnietos dejaron huella como pocas familias. Para que su marido pudiera dedicar tiempo para estudiar, escribir y salir a predicar, Sara no solo se hizo cargo de muchas de las tareas de la casa que normalmente se dejan a los hombres, sino que también se dedicó a criar hijos, cuya contribución a la cultura fue un fenómeno en la historia americana. En 1900, un historiador buscó 1400 de sus descendientes y publicó un estudio de la vida de los hijos, nietos, bisnietos de Sara y Jonathan Edwards. De este matrimonio salieron: • 13 presidentes de universidades. • 65 profesores. • 100 abogados. • 30 jueces. • 66 médicos y el decano de una escuela de medicina. • 80 servían en puestos públicos: tres senadores, tres gobernadores y un vicepresidente del país. • Casi todos los hombres se graduaron de la universidad y las mujeres eran sumamente inteligentes, pero en aquellos días no permitían a las muchachas ir a la universidad. Miembros de esta familia escribieron 135 libros, muchos entraron al ministerio y enviaron más de 100 misioneros al extranjero. Un gran número fueron dueños de bancos, minas y grandes empresas. ¿Has pensado que tú pudieras estar criando a un médico o científico reconocido? ¿Un gran misionero o pastor? ¿Un empresario que honra a Dios con su profesión? Nancy Lincoln y Sara Bush Lincoln, madre y madrastra de Abraham Lincoln La madre de Abraham murió cuando él apenas tenía nueve años, sin embargo, él recuerda una cosa que sobresalió de ella: sus oraciones. Él escribió: “Recuerdo las oraciones de mi madre y siempre me han seguido”. Unos años después de la muerte de su madre, su padre volvió a casarse con una mujer llamada Sara. Cuando Abraham era joven, muchos pensaban que era flojo, pero su madrastra, quien él llamó mamá, vio algo más en este muchacho. Aunque ella también observó que no le gustaba el trabajo físico, a la vez vio en él un deseo por enriquecer su conocimiento. A pesar de que ella no podía leer ni escribir, reconoció la importancia de tales cosas y le regalaba libros, algo que en aquel entonces era un tesoro precioso por su escasez. Ella le inspiraba a disciplinarse y educarse. Y a través de esta disciplina y educación, él pudo seguir sus sueños, que le llevaron hasta la presidencia de los Estados Unidos. ¿Eres tú una madre que anima a sus hijos a incrementar sus conocimientos y seguir sus sueños? |
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Madres de influencia
Nuestras madres fueron nuestras primeras maestras. Fueron ellas quienes nos enseñaron a comer con una cuchara, lavarnos las manos y compartir nuestros juguetes. Pero sobre todo, nuestras madres nos inculcaron nuestros valores o en algunos casos, la ausencia de ellos. Las madres que están incluidas en esta sección son mujeres que cambiaron su mundo, mayormente a través de las vidas de sus hijos. Creo que podemos aprender del ejemplo de estas grandes mujeres de Dios. Sara Edwards, una mujer piadosa Jonathan Edwards fue uno de los más prominentes instrumentos de Dios para traer avivamiento a los Estados Unidos durante el siglo XIX. Su esposa, Sara, fue una mujer y madre excepcional, cuyos hijos, nietos y bisnietos dejaron huella como pocas familias. Para que su marido pudiera dedicar tiempo para estudiar, escribir y salir a predicar, Sara no solo se hizo cargo de muchas de las tareas de la casa que normalmente se dejan a los hombres, sino que también se dedicó a criar hijos, cuya contribución a la cultura fue un fenómeno en la historia americana. En 1900, un historiador buscó 1400 de sus descendientes y publicó un estudio de la vida de los hijos, nietos, bisnietos de Sara y Jonathan Edwards. De este matrimonio salieron: • 13 presidentes de universidades. • 65 profesores. • 100 abogados. • 30 jueces. • 66 médicos y el decano de una escuela de medicina. • 80 servían en puestos públicos: tres senadores, tres gobernadores y un vicepresidente del país. • Casi todos los hombres se graduaron de la universidad y las mujeres eran sumamente inteligentes, pero en aquellos días no permitían a las muchachas ir a la universidad. Miembros de esta familia escribieron 135 libros, muchos entraron al ministerio y enviaron más de 100 misioneros al extranjero. Un gran número fueron dueños de bancos, minas y grandes empresas. ¿Has pensado que tú pudieras estar criando a un médico o científico reconocido? ¿Un gran misionero o pastor? ¿Un empresario que honra a Dios con su profesión? Nancy Lincoln y Sara Bush Lincoln, madre y madrastra de Abraham Lincoln La madre de Abraham murió cuando él apenas tenía nueve años, sin embargo, él recuerda una cosa que sobresalió de ella: sus oraciones. Él escribió: “Recuerdo las oraciones de mi madre y siempre me han seguido”. Unos años después de la muerte de su madre, su padre volvió a casarse con una mujer llamada Sara. Cuando Abraham era joven, muchos pensaban que era flojo, pero su madrastra, quien él llamó mamá, vio algo más en este muchacho. Aunque ella también observó que no le gustaba el trabajo físico, a la vez vio en él un deseo por enriquecer su conocimiento. A pesar de que ella no podía leer ni escribir, reconoció la importancia de tales cosas y le regalaba libros, algo que en aquel entonces era un tesoro precioso por su escasez. Ella le inspiraba a disciplinarse y educarse. Y a través de esta disciplina y educación, él pudo seguir sus sueños, que le llevaron hasta la presidencia de los Estados Unidos. ¿Eres tú una madre que anima a sus hijos a incrementar sus conocimientos y seguir sus sueños? |
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