LA RESTAURACION DE TODAS LAS COSAS #20 | |||||||
ANUNCIAR EL EVANGELIO ¿Recuerdan la historia de Martin Lutero? Buscaba a Dios en sus rodillas y subiendo una escalera de piedra, escuchó una voz que decía: “el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17). Este joven entendió que solo la fe de Jesucristo podía salvarlo, entonces creyó en Él, en Jesús. Había nacido de nuevo, había pasado de muerte a vida por la fe en la sangre de Jesucristo. Dios le dio “la luz del mundo” y el mundo empezó a cambiar. Él ya no era un esclavo del temor, ahora era hijo de Dios. Este hombre había sido liberado por la fe en Jesucristo. La fe en Jesucristo salva. No tenemos un Evangelio sin Jesucristo, no tenemos un Evangelio sin la cruz y sin la sangre de Jesucristo. Algunos dicen: “solo pide perdón y serás perdonado” pero, ¿a quién? El perdón viene porque alguien pago el precio de la maldad, Su nombre es Jesús, el perdón viene porque derramó Su sangre en la cruz por ti y por mí. Gloria a Dios. Amados, tenemos que aprender a compartir el Evangelio de Jesucristo. Jesucristo es el corazón del Evangelio y se recibe por Fe. Uno es justificado por la fe de Jesucristo. Vamos a leer en la carta a los Efesios. Efesios 2 del 8 al 10: 8. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9. no por obras, para que nadie se gloríe. 10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras… Ahora vamos a leer en la segunda Carta a los Corintios. Segunda de Corintios 5 verso 17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Pasemos a la Carta a los Efesios. Efesios 4 del 22 al 31 22. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23. y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24. y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27. ni deis lugar al diablo. 28. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje… 29. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Amados, necesitamos vivir vidas santas. Los miembros de nuestra familia deben poderlo ver. Dios nos da gracia para poder vivir en santidad. Somos librados del castigo del pecado y también del poder del pecado. Después de haber sido perdonados no tenemos que vivir controlados por el pecado.
Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de Aquel que nos amó, Jesucristo. Libre de la culpa de pecado, porque está cancelado, libres del poder del pecado, libres para vivir una vida justa y recta. ¡Gracias a Dios! Necesitamos aprender las Escrituras, para saber presentar a Cristo, al Salvador, lo que Él hizo y como la sangre de Jesucristo puede lavarles del pecado. Ahora, si usted no tiene a Jesús en su corazón, es tiempo para que lo reciba ahora. Necesita depositar su fe en Jesucristo y en la obra de la cruz, necesita reconocer que la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpia de todo pecado, Dios les ama tanto, a pesar de sus pecados y dudas, que Él envió a Su Hijo Jesús para que todo aquel que en Él crea no se pierda y tenga vida eterna. Él vino y pago el precio de sus pecados, porque la paga del pecado es muerte. ¿Quieres recibir a Jesús en tu corazón? Vamos a orar: Padre Santo, gracias por amarme, gracias por mandar a Jesús a morir por mí en la cruz. Perdóname mi pecado y maldad por la sangre que Jesús derramó por mí en la cruz. Yo recibo a Jesucristo, como mi Señor y mi salvador. Gracias porque Tú eres bueno, gracias por amarme Jesús. Gracias por la cruz, por pagar el precio por mí. Gracias por salvarme, por Tu amor y compasión. Gracias por Tu luz y Tu vida dar por mí, Jesús. Gracias por Tu pacto eterno de amor y porque me elegiste desde el principio. Por todo lo que has hecho en mí. AMÉN. |
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LA RESTAURACION DE TODAS LAS COSAS #20 |
ANUNCIAR EL EVANGELIO ¿Recuerdan la historia de Martin Lutero? Buscaba a Dios en sus rodillas y subiendo una escalera de piedra, escuchó una voz que decía: “el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17). Este joven entendió que solo la fe de Jesucristo podía salvarlo, entonces creyó en Él, en Jesús. Había nacido de nuevo, había pasado de muerte a vida por la fe en la sangre de Jesucristo. Dios le dio “la luz del mundo” y el mundo empezó a cambiar. Él ya no era un esclavo del temor, ahora era hijo de Dios. Este hombre había sido liberado por la fe en Jesucristo. La fe en Jesucristo salva. No tenemos un Evangelio sin Jesucristo, no tenemos un Evangelio sin la cruz y sin la sangre de Jesucristo. Algunos dicen: “solo pide perdón y serás perdonado” pero, ¿a quién? El perdón viene porque alguien pago el precio de la maldad, Su nombre es Jesús, el perdón viene porque derramó Su sangre en la cruz por ti y por mí. Gloria a Dios. Amados, tenemos que aprender a compartir el Evangelio de Jesucristo. Jesucristo es el corazón del Evangelio y se recibe por Fe. Uno es justificado por la fe de Jesucristo. Vamos a leer en la carta a los Efesios. Efesios 2 del 8 al 10: 8. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9. no por obras, para que nadie se gloríe. 10. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras… Ahora vamos a leer en la segunda Carta a los Corintios. Segunda de Corintios 5 verso 17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Pasemos a la Carta a los Efesios. Efesios 4 del 22 al 31 22. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23. y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24. y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. 25. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27. ni deis lugar al diablo. 28. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje… 29. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Amados, necesitamos vivir vidas santas. Los miembros de nuestra familia deben poderlo ver. Dios nos da gracia para poder vivir en santidad. Somos librados del castigo del pecado y también del poder del pecado. Después de haber sido perdonados no tenemos que vivir controlados por el pecado.
Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de Aquel que nos amó, Jesucristo. Libre de la culpa de pecado, porque está cancelado, libres del poder del pecado, libres para vivir una vida justa y recta. ¡Gracias a Dios! Necesitamos aprender las Escrituras, para saber presentar a Cristo, al Salvador, lo que Él hizo y como la sangre de Jesucristo puede lavarles del pecado. Ahora, si usted no tiene a Jesús en su corazón, es tiempo para que lo reciba ahora. Necesita depositar su fe en Jesucristo y en la obra de la cruz, necesita reconocer que la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpia de todo pecado, Dios les ama tanto, a pesar de sus pecados y dudas, que Él envió a Su Hijo Jesús para que todo aquel que en Él crea no se pierda y tenga vida eterna. Él vino y pago el precio de sus pecados, porque la paga del pecado es muerte. ¿Quieres recibir a Jesús en tu corazón? Vamos a orar: Padre Santo, gracias por amarme, gracias por mandar a Jesús a morir por mí en la cruz. Perdóname mi pecado y maldad por la sangre que Jesús derramó por mí en la cruz. Yo recibo a Jesucristo, como mi Señor y mi salvador. Gracias porque Tú eres bueno, gracias por amarme Jesús. Gracias por la cruz, por pagar el precio por mí. Gracias por salvarme, por Tu amor y compasión. Gracias por Tu luz y Tu vida dar por mí, Jesús. Gracias por Tu pacto eterno de amor y porque me elegiste desde el principio. Por todo lo que has hecho en mí. AMÉN. |
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Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de Aquel que nos amó, Jesucristo. Libre de la culpa de pecado, porque está cancelado, libres del poder del pecado, libres para vivir una vida justa y recta. ¡Gracias a Dios! Necesitamos aprender las Escrituras, para saber presentar a Cristo, al Salvador, lo que Él hizo y como la sangre de Jesucristo puede lavarles del pecado. Ahora, si usted no tiene a Jesús en su corazón, es tiempo para que lo reciba ahora. Necesita depositar su fe en Jesucristo y en la obra de la cruz, necesita reconocer que la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpia de todo pecado, Dios les ama tanto, a pesar de sus pecados y dudas, que Él envió a Su Hijo Jesús para que todo aquel que en Él crea no se pierda y tenga vida eterna. Él vino y pago el precio de sus pecados, porque la paga del pecado es muerte. ¿Quieres recibir a Jesús en tu corazón? Vamos a orar: Padre Santo, gracias por amarme, gracias por mandar a Jesús a morir por mí en la cruz. Perdóname mi pecado y maldad por la sangre que Jesús derramó por mí en la cruz. Yo recibo a Jesucristo, como mi Señor y mi salvador. Gracias porque Tú eres bueno, gracias por amarme Jesús. Gracias por la cruz, por pagar el precio por mí. Gracias por salvarme, por Tu amor y compasión. Gracias por Tu luz y Tu vida dar por mí, Jesús. Gracias por Tu pacto eterno de amor y porque me elegiste desde el principio. Por todo lo que has hecho en mí. AMÉN. |
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