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CUATRO ANCLAS EN TIEMPOS DE TEMPESTAD | |||||||
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ANCLA I La semana pasada vimos que la diferencia entre cristianos que no soportan la tormenta y otros que sí la soportan, es que estos últimos están escondidos bajo la sombra de sus alas. Ahora vamos a ver la necesidad de ser humildes ante Dios. Vamos al libro de Isaías. Isaías 57 verso 15: Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Él va avivar el espíritu de los humildes, y vivificar el corazón de la persona quebrantada y humilde de espíritu. ¡Aleluya! Veamos que dice el profeta Miqueas. Miqueas 6 verso 8: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Si vamos a habitar con el Señor, humíllate ante tu Dios, porque Él habita con el quebrantado y humilde de espíritu. Ahora, vamos ver un evento que ocurrió con los discípulos de Jesús. Vamos al libro de Marcos, en la versión “Dios habla Hoy”. Marcos 9:33 33. Llegaron a la ciudad de Capernaum. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó: — ¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino? 34. Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. ¿Sabe qué? Jesús tuvo un problema con sus discípulos, fue la falta de humildad; cada quien quería ser el jefe, cada quien quería mandar, se les había olvidado ser siervos y Dios no habita con esta clase de personas. Habían empezado como siervos, pero algo cambio en ellos; se les olvido ser humildes. Continuemos en el verso 35 35. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos. Vamos al libro de Lucas. Lucas 22 del 24 al 27: 24. Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 25. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26. mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. 27. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. Yo busqué y encontré en la Biblia que la palabra “siervo” se encuentra mil veces y las palabras “servir y servicio” quinientas veces. Dios nos ha llamado a ser siervos, ¿verdad? El Señor había llamado a los doce para estar con Él. Estos discípulos fueron llamados a ser los apóstoles, pero, en algunos de ellos había un problema; “la corona les parecía chica”. Cuando crece la cabeza se achica la corona, ¿verdad? Estos hombres habían empezado con un espíritu de siervos, pero, se creyeron especiales y entró altivez de espíritu. Muchas veces el que es siervo, quiere que los demás le honren, le reconozcan y entonces, exige que los demás le sirvan y le honren, que le reconozcan como autoridad sobre ellos. Pero, el Señor dijo; “no, con ustedes no será así” -porque- “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”. ¡Qué Palabra amados! Vamos a orar: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre. Tú que hiciste todas estas cosas, Tú que miras a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a Tu Palabra. Perdona nuestro pecado de orgullo y altivez, porque empezando como siervos, ahora buscamos ser honrados y servidos por otros en vez de servirles. Dices en Tu palabra que cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría. Te pedimos que nos enseñes a ser humildes ante ti, porque Tú hermosearas a los humildes con Tu salvación. Lo pedimos en el Nombre de tu Hijo amado Jesús. AMEN. |
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Por: Hno. Victor Richards
CUATRO ANCLAS EN TIEMPOS DE TEMPESTAD |
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ANCLA I La semana pasada vimos que la diferencia entre cristianos que no soportan la tormenta y otros que sí la soportan, es que estos últimos están escondidos bajo la sombra de sus alas. Ahora vamos a ver la necesidad de ser humildes ante Dios. Vamos al libro de Isaías. Isaías 57 verso 15: Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Él va avivar el espíritu de los humildes, y vivificar el corazón de la persona quebrantada y humilde de espíritu. ¡Aleluya! Veamos que dice el profeta Miqueas. Miqueas 6 verso 8: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Si vamos a habitar con el Señor, humíllate ante tu Dios, porque Él habita con el quebrantado y humilde de espíritu. Ahora, vamos ver un evento que ocurrió con los discípulos de Jesús. Vamos al libro de Marcos, en la versión “Dios habla Hoy”. Marcos 9:33 33. Llegaron a la ciudad de Capernaum. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó: — ¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino? 34. Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. ¿Sabe qué? Jesús tuvo un problema con sus discípulos, fue la falta de humildad; cada quien quería ser el jefe, cada quien quería mandar, se les había olvidado ser siervos y Dios no habita con esta clase de personas. Habían empezado como siervos, pero algo cambio en ellos; se les olvido ser humildes. Continuemos en el verso 35 35. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos. Vamos al libro de Lucas. Lucas 22 del 24 al 27: 24. Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 25. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26. mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. 27. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. Yo busqué y encontré en la Biblia que la palabra “siervo” se encuentra mil veces y las palabras “servir y servicio” quinientas veces. Dios nos ha llamado a ser siervos, ¿verdad? El Señor había llamado a los doce para estar con Él. Estos discípulos fueron llamados a ser los apóstoles, pero, en algunos de ellos había un problema; “la corona les parecía chica”. Cuando crece la cabeza se achica la corona, ¿verdad? Estos hombres habían empezado con un espíritu de siervos, pero, se creyeron especiales y entró altivez de espíritu. Muchas veces el que es siervo, quiere que los demás le honren, le reconozcan y entonces, exige que los demás le sirvan y le honren, que le reconozcan como autoridad sobre ellos. Pero, el Señor dijo; “no, con ustedes no será así” -porque- “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”. ¡Qué Palabra amados! Vamos a orar: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre. Tú que hiciste todas estas cosas, Tú que miras a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a Tu Palabra. Perdona nuestro pecado de orgullo y altivez, porque empezando como siervos, ahora buscamos ser honrados y servidos por otros en vez de servirles. Dices en Tu palabra que cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría. Te pedimos que nos enseñes a ser humildes ante ti, porque Tú hermosearas a los humildes con Tu salvación. Lo pedimos en el Nombre de tu Hijo amado Jesús. AMEN. |
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ANCLA I La semana pasada vimos que la diferencia entre cristianos que no soportan la tormenta y otros que sí la soportan, es que estos últimos están escondidos bajo la sombra de sus alas. Ahora vamos a ver la necesidad de ser humildes ante Dios. Vamos al libro de Isaías. Isaías 57 verso 15: Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Él va avivar el espíritu de los humildes, y vivificar el corazón de la persona quebrantada y humilde de espíritu. ¡Aleluya! Veamos que dice el profeta Miqueas. Miqueas 6 verso 8: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. Si vamos a habitar con el Señor, humíllate ante tu Dios, porque Él habita con el quebrantado y humilde de espíritu. Ahora, vamos ver un evento que ocurrió con los discípulos de Jesús. Vamos al libro de Marcos, en la versión “Dios habla Hoy”. Marcos 9:33 33. Llegaron a la ciudad de Capernaum. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó: — ¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino? 34. Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. ¿Sabe qué? Jesús tuvo un problema con sus discípulos, fue la falta de humildad; cada quien quería ser el jefe, cada quien quería mandar, se les había olvidado ser siervos y Dios no habita con esta clase de personas. Habían empezado como siervos, pero algo cambio en ellos; se les olvido ser humildes. Continuemos en el verso 35 35. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: —Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos. Vamos al libro de Lucas. Lucas 22 del 24 al 27: 24. Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 25. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26. mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. 27. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. Yo busqué y encontré en la Biblia que la palabra “siervo” se encuentra mil veces y las palabras “servir y servicio” quinientas veces. Dios nos ha llamado a ser siervos, ¿verdad? El Señor había llamado a los doce para estar con Él. Estos discípulos fueron llamados a ser los apóstoles, pero, en algunos de ellos había un problema; “la corona les parecía chica”. Cuando crece la cabeza se achica la corona, ¿verdad? Estos hombres habían empezado con un espíritu de siervos, pero, se creyeron especiales y entró altivez de espíritu. Muchas veces el que es siervo, quiere que los demás le honren, le reconozcan y entonces, exige que los demás le sirvan y le honren, que le reconozcan como autoridad sobre ellos. Pero, el Señor dijo; “no, con ustedes no será así” -porque- “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”. ¡Qué Palabra amados! Vamos a orar: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre. Tú que hiciste todas estas cosas, Tú que miras a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a Tu Palabra. Perdona nuestro pecado de orgullo y altivez, porque empezando como siervos, ahora buscamos ser honrados y servidos por otros en vez de servirles. Dices en Tu palabra que cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría. Te pedimos que nos enseñes a ser humildes ante ti, porque Tú hermosearas a los humildes con Tu salvación. Lo pedimos en el Nombre de tu Hijo amado Jesús. AMEN. |
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