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CUATRO ANCLAS EN TIEMPOS DE TEMPESTAD

Por: Hno. Victor Richards
Publicado el:
Martes 2 de Agosto, 2022

CUATRO ANCLAS

PARTE CUATRO

La semana pasada vimos que necesitábamos ser humildes para que habite la presencia del Señor en nuestra vida.
Ahora vamos a ver que esto no es automático. Es necesario trabajar en oración. 
¿Qué quiere decir hermano Victor?
Necesitamos aprender a penetrar en oración.
Muchas personas se cansan a los cinco minutos de estar orando, porque encuentran oposición; se dan cuenta que no será fácil.
Debes estar inquieto con la necesidad de aprender a orar la oración de penetración, si lo puedo llamar así. 
Tenemos que aprender a orar de tal manera que penetremos en la Presencia del Señor. Muchas personas están fuera, no están bajo la sombra del Altísimo. 
El Salmo dice: “El que habita al abrigo del Altísimo”. 
Pero; ¿cómo voy a habitar al abrigo del Altísimo? 
¡En oración!
¿Qué le voy a decir?
Le voy a decir cuánto le amo.
Le voy a decir cuánto deseo su Presencia. Voy a persistir en oración hasta entrar.
Como dije antes; algunos oran y se acabó antes de lograr, se rinden. 
Hay que orar hasta lograr, ¿verdad?
Dígalo: “Hay que orar hasta lograr”. 
Algunos pueden decir; hermano Víctor, no sé de lo que se habla en este Salmo.
Pues entonces yo te doy este consejo: Ponte de rodillas y dile: “Dios mío, ayúdame a persistir y entrar a tu Presencia”.
No te des por vencido.
Vamos a la Primera carta de Juan.
Primera de Juan 2 del 12 al 14:
12. Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

13. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

14. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

¡Hemos vencido al maligno!
Es la Palabra de Dios que sale del corazón lo que hace la diferencia.
Yo quiero que la Palabra esté en mi corazón, porque yo sé que cuando esté en mi corazón, nada ni nadie la puede quitar y de la abundancia de este corazón mi boca va hablar. 
La Palabra de Dios no es una formula automática. Necesitamos creerla en nuestra mente y en nuestro corazón y tomarla para nosotros y cuando venga la tormenta, podamos resistir y salir adelante.
Vamos a orar.
Señor Jesucristo:
Te damos gracias porque en medio de la tormenta, Tú estás con nosotros y aunque parezca que es el fin, Tú nos sostienes.
En Ti, podemos estar seguros.
Gracias, porque ahora, podemos entrar en la Presencia del Padre por medio de ti.
Podemos entrar al trono de Tu gracia con la confianza de que Tú nos darás el oportuno socorro en nuestras necesidades,
Por tu sangre preciosa Señor Jesucristo.

Amén.

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CUATRO ANCLAS EN TIEMPOS DE TEMPESTAD

Por: Hno. Victor Richards

Publicado el:
Martes 2 de Agosto, 2022

CUATRO ANCLAS

PARTE CUATRO

La semana pasada vimos que necesitábamos ser humildes para que habite la presencia del Señor en nuestra vida.
Ahora vamos a ver que esto no es automático. Es necesario trabajar en oración. 
¿Qué quiere decir hermano Victor?
Necesitamos aprender a penetrar en oración.
Muchas personas se cansan a los cinco minutos de estar orando, porque encuentran oposición; se dan cuenta que no será fácil.
Debes estar inquieto con la necesidad de aprender a orar la oración de penetración, si lo puedo llamar así. 
Tenemos que aprender a orar de tal manera que penetremos en la Presencia del Señor. Muchas personas están fuera, no están bajo la sombra del Altísimo. 
El Salmo dice: “El que habita al abrigo del Altísimo”. 
Pero; ¿cómo voy a habitar al abrigo del Altísimo? 
¡En oración!
¿Qué le voy a decir?
Le voy a decir cuánto le amo.
Le voy a decir cuánto deseo su Presencia. Voy a persistir en oración hasta entrar.
Como dije antes; algunos oran y se acabó antes de lograr, se rinden. 
Hay que orar hasta lograr, ¿verdad?
Dígalo: “Hay que orar hasta lograr”. 
Algunos pueden decir; hermano Víctor, no sé de lo que se habla en este Salmo.
Pues entonces yo te doy este consejo: Ponte de rodillas y dile: “Dios mío, ayúdame a persistir y entrar a tu Presencia”.
No te des por vencido.
Vamos a la Primera carta de Juan.
Primera de Juan 2 del 12 al 14:
12. Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

13. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

14. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

¡Hemos vencido al maligno!
Es la Palabra de Dios que sale del corazón lo que hace la diferencia.
Yo quiero que la Palabra esté en mi corazón, porque yo sé que cuando esté en mi corazón, nada ni nadie la puede quitar y de la abundancia de este corazón mi boca va hablar. 
La Palabra de Dios no es una formula automática. Necesitamos creerla en nuestra mente y en nuestro corazón y tomarla para nosotros y cuando venga la tormenta, podamos resistir y salir adelante.
Vamos a orar.
Señor Jesucristo:
Te damos gracias porque en medio de la tormenta, Tú estás con nosotros y aunque parezca que es el fin, Tú nos sostienes.
En Ti, podemos estar seguros.
Gracias, porque ahora, podemos entrar en la Presencia del Padre por medio de ti.
Podemos entrar al trono de Tu gracia con la confianza de que Tú nos darás el oportuno socorro en nuestras necesidades,
Por tu sangre preciosa Señor Jesucristo.

Amén.

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Por: Hno. Victor Richards
Martes 2 de Agosto, 2022

CUATRO ANCLAS

PARTE CUATRO

La semana pasada vimos que necesitábamos ser humildes para que habite la presencia del Señor en nuestra vida.
Ahora vamos a ver que esto no es automático. Es necesario trabajar en oración. 
¿Qué quiere decir hermano Victor?
Necesitamos aprender a penetrar en oración.
Muchas personas se cansan a los cinco minutos de estar orando, porque encuentran oposición; se dan cuenta que no será fácil.
Debes estar inquieto con la necesidad de aprender a orar la oración de penetración, si lo puedo llamar así. 
Tenemos que aprender a orar de tal manera que penetremos en la Presencia del Señor. Muchas personas están fuera, no están bajo la sombra del Altísimo. 
El Salmo dice: “El que habita al abrigo del Altísimo”. 
Pero; ¿cómo voy a habitar al abrigo del Altísimo? 
¡En oración!
¿Qué le voy a decir?
Le voy a decir cuánto le amo.
Le voy a decir cuánto deseo su Presencia. Voy a persistir en oración hasta entrar.
Como dije antes; algunos oran y se acabó antes de lograr, se rinden. 
Hay que orar hasta lograr, ¿verdad?
Dígalo: “Hay que orar hasta lograr”. 
Algunos pueden decir; hermano Víctor, no sé de lo que se habla en este Salmo.
Pues entonces yo te doy este consejo: Ponte de rodillas y dile: “Dios mío, ayúdame a persistir y entrar a tu Presencia”.
No te des por vencido.
Vamos a la Primera carta de Juan.
Primera de Juan 2 del 12 al 14:
12. Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

13. Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

14. Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

¡Hemos vencido al maligno!
Es la Palabra de Dios que sale del corazón lo que hace la diferencia.
Yo quiero que la Palabra esté en mi corazón, porque yo sé que cuando esté en mi corazón, nada ni nadie la puede quitar y de la abundancia de este corazón mi boca va hablar. 
La Palabra de Dios no es una formula automática. Necesitamos creerla en nuestra mente y en nuestro corazón y tomarla para nosotros y cuando venga la tormenta, podamos resistir y salir adelante.
Vamos a orar.
Señor Jesucristo:
Te damos gracias porque en medio de la tormenta, Tú estás con nosotros y aunque parezca que es el fin, Tú nos sostienes.
En Ti, podemos estar seguros.
Gracias, porque ahora, podemos entrar en la Presencia del Padre por medio de ti.
Podemos entrar al trono de Tu gracia con la confianza de que Tú nos darás el oportuno socorro en nuestras necesidades,
Por tu sangre preciosa Señor Jesucristo.

Amén.

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