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14 REGLAS PARA EL CONFLICTO MATRIMONIAL | |||||||
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Regla #14 Sé honesto, no en un 80% o 90%, sino en un 100% “Pero si digo toda la verdad, no voy a ganar el conflicto”. ¿Cómo que ganar el conflicto? ¡Cómo si fuéramos boxeadores! En el matrimonio no se ganan o se pierden conflictos, antes bien, si se tratan adecuadamente, todos salen ganando, no importa quien tenga la razón. Cuando la pareja ha llegado a un acuerdo agradable para ambos y para Dios, después de encontrar la verdad, ¡ambos han ganado! Tenemos que ser honestos. Mentiras, medias verdades o exageraciones no caben en un conflicto matrimonial. Busquemos armonía, positividad, bendición, madurez, y una unidad cada vez más fuerte para nuestros matrimonios. Podemos aprender a amar. ¿Cómo? San Pablo dijo: Tito 2:4 “Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos”. Si es posible enseñar a amar, entonces es posible aprender a amar. Nosotros estamos aprendiendo a amar, por eso te has tomado el tiempo necesario para leer lo escrito hasta aquí, así como yo me he dedicado a escribirlo. Cuando el Señor dijo: Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia...”. Él nos estaba diciendo a los hombres que debemos tener comunicación con nuestras esposas. Si les escribo del conflicto, les estoy ayudando en el área del amor. No les voy a decir: Nunca tengan conflictos, porque no es la realidad. Tal vez vayan a querer añadir otras reglas a la lista que les he dado. Pueden hacerlo, eso está muy bien si están buscando una solución positiva. Después, vivan por ellas. Es difícil, lo sé, pero es necesario vivir por las reglas para alcanzar la felicidad en el matrimonio. Podemos lograrlo. Que el Señor nos ayude. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. ¿Sabías que la humanidad está en conflicto con Dios? La Escritura dice claramente que todos están en conflicto con Dios y por eso están separados de Él. Tal vez la versión de las Sagradas Escrituras que tú lees, dice: Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Afortunadamente, Dios ha hecho algo para terminar con ese conflicto y lo que hizo, nunca debe de perder su impacto en nosotros: Tomó su propio Hijo, lo envió aquí a tomar la misma carne que tenemos, a vivir en un cuerpo como el nuestro y a ser tentado como somos tentados y Él, sin pecado, fue clavado un día en una cruz. ¿Sabes qué dice la Escritura? 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. El conflicto con Dios llega a su fin cuando el hombre ve el valor y el poder del sacrificio de Jesús; y a través de este sacrificio, su redención. La sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Dios no nos habla de tener una religión como la tenemos (no estoy criticando ninguna). Él nos dice que la religión no es lo que nos da la vida, sino la aceptación dentro de nuestro ser de Jesucristo y su sacrificio. Cuando aceptamos a Cristo, nos ponemos de acuerdo con Dios y el conflicto llega a su fin. Muchos quisieran que fuera de otra manera, pero no la hay, es la única forma, la única regla. Por eso la Sagrada Escritura dice: Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. La alternativa es tenerle o no tenerle. Gracias a Dios que mis padres me criaron en las cosas de Jesús. Pertenecí a una iglesia que dijo y continúa diciendo que es la única correcta, pero no tuve vida. El conflicto entre Victor y su Dios continuaba. Un día me puse de acuerdo con la regla y dije: Señor Jesús, me rindo a ti, me arrepiento de lo que he sido y lo que soy. Jesús vino a morar en mi corazón y yo nací de nuevo, ya sin conflicto con Dios. Si estás en conflicto con Dios, te sugiero que consideres algo que es de eterno valor: tu eterna salvación. Hay que nacer de nuevo. Debes convertirte en un seguidor de Jesús. Debes arrepentirte de todo pecado; confesándolo, odiándolo y abandonándolo. Jesús dijo a Nicodemo; un líder espiritual en Jerusalén: Tienes que nacer de nuevo si quieres ver el reino de Dios y entrar en él. Hay que experimentar una verdadera conversión a Jesucristo por el poder del Espíritu Santo. Los seguidores de Jesús le aman, le siguen, le obedecen. |
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14 REGLAS PARA EL CONFLICTO MATRIMONIAL |
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Regla #14 Sé honesto, no en un 80% o 90%, sino en un 100% “Pero si digo toda la verdad, no voy a ganar el conflicto”. ¿Cómo que ganar el conflicto? ¡Cómo si fuéramos boxeadores! En el matrimonio no se ganan o se pierden conflictos, antes bien, si se tratan adecuadamente, todos salen ganando, no importa quien tenga la razón. Cuando la pareja ha llegado a un acuerdo agradable para ambos y para Dios, después de encontrar la verdad, ¡ambos han ganado! Tenemos que ser honestos. Mentiras, medias verdades o exageraciones no caben en un conflicto matrimonial. Busquemos armonía, positividad, bendición, madurez, y una unidad cada vez más fuerte para nuestros matrimonios. Podemos aprender a amar. ¿Cómo? San Pablo dijo: Tito 2:4 “Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos”. Si es posible enseñar a amar, entonces es posible aprender a amar. Nosotros estamos aprendiendo a amar, por eso te has tomado el tiempo necesario para leer lo escrito hasta aquí, así como yo me he dedicado a escribirlo. Cuando el Señor dijo: Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia...”. Él nos estaba diciendo a los hombres que debemos tener comunicación con nuestras esposas. Si les escribo del conflicto, les estoy ayudando en el área del amor. No les voy a decir: Nunca tengan conflictos, porque no es la realidad. Tal vez vayan a querer añadir otras reglas a la lista que les he dado. Pueden hacerlo, eso está muy bien si están buscando una solución positiva. Después, vivan por ellas. Es difícil, lo sé, pero es necesario vivir por las reglas para alcanzar la felicidad en el matrimonio. Podemos lograrlo. Que el Señor nos ayude. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. ¿Sabías que la humanidad está en conflicto con Dios? La Escritura dice claramente que todos están en conflicto con Dios y por eso están separados de Él. Tal vez la versión de las Sagradas Escrituras que tú lees, dice: Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Afortunadamente, Dios ha hecho algo para terminar con ese conflicto y lo que hizo, nunca debe de perder su impacto en nosotros: Tomó su propio Hijo, lo envió aquí a tomar la misma carne que tenemos, a vivir en un cuerpo como el nuestro y a ser tentado como somos tentados y Él, sin pecado, fue clavado un día en una cruz. ¿Sabes qué dice la Escritura? 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. El conflicto con Dios llega a su fin cuando el hombre ve el valor y el poder del sacrificio de Jesús; y a través de este sacrificio, su redención. La sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Dios no nos habla de tener una religión como la tenemos (no estoy criticando ninguna). Él nos dice que la religión no es lo que nos da la vida, sino la aceptación dentro de nuestro ser de Jesucristo y su sacrificio. Cuando aceptamos a Cristo, nos ponemos de acuerdo con Dios y el conflicto llega a su fin. Muchos quisieran que fuera de otra manera, pero no la hay, es la única forma, la única regla. Por eso la Sagrada Escritura dice: Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. La alternativa es tenerle o no tenerle. Gracias a Dios que mis padres me criaron en las cosas de Jesús. Pertenecí a una iglesia que dijo y continúa diciendo que es la única correcta, pero no tuve vida. El conflicto entre Victor y su Dios continuaba. Un día me puse de acuerdo con la regla y dije: Señor Jesús, me rindo a ti, me arrepiento de lo que he sido y lo que soy. Jesús vino a morar en mi corazón y yo nací de nuevo, ya sin conflicto con Dios. Si estás en conflicto con Dios, te sugiero que consideres algo que es de eterno valor: tu eterna salvación. Hay que nacer de nuevo. Debes convertirte en un seguidor de Jesús. Debes arrepentirte de todo pecado; confesándolo, odiándolo y abandonándolo. Jesús dijo a Nicodemo; un líder espiritual en Jerusalén: Tienes que nacer de nuevo si quieres ver el reino de Dios y entrar en él. Hay que experimentar una verdadera conversión a Jesucristo por el poder del Espíritu Santo. Los seguidores de Jesús le aman, le siguen, le obedecen. |
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Regla #14 Sé honesto, no en un 80% o 90%, sino en un 100% “Pero si digo toda la verdad, no voy a ganar el conflicto”. ¿Cómo que ganar el conflicto? ¡Cómo si fuéramos boxeadores! En el matrimonio no se ganan o se pierden conflictos, antes bien, si se tratan adecuadamente, todos salen ganando, no importa quien tenga la razón. Cuando la pareja ha llegado a un acuerdo agradable para ambos y para Dios, después de encontrar la verdad, ¡ambos han ganado! Tenemos que ser honestos. Mentiras, medias verdades o exageraciones no caben en un conflicto matrimonial. Busquemos armonía, positividad, bendición, madurez, y una unidad cada vez más fuerte para nuestros matrimonios. Podemos aprender a amar. ¿Cómo? San Pablo dijo: Tito 2:4 “Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos”. Si es posible enseñar a amar, entonces es posible aprender a amar. Nosotros estamos aprendiendo a amar, por eso te has tomado el tiempo necesario para leer lo escrito hasta aquí, así como yo me he dedicado a escribirlo. Cuando el Señor dijo: Efesios 5:25 “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia...”. Él nos estaba diciendo a los hombres que debemos tener comunicación con nuestras esposas. Si les escribo del conflicto, les estoy ayudando en el área del amor. No les voy a decir: Nunca tengan conflictos, porque no es la realidad. Tal vez vayan a querer añadir otras reglas a la lista que les he dado. Pueden hacerlo, eso está muy bien si están buscando una solución positiva. Después, vivan por ellas. Es difícil, lo sé, pero es necesario vivir por las reglas para alcanzar la felicidad en el matrimonio. Podemos lograrlo. Que el Señor nos ayude. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. ¿Sabías que la humanidad está en conflicto con Dios? La Escritura dice claramente que todos están en conflicto con Dios y por eso están separados de Él. Tal vez la versión de las Sagradas Escrituras que tú lees, dice: Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Afortunadamente, Dios ha hecho algo para terminar con ese conflicto y lo que hizo, nunca debe de perder su impacto en nosotros: Tomó su propio Hijo, lo envió aquí a tomar la misma carne que tenemos, a vivir en un cuerpo como el nuestro y a ser tentado como somos tentados y Él, sin pecado, fue clavado un día en una cruz. ¿Sabes qué dice la Escritura? 2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”. El conflicto con Dios llega a su fin cuando el hombre ve el valor y el poder del sacrificio de Jesús; y a través de este sacrificio, su redención. La sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Dios no nos habla de tener una religión como la tenemos (no estoy criticando ninguna). Él nos dice que la religión no es lo que nos da la vida, sino la aceptación dentro de nuestro ser de Jesucristo y su sacrificio. Cuando aceptamos a Cristo, nos ponemos de acuerdo con Dios y el conflicto llega a su fin. Muchos quisieran que fuera de otra manera, pero no la hay, es la única forma, la única regla. Por eso la Sagrada Escritura dice: Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. La alternativa es tenerle o no tenerle. Gracias a Dios que mis padres me criaron en las cosas de Jesús. Pertenecí a una iglesia que dijo y continúa diciendo que es la única correcta, pero no tuve vida. El conflicto entre Victor y su Dios continuaba. Un día me puse de acuerdo con la regla y dije: Señor Jesús, me rindo a ti, me arrepiento de lo que he sido y lo que soy. Jesús vino a morar en mi corazón y yo nací de nuevo, ya sin conflicto con Dios. Si estás en conflicto con Dios, te sugiero que consideres algo que es de eterno valor: tu eterna salvación. Hay que nacer de nuevo. Debes convertirte en un seguidor de Jesús. Debes arrepentirte de todo pecado; confesándolo, odiándolo y abandonándolo. Jesús dijo a Nicodemo; un líder espiritual en Jerusalén: Tienes que nacer de nuevo si quieres ver el reino de Dios y entrar en él. Hay que experimentar una verdadera conversión a Jesucristo por el poder del Espíritu Santo. Los seguidores de Jesús le aman, le siguen, le obedecen. |
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