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El Jesús Auténtico Pt. XV | |||||||
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Leíamos en semanas anteriores en Mateo 14:13 13. Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. ¿Oyendo qué? ¡Oyendo de la muerte de Juan el Bautista, de cómo lo habían degollado! Necesitaba descansar, necesitaba pensar, necesitaba estar con su Padre, necesitaba estar con sus escogidos, sus doce, Él lo necesitaba. Continuemos, versículo 14 14. Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. ¿Estás atento a esto?: “vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”. Requisito para realizar milagros: tener compasión. Versículo 15 15. Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Cuando Jesús nos pide hacer lo imposible, sabemos que Él nos va a proveer el poder hacerlo. Pero, necesitamos creer a Dios y obedecerle. ¿Por qué? Porque el obedecerle es igual que tener la Fe de Dios. Tú quieres que Dios te pida algo grande, lo cual te es imposible de hacer, ¿estás seguro de que lo quieres? Porque vas a tener que buscarle a Él para indagar el cómo hacerlo, pero Él te lo dirá. También leímos en Mateo 15:32-35 32. Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. 33. Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? 34. Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35. Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. Cuando el Señor nos manda hacer algún bien o dar al necesitado, sea por enfermedad o por otra razón, le preguntamos al Señor: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? ¡No necesitamos más que siete panes y unos pocos pececillos! ¡No necesitamos más que lo que tenemos en nuestra mano y estar dispuestos a obedecer lo que Él nos manda! Leamos en Santiago 2:14-26 14. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15. Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16. y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21. ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿Recuerdan a Abraham? Dios le dijo, entrégame a Isaac tu hijo en sacrificio y Abraham, ¡obedeció! Él preparó todo para el sacrificio y cuando estaba a punto de matar a su propio hijo, la voz de Dios se oyó en el cielo y le dijo; ¡detente! Ahora sé que temes a Dios por cuanto no me rehusaste a tu hijo único. Continuamos leyendo el versículo 22 22. ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Rahab fue una mujer prostituta en Jericó que ayudó a los dos espías que envió Josué a reconocer la tierra. Cuando el rey de Jericó se enteró que había unos israelitas le mandó decir a Rahab que los entregara, pero ella los escondió en la azotea de su casa y le dijo a los guardias del rey que se habían ido de la ciudad. Después les dijo a los espías por donde huir para que no los encontraran. Continuamos leyendo el versículo 26 26. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Necesitamos tener fe en Dios. Estamos viendo al Jesús Auténtico. Si el Jesús Auténtico está con nosotros amados; si Él habla, vamos a poder hacer lo imposible. ¡Lo que Él me manda hacer, Él me dará el poder para hacerlo! ¿Cuántos dan gracias a Dios que cuando Él manda, Él cumple? Ahora, leamos en Mateo 20:29-34 29. Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de nosotros! 31. Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de nosotros! 32. Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33. Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34. Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron. Estos hombres necesitados, estaban pidiendo compasión para ellos. “Compasión y misericordia tienen el mismo significado. ¡Yo quiero que Dios nos llene con compasión para los demás, porque de la compasión, pueden fluir milagros! Si somos duros e indiferentes y la gente no nos gusta, o “nos hacemos de la vista gorda” para no ver su necesidad, entonces, ¡no! ¡No pueden fluir milagros! Por eso la Escritura dice; “Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista y le siguieron”. Lo bello de estos hechos es que estas personas recibieron su vista, porque el Señor tenía compasión de ellos. Lucas 7:11-17 11. Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. 15. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor. Esto es verdad con nosotros también; un gran profeta se ha levantado entre nosotros, su nombre es Jesucristo, Él está en Espíritu y en verdad. Dios sigue visitado su pueblo, Hoy en día vemos muchas clases de enfermedades, el día llegara cuando niños con síndrome de Down vendrán a las iglesias para recibir sanidad de Dios y sanarán. Pero, seamos compasivos, creamos a Dios y Dios va a sanar enfermos, aún levantar muertos. El día va a venir que ojos de personas ciegas van a abrirse, a delante de nosotros. Él va a hacer esas cosas, pero Él está buscando un pueblo compasivo, con misericordia, en el cual pueda depositar tal poder para sanar enfermos en su Nombre y que podamos quedarnos humildes, moldeables en sus manos, obedientes, para que el enemigo, no destruya la obra de nuestras manos. ¡Yo quiero que esto suceda pronto! ¿Y tú? |
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Por: Hno. Victor Richards
El Jesús Auténtico Pt. XV |
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Leíamos en semanas anteriores en Mateo 14:13 13. Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. ¿Oyendo qué? ¡Oyendo de la muerte de Juan el Bautista, de cómo lo habían degollado! Necesitaba descansar, necesitaba pensar, necesitaba estar con su Padre, necesitaba estar con sus escogidos, sus doce, Él lo necesitaba. Continuemos, versículo 14 14. Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. ¿Estás atento a esto?: “vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”. Requisito para realizar milagros: tener compasión. Versículo 15 15. Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Cuando Jesús nos pide hacer lo imposible, sabemos que Él nos va a proveer el poder hacerlo. Pero, necesitamos creer a Dios y obedecerle. ¿Por qué? Porque el obedecerle es igual que tener la Fe de Dios. Tú quieres que Dios te pida algo grande, lo cual te es imposible de hacer, ¿estás seguro de que lo quieres? Porque vas a tener que buscarle a Él para indagar el cómo hacerlo, pero Él te lo dirá. También leímos en Mateo 15:32-35 32. Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. 33. Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? 34. Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35. Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. Cuando el Señor nos manda hacer algún bien o dar al necesitado, sea por enfermedad o por otra razón, le preguntamos al Señor: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? ¡No necesitamos más que siete panes y unos pocos pececillos! ¡No necesitamos más que lo que tenemos en nuestra mano y estar dispuestos a obedecer lo que Él nos manda! Leamos en Santiago 2:14-26 14. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15. Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16. y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21. ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿Recuerdan a Abraham? Dios le dijo, entrégame a Isaac tu hijo en sacrificio y Abraham, ¡obedeció! Él preparó todo para el sacrificio y cuando estaba a punto de matar a su propio hijo, la voz de Dios se oyó en el cielo y le dijo; ¡detente! Ahora sé que temes a Dios por cuanto no me rehusaste a tu hijo único. Continuamos leyendo el versículo 22 22. ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Rahab fue una mujer prostituta en Jericó que ayudó a los dos espías que envió Josué a reconocer la tierra. Cuando el rey de Jericó se enteró que había unos israelitas le mandó decir a Rahab que los entregara, pero ella los escondió en la azotea de su casa y le dijo a los guardias del rey que se habían ido de la ciudad. Después les dijo a los espías por donde huir para que no los encontraran. Continuamos leyendo el versículo 26 26. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Necesitamos tener fe en Dios. Estamos viendo al Jesús Auténtico. Si el Jesús Auténtico está con nosotros amados; si Él habla, vamos a poder hacer lo imposible. ¡Lo que Él me manda hacer, Él me dará el poder para hacerlo! ¿Cuántos dan gracias a Dios que cuando Él manda, Él cumple? Ahora, leamos en Mateo 20:29-34 29. Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de nosotros! 31. Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de nosotros! 32. Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33. Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34. Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron. Estos hombres necesitados, estaban pidiendo compasión para ellos. “Compasión y misericordia tienen el mismo significado. ¡Yo quiero que Dios nos llene con compasión para los demás, porque de la compasión, pueden fluir milagros! Si somos duros e indiferentes y la gente no nos gusta, o “nos hacemos de la vista gorda” para no ver su necesidad, entonces, ¡no! ¡No pueden fluir milagros! Por eso la Escritura dice; “Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista y le siguieron”. Lo bello de estos hechos es que estas personas recibieron su vista, porque el Señor tenía compasión de ellos. Lucas 7:11-17 11. Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. 15. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor. Esto es verdad con nosotros también; un gran profeta se ha levantado entre nosotros, su nombre es Jesucristo, Él está en Espíritu y en verdad. Dios sigue visitado su pueblo, Hoy en día vemos muchas clases de enfermedades, el día llegara cuando niños con síndrome de Down vendrán a las iglesias para recibir sanidad de Dios y sanarán. Pero, seamos compasivos, creamos a Dios y Dios va a sanar enfermos, aún levantar muertos. El día va a venir que ojos de personas ciegas van a abrirse, a delante de nosotros. Él va a hacer esas cosas, pero Él está buscando un pueblo compasivo, con misericordia, en el cual pueda depositar tal poder para sanar enfermos en su Nombre y que podamos quedarnos humildes, moldeables en sus manos, obedientes, para que el enemigo, no destruya la obra de nuestras manos. ¡Yo quiero que esto suceda pronto! ¿Y tú? |
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El Jesús Auténtico Pt. XV |
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Leíamos en semanas anteriores en Mateo 14:13 13. Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. ¿Oyendo qué? ¡Oyendo de la muerte de Juan el Bautista, de cómo lo habían degollado! Necesitaba descansar, necesitaba pensar, necesitaba estar con su Padre, necesitaba estar con sus escogidos, sus doce, Él lo necesitaba. Continuemos, versículo 14 14. Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. ¿Estás atento a esto?: “vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”. Requisito para realizar milagros: tener compasión. Versículo 15 15. Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. Cuando Jesús nos pide hacer lo imposible, sabemos que Él nos va a proveer el poder hacerlo. Pero, necesitamos creer a Dios y obedecerle. ¿Por qué? Porque el obedecerle es igual que tener la Fe de Dios. Tú quieres que Dios te pida algo grande, lo cual te es imposible de hacer, ¿estás seguro de que lo quieres? Porque vas a tener que buscarle a Él para indagar el cómo hacerlo, pero Él te lo dirá. También leímos en Mateo 15:32-35 32. Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. 33. Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? 34. Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35. Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. Cuando el Señor nos manda hacer algún bien o dar al necesitado, sea por enfermedad o por otra razón, le preguntamos al Señor: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? ¡No necesitamos más que siete panes y unos pocos pececillos! ¡No necesitamos más que lo que tenemos en nuestra mano y estar dispuestos a obedecer lo que Él nos manda! Leamos en Santiago 2:14-26 14. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? 15. Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16. y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17. Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21. ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿Recuerdan a Abraham? Dios le dijo, entrégame a Isaac tu hijo en sacrificio y Abraham, ¡obedeció! Él preparó todo para el sacrificio y cuando estaba a punto de matar a su propio hijo, la voz de Dios se oyó en el cielo y le dijo; ¡detente! Ahora sé que temes a Dios por cuanto no me rehusaste a tu hijo único. Continuamos leyendo el versículo 22 22. ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. 25. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Rahab fue una mujer prostituta en Jericó que ayudó a los dos espías que envió Josué a reconocer la tierra. Cuando el rey de Jericó se enteró que había unos israelitas le mandó decir a Rahab que los entregara, pero ella los escondió en la azotea de su casa y le dijo a los guardias del rey que se habían ido de la ciudad. Después les dijo a los espías por donde huir para que no los encontraran. Continuamos leyendo el versículo 26 26. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. Necesitamos tener fe en Dios. Estamos viendo al Jesús Auténtico. Si el Jesús Auténtico está con nosotros amados; si Él habla, vamos a poder hacer lo imposible. ¡Lo que Él me manda hacer, Él me dará el poder para hacerlo! ¿Cuántos dan gracias a Dios que cuando Él manda, Él cumple? Ahora, leamos en Mateo 20:29-34 29. Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de nosotros! 31. Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ¡ten misericordia de nosotros! 32. Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33. Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34. Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron. Estos hombres necesitados, estaban pidiendo compasión para ellos. “Compasión y misericordia tienen el mismo significado. ¡Yo quiero que Dios nos llene con compasión para los demás, porque de la compasión, pueden fluir milagros! Si somos duros e indiferentes y la gente no nos gusta, o “nos hacemos de la vista gorda” para no ver su necesidad, entonces, ¡no! ¡No pueden fluir milagros! Por eso la Escritura dice; “Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista y le siguieron”. Lo bello de estos hechos es que estas personas recibieron su vista, porque el Señor tenía compasión de ellos. Lucas 7:11-17 11. Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud. 12. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad. 13. Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores. 14. Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. 15. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. 16. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo. 17. Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor. Esto es verdad con nosotros también; un gran profeta se ha levantado entre nosotros, su nombre es Jesucristo, Él está en Espíritu y en verdad. Dios sigue visitado su pueblo, Hoy en día vemos muchas clases de enfermedades, el día llegara cuando niños con síndrome de Down vendrán a las iglesias para recibir sanidad de Dios y sanarán. Pero, seamos compasivos, creamos a Dios y Dios va a sanar enfermos, aún levantar muertos. El día va a venir que ojos de personas ciegas van a abrirse, a delante de nosotros. Él va a hacer esas cosas, pero Él está buscando un pueblo compasivo, con misericordia, en el cual pueda depositar tal poder para sanar enfermos en su Nombre y que podamos quedarnos humildes, moldeables en sus manos, obedientes, para que el enemigo, no destruya la obra de nuestras manos. ¡Yo quiero que esto suceda pronto! ¿Y tú? |
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