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Sobrenatural Pt. II | |||||||
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CUIDADO CON EL TROPEZON En el evangelio de San Lucas leemos que Juan el Bautista había sido arrestado por Herodes y que envió mensajeros a Jesús para preguntarle si Él era el Mesías o si debieran esperar a otro. La respuesta de Jesús fue esta: Lucas 7:21-23: "En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí". ¡Que no hallemos tropiezo en Él! ¡Que no hallemos tropiezo en lo que Él hace entre nosotros! Una visitación del Espíritu Santo acompañado con cosas "nuevas" y "extrañas" (para nosotros); puede ser una piedra de tropiezo si no juzgamos con ojos iluminados por Su Espíritu Santo, si no aceptamos lo sobrenatural. Yo he tropezado sobre lo que mi mente lógica no podía aceptar como algo de Dios, cuando en realidad, sí era de Dios y me costó caro. ¡Jamás quiero volver a dudar de lo sobrenatural! Tiempos Especiales, Avivamientos o visitaciones de Dios son tiempos muy especiales. No son solo "más de lo mismo" o "lo mismo con más intensidad". Son tiempos cuando el Espíritu Santo se acerca y por supuesto nada le es imposible. Lo natural de Dios es sobrenatural para nosotros. En Hechos 2:22 leemos: "Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis". ¿Te fijas? Jesús fue aprobado por Dios o es decir, fue mostrado como el enviado de Dios por sus maravillas, prodigios y señales. En Juan 5:20 leemos: "Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis". ¡Dios quiere que nos maravillemos en Él y en Su poder sobrenatural! Él hace maravillas, prodigios y señales, es decir, lo sobrenatural. En Hechos 2:22 que acabamos de leer, el Espíritu usó tres palabras: dunamis, teras y semeion. El sentido de dunamis es fuerza y poder, teras tiene el sentido de una expresión de sorpresa como: "¿Qué es esto?". Y semeion es como un señalamiento: "¡Atención! Dios obrando". Pudiéramos verlo así: Atención, Dios obrando con poder y fuerza, provocando que la gente diga; ¿Qué es esto? ¡Una visitación del Espíritu Santo es emocionante, gozoso, sorprendente, dejándonos maravillados y glorificando a Dios! Ahora, permítame compartirle algo de mi propia vida: Casi veintiún años habían pasado desde que nació Vino Nuevo (la iglesia donde aún pastoreo), cuando en 1994 me encontré desanimado y seco. La asistencia dominical de la iglesia eran unas 2,500 personas y los congresos de jóvenes, de hombres, de mujeres y de pastores eran muy concurridos. Sin embargo… yo no estaba contento. Todo era trabajo sin gozo, responsabilidad sin alegría, problemas y quejas. Pensaba: "¡No quiero pasar el resto de mi vida así! ¡No sé cuánto más podré soportar!". A la vez, no sabía qué hacer. Yo ignoraba totalmente que Dios estaba preparándome para un gran cambio que Él me iba a pedir y que Él iba a hacer en mí. Pero no quiero adelantarme. Me encontraba seco, seco y creía que nadie se daba cuenta de mi desesperante situación. Entonces, "encontré" en Isaías unas promesas que me dieron esperanza. Hice una copia de ellas y las cargué conmigo para leerlas y clamar a Dios: "Oh Señor, por favor, haz algo por mí". Los textos fueron: Isaías 42:9 "He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias". Isaías 43:18 "No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Isaías 44:3 "Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos". Estas Escrituras me prometieron cosas nuevas, ríos en la soledad, aguas sobre el sequedal, ríos sobre la tierra árida y luego identificaron que sería todo esto por Su Espíritu derramado sobre nosotros. ¡Cómo me aferré a estas promesas! Mientras el año 1994 avanzaba hacía su fin, yo decía a la gente que lo que yo más quería como regalo para la Navidad era lo prometido en estos versículos. |
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Sobrenatural Pt. II |
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CUIDADO CON EL TROPEZON En el evangelio de San Lucas leemos que Juan el Bautista había sido arrestado por Herodes y que envió mensajeros a Jesús para preguntarle si Él era el Mesías o si debieran esperar a otro. La respuesta de Jesús fue esta: Lucas 7:21-23: "En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí". ¡Que no hallemos tropiezo en Él! ¡Que no hallemos tropiezo en lo que Él hace entre nosotros! Una visitación del Espíritu Santo acompañado con cosas "nuevas" y "extrañas" (para nosotros); puede ser una piedra de tropiezo si no juzgamos con ojos iluminados por Su Espíritu Santo, si no aceptamos lo sobrenatural. Yo he tropezado sobre lo que mi mente lógica no podía aceptar como algo de Dios, cuando en realidad, sí era de Dios y me costó caro. ¡Jamás quiero volver a dudar de lo sobrenatural! Tiempos Especiales, Avivamientos o visitaciones de Dios son tiempos muy especiales. No son solo "más de lo mismo" o "lo mismo con más intensidad". Son tiempos cuando el Espíritu Santo se acerca y por supuesto nada le es imposible. Lo natural de Dios es sobrenatural para nosotros. En Hechos 2:22 leemos: "Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis". ¿Te fijas? Jesús fue aprobado por Dios o es decir, fue mostrado como el enviado de Dios por sus maravillas, prodigios y señales. En Juan 5:20 leemos: "Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis". ¡Dios quiere que nos maravillemos en Él y en Su poder sobrenatural! Él hace maravillas, prodigios y señales, es decir, lo sobrenatural. En Hechos 2:22 que acabamos de leer, el Espíritu usó tres palabras: dunamis, teras y semeion. El sentido de dunamis es fuerza y poder, teras tiene el sentido de una expresión de sorpresa como: "¿Qué es esto?". Y semeion es como un señalamiento: "¡Atención! Dios obrando". Pudiéramos verlo así: Atención, Dios obrando con poder y fuerza, provocando que la gente diga; ¿Qué es esto? ¡Una visitación del Espíritu Santo es emocionante, gozoso, sorprendente, dejándonos maravillados y glorificando a Dios! Ahora, permítame compartirle algo de mi propia vida: Casi veintiún años habían pasado desde que nació Vino Nuevo (la iglesia donde aún pastoreo), cuando en 1994 me encontré desanimado y seco. La asistencia dominical de la iglesia eran unas 2,500 personas y los congresos de jóvenes, de hombres, de mujeres y de pastores eran muy concurridos. Sin embargo… yo no estaba contento. Todo era trabajo sin gozo, responsabilidad sin alegría, problemas y quejas. Pensaba: "¡No quiero pasar el resto de mi vida así! ¡No sé cuánto más podré soportar!". A la vez, no sabía qué hacer. Yo ignoraba totalmente que Dios estaba preparándome para un gran cambio que Él me iba a pedir y que Él iba a hacer en mí. Pero no quiero adelantarme. Me encontraba seco, seco y creía que nadie se daba cuenta de mi desesperante situación. Entonces, "encontré" en Isaías unas promesas que me dieron esperanza. Hice una copia de ellas y las cargué conmigo para leerlas y clamar a Dios: "Oh Señor, por favor, haz algo por mí". Los textos fueron: Isaías 42:9 "He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias". Isaías 43:18 "No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Isaías 44:3 "Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos". Estas Escrituras me prometieron cosas nuevas, ríos en la soledad, aguas sobre el sequedal, ríos sobre la tierra árida y luego identificaron que sería todo esto por Su Espíritu derramado sobre nosotros. ¡Cómo me aferré a estas promesas! Mientras el año 1994 avanzaba hacía su fin, yo decía a la gente que lo que yo más quería como regalo para la Navidad era lo prometido en estos versículos. |
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CUIDADO CON EL TROPEZON En el evangelio de San Lucas leemos que Juan el Bautista había sido arrestado por Herodes y que envió mensajeros a Jesús para preguntarle si Él era el Mesías o si debieran esperar a otro. La respuesta de Jesús fue esta: Lucas 7:21-23: "En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí". ¡Que no hallemos tropiezo en Él! ¡Que no hallemos tropiezo en lo que Él hace entre nosotros! Una visitación del Espíritu Santo acompañado con cosas "nuevas" y "extrañas" (para nosotros); puede ser una piedra de tropiezo si no juzgamos con ojos iluminados por Su Espíritu Santo, si no aceptamos lo sobrenatural. Yo he tropezado sobre lo que mi mente lógica no podía aceptar como algo de Dios, cuando en realidad, sí era de Dios y me costó caro. ¡Jamás quiero volver a dudar de lo sobrenatural! Tiempos Especiales, Avivamientos o visitaciones de Dios son tiempos muy especiales. No son solo "más de lo mismo" o "lo mismo con más intensidad". Son tiempos cuando el Espíritu Santo se acerca y por supuesto nada le es imposible. Lo natural de Dios es sobrenatural para nosotros. En Hechos 2:22 leemos: "Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis". ¿Te fijas? Jesús fue aprobado por Dios o es decir, fue mostrado como el enviado de Dios por sus maravillas, prodigios y señales. En Juan 5:20 leemos: "Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis". ¡Dios quiere que nos maravillemos en Él y en Su poder sobrenatural! Él hace maravillas, prodigios y señales, es decir, lo sobrenatural. En Hechos 2:22 que acabamos de leer, el Espíritu usó tres palabras: dunamis, teras y semeion. El sentido de dunamis es fuerza y poder, teras tiene el sentido de una expresión de sorpresa como: "¿Qué es esto?". Y semeion es como un señalamiento: "¡Atención! Dios obrando". Pudiéramos verlo así: Atención, Dios obrando con poder y fuerza, provocando que la gente diga; ¿Qué es esto? ¡Una visitación del Espíritu Santo es emocionante, gozoso, sorprendente, dejándonos maravillados y glorificando a Dios! Ahora, permítame compartirle algo de mi propia vida: Casi veintiún años habían pasado desde que nació Vino Nuevo (la iglesia donde aún pastoreo), cuando en 1994 me encontré desanimado y seco. La asistencia dominical de la iglesia eran unas 2,500 personas y los congresos de jóvenes, de hombres, de mujeres y de pastores eran muy concurridos. Sin embargo… yo no estaba contento. Todo era trabajo sin gozo, responsabilidad sin alegría, problemas y quejas. Pensaba: "¡No quiero pasar el resto de mi vida así! ¡No sé cuánto más podré soportar!". A la vez, no sabía qué hacer. Yo ignoraba totalmente que Dios estaba preparándome para un gran cambio que Él me iba a pedir y que Él iba a hacer en mí. Pero no quiero adelantarme. Me encontraba seco, seco y creía que nadie se daba cuenta de mi desesperante situación. Entonces, "encontré" en Isaías unas promesas que me dieron esperanza. Hice una copia de ellas y las cargué conmigo para leerlas y clamar a Dios: "Oh Señor, por favor, haz algo por mí". Los textos fueron: Isaías 42:9 "He aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que salgan a luz, yo os las haré notorias". Isaías 43:18 "No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. Isaías 44:3 "Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos". Estas Escrituras me prometieron cosas nuevas, ríos en la soledad, aguas sobre el sequedal, ríos sobre la tierra árida y luego identificaron que sería todo esto por Su Espíritu derramado sobre nosotros. ¡Cómo me aferré a estas promesas! Mientras el año 1994 avanzaba hacía su fin, yo decía a la gente que lo que yo más quería como regalo para la Navidad era lo prometido en estos versículos. |
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