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LA FAMILIA... EL PLAN ORIGINAL | |||||||
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Lección 6El papel de los padres: AmarSi un niño vive bajo la crítica, aprenderá a condenar. Dorothy Law Nolte Amar y ser amado es la necesidad humana más fuerte. Como padres, la forma en que ofrecemos amor a nuestros hijos afecta profundamente su capacidad de relacionarse con los demás. El doctor René Spitz, un psicoanalista de Nueva York, se dedicó durante tres meses a observar las reacciones de los bebés en un hogar de huérfanos, donde el personal encargado estaba tan ocupado que cada niño recibía atención equivalente a la décima parte de una madre. El doctor Spitz encontró que aproximadamente el treinta por ciento de estos niños murieron antes de cumplir su primer año. “El hambre emocional es tan peligroso como el hambre físico”, dice el doctor Spitz. Es más lento, pero es igual de efectivo. Sin la satisfacción emocional, los niños se mueren. “Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos” (Tito 2:4). I. ¿Qué es el amor?1. El amor es una respuesta que se aprende El niño nace sin saber cómo amar pero con una gran capacidad para amar. Cuando el bebé recibe amor, él responde a ese amor y aprende a devolverlo. 2. El amor puede ser una decisión aun sin emoción Hay varias clases de amor y lo que una madre siente por su bebé es un afecto natural que Dios pone en su corazón. Es fácil sentir este amor por un niño amable y obediente, pero ¿cómo responderemos a un niño rebelde y obstinado? Si el amor “agape” incondicional de Dios mora en nosotros, entonces podemos decidir amar a este niño difícil y Él nos dará la capacidad. 3. El amor debe ser expresado... con palabras, acciones y actitudes La pregunta no es, ¿amas a tus hijos?, la pregunta es, ¿saben tus hijos que los amas? Las personas pueden comunicarse amor de muchas maneras no verbales. Algunos ejemplos: abrazos, sonrisas, palmear el hombro, mirar fijamente a los ojos del ser amado. Para el niño es importante que sienta y experimente el amor de manera práctica. También las palabras son muy importantes. Proverbios dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” (Proverbios 18:21) y “Manantial de vida es la boca del justo...” (Proverbios 10:11). Ningún hijo es demasiado grande como para decirle “te amo, mi hijo”. A través de nuestras palabras podemos ser fuentes de vida. Podemos expresar amor a nuestros hijos sin necesidad de gastar mucho dinero, pero no podemos expresar amor sin gastar algo de nuestro tiempo. Se dice que Susana Wesley (madre de los destacados hombres de Dios, Juan y Carlos Wesley) pasaba una hora a solas, cada semana, con cada uno de sus diecinueve hijos. Es importante para el muchacho que sus padres tengan interés en sus actividades escolares y que asistan a eventos donde él participe. Sin embargo, es igualmente efectivo para el niño que él sea incluido en alguna actividad del padre. “¡Eh, hijo! ¿Quieres ir a la tienda conmigo?”, puede que sea simplemente a buscar un rastrillo para el jardín. Tendrías que ir de todas maneras, ¿por qué no pasar el tiempo junto a tu hijo mientras realizas esta tarea? Estos momentitos, estas maneras naturales y espontáneas de incluir al niño en tus actividades edifican la comunicación y cariño entre padres e hijos. Un padre compartió lo siguiente: “A menudo vamos hasta la nevería para tomar unos helados después de la cena. Bien podríamos comprar una caja de helados y servirlos a la mesa. Pero el viaje hasta la nevería, la elección del sabor favorito de cada uno y la charla que tenemos por el camino es un tiempo de diversión familiar. Puedes dar sin amar, pero no puedes amar sin dar. II. El amar es igual a proveer necesidades“...Pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos” (2 Corintios 12:14). “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le pidan?” (Mateo 7:11). “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de sus casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. (1 Timoteo 5:8). Los padres tienen la responsabilidad de proveer para todas las necesidades de los hijos: físicas, emocionales y espirituales. Esto no implica dar al hijo todo lo que él pide; esto sería mimarle. Pero uno no debe traer al mundo un hijo si no puede suplir sus necesidades. III. El amor incondicional incluye aceptacion y seguridad1. La aceptación Así como la salud física depende principalmente de una alimentación y ejercicio adecuados, la salud emocional depende principalmente del aprecio correcto que tenemos por nosotros mismos. Esto se desarrolla a través de la aceptación y el sentirse útil. ¿Qué es lo que crea un sentido de aceptación? a. Reconoce al niño como único No hay dos niños iguales y si se les trata a todos por igual se presentarán los problemas. Si se reconocen las diferentes habilidades, si se evita comparar a los hijos y si se trata a cada uno como único, esto hará que se sientan aceptados. No estamos hablando de favoritismo. Cada niño debe sentir que sus padres lo quieren igual que a sus hermanos. b. Haz que el niño sepa que él es un gozo para ti Un hijo es un regalo de Dios, una herencia del Señor. Una de las cosas más devastadoras que el niño pueda experimentar es sentir que vino por accidente, como resultado de un embarazo no deseado, un casamiento forzado, o que él es un obstáculo a la felicidad de sus padres o una carga económica. ¡Dichoso el niño al que sus padres le recuerdan constantemente que lo quieren y se gozan al máximo con él! c. Manten una relación honesta y genuina con el niño Cuando somos lo suficientemente honestos para confesar nuestros propios fracasos y el hecho de que no somos perfectos como padres y no demandamos perfección del hijo, aliviamos muchas tensiones y damos seguridad a este hijo. Si los padres pudieran admitir sus errores más fácilmente incluso reírse de ellos, el ambiente de muchos hogares mejoraría grandemente. Quizá tu hijo tenga miedo a la oscuridad y no quiere ir a acostarse. Si le dices honestamente: “Yo sé cómo te sientes. Yo también le tenía miedo a la oscuridad”, estarás ayudando a tu hijo a superar ese temor. Si le dices al niño que es un cobarde y que debería darle vergüenza tener miedo, le estás haciendo saber que en realidad no lo aceptas. Es mucho mejor aceptar sus sentimientos como normales y animarlo a que los platique contigo. Cuando hay confianza para conversar sobre los temores, y cuando el padre o la madre oran con el niño sobre el asunto, estos temores generalmente desaparecerán. d. Escucha lo que el niño te está diciendo Una de las mejores maneras de decir al niño: ‘‘Yo te acepto’’, es escucharlo atentamente. La verdadera comunicación depende de la aceptación. e. Trata al niño como a una persona de valor Algunos padres empujan a los niños hacia un lado en vez de decirles: “Con permiso” o “¿Puedo pasar, por favor?”. La forma de enseñar el respeto a un niño es respetándolo. Muchas veces decimos “por favor”, “gracias” y “con permiso” a los visitantes pero no somos corteses con nuestros hijos. Los niños tienen una habilidad extraordinaria para actuar de acuerdo a nuestras expectaciones de ellos. Dile a un niño que es malo y lo más probable es que demuestre serlo. Dile a tus amigos que él es un diablito y pronto verán que es verdad. Un estudio, realizado con estudiantes, psicólogos eligieron a un grupo normal de alumnos y les dijeron a los maestros que estos estudiantes eran tremendamente inteligentes. Al finalizar el año, debido al entusiasmo y a las grandes aspiraciones del maestro, el rendimiento de estos alumnos superó al del grupo más brillante de la escuela. Alguien creyó en sus habilidades, y se esforzaron para llegar a esta expectación. 2. Da a tu hijo seguridad Cierto doctor preguntó a una niña: —¿Qué significa el hogar para ti? —El hogar es el lugar a donde uno va cuando oscurece, fue su respuesta. Ciertamente es una bendición que el niño pueda volver a la seguridad de un hogar de amor cuando oscurece. Lo triste es que, para muchos niños, el hogar también es oscuro. Los padres demasiado dominantes, o demasiado tolerantes, traen inseguridad a la vida de sus hijos. Cuando el padre es demasiado dominante, la personalidad del niño se desarrollará tan escasamente como una semilla que brota demasiado cerca de un árbol grande. Por otro lado, demasiado tolerante, que no pone restricciones definidas, va a criar a un hijo que se siente inaceptado. Seis factores positivos para crear el sentido de seguridad en un niño: 1. Amor entre padre y madre Lo más importante en esto es el amor que el padre y la madre sienten entre sí. Esto no significa que los padres no deben discutir nunca delante de los chicos. Si se tienen diferencias agudas y se resuelven con amor, esto puede ayudar al niño a enfrentar la vida de una manera realista. Si después de un desacuerdo el niño ve amor entre sus padres, probablemente estará mejor equipado para enfrentar sus propios conflictos que el niño que nunca supo que sus padres tenían dificultades. Esto, sin embargo, no es lo mismo que el caso de los padres que se pelean constantemente. En un estudio hecho a adolescentes con problemas, las tres razones que más se mencionaron para el uso de drogas fueron: (1) conflicto entre los padres, (2) deseo de un cambio de personalidad y (3) presión de su grupo. El psiquiatra Justin S. Green dijo: “En mis veinticinco años de práctica todavía no he visto un problema emocional serio en un niño cuyos padres se aman entre sí y cuyo amor por el niño es fruto de su amor”. 2. Unidad familiar Los estudios realizados muestran que los niños empiezan a andar por el mal camino cuando no tienen un sentimiento de unidad en la familia. Si se tiene en cuenta el gran número de abandonos y divorcios, no es de extrañar que haya tantos niños inseguros. 3. Una rutina normal Si la familia tiene horas señaladas para hacer ciertas cosas, esto crea seguridad. Esto no significa que debe haber reglas estrictas que nunca se puedan cambiar. Lo que significa es que tener cierta hora asignada para comer, para hacer las tareas de la casa o para ir a dormir es bueno y crea relaciones saludables. 4. Disciplina adecuada Los padres demasiado permisivos o indecisos, que dejan al niño a merced de cada capricho o impulso, son una verdadera amenaza para la seguridad del niño. Éste nunca llega a saber claramente qué es lo que se espera de él y qué es lo que debe o no hacer. La disciplina, administrada justamente y en amor, trae paz y orden a la vida de un niño. 5. El Toque físico Ultimamente se ha dado bastante atención a lo que puede hacer el tocar a otros para brindarles seguridad y aceptación. Un pediatra, El doctor Frederic Burke dice: “La mayoría de las madres jóvenes se dan cuenta de que el niño necesita que lo toquen, lo acaricien, lo mimen y lo arrullen. Todas estas cosas son agradables y tiernas y ayudan a la seguridad del infante... creo firmemente que la experiencia física de las manos y brazos de amor de los padres, al comienzo de la vida, queda grabada en la mente del niño; y aun cuando aparentemente esto se deja de lado, tiene una tremenda influencia en la personalidad del niño y en el tipo de adolescente que va a ser”. Pero estos toques significativos no deben parar cuando el niño empieza a crecer. Ponerle una mano sobre su hombro, abrazarlo, besarlo y tomar su mano cuando van caminando, todo esto ayuda a crear una relación íntima y sólida para el niño, el adolescente, el joven. Este sentimiento no se puede reemplazar comprándole cosas materiales. Debemos recordar que los muchachos (hombres) necesitan recibir estos toques de afecto de su padre, no sólo de su madre. 6. Un sentido de pertenencia El niño siente que pertenece cuando se le toma en cuenta, cuando se le incluye en la responsabilidad y en el trabajo de la familia. |
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Lección 6El papel de los padres: AmarSi un niño vive bajo la crítica, aprenderá a condenar. Dorothy Law Nolte Amar y ser amado es la necesidad humana más fuerte. Como padres, la forma en que ofrecemos amor a nuestros hijos afecta profundamente su capacidad de relacionarse con los demás. El doctor René Spitz, un psicoanalista de Nueva York, se dedicó durante tres meses a observar las reacciones de los bebés en un hogar de huérfanos, donde el personal encargado estaba tan ocupado que cada niño recibía atención equivalente a la décima parte de una madre. El doctor Spitz encontró que aproximadamente el treinta por ciento de estos niños murieron antes de cumplir su primer año. “El hambre emocional es tan peligroso como el hambre físico”, dice el doctor Spitz. Es más lento, pero es igual de efectivo. Sin la satisfacción emocional, los niños se mueren. “Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos” (Tito 2:4). I. ¿Qué es el amor?1. El amor es una respuesta que se aprende El niño nace sin saber cómo amar pero con una gran capacidad para amar. Cuando el bebé recibe amor, él responde a ese amor y aprende a devolverlo. 2. El amor puede ser una decisión aun sin emoción Hay varias clases de amor y lo que una madre siente por su bebé es un afecto natural que Dios pone en su corazón. Es fácil sentir este amor por un niño amable y obediente, pero ¿cómo responderemos a un niño rebelde y obstinado? Si el amor “agape” incondicional de Dios mora en nosotros, entonces podemos decidir amar a este niño difícil y Él nos dará la capacidad. 3. El amor debe ser expresado... con palabras, acciones y actitudes La pregunta no es, ¿amas a tus hijos?, la pregunta es, ¿saben tus hijos que los amas? Las personas pueden comunicarse amor de muchas maneras no verbales. Algunos ejemplos: abrazos, sonrisas, palmear el hombro, mirar fijamente a los ojos del ser amado. Para el niño es importante que sienta y experimente el amor de manera práctica. También las palabras son muy importantes. Proverbios dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” (Proverbios 18:21) y “Manantial de vida es la boca del justo...” (Proverbios 10:11). Ningún hijo es demasiado grande como para decirle “te amo, mi hijo”. A través de nuestras palabras podemos ser fuentes de vida. Podemos expresar amor a nuestros hijos sin necesidad de gastar mucho dinero, pero no podemos expresar amor sin gastar algo de nuestro tiempo. Se dice que Susana Wesley (madre de los destacados hombres de Dios, Juan y Carlos Wesley) pasaba una hora a solas, cada semana, con cada uno de sus diecinueve hijos. Es importante para el muchacho que sus padres tengan interés en sus actividades escolares y que asistan a eventos donde él participe. Sin embargo, es igualmente efectivo para el niño que él sea incluido en alguna actividad del padre. “¡Eh, hijo! ¿Quieres ir a la tienda conmigo?”, puede que sea simplemente a buscar un rastrillo para el jardín. Tendrías que ir de todas maneras, ¿por qué no pasar el tiempo junto a tu hijo mientras realizas esta tarea? Estos momentitos, estas maneras naturales y espontáneas de incluir al niño en tus actividades edifican la comunicación y cariño entre padres e hijos. Un padre compartió lo siguiente: “A menudo vamos hasta la nevería para tomar unos helados después de la cena. Bien podríamos comprar una caja de helados y servirlos a la mesa. Pero el viaje hasta la nevería, la elección del sabor favorito de cada uno y la charla que tenemos por el camino es un tiempo de diversión familiar. Puedes dar sin amar, pero no puedes amar sin dar. II. El amar es igual a proveer necesidades“...Pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos” (2 Corintios 12:14). “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le pidan?” (Mateo 7:11). “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de sus casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. (1 Timoteo 5:8). Los padres tienen la responsabilidad de proveer para todas las necesidades de los hijos: físicas, emocionales y espirituales. Esto no implica dar al hijo todo lo que él pide; esto sería mimarle. Pero uno no debe traer al mundo un hijo si no puede suplir sus necesidades. III. El amor incondicional incluye aceptacion y seguridad1. La aceptación Así como la salud física depende principalmente de una alimentación y ejercicio adecuados, la salud emocional depende principalmente del aprecio correcto que tenemos por nosotros mismos. Esto se desarrolla a través de la aceptación y el sentirse útil. ¿Qué es lo que crea un sentido de aceptación? a. Reconoce al niño como único No hay dos niños iguales y si se les trata a todos por igual se presentarán los problemas. Si se reconocen las diferentes habilidades, si se evita comparar a los hijos y si se trata a cada uno como único, esto hará que se sientan aceptados. No estamos hablando de favoritismo. Cada niño debe sentir que sus padres lo quieren igual que a sus hermanos. b. Haz que el niño sepa que él es un gozo para ti Un hijo es un regalo de Dios, una herencia del Señor. Una de las cosas más devastadoras que el niño pueda experimentar es sentir que vino por accidente, como resultado de un embarazo no deseado, un casamiento forzado, o que él es un obstáculo a la felicidad de sus padres o una carga económica. ¡Dichoso el niño al que sus padres le recuerdan constantemente que lo quieren y se gozan al máximo con él! c. Manten una relación honesta y genuina con el niño Cuando somos lo suficientemente honestos para confesar nuestros propios fracasos y el hecho de que no somos perfectos como padres y no demandamos perfección del hijo, aliviamos muchas tensiones y damos seguridad a este hijo. Si los padres pudieran admitir sus errores más fácilmente incluso reírse de ellos, el ambiente de muchos hogares mejoraría grandemente. Quizá tu hijo tenga miedo a la oscuridad y no quiere ir a acostarse. Si le dices honestamente: “Yo sé cómo te sientes. Yo también le tenía miedo a la oscuridad”, estarás ayudando a tu hijo a superar ese temor. Si le dices al niño que es un cobarde y que debería darle vergüenza tener miedo, le estás haciendo saber que en realidad no lo aceptas. Es mucho mejor aceptar sus sentimientos como normales y animarlo a que los platique contigo. Cuando hay confianza para conversar sobre los temores, y cuando el padre o la madre oran con el niño sobre el asunto, estos temores generalmente desaparecerán. d. Escucha lo que el niño te está diciendo Una de las mejores maneras de decir al niño: ‘‘Yo te acepto’’, es escucharlo atentamente. La verdadera comunicación depende de la aceptación. e. Trata al niño como a una persona de valor Algunos padres empujan a los niños hacia un lado en vez de decirles: “Con permiso” o “¿Puedo pasar, por favor?”. La forma de enseñar el respeto a un niño es respetándolo. Muchas veces decimos “por favor”, “gracias” y “con permiso” a los visitantes pero no somos corteses con nuestros hijos. Los niños tienen una habilidad extraordinaria para actuar de acuerdo a nuestras expectaciones de ellos. Dile a un niño que es malo y lo más probable es que demuestre serlo. Dile a tus amigos que él es un diablito y pronto verán que es verdad. Un estudio, realizado con estudiantes, psicólogos eligieron a un grupo normal de alumnos y les dijeron a los maestros que estos estudiantes eran tremendamente inteligentes. Al finalizar el año, debido al entusiasmo y a las grandes aspiraciones del maestro, el rendimiento de estos alumnos superó al del grupo más brillante de la escuela. Alguien creyó en sus habilidades, y se esforzaron para llegar a esta expectación. 2. Da a tu hijo seguridad Cierto doctor preguntó a una niña: —¿Qué significa el hogar para ti? —El hogar es el lugar a donde uno va cuando oscurece, fue su respuesta. Ciertamente es una bendición que el niño pueda volver a la seguridad de un hogar de amor cuando oscurece. Lo triste es que, para muchos niños, el hogar también es oscuro. Los padres demasiado dominantes, o demasiado tolerantes, traen inseguridad a la vida de sus hijos. Cuando el padre es demasiado dominante, la personalidad del niño se desarrollará tan escasamente como una semilla que brota demasiado cerca de un árbol grande. Por otro lado, demasiado tolerante, que no pone restricciones definidas, va a criar a un hijo que se siente inaceptado. Seis factores positivos para crear el sentido de seguridad en un niño: 1. Amor entre padre y madre Lo más importante en esto es el amor que el padre y la madre sienten entre sí. Esto no significa que los padres no deben discutir nunca delante de los chicos. Si se tienen diferencias agudas y se resuelven con amor, esto puede ayudar al niño a enfrentar la vida de una manera realista. Si después de un desacuerdo el niño ve amor entre sus padres, probablemente estará mejor equipado para enfrentar sus propios conflictos que el niño que nunca supo que sus padres tenían dificultades. Esto, sin embargo, no es lo mismo que el caso de los padres que se pelean constantemente. En un estudio hecho a adolescentes con problemas, las tres razones que más se mencionaron para el uso de drogas fueron: (1) conflicto entre los padres, (2) deseo de un cambio de personalidad y (3) presión de su grupo. El psiquiatra Justin S. Green dijo: “En mis veinticinco años de práctica todavía no he visto un problema emocional serio en un niño cuyos padres se aman entre sí y cuyo amor por el niño es fruto de su amor”. 2. Unidad familiar Los estudios realizados muestran que los niños empiezan a andar por el mal camino cuando no tienen un sentimiento de unidad en la familia. Si se tiene en cuenta el gran número de abandonos y divorcios, no es de extrañar que haya tantos niños inseguros. 3. Una rutina normal Si la familia tiene horas señaladas para hacer ciertas cosas, esto crea seguridad. Esto no significa que debe haber reglas estrictas que nunca se puedan cambiar. Lo que significa es que tener cierta hora asignada para comer, para hacer las tareas de la casa o para ir a dormir es bueno y crea relaciones saludables. 4. Disciplina adecuada Los padres demasiado permisivos o indecisos, que dejan al niño a merced de cada capricho o impulso, son una verdadera amenaza para la seguridad del niño. Éste nunca llega a saber claramente qué es lo que se espera de él y qué es lo que debe o no hacer. La disciplina, administrada justamente y en amor, trae paz y orden a la vida de un niño. 5. El Toque físico Ultimamente se ha dado bastante atención a lo que puede hacer el tocar a otros para brindarles seguridad y aceptación. Un pediatra, El doctor Frederic Burke dice: “La mayoría de las madres jóvenes se dan cuenta de que el niño necesita que lo toquen, lo acaricien, lo mimen y lo arrullen. Todas estas cosas son agradables y tiernas y ayudan a la seguridad del infante... creo firmemente que la experiencia física de las manos y brazos de amor de los padres, al comienzo de la vida, queda grabada en la mente del niño; y aun cuando aparentemente esto se deja de lado, tiene una tremenda influencia en la personalidad del niño y en el tipo de adolescente que va a ser”. Pero estos toques significativos no deben parar cuando el niño empieza a crecer. Ponerle una mano sobre su hombro, abrazarlo, besarlo y tomar su mano cuando van caminando, todo esto ayuda a crear una relación íntima y sólida para el niño, el adolescente, el joven. Este sentimiento no se puede reemplazar comprándole cosas materiales. Debemos recordar que los muchachos (hombres) necesitan recibir estos toques de afecto de su padre, no sólo de su madre. 6. Un sentido de pertenencia El niño siente que pertenece cuando se le toma en cuenta, cuando se le incluye en la responsabilidad y en el trabajo de la familia. |
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Lección 6El papel de los padres: AmarSi un niño vive bajo la crítica, aprenderá a condenar. Dorothy Law Nolte Amar y ser amado es la necesidad humana más fuerte. Como padres, la forma en que ofrecemos amor a nuestros hijos afecta profundamente su capacidad de relacionarse con los demás. El doctor René Spitz, un psicoanalista de Nueva York, se dedicó durante tres meses a observar las reacciones de los bebés en un hogar de huérfanos, donde el personal encargado estaba tan ocupado que cada niño recibía atención equivalente a la décima parte de una madre. El doctor Spitz encontró que aproximadamente el treinta por ciento de estos niños murieron antes de cumplir su primer año. “El hambre emocional es tan peligroso como el hambre físico”, dice el doctor Spitz. Es más lento, pero es igual de efectivo. Sin la satisfacción emocional, los niños se mueren. “Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos” (Tito 2:4). I. ¿Qué es el amor?1. El amor es una respuesta que se aprende El niño nace sin saber cómo amar pero con una gran capacidad para amar. Cuando el bebé recibe amor, él responde a ese amor y aprende a devolverlo. 2. El amor puede ser una decisión aun sin emoción Hay varias clases de amor y lo que una madre siente por su bebé es un afecto natural que Dios pone en su corazón. Es fácil sentir este amor por un niño amable y obediente, pero ¿cómo responderemos a un niño rebelde y obstinado? Si el amor “agape” incondicional de Dios mora en nosotros, entonces podemos decidir amar a este niño difícil y Él nos dará la capacidad. 3. El amor debe ser expresado... con palabras, acciones y actitudes La pregunta no es, ¿amas a tus hijos?, la pregunta es, ¿saben tus hijos que los amas? Las personas pueden comunicarse amor de muchas maneras no verbales. Algunos ejemplos: abrazos, sonrisas, palmear el hombro, mirar fijamente a los ojos del ser amado. Para el niño es importante que sienta y experimente el amor de manera práctica. También las palabras son muy importantes. Proverbios dice: “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” (Proverbios 18:21) y “Manantial de vida es la boca del justo...” (Proverbios 10:11). Ningún hijo es demasiado grande como para decirle “te amo, mi hijo”. A través de nuestras palabras podemos ser fuentes de vida. Podemos expresar amor a nuestros hijos sin necesidad de gastar mucho dinero, pero no podemos expresar amor sin gastar algo de nuestro tiempo. Se dice que Susana Wesley (madre de los destacados hombres de Dios, Juan y Carlos Wesley) pasaba una hora a solas, cada semana, con cada uno de sus diecinueve hijos. Es importante para el muchacho que sus padres tengan interés en sus actividades escolares y que asistan a eventos donde él participe. Sin embargo, es igualmente efectivo para el niño que él sea incluido en alguna actividad del padre. “¡Eh, hijo! ¿Quieres ir a la tienda conmigo?”, puede que sea simplemente a buscar un rastrillo para el jardín. Tendrías que ir de todas maneras, ¿por qué no pasar el tiempo junto a tu hijo mientras realizas esta tarea? Estos momentitos, estas maneras naturales y espontáneas de incluir al niño en tus actividades edifican la comunicación y cariño entre padres e hijos. Un padre compartió lo siguiente: “A menudo vamos hasta la nevería para tomar unos helados después de la cena. Bien podríamos comprar una caja de helados y servirlos a la mesa. Pero el viaje hasta la nevería, la elección del sabor favorito de cada uno y la charla que tenemos por el camino es un tiempo de diversión familiar. Puedes dar sin amar, pero no puedes amar sin dar. II. El amar es igual a proveer necesidades“...Pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos” (2 Corintios 12:14). “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le pidan?” (Mateo 7:11). “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de sus casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. (1 Timoteo 5:8). Los padres tienen la responsabilidad de proveer para todas las necesidades de los hijos: físicas, emocionales y espirituales. Esto no implica dar al hijo todo lo que él pide; esto sería mimarle. Pero uno no debe traer al mundo un hijo si no puede suplir sus necesidades. III. El amor incondicional incluye aceptacion y seguridad1. La aceptación Así como la salud física depende principalmente de una alimentación y ejercicio adecuados, la salud emocional depende principalmente del aprecio correcto que tenemos por nosotros mismos. Esto se desarrolla a través de la aceptación y el sentirse útil. ¿Qué es lo que crea un sentido de aceptación? a. Reconoce al niño como único No hay dos niños iguales y si se les trata a todos por igual se presentarán los problemas. Si se reconocen las diferentes habilidades, si se evita comparar a los hijos y si se trata a cada uno como único, esto hará que se sientan aceptados. No estamos hablando de favoritismo. Cada niño debe sentir que sus padres lo quieren igual que a sus hermanos. b. Haz que el niño sepa que él es un gozo para ti Un hijo es un regalo de Dios, una herencia del Señor. Una de las cosas más devastadoras que el niño pueda experimentar es sentir que vino por accidente, como resultado de un embarazo no deseado, un casamiento forzado, o que él es un obstáculo a la felicidad de sus padres o una carga económica. ¡Dichoso el niño al que sus padres le recuerdan constantemente que lo quieren y se gozan al máximo con él! c. Manten una relación honesta y genuina con el niño Cuando somos lo suficientemente honestos para confesar nuestros propios fracasos y el hecho de que no somos perfectos como padres y no demandamos perfección del hijo, aliviamos muchas tensiones y damos seguridad a este hijo. Si los padres pudieran admitir sus errores más fácilmente incluso reírse de ellos, el ambiente de muchos hogares mejoraría grandemente. Quizá tu hijo tenga miedo a la oscuridad y no quiere ir a acostarse. Si le dices honestamente: “Yo sé cómo te sientes. Yo también le tenía miedo a la oscuridad”, estarás ayudando a tu hijo a superar ese temor. Si le dices al niño que es un cobarde y que debería darle vergüenza tener miedo, le estás haciendo saber que en realidad no lo aceptas. Es mucho mejor aceptar sus sentimientos como normales y animarlo a que los platique contigo. Cuando hay confianza para conversar sobre los temores, y cuando el padre o la madre oran con el niño sobre el asunto, estos temores generalmente desaparecerán. d. Escucha lo que el niño te está diciendo Una de las mejores maneras de decir al niño: ‘‘Yo te acepto’’, es escucharlo atentamente. La verdadera comunicación depende de la aceptación. e. Trata al niño como a una persona de valor Algunos padres empujan a los niños hacia un lado en vez de decirles: “Con permiso” o “¿Puedo pasar, por favor?”. La forma de enseñar el respeto a un niño es respetándolo. Muchas veces decimos “por favor”, “gracias” y “con permiso” a los visitantes pero no somos corteses con nuestros hijos. Los niños tienen una habilidad extraordinaria para actuar de acuerdo a nuestras expectaciones de ellos. Dile a un niño que es malo y lo más probable es que demuestre serlo. Dile a tus amigos que él es un diablito y pronto verán que es verdad. Un estudio, realizado con estudiantes, psicólogos eligieron a un grupo normal de alumnos y les dijeron a los maestros que estos estudiantes eran tremendamente inteligentes. Al finalizar el año, debido al entusiasmo y a las grandes aspiraciones del maestro, el rendimiento de estos alumnos superó al del grupo más brillante de la escuela. Alguien creyó en sus habilidades, y se esforzaron para llegar a esta expectación. 2. Da a tu hijo seguridad Cierto doctor preguntó a una niña: —¿Qué significa el hogar para ti? —El hogar es el lugar a donde uno va cuando oscurece, fue su respuesta. Ciertamente es una bendición que el niño pueda volver a la seguridad de un hogar de amor cuando oscurece. Lo triste es que, para muchos niños, el hogar también es oscuro. Los padres demasiado dominantes, o demasiado tolerantes, traen inseguridad a la vida de sus hijos. Cuando el padre es demasiado dominante, la personalidad del niño se desarrollará tan escasamente como una semilla que brota demasiado cerca de un árbol grande. Por otro lado, demasiado tolerante, que no pone restricciones definidas, va a criar a un hijo que se siente inaceptado. Seis factores positivos para crear el sentido de seguridad en un niño: 1. Amor entre padre y madre Lo más importante en esto es el amor que el padre y la madre sienten entre sí. Esto no significa que los padres no deben discutir nunca delante de los chicos. Si se tienen diferencias agudas y se resuelven con amor, esto puede ayudar al niño a enfrentar la vida de una manera realista. Si después de un desacuerdo el niño ve amor entre sus padres, probablemente estará mejor equipado para enfrentar sus propios conflictos que el niño que nunca supo que sus padres tenían dificultades. Esto, sin embargo, no es lo mismo que el caso de los padres que se pelean constantemente. En un estudio hecho a adolescentes con problemas, las tres razones que más se mencionaron para el uso de drogas fueron: (1) conflicto entre los padres, (2) deseo de un cambio de personalidad y (3) presión de su grupo. El psiquiatra Justin S. Green dijo: “En mis veinticinco años de práctica todavía no he visto un problema emocional serio en un niño cuyos padres se aman entre sí y cuyo amor por el niño es fruto de su amor”. 2. Unidad familiar Los estudios realizados muestran que los niños empiezan a andar por el mal camino cuando no tienen un sentimiento de unidad en la familia. Si se tiene en cuenta el gran número de abandonos y divorcios, no es de extrañar que haya tantos niños inseguros. 3. Una rutina normal Si la familia tiene horas señaladas para hacer ciertas cosas, esto crea seguridad. Esto no significa que debe haber reglas estrictas que nunca se puedan cambiar. Lo que significa es que tener cierta hora asignada para comer, para hacer las tareas de la casa o para ir a dormir es bueno y crea relaciones saludables. 4. Disciplina adecuada Los padres demasiado permisivos o indecisos, que dejan al niño a merced de cada capricho o impulso, son una verdadera amenaza para la seguridad del niño. Éste nunca llega a saber claramente qué es lo que se espera de él y qué es lo que debe o no hacer. La disciplina, administrada justamente y en amor, trae paz y orden a la vida de un niño. 5. El Toque físico Ultimamente se ha dado bastante atención a lo que puede hacer el tocar a otros para brindarles seguridad y aceptación. Un pediatra, El doctor Frederic Burke dice: “La mayoría de las madres jóvenes se dan cuenta de que el niño necesita que lo toquen, lo acaricien, lo mimen y lo arrullen. Todas estas cosas son agradables y tiernas y ayudan a la seguridad del infante... creo firmemente que la experiencia física de las manos y brazos de amor de los padres, al comienzo de la vida, queda grabada en la mente del niño; y aun cuando aparentemente esto se deja de lado, tiene una tremenda influencia en la personalidad del niño y en el tipo de adolescente que va a ser”. Pero estos toques significativos no deben parar cuando el niño empieza a crecer. Ponerle una mano sobre su hombro, abrazarlo, besarlo y tomar su mano cuando van caminando, todo esto ayuda a crear una relación íntima y sólida para el niño, el adolescente, el joven. Este sentimiento no se puede reemplazar comprándole cosas materiales. Debemos recordar que los muchachos (hombres) necesitan recibir estos toques de afecto de su padre, no sólo de su madre. 6. Un sentido de pertenencia El niño siente que pertenece cuando se le toma en cuenta, cuando se le incluye en la responsabilidad y en el trabajo de la familia. |
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