Tu puedes ser sobreabundantemente bendecido | |||||||
Capítulo V PT. 1 La Facultad de Bendecir - Otros Tres Tipos de Bendición Hasta este punto, hemos hablado principalmente de las muchas bendiciones que recibimos a raíz de vivir bajo la Bendición de Dios que es nuestra en Cristo Jesús. Pero existen otros tipos de bendición. Bendecimos a Dios Por increíble que parezca, el Señor nos ha otorgado el gran privilegio de bendecirle a Él. Salmos 103:1 “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre”. ¡Imagínate! Nosotros podemos bendecir a Dios a través de nuestra alabanza y adoración. Bendecimos las cosas o ciertos lugares Dios no sólo bendice a las personas, sino también las cosas. Deuteronomio 28 está lleno de este tipo de bendiciones, en donde Él promete a los israelitas derramar su favor sobre su tierra, sus bestias, su canasta, etc. Incluso la gente bendecía las cosas como una manera de dedicarlas a Dios y pedirle su favor. El ejemplo más común es pedir la bendición por los alimentos. Jesús demostró esto cuando Él mismo bendijo los panes y los peces (Mt. 14:19-21). Bendecimos a otras personas Y en tercer lugar, otra clase de bendición es que nosotros, habiendo recibido bendición, tenemos la facultad de bendecirnos el uno al otro. ¡Qué asombrosa es esta habilidad! No sólo Dios es un Dios de bendición, también el pueblo de Dios es un pueblo de bendición. Aarón bendijo a los Israelitas, Jesús bendijo a los discípulos y a los niños. En cada uno de estos casos, la persona habló palabras de bendición sobre otro. Dios dice: “…bendecid y no maldigáis” (Ro.12:14). Muchas veces durante la reunión dominical en nuestra congregación, mi esposo u otro de los pastores dirán: “Pongan sus manos sobre el hombro de la persona a su izquierda y derecha y declaren una bendición sobre estas personas”. Yo trato de ser sensible al Espíritu Santo y no siempre declarar la misma bendición, pero a menudo viene a mi mente las palabras del Salmo 23 y declaro sobre la persona a mi izquierda y mi derecha que “ciertamente el bien y la misericordia (favor) les seguirán todos los días de su vida”, entre otras cosas. Los hijos pueden bendecir a sus padres. Proverbios 31:28 dice de la mujer virtuosa que sus hijos se levantarán y la llamarán bienaventurada. Esta palabra es ashar en el hebreo y significa, entre otras cosas, bendecida y feliz. ¡Qué dichosa es la mujer, cuyos hijos se levantan y la declaran bendecida! Bendice a tus hijos Probablemente, uno de los aspectos de mayor trascendencia es la bendición familiar, en que los padres o abuelos hablan palabras de favor, de bienestar, sobre la vida de los hijos o nietos. Leemos en 2 Samuel 6:20: “Volvió luego David para bendecir su casa…” Jacob bendijo a sus hijos antes de morir, Isaac bendijo a Jacob. A continuación aparecen algunas palabras de bendición que podemos declarar sobre nuestros hijos y nietos: Protección Declaro que Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada (Salmos 121:8; 91:10). Autoridad Te bendigo con la revelación que Dios te ha dado autoridad sobre toda fuerza del enemigo (satanás) y nada te dañará. Ninguna arma forjada contra ti prosperará. Has sido creado para tener dominio sobre lo creado por Dios (Salmos 8: 6-8; Isa. 54:17; Heb. 2:7,8). Dirección Declaro que tus pasos son ordenados por el Señor y Él te hará entender y te enseñará el camino que debes andar (Salmos 32:8, 37:23). Valor Te bendigo con valor para afrentar al miedo y saber que Dios es tu refugio y fortaleza. No temerás ni te aterrorizarás porque el Señor tu Dios va delante de ti; nunca te dejará ni te desamparará. Todo lugar que pise la planta de tus pies será lugar de victoria para ti. Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida. El temor es lo contrario a la fe, y Dios no te ha dado el espíritu de temor. Te ha bendecido con poder, amor y una mente sana (Deut. 31:6; Jos. 1:3, 5; 2 Tim. 1:7). Creatividad En ti habita el espíritu de creatividad porque has sido creado a la imagen del gran Creador del cielo y la tierra. Él es quien te da ideas para diseñar, construir y ejecutar. Deja que llene tu imaginación con pensamientos creativos, los cuales, una vez realizados, traigan gloria a Él y bendiciones a los demás (Gén. 1:26,27; 2 Co.2:14; Sal. 90:16,17). Amor Te bendigo con el profundo deseo de amar a Dios con todo tu corazón y voluntad y la habilidad de hacerlo todos los días de tu vida. Amando a Dios primero y luego a tus padres, indudablemente te amarás a ti mismo y a tu prójimo como a ti mismo. Te bendigo con el entendimiento de captar cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo por ti (Deut.6:5; Ex. 20:12; Ef. 3:17-19). Recuerda: La bendición nunca debe reemplazar a la oración. Tanto la bendición, como la oración por sus hijos y la oración con sus hijos, son importantes. Bendice intencionalmente y no maldigas accidentalmente Ya hemos visto que “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. En ningún lugar se ve esta realidad más clara, que en la dinámica de la vida familiar. Las palabras que los padres les dicen a sus hijos día tras día, con el tiempo, crean en el hogar una atmósfera que, o asfixia y envenena su espíritu, o lo nutre y fortalece. Las consecuencias pueden ser devastadoras, o darles vida. Proverbios 12:18 “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina”. Hablar “muerte” a nuestros hijos es destruir su autoestima con calificativos negativos como: ‘‘Eres un rebelde’’; ‘‘Eres un inútil’’. Es lo que la Biblia llama “maldecir”. Tal vez tú no eres culpable de herir a tus hijos, hablando palabras de muerte, pero ¿qué de sencillamente no hablarles palabras constructivas y positivas? Esto es agotar la vida de su espíritu con negligencia. Como ya vimos, la palabra en castellano para “bendecir” a alguien viene del verbo griego eyloguéo: “Elogio”. ¿Cuándo se elogia más a alguien? ¡En su funeral! Es triste que esperemos hasta que la persona haya desaparecido, para elogiarla. Proverbios 25:11 dice: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. Una expresión de aprecio apropiada es como un adorno colocado en el recipiente que le trae honra a esa persona, tanto si está sola, como si está en la presencia de los demás. Este es el mejor momento para adornar a nuestros hijos con este tipo de bendiciones. ¡Qué importante es que usemos nuestras bocas para bendecir: A nuestros cónyuges, hijos, pastores, padres, hermanos, aun enemigos! Por supuesto, la razón por la que bendecimos a nuestros hijos, o a cualquier otra persona, hablando bien de ellos, no es por controlarlos, ni sacarles algo más. Bendecimos a las personas, porque es lo correcto. |
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Tu puedes ser sobreabundantemente bendecido |
Capítulo V PT. 1 La Facultad de Bendecir - Otros Tres Tipos de Bendición Hasta este punto, hemos hablado principalmente de las muchas bendiciones que recibimos a raíz de vivir bajo la Bendición de Dios que es nuestra en Cristo Jesús. Pero existen otros tipos de bendición. Bendecimos a Dios Por increíble que parezca, el Señor nos ha otorgado el gran privilegio de bendecirle a Él. Salmos 103:1 “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre”. ¡Imagínate! Nosotros podemos bendecir a Dios a través de nuestra alabanza y adoración. Bendecimos las cosas o ciertos lugares Dios no sólo bendice a las personas, sino también las cosas. Deuteronomio 28 está lleno de este tipo de bendiciones, en donde Él promete a los israelitas derramar su favor sobre su tierra, sus bestias, su canasta, etc. Incluso la gente bendecía las cosas como una manera de dedicarlas a Dios y pedirle su favor. El ejemplo más común es pedir la bendición por los alimentos. Jesús demostró esto cuando Él mismo bendijo los panes y los peces (Mt. 14:19-21). Bendecimos a otras personas Y en tercer lugar, otra clase de bendición es que nosotros, habiendo recibido bendición, tenemos la facultad de bendecirnos el uno al otro. ¡Qué asombrosa es esta habilidad! No sólo Dios es un Dios de bendición, también el pueblo de Dios es un pueblo de bendición. Aarón bendijo a los Israelitas, Jesús bendijo a los discípulos y a los niños. En cada uno de estos casos, la persona habló palabras de bendición sobre otro. Dios dice: “…bendecid y no maldigáis” (Ro.12:14). Muchas veces durante la reunión dominical en nuestra congregación, mi esposo u otro de los pastores dirán: “Pongan sus manos sobre el hombro de la persona a su izquierda y derecha y declaren una bendición sobre estas personas”. Yo trato de ser sensible al Espíritu Santo y no siempre declarar la misma bendición, pero a menudo viene a mi mente las palabras del Salmo 23 y declaro sobre la persona a mi izquierda y mi derecha que “ciertamente el bien y la misericordia (favor) les seguirán todos los días de su vida”, entre otras cosas. Los hijos pueden bendecir a sus padres. Proverbios 31:28 dice de la mujer virtuosa que sus hijos se levantarán y la llamarán bienaventurada. Esta palabra es ashar en el hebreo y significa, entre otras cosas, bendecida y feliz. ¡Qué dichosa es la mujer, cuyos hijos se levantan y la declaran bendecida! Bendice a tus hijos Probablemente, uno de los aspectos de mayor trascendencia es la bendición familiar, en que los padres o abuelos hablan palabras de favor, de bienestar, sobre la vida de los hijos o nietos. Leemos en 2 Samuel 6:20: “Volvió luego David para bendecir su casa…” Jacob bendijo a sus hijos antes de morir, Isaac bendijo a Jacob. A continuación aparecen algunas palabras de bendición que podemos declarar sobre nuestros hijos y nietos: Protección Declaro que Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada (Salmos 121:8; 91:10). Autoridad Te bendigo con la revelación que Dios te ha dado autoridad sobre toda fuerza del enemigo (satanás) y nada te dañará. Ninguna arma forjada contra ti prosperará. Has sido creado para tener dominio sobre lo creado por Dios (Salmos 8: 6-8; Isa. 54:17; Heb. 2:7,8). Dirección Declaro que tus pasos son ordenados por el Señor y Él te hará entender y te enseñará el camino que debes andar (Salmos 32:8, 37:23). Valor Te bendigo con valor para afrentar al miedo y saber que Dios es tu refugio y fortaleza. No temerás ni te aterrorizarás porque el Señor tu Dios va delante de ti; nunca te dejará ni te desamparará. Todo lugar que pise la planta de tus pies será lugar de victoria para ti. Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida. El temor es lo contrario a la fe, y Dios no te ha dado el espíritu de temor. Te ha bendecido con poder, amor y una mente sana (Deut. 31:6; Jos. 1:3, 5; 2 Tim. 1:7). Creatividad En ti habita el espíritu de creatividad porque has sido creado a la imagen del gran Creador del cielo y la tierra. Él es quien te da ideas para diseñar, construir y ejecutar. Deja que llene tu imaginación con pensamientos creativos, los cuales, una vez realizados, traigan gloria a Él y bendiciones a los demás (Gén. 1:26,27; 2 Co.2:14; Sal. 90:16,17). Amor Te bendigo con el profundo deseo de amar a Dios con todo tu corazón y voluntad y la habilidad de hacerlo todos los días de tu vida. Amando a Dios primero y luego a tus padres, indudablemente te amarás a ti mismo y a tu prójimo como a ti mismo. Te bendigo con el entendimiento de captar cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo por ti (Deut.6:5; Ex. 20:12; Ef. 3:17-19). Recuerda: La bendición nunca debe reemplazar a la oración. Tanto la bendición, como la oración por sus hijos y la oración con sus hijos, son importantes. Bendice intencionalmente y no maldigas accidentalmente Ya hemos visto que “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. En ningún lugar se ve esta realidad más clara, que en la dinámica de la vida familiar. Las palabras que los padres les dicen a sus hijos día tras día, con el tiempo, crean en el hogar una atmósfera que, o asfixia y envenena su espíritu, o lo nutre y fortalece. Las consecuencias pueden ser devastadoras, o darles vida. Proverbios 12:18 “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina”. Hablar “muerte” a nuestros hijos es destruir su autoestima con calificativos negativos como: ‘‘Eres un rebelde’’; ‘‘Eres un inútil’’. Es lo que la Biblia llama “maldecir”. Tal vez tú no eres culpable de herir a tus hijos, hablando palabras de muerte, pero ¿qué de sencillamente no hablarles palabras constructivas y positivas? Esto es agotar la vida de su espíritu con negligencia. Como ya vimos, la palabra en castellano para “bendecir” a alguien viene del verbo griego eyloguéo: “Elogio”. ¿Cuándo se elogia más a alguien? ¡En su funeral! Es triste que esperemos hasta que la persona haya desaparecido, para elogiarla. Proverbios 25:11 dice: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. Una expresión de aprecio apropiada es como un adorno colocado en el recipiente que le trae honra a esa persona, tanto si está sola, como si está en la presencia de los demás. Este es el mejor momento para adornar a nuestros hijos con este tipo de bendiciones. ¡Qué importante es que usemos nuestras bocas para bendecir: A nuestros cónyuges, hijos, pastores, padres, hermanos, aun enemigos! Por supuesto, la razón por la que bendecimos a nuestros hijos, o a cualquier otra persona, hablando bien de ellos, no es por controlarlos, ni sacarles algo más. Bendecimos a las personas, porque es lo correcto. |
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Capítulo V PT. 1 La Facultad de Bendecir - Otros Tres Tipos de Bendición Hasta este punto, hemos hablado principalmente de las muchas bendiciones que recibimos a raíz de vivir bajo la Bendición de Dios que es nuestra en Cristo Jesús. Pero existen otros tipos de bendición. Bendecimos a Dios Por increíble que parezca, el Señor nos ha otorgado el gran privilegio de bendecirle a Él. Salmos 103:1 “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre”. ¡Imagínate! Nosotros podemos bendecir a Dios a través de nuestra alabanza y adoración. Bendecimos las cosas o ciertos lugares Dios no sólo bendice a las personas, sino también las cosas. Deuteronomio 28 está lleno de este tipo de bendiciones, en donde Él promete a los israelitas derramar su favor sobre su tierra, sus bestias, su canasta, etc. Incluso la gente bendecía las cosas como una manera de dedicarlas a Dios y pedirle su favor. El ejemplo más común es pedir la bendición por los alimentos. Jesús demostró esto cuando Él mismo bendijo los panes y los peces (Mt. 14:19-21). Bendecimos a otras personas Y en tercer lugar, otra clase de bendición es que nosotros, habiendo recibido bendición, tenemos la facultad de bendecirnos el uno al otro. ¡Qué asombrosa es esta habilidad! No sólo Dios es un Dios de bendición, también el pueblo de Dios es un pueblo de bendición. Aarón bendijo a los Israelitas, Jesús bendijo a los discípulos y a los niños. En cada uno de estos casos, la persona habló palabras de bendición sobre otro. Dios dice: “…bendecid y no maldigáis” (Ro.12:14). Muchas veces durante la reunión dominical en nuestra congregación, mi esposo u otro de los pastores dirán: “Pongan sus manos sobre el hombro de la persona a su izquierda y derecha y declaren una bendición sobre estas personas”. Yo trato de ser sensible al Espíritu Santo y no siempre declarar la misma bendición, pero a menudo viene a mi mente las palabras del Salmo 23 y declaro sobre la persona a mi izquierda y mi derecha que “ciertamente el bien y la misericordia (favor) les seguirán todos los días de su vida”, entre otras cosas. Los hijos pueden bendecir a sus padres. Proverbios 31:28 dice de la mujer virtuosa que sus hijos se levantarán y la llamarán bienaventurada. Esta palabra es ashar en el hebreo y significa, entre otras cosas, bendecida y feliz. ¡Qué dichosa es la mujer, cuyos hijos se levantan y la declaran bendecida! Bendice a tus hijos Probablemente, uno de los aspectos de mayor trascendencia es la bendición familiar, en que los padres o abuelos hablan palabras de favor, de bienestar, sobre la vida de los hijos o nietos. Leemos en 2 Samuel 6:20: “Volvió luego David para bendecir su casa…” Jacob bendijo a sus hijos antes de morir, Isaac bendijo a Jacob. A continuación aparecen algunas palabras de bendición que podemos declarar sobre nuestros hijos y nietos: Protección Declaro que Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre. No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada (Salmos 121:8; 91:10). Autoridad Te bendigo con la revelación que Dios te ha dado autoridad sobre toda fuerza del enemigo (satanás) y nada te dañará. Ninguna arma forjada contra ti prosperará. Has sido creado para tener dominio sobre lo creado por Dios (Salmos 8: 6-8; Isa. 54:17; Heb. 2:7,8). Dirección Declaro que tus pasos son ordenados por el Señor y Él te hará entender y te enseñará el camino que debes andar (Salmos 32:8, 37:23). Valor Te bendigo con valor para afrentar al miedo y saber que Dios es tu refugio y fortaleza. No temerás ni te aterrorizarás porque el Señor tu Dios va delante de ti; nunca te dejará ni te desamparará. Todo lugar que pise la planta de tus pies será lugar de victoria para ti. Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida. El temor es lo contrario a la fe, y Dios no te ha dado el espíritu de temor. Te ha bendecido con poder, amor y una mente sana (Deut. 31:6; Jos. 1:3, 5; 2 Tim. 1:7). Creatividad En ti habita el espíritu de creatividad porque has sido creado a la imagen del gran Creador del cielo y la tierra. Él es quien te da ideas para diseñar, construir y ejecutar. Deja que llene tu imaginación con pensamientos creativos, los cuales, una vez realizados, traigan gloria a Él y bendiciones a los demás (Gén. 1:26,27; 2 Co.2:14; Sal. 90:16,17). Amor Te bendigo con el profundo deseo de amar a Dios con todo tu corazón y voluntad y la habilidad de hacerlo todos los días de tu vida. Amando a Dios primero y luego a tus padres, indudablemente te amarás a ti mismo y a tu prójimo como a ti mismo. Te bendigo con el entendimiento de captar cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo por ti (Deut.6:5; Ex. 20:12; Ef. 3:17-19). Recuerda: La bendición nunca debe reemplazar a la oración. Tanto la bendición, como la oración por sus hijos y la oración con sus hijos, son importantes. Bendice intencionalmente y no maldigas accidentalmente Ya hemos visto que “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. En ningún lugar se ve esta realidad más clara, que en la dinámica de la vida familiar. Las palabras que los padres les dicen a sus hijos día tras día, con el tiempo, crean en el hogar una atmósfera que, o asfixia y envenena su espíritu, o lo nutre y fortalece. Las consecuencias pueden ser devastadoras, o darles vida. Proverbios 12:18 “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina”. Hablar “muerte” a nuestros hijos es destruir su autoestima con calificativos negativos como: ‘‘Eres un rebelde’’; ‘‘Eres un inútil’’. Es lo que la Biblia llama “maldecir”. Tal vez tú no eres culpable de herir a tus hijos, hablando palabras de muerte, pero ¿qué de sencillamente no hablarles palabras constructivas y positivas? Esto es agotar la vida de su espíritu con negligencia. Como ya vimos, la palabra en castellano para “bendecir” a alguien viene del verbo griego eyloguéo: “Elogio”. ¿Cuándo se elogia más a alguien? ¡En su funeral! Es triste que esperemos hasta que la persona haya desaparecido, para elogiarla. Proverbios 25:11 dice: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. Una expresión de aprecio apropiada es como un adorno colocado en el recipiente que le trae honra a esa persona, tanto si está sola, como si está en la presencia de los demás. Este es el mejor momento para adornar a nuestros hijos con este tipo de bendiciones. ¡Qué importante es que usemos nuestras bocas para bendecir: A nuestros cónyuges, hijos, pastores, padres, hermanos, aun enemigos! Por supuesto, la razón por la que bendecimos a nuestros hijos, o a cualquier otra persona, hablando bien de ellos, no es por controlarlos, ni sacarles algo más. Bendecimos a las personas, porque es lo correcto. |
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