EL DOMINIO DEL CREYENTE | |||||||
He encontrado que hay “tres ladronas” que les roban a algunos cristianos de vivir una vida victoriosa. Las llamo “las tres íes”: • Ignorancia • Incredulidad • Inactividad La Ignorancia de lo que somos en Cristo, de lo que tenemos en Él y de lo que podemos hacer en Él, ha robado a multitud de personas de su herencia total. Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento...”. La Incredulidad es otra ladrona. Algunas personas ven las promesas en la Biblia, pero piensan que sólo eran para los apóstoles o “cristianos especiales”, pero que ellas no son dignas o “bastante buenas” para recibirlas. La Inactividad es la tercera ladrona. Las victorias espirituales se logran con la fe enérgica, por eso los cristianos perezosos y pasivos no alcanzan el potencial que Dios quiere. Es necesario reconocer una verdad muy importante: Únicamente en conflicto ganamos terreno del enemigo. Recuerda que Jesús dijo: Juan 10:10 “El ladrón (satanás) no viene sino para hurtar y matar y destruir...”. No ganamos lo que el enemigo ha robado si somos pasivos. Tenemos que entrar en el conflicto, no esperar a que él nos ataque. No tenemos que aguantar más la enfermedad, la miseria, los pensamientos atormentadores, el pecado apoderante, el temor demoniaco, la derrota matrimonial o familiar, la tentación irresistible, o el dolor persistente. ¡No somos títeres controlados por una fuerza maligna! Romanos 8:37 “...Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. 2 Corintios 2:14 “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús...”. Martes 8 de noviembre Arma número 1: La Palabra de Dios Mientras la Palabra de Dios se quede únicamente en tinta sobre papel, no la podemos considerar un arma poderosa, pero cuando orientamos nuestra vida por esta Palabra y nos llenamos con ella, llega a ser un arma que satanás no puede resistir. ¿Recuerdas las tres íes? La primera fue ignorancia. Yo mismo he sido robado por el enemigo porque era ignorante de mis derechos como heredero de todas las promesas de Dios, pero he cambiado esta situación llenando mi mente, corazón y boca con la Palabra del Señor. Ya no soy víctima de mis circunstancias ni de las asechanzas del enemigo. Yo hablo la Palabra de Dios en cada situación de la vida, y digo lo que la Palabra dice, no lo que los temerosos, incrédulos y negativos expresan. Las circunstancias de la vida tienen que cambiar cuando se enfrentan con la Palabra eterna y poderosa de Dios en la boca de un creyente. ¡Habla lo que Dios dice en su Palabra! ¡Declara lo que está escrito! ¡Házlo con insistencia y convicción, tomando dominio sobre el ataque del enemigo y así vivirás en victoria! Isaías 54:14 “...Estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti”. No tengo que aceptar la opresión y vivir en temor. Afirmo que estoy lejos de opresión y el temor no se acercará a mí. Salmo 23:1, 4 “Jehová es mi pastor... no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...”. Vivo libre del temor porque mi confesión es: Jehová es mi pastor y no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo. Él (Dios) dijo: Hebreos 13:5 “...No te desampararé, ni te dejaré”. Vivo en perfecta paz y tranquilidad porque yo sé y declaro que Él nunca me desamparará ni me dejará. Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Confieso que me guardas en completa paz porque mi pensamiento está constante en ti; porque en ti he confiado. Salmo 121:7-8 “Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada...”. No tengo nada que temer porque creo y declaro que Jehová me guarda de todo mal, y Él guarda mi salida y mi entrada. Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos...”. No me apuro por nada, porque llevo mis necesidades a Dios en oración; por lo tanto, la paz de Dios está guardando mi corazón y mis pensamientos. 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. |
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He encontrado que hay “tres ladronas” que les roban a algunos cristianos de vivir una vida victoriosa. Las llamo “las tres íes”: • Ignorancia • Incredulidad • Inactividad La Ignorancia de lo que somos en Cristo, de lo que tenemos en Él y de lo que podemos hacer en Él, ha robado a multitud de personas de su herencia total. Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento...”. La Incredulidad es otra ladrona. Algunas personas ven las promesas en la Biblia, pero piensan que sólo eran para los apóstoles o “cristianos especiales”, pero que ellas no son dignas o “bastante buenas” para recibirlas. La Inactividad es la tercera ladrona. Las victorias espirituales se logran con la fe enérgica, por eso los cristianos perezosos y pasivos no alcanzan el potencial que Dios quiere. Es necesario reconocer una verdad muy importante: Únicamente en conflicto ganamos terreno del enemigo. Recuerda que Jesús dijo: Juan 10:10 “El ladrón (satanás) no viene sino para hurtar y matar y destruir...”. No ganamos lo que el enemigo ha robado si somos pasivos. Tenemos que entrar en el conflicto, no esperar a que él nos ataque. No tenemos que aguantar más la enfermedad, la miseria, los pensamientos atormentadores, el pecado apoderante, el temor demoniaco, la derrota matrimonial o familiar, la tentación irresistible, o el dolor persistente. ¡No somos títeres controlados por una fuerza maligna! Romanos 8:37 “...Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. 2 Corintios 2:14 “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús...”. Martes 8 de noviembre Arma número 1: La Palabra de Dios Mientras la Palabra de Dios se quede únicamente en tinta sobre papel, no la podemos considerar un arma poderosa, pero cuando orientamos nuestra vida por esta Palabra y nos llenamos con ella, llega a ser un arma que satanás no puede resistir. ¿Recuerdas las tres íes? La primera fue ignorancia. Yo mismo he sido robado por el enemigo porque era ignorante de mis derechos como heredero de todas las promesas de Dios, pero he cambiado esta situación llenando mi mente, corazón y boca con la Palabra del Señor. Ya no soy víctima de mis circunstancias ni de las asechanzas del enemigo. Yo hablo la Palabra de Dios en cada situación de la vida, y digo lo que la Palabra dice, no lo que los temerosos, incrédulos y negativos expresan. Las circunstancias de la vida tienen que cambiar cuando se enfrentan con la Palabra eterna y poderosa de Dios en la boca de un creyente. ¡Habla lo que Dios dice en su Palabra! ¡Declara lo que está escrito! ¡Házlo con insistencia y convicción, tomando dominio sobre el ataque del enemigo y así vivirás en victoria! Isaías 54:14 “...Estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti”. No tengo que aceptar la opresión y vivir en temor. Afirmo que estoy lejos de opresión y el temor no se acercará a mí. Salmo 23:1, 4 “Jehová es mi pastor... no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...”. Vivo libre del temor porque mi confesión es: Jehová es mi pastor y no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo. Él (Dios) dijo: Hebreos 13:5 “...No te desampararé, ni te dejaré”. Vivo en perfecta paz y tranquilidad porque yo sé y declaro que Él nunca me desamparará ni me dejará. Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Confieso que me guardas en completa paz porque mi pensamiento está constante en ti; porque en ti he confiado. Salmo 121:7-8 “Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada...”. No tengo nada que temer porque creo y declaro que Jehová me guarda de todo mal, y Él guarda mi salida y mi entrada. Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos...”. No me apuro por nada, porque llevo mis necesidades a Dios en oración; por lo tanto, la paz de Dios está guardando mi corazón y mis pensamientos. 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. |
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He encontrado que hay “tres ladronas” que les roban a algunos cristianos de vivir una vida victoriosa. Las llamo “las tres íes”: • Ignorancia • Incredulidad • Inactividad La Ignorancia de lo que somos en Cristo, de lo que tenemos en Él y de lo que podemos hacer en Él, ha robado a multitud de personas de su herencia total. Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento...”. La Incredulidad es otra ladrona. Algunas personas ven las promesas en la Biblia, pero piensan que sólo eran para los apóstoles o “cristianos especiales”, pero que ellas no son dignas o “bastante buenas” para recibirlas. La Inactividad es la tercera ladrona. Las victorias espirituales se logran con la fe enérgica, por eso los cristianos perezosos y pasivos no alcanzan el potencial que Dios quiere. Es necesario reconocer una verdad muy importante: Únicamente en conflicto ganamos terreno del enemigo. Recuerda que Jesús dijo: Juan 10:10 “El ladrón (satanás) no viene sino para hurtar y matar y destruir...”. No ganamos lo que el enemigo ha robado si somos pasivos. Tenemos que entrar en el conflicto, no esperar a que él nos ataque. No tenemos que aguantar más la enfermedad, la miseria, los pensamientos atormentadores, el pecado apoderante, el temor demoniaco, la derrota matrimonial o familiar, la tentación irresistible, o el dolor persistente. ¡No somos títeres controlados por una fuerza maligna! Romanos 8:37 “...Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. 2 Corintios 2:14 “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús...”. Martes 8 de noviembre Arma número 1: La Palabra de Dios Mientras la Palabra de Dios se quede únicamente en tinta sobre papel, no la podemos considerar un arma poderosa, pero cuando orientamos nuestra vida por esta Palabra y nos llenamos con ella, llega a ser un arma que satanás no puede resistir. ¿Recuerdas las tres íes? La primera fue ignorancia. Yo mismo he sido robado por el enemigo porque era ignorante de mis derechos como heredero de todas las promesas de Dios, pero he cambiado esta situación llenando mi mente, corazón y boca con la Palabra del Señor. Ya no soy víctima de mis circunstancias ni de las asechanzas del enemigo. Yo hablo la Palabra de Dios en cada situación de la vida, y digo lo que la Palabra dice, no lo que los temerosos, incrédulos y negativos expresan. Las circunstancias de la vida tienen que cambiar cuando se enfrentan con la Palabra eterna y poderosa de Dios en la boca de un creyente. ¡Habla lo que Dios dice en su Palabra! ¡Declara lo que está escrito! ¡Házlo con insistencia y convicción, tomando dominio sobre el ataque del enemigo y así vivirás en victoria! Isaías 54:14 “...Estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti”. No tengo que aceptar la opresión y vivir en temor. Afirmo que estoy lejos de opresión y el temor no se acercará a mí. Salmo 23:1, 4 “Jehová es mi pastor... no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo...”. Vivo libre del temor porque mi confesión es: Jehová es mi pastor y no temeré mal alguno porque tú estarás conmigo. Él (Dios) dijo: Hebreos 13:5 “...No te desampararé, ni te dejaré”. Vivo en perfecta paz y tranquilidad porque yo sé y declaro que Él nunca me desamparará ni me dejará. Isaías 26:3 “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Confieso que me guardas en completa paz porque mi pensamiento está constante en ti; porque en ti he confiado. Salmo 121:7-8 “Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada...”. No tengo nada que temer porque creo y declaro que Jehová me guarda de todo mal, y Él guarda mi salida y mi entrada. Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos...”. No me apuro por nada, porque llevo mis necesidades a Dios en oración; por lo tanto, la paz de Dios está guardando mi corazón y mis pensamientos. 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. |
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