EL DOMINIO DEL CREYENTE | |||||||
Arma número 3: La Oración Santiago 5:16 “...La oración eficaz del justo puede mucho”. La palabra eficaz se tradujo del griego energeo, que nos habla de “energía” y “enérgico”. La oración eficaz no es una expresión de resignación, sino un arma poderosa y una oración enérgica en la cual tomamos dominio sobre las situaciones de la vida, conforme a lo que esté escrito en la Palabra de Dios. Desafortunadamente, muchas de las oraciones que se oyen son expresiones de lamentación, derrota y temor, que le reportan a Dios lo desesperante de la situación. Algunas personas oran así: “Oh, Padre Santo, tú sabes como es mi esposo; mujeriego, desobligado, y tú ves como sufro con él. También, Señor, mis hijos son tan rebeldes y andan tan lejos de ti. Hay puros pleitos en la casa.” En vez de hacer una lista de quejas, debemos tomar dominio sobre el enemigo, declarando, “ato el espíritu de adulterio en mi esposo y los espíritus de rebelión en mis hijos. Satanás te ordeno que quites tus manos de mi familia, que te alejes de este hogar. Por los ojos de la fe, veo a mi familia entregada a Cristo según la promesa en: Hechos 16:31 “...Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Arma número 4: La Alabanza Salmo 149:1, 3 y 6 “Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en la congregación... Alaben su nombre... Exalten a Dios con sus gargantas”. Como resultado, los versículos 7, 8 y 9 de este mismo Salmo 149, nos dicen lo que sucede cuando alabamos al Señor: 1. Ejecutamos venganza y castigo. 2. Aprisionamos con grillos y con cadenas de hierro a sus reyes y sus nobles (principados y potestades, pensamientos y demonios). 3. Ejecutamos el juicio. ¡Algo muy poderoso acontece en el mundo espiritual cuando alabamos al Señor con nuestros corazones y voces! Este Salmo nos enseña que en la alabanza a Dios, nos vengamos de nuestro enemigo, satanás, poniéndolo en cadenas. Todo cristiano debe cultivar el hábito de alabar a Dios en voz alta. Los Salmos están llenos de alabanzas del rey David, una de las armas más poderosas con la cual tomaba dominio sobre sus enemigos. Recordemos que nuestra lucha es un conflicto espiritual, pero se manifiesta en asuntos naturales. Para explicarme mejor, el resultado de una alabanza enérgica y sincera puede ser una sanidad o victoria económica. Como ejemplo, puedo contarle que hace poco, en una reunión cristiana donde asistí, todos estábamos alabando al Señor en voz alta, cuando una persona testificó que Dios le sanó de los ojos, allí, sin que alguien orara específicamente por ella. Esta misma historia se ha repetido muchísimas veces a través del tiempo. |
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Arma número 3: La Oración Santiago 5:16 “...La oración eficaz del justo puede mucho”. La palabra eficaz se tradujo del griego energeo, que nos habla de “energía” y “enérgico”. La oración eficaz no es una expresión de resignación, sino un arma poderosa y una oración enérgica en la cual tomamos dominio sobre las situaciones de la vida, conforme a lo que esté escrito en la Palabra de Dios. Desafortunadamente, muchas de las oraciones que se oyen son expresiones de lamentación, derrota y temor, que le reportan a Dios lo desesperante de la situación. Algunas personas oran así: “Oh, Padre Santo, tú sabes como es mi esposo; mujeriego, desobligado, y tú ves como sufro con él. También, Señor, mis hijos son tan rebeldes y andan tan lejos de ti. Hay puros pleitos en la casa.” En vez de hacer una lista de quejas, debemos tomar dominio sobre el enemigo, declarando, “ato el espíritu de adulterio en mi esposo y los espíritus de rebelión en mis hijos. Satanás te ordeno que quites tus manos de mi familia, que te alejes de este hogar. Por los ojos de la fe, veo a mi familia entregada a Cristo según la promesa en: Hechos 16:31 “...Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Arma número 4: La Alabanza Salmo 149:1, 3 y 6 “Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en la congregación... Alaben su nombre... Exalten a Dios con sus gargantas”. Como resultado, los versículos 7, 8 y 9 de este mismo Salmo 149, nos dicen lo que sucede cuando alabamos al Señor: 1. Ejecutamos venganza y castigo. 2. Aprisionamos con grillos y con cadenas de hierro a sus reyes y sus nobles (principados y potestades, pensamientos y demonios). 3. Ejecutamos el juicio. ¡Algo muy poderoso acontece en el mundo espiritual cuando alabamos al Señor con nuestros corazones y voces! Este Salmo nos enseña que en la alabanza a Dios, nos vengamos de nuestro enemigo, satanás, poniéndolo en cadenas. Todo cristiano debe cultivar el hábito de alabar a Dios en voz alta. Los Salmos están llenos de alabanzas del rey David, una de las armas más poderosas con la cual tomaba dominio sobre sus enemigos. Recordemos que nuestra lucha es un conflicto espiritual, pero se manifiesta en asuntos naturales. Para explicarme mejor, el resultado de una alabanza enérgica y sincera puede ser una sanidad o victoria económica. Como ejemplo, puedo contarle que hace poco, en una reunión cristiana donde asistí, todos estábamos alabando al Señor en voz alta, cuando una persona testificó que Dios le sanó de los ojos, allí, sin que alguien orara específicamente por ella. Esta misma historia se ha repetido muchísimas veces a través del tiempo. |
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Arma número 3: La Oración Santiago 5:16 “...La oración eficaz del justo puede mucho”. La palabra eficaz se tradujo del griego energeo, que nos habla de “energía” y “enérgico”. La oración eficaz no es una expresión de resignación, sino un arma poderosa y una oración enérgica en la cual tomamos dominio sobre las situaciones de la vida, conforme a lo que esté escrito en la Palabra de Dios. Desafortunadamente, muchas de las oraciones que se oyen son expresiones de lamentación, derrota y temor, que le reportan a Dios lo desesperante de la situación. Algunas personas oran así: “Oh, Padre Santo, tú sabes como es mi esposo; mujeriego, desobligado, y tú ves como sufro con él. También, Señor, mis hijos son tan rebeldes y andan tan lejos de ti. Hay puros pleitos en la casa.” En vez de hacer una lista de quejas, debemos tomar dominio sobre el enemigo, declarando, “ato el espíritu de adulterio en mi esposo y los espíritus de rebelión en mis hijos. Satanás te ordeno que quites tus manos de mi familia, que te alejes de este hogar. Por los ojos de la fe, veo a mi familia entregada a Cristo según la promesa en: Hechos 16:31 “...Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Arma número 4: La Alabanza Salmo 149:1, 3 y 6 “Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en la congregación... Alaben su nombre... Exalten a Dios con sus gargantas”. Como resultado, los versículos 7, 8 y 9 de este mismo Salmo 149, nos dicen lo que sucede cuando alabamos al Señor: 1. Ejecutamos venganza y castigo. 2. Aprisionamos con grillos y con cadenas de hierro a sus reyes y sus nobles (principados y potestades, pensamientos y demonios). 3. Ejecutamos el juicio. ¡Algo muy poderoso acontece en el mundo espiritual cuando alabamos al Señor con nuestros corazones y voces! Este Salmo nos enseña que en la alabanza a Dios, nos vengamos de nuestro enemigo, satanás, poniéndolo en cadenas. Todo cristiano debe cultivar el hábito de alabar a Dios en voz alta. Los Salmos están llenos de alabanzas del rey David, una de las armas más poderosas con la cual tomaba dominio sobre sus enemigos. Recordemos que nuestra lucha es un conflicto espiritual, pero se manifiesta en asuntos naturales. Para explicarme mejor, el resultado de una alabanza enérgica y sincera puede ser una sanidad o victoria económica. Como ejemplo, puedo contarle que hace poco, en una reunión cristiana donde asistí, todos estábamos alabando al Señor en voz alta, cuando una persona testificó que Dios le sanó de los ojos, allí, sin que alguien orara específicamente por ella. Esta misma historia se ha repetido muchísimas veces a través del tiempo. |
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