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CONCLUSI?N DE CUATRO ANCLAS EN TIEMPO DE TEMPESTAD | |||||||
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El día de hoy estaremos dando conclusiones de la serie: “Cuatro anclas en tiempos de tempestad”. Si usted está dispuesto a buscar su sanidad por un curandero, o por cualquier persona que utiliza artes mágicas o poderes que vienen de las tinieblas, usted no ama a Jesucristo o usted no conoce a Cristo o es ajeno a Dios. Quieren del Señor y quieren del enemigo. El pensamiento en esas personas es: “Cualquier ancla en la tormenta pudiera servir”. En otras palabras, como solía decir mi madre: El que no conoce a Dios, ante cualquier “santo” se inca. ¡No debiera ser así! ¿Verdad? Queridas hermanas y hermanos, amigas y amigos: Todos nosotros, cuando es tiempo de tormenta, necesitamos un ancla firme en donde podernos sostener firmemente. La Escritura nos dice que nos ha dado a Jesucristo, ¡No hay otro! ¿Lo dice la Escritura? Veamos esta Escritura en el libro de los hechos de los apóstoles 4: 11-12: 11. Él es la piedra rechazada por ustedes los edificadores, la cual ha llegado a ser cabeza del ángulo. 12. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Vamos a revisar una Escritura el libro de Hebreos. Hebreos 6 del 13 al 20: 13. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 14. diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18. para que, por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20. donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Hay varios puntos en esta Escritura que son esenciales que estén en nuestra mente y en el corazón, de quienes hemos recibido el amor de la verdad para ser salvos: · Que somos herederos de la PROMESA de Dios: Efesios 1 del 11 al 14: 11. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12. a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14. que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para la alabanza de su gloria. · Que esta PROMESA es INMUTABLE, porque Dios la sello con juramentos: Hebreos 7:18 18. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19. (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. 20. Y esto no fue hecho sin juramento; 21. porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre…”. · Que Dios quiere que estemos sobremanera confortados. · Que tenemos refugio en Él. · Que estemos asidos firmemente de la esperanza que nos dio. · La cual es un ANCLA que sostiene firmemente nuestra alma para que no sea sacudida. · Esta PROMESA penetra hasta detrás del velo donde Jesús entro previamente por nosotros, · Y vino a ser Sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Por ello, por cuanto permanece eternamente, como dice la Escritura en la carta a los hebreos: Hebreos 7 verso 25: Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos 9:11 y 12 11. Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos; es decir, no de esta creación, 12. y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Por eso, en Hebreos 10 del 12 al 14 dice: 12. Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13. de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Por eso queridas hermanas y hermanos: 1. No menospreciemos esta herencia: SU PROMESA INMUTABLE Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. No hay lugar para otro, ¿verdad? Jesús es nuestro Salvador; puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de Él (de Jesús), pues Él vive eternamente e intercede por ellos. Entonces, decide entregar tu vida al Hijo de Dios, Jesucristo, que, derramando Su sangre en el calvario por nosotros, nos ha dado vida eterna. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Si usted está practicando las cosas que Él dice no practicar, confróntalo como el pecado que es, confiéselo como el pecado que es, renuncie, esto es abandonarlo y camine en Él. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Usted puede ser libre hoy, pero lo primero que uno tiene que hacer es confrontar la necesidad de recibir a Jesús como su Señor y Salvador. 1ª. de Juan 5:1-12 1. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que es nacido de él. 2. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. 3. Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 6. Éste es Jesucristo, el que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. 7. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 8. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. 9. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. 10. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 11. Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. 12. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Y tú, ¿tienes al Hijo de Dios? Quiero hacer una oración contigo y también por ti: Dios nuestro, como tu pueblo, estamos avergonzados por causa de nuestras iniquidades y hemos tenido gran culpabilidad, pero tú has mostrado Tu misericordia SEÑOR nuestro Dios al dejarnos sobrevivir y permitirnos continuar alumbrando. Te pedimos que perdones nuestras abominaciones y el haber emparentado con las tinieblas. Restáuranos de nuestras ataduras. Inclina sobre nosotros Tu misericordia, revitalizándonos para levantar la casa de nuestro Dios en México, en Ciudad Juárez y en Vino Nuevo, y restaurar sus ruinas, por favor, danos protección en nuestra ciudad y en nuestro México. También Señor Jesucristo, ven al corazón de las personas que se vuelven a Ti en arrepentimiento de su camino de maldad, porque tú les amas y por Tu sangre preciosa, les desatas de sus pecados. En tu Nombre Jesús. Amén |
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Por: Hno. Victor Richards
CONCLUSI?N DE CUATRO ANCLAS EN TIEMPO DE TEMPESTAD |
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El día de hoy estaremos dando conclusiones de la serie: “Cuatro anclas en tiempos de tempestad”. Si usted está dispuesto a buscar su sanidad por un curandero, o por cualquier persona que utiliza artes mágicas o poderes que vienen de las tinieblas, usted no ama a Jesucristo o usted no conoce a Cristo o es ajeno a Dios. Quieren del Señor y quieren del enemigo. El pensamiento en esas personas es: “Cualquier ancla en la tormenta pudiera servir”. En otras palabras, como solía decir mi madre: El que no conoce a Dios, ante cualquier “santo” se inca. ¡No debiera ser así! ¿Verdad? Queridas hermanas y hermanos, amigas y amigos: Todos nosotros, cuando es tiempo de tormenta, necesitamos un ancla firme en donde podernos sostener firmemente. La Escritura nos dice que nos ha dado a Jesucristo, ¡No hay otro! ¿Lo dice la Escritura? Veamos esta Escritura en el libro de los hechos de los apóstoles 4: 11-12: 11. Él es la piedra rechazada por ustedes los edificadores, la cual ha llegado a ser cabeza del ángulo. 12. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Vamos a revisar una Escritura el libro de Hebreos. Hebreos 6 del 13 al 20: 13. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 14. diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18. para que, por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20. donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Hay varios puntos en esta Escritura que son esenciales que estén en nuestra mente y en el corazón, de quienes hemos recibido el amor de la verdad para ser salvos: · Que somos herederos de la PROMESA de Dios: Efesios 1 del 11 al 14: 11. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12. a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14. que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para la alabanza de su gloria. · Que esta PROMESA es INMUTABLE, porque Dios la sello con juramentos: Hebreos 7:18 18. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19. (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. 20. Y esto no fue hecho sin juramento; 21. porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre…”. · Que Dios quiere que estemos sobremanera confortados. · Que tenemos refugio en Él. · Que estemos asidos firmemente de la esperanza que nos dio. · La cual es un ANCLA que sostiene firmemente nuestra alma para que no sea sacudida. · Esta PROMESA penetra hasta detrás del velo donde Jesús entro previamente por nosotros, · Y vino a ser Sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Por ello, por cuanto permanece eternamente, como dice la Escritura en la carta a los hebreos: Hebreos 7 verso 25: Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos 9:11 y 12 11. Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos; es decir, no de esta creación, 12. y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Por eso, en Hebreos 10 del 12 al 14 dice: 12. Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13. de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Por eso queridas hermanas y hermanos: 1. No menospreciemos esta herencia: SU PROMESA INMUTABLE Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. No hay lugar para otro, ¿verdad? Jesús es nuestro Salvador; puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de Él (de Jesús), pues Él vive eternamente e intercede por ellos. Entonces, decide entregar tu vida al Hijo de Dios, Jesucristo, que, derramando Su sangre en el calvario por nosotros, nos ha dado vida eterna. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Si usted está practicando las cosas que Él dice no practicar, confróntalo como el pecado que es, confiéselo como el pecado que es, renuncie, esto es abandonarlo y camine en Él. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Usted puede ser libre hoy, pero lo primero que uno tiene que hacer es confrontar la necesidad de recibir a Jesús como su Señor y Salvador. 1ª. de Juan 5:1-12 1. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que es nacido de él. 2. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. 3. Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 6. Éste es Jesucristo, el que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. 7. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 8. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. 9. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. 10. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 11. Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. 12. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Y tú, ¿tienes al Hijo de Dios? Quiero hacer una oración contigo y también por ti: Dios nuestro, como tu pueblo, estamos avergonzados por causa de nuestras iniquidades y hemos tenido gran culpabilidad, pero tú has mostrado Tu misericordia SEÑOR nuestro Dios al dejarnos sobrevivir y permitirnos continuar alumbrando. Te pedimos que perdones nuestras abominaciones y el haber emparentado con las tinieblas. Restáuranos de nuestras ataduras. Inclina sobre nosotros Tu misericordia, revitalizándonos para levantar la casa de nuestro Dios en México, en Ciudad Juárez y en Vino Nuevo, y restaurar sus ruinas, por favor, danos protección en nuestra ciudad y en nuestro México. También Señor Jesucristo, ven al corazón de las personas que se vuelven a Ti en arrepentimiento de su camino de maldad, porque tú les amas y por Tu sangre preciosa, les desatas de sus pecados. En tu Nombre Jesús. Amén |
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CONCLUSI?N DE CUATRO ANCLAS EN TIEMPO DE TEMPESTAD |
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El día de hoy estaremos dando conclusiones de la serie: “Cuatro anclas en tiempos de tempestad”. Si usted está dispuesto a buscar su sanidad por un curandero, o por cualquier persona que utiliza artes mágicas o poderes que vienen de las tinieblas, usted no ama a Jesucristo o usted no conoce a Cristo o es ajeno a Dios. Quieren del Señor y quieren del enemigo. El pensamiento en esas personas es: “Cualquier ancla en la tormenta pudiera servir”. En otras palabras, como solía decir mi madre: El que no conoce a Dios, ante cualquier “santo” se inca. ¡No debiera ser así! ¿Verdad? Queridas hermanas y hermanos, amigas y amigos: Todos nosotros, cuando es tiempo de tormenta, necesitamos un ancla firme en donde podernos sostener firmemente. La Escritura nos dice que nos ha dado a Jesucristo, ¡No hay otro! ¿Lo dice la Escritura? Veamos esta Escritura en el libro de los hechos de los apóstoles 4: 11-12: 11. Él es la piedra rechazada por ustedes los edificadores, la cual ha llegado a ser cabeza del ángulo. 12. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Vamos a revisar una Escritura el libro de Hebreos. Hebreos 6 del 13 al 20: 13. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, 14. diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. 16. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18. para que, por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20. donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Hay varios puntos en esta Escritura que son esenciales que estén en nuestra mente y en el corazón, de quienes hemos recibido el amor de la verdad para ser salvos: · Que somos herederos de la PROMESA de Dios: Efesios 1 del 11 al 14: 11. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, 12. a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14. que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para la alabanza de su gloria. · Que esta PROMESA es INMUTABLE, porque Dios la sello con juramentos: Hebreos 7:18 18. Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19. (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. 20. Y esto no fue hecho sin juramento; 21. porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para siempre…”. · Que Dios quiere que estemos sobremanera confortados. · Que tenemos refugio en Él. · Que estemos asidos firmemente de la esperanza que nos dio. · La cual es un ANCLA que sostiene firmemente nuestra alma para que no sea sacudida. · Esta PROMESA penetra hasta detrás del velo donde Jesús entro previamente por nosotros, · Y vino a ser Sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec. Por ello, por cuanto permanece eternamente, como dice la Escritura en la carta a los hebreos: Hebreos 7 verso 25: Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Hebreos 9:11 y 12 11. Pero estando ya presente Cristo, el sumo sacerdote de los bienes que han venido, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos; es decir, no de esta creación, 12. y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Por eso, en Hebreos 10 del 12 al 14 dice: 12. Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13. de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Por eso queridas hermanas y hermanos: 1. No menospreciemos esta herencia: SU PROMESA INMUTABLE Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. No hay lugar para otro, ¿verdad? Jesús es nuestro Salvador; puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de Él (de Jesús), pues Él vive eternamente e intercede por ellos. Entonces, decide entregar tu vida al Hijo de Dios, Jesucristo, que, derramando Su sangre en el calvario por nosotros, nos ha dado vida eterna. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Si usted está practicando las cosas que Él dice no practicar, confróntalo como el pecado que es, confiéselo como el pecado que es, renuncie, esto es abandonarlo y camine en Él. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Usted puede ser libre hoy, pero lo primero que uno tiene que hacer es confrontar la necesidad de recibir a Jesús como su Señor y Salvador. 1ª. de Juan 5:1-12 1. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que es nacido de él. 2. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos. 3. Pues este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 4. Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 6. Éste es Jesucristo, el que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad. 7. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 8. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. 9. Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. 10. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 11. Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. 12. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Y tú, ¿tienes al Hijo de Dios? Quiero hacer una oración contigo y también por ti: Dios nuestro, como tu pueblo, estamos avergonzados por causa de nuestras iniquidades y hemos tenido gran culpabilidad, pero tú has mostrado Tu misericordia SEÑOR nuestro Dios al dejarnos sobrevivir y permitirnos continuar alumbrando. Te pedimos que perdones nuestras abominaciones y el haber emparentado con las tinieblas. Restáuranos de nuestras ataduras. Inclina sobre nosotros Tu misericordia, revitalizándonos para levantar la casa de nuestro Dios en México, en Ciudad Juárez y en Vino Nuevo, y restaurar sus ruinas, por favor, danos protección en nuestra ciudad y en nuestro México. También Señor Jesucristo, ven al corazón de las personas que se vuelven a Ti en arrepentimiento de su camino de maldad, porque tú les amas y por Tu sangre preciosa, les desatas de sus pecados. En tu Nombre Jesús. Amén |
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