Tu puedes ser sobreabundantemente bendecido | |||||||
Capítulo VII Algunos “Ladrones” de la Vida de Bendición El mismo pastor John Kilpatrick, quien acabo de mencionar, define una maldición como un espíritu de fracaso; una fuerza obrando en su contra. Si somos realistas, tenemos que reconocer que decenas de miles de cristianos no están viviendo en su plenitud todo lo que el Señor nos ha prometido. Al contrario, en ciertas áreas de su vida, hay una fuerza obrando en su contra. Puede ser que estén activos en la congregación y a la vista de otros, todo parece estar bien, pero ellos saben que hay algo siempre impidiéndoles. La buena nueva es que en Cristo Jesús tenemos la autoridad de romper y cancelar maldiciones. Entonces la pregunta: ¿cuáles son algunas causas de las maldiciones familiares o de un espíritu de fracaso? Proverbios 26:2 “...la maldición nunca vendrá sin causa”. Aunque existen otras, quiero mencionar sólo cuatro: l. Nuestra ignorancia Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento...” Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Por falta de enseñanza, multitudes viven en derrota espiritual. Por años, mi esposo y yo vivimos bajo la maldición de la pobreza por nuestra ignorancia de lo que es la perfecta voluntad de Dios. ¡Él quiere darnos bienes para que podamos ser bendición a otros! Beth Moore, una autora que escribe ampliamente sobre ataduras y nuestra libertad en Cristo, dice que por muchos años ella misma fue atada – por su propia ignorancia. Ella dice: “Me maravillo ahora al pensar que yo creía que las únicas personas cautivas eran las que estaban perdidas espiritualmente. No tenía la más mínima idea de estar cautiva, hasta que Dios comenzó a libertarme. Si alguien me hubiera dicho que era posible para los creyentes estar atados, lo hubiese argumentado con todo el volumen que una persona puede emplear cuando un yugo de esclavitud le estrangula el cuello. Yo representaba la peor clase de cautiva: Una prisionera que no está al tanto de su condición. Yo pensaba: Si paso por alto a Satanás y decido andar con Dios, estaré bien”. Luego ella da esta definición de cautiverio espiritual: Un creyente permanece cautivo debido a cualquier cosa que impide la vida abundante llena del Espíritu que Dios planeó para él. 2. Falta de respeto hacia los que están en autoridad El autor y maestro de la Biblia, Derek Prince, escribe sobre las Maldiciones y sus causas y dice que la falta de respeto hacia los padres abre la puerta a Satanás. Él dice, “El requisito de honrar a nuestros padres es repetido y vuelto a recalcar en el Nuevo Testamento: Efesios 6:1-3 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. Es posible honrar a sus padres sin estar de acuerdo con ellos en todas las cosas o respaldar todo lo que hagan. Tú puedes estar en total desacuerdo con ellos y todavía mantener una actitud respetuosa hacia ellos. En el transcurso de los 50 años que he tratado con cristianos enseñando, pastoreando y aconsejando, jamás he hallado a uno que, habiendo tenido mala actitud hacia sus padres, haya disfrutado de la bendición de Dios. Tales personas pueden ser activas en la iglesia. Sin embargo, siempre faltará algo en sus vidas: la bendición y el favor de Dios. Aparte de la necesidad de mostrar respeto a los padres, la Biblia claramente enseña el respetar y honrar a todos los que están en autoridad sobre nosotros. De modo que, la mujer que siempre está socavando la autoridad de su esposo, o las personas que siempre desafían y cuestionan la autoridad de su pastor o líder espiritual, no pueden esperar vivir bajo la bendición de Dios. 3. Altivez de espíritu Uno de los pecados que Dios más odia y algo que roba a tantos cristianos de las bendiciones, es el orgullo. Proverbio 16:18 “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. Lo opuesto al orgullo es la humildad, que alguien definió de la siguiente forma: “Es la capacidad que tiene una persona para aprender de todos; por el contrario, al soberbio, ya no hay nada que enseñarle, lo sabe todo o cree que lo sabe todo”. Lo interesante de este pecado es que la persona orgullosa es la última en reconocerlo, porque el orgullo se disfraza de muchas maneras. Me impresiona lo que dice Santiago sobre los soberbios: Santiago 4:6 “… Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Dios no es solamente indiferente a los soberbios, ¡sino que los resiste! Y me pregunto: ¿Cómo será la vida de aquel a quien Dios mismo está resistiendo? ¿Verdad que sería una vida de puros golpes? ¡Fracaso tras fracaso! Hace poco alguien en nuestra congregación comentó que no entiende por qué todo le va mal en su negocio y en sus finanzas, siendo que es un fiel diezmador. Pero tenemos que entender que ser un fiel diezmador no lo es todo. El orgullo es uno de los “ladrones” inevitables de las bendiciones de Dios, y esta persona que hizo el comentario difícilmente acepta la corrección de alguien en autoridad, que es una señal del orgullo. ¿Qué de ti? ¿Cómo reaccionas cuando tus padres o tu cónyuge, aun tus hijos o tus líderes espirituales te corrigen en algo? ¿Estás dispuesto a escuchar o crees que siempre tienes la razón? Otra pregunta: ¿Eres un criticón e intolerante con los demás? Pide al Señor que Él te revele si hay orgullo en tu corazón, y si lo hay, la respuesta es ¡humillarte! |
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Capítulo VII Algunos “Ladrones” de la Vida de Bendición El mismo pastor John Kilpatrick, quien acabo de mencionar, define una maldición como un espíritu de fracaso; una fuerza obrando en su contra. Si somos realistas, tenemos que reconocer que decenas de miles de cristianos no están viviendo en su plenitud todo lo que el Señor nos ha prometido. Al contrario, en ciertas áreas de su vida, hay una fuerza obrando en su contra. Puede ser que estén activos en la congregación y a la vista de otros, todo parece estar bien, pero ellos saben que hay algo siempre impidiéndoles. La buena nueva es que en Cristo Jesús tenemos la autoridad de romper y cancelar maldiciones. Entonces la pregunta: ¿cuáles son algunas causas de las maldiciones familiares o de un espíritu de fracaso? Proverbios 26:2 “...la maldición nunca vendrá sin causa”. Aunque existen otras, quiero mencionar sólo cuatro: l. Nuestra ignorancia Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento...” Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Por falta de enseñanza, multitudes viven en derrota espiritual. Por años, mi esposo y yo vivimos bajo la maldición de la pobreza por nuestra ignorancia de lo que es la perfecta voluntad de Dios. ¡Él quiere darnos bienes para que podamos ser bendición a otros! Beth Moore, una autora que escribe ampliamente sobre ataduras y nuestra libertad en Cristo, dice que por muchos años ella misma fue atada – por su propia ignorancia. Ella dice: “Me maravillo ahora al pensar que yo creía que las únicas personas cautivas eran las que estaban perdidas espiritualmente. No tenía la más mínima idea de estar cautiva, hasta que Dios comenzó a libertarme. Si alguien me hubiera dicho que era posible para los creyentes estar atados, lo hubiese argumentado con todo el volumen que una persona puede emplear cuando un yugo de esclavitud le estrangula el cuello. Yo representaba la peor clase de cautiva: Una prisionera que no está al tanto de su condición. Yo pensaba: Si paso por alto a Satanás y decido andar con Dios, estaré bien”. Luego ella da esta definición de cautiverio espiritual: Un creyente permanece cautivo debido a cualquier cosa que impide la vida abundante llena del Espíritu que Dios planeó para él. 2. Falta de respeto hacia los que están en autoridad El autor y maestro de la Biblia, Derek Prince, escribe sobre las Maldiciones y sus causas y dice que la falta de respeto hacia los padres abre la puerta a Satanás. Él dice, “El requisito de honrar a nuestros padres es repetido y vuelto a recalcar en el Nuevo Testamento: Efesios 6:1-3 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. Es posible honrar a sus padres sin estar de acuerdo con ellos en todas las cosas o respaldar todo lo que hagan. Tú puedes estar en total desacuerdo con ellos y todavía mantener una actitud respetuosa hacia ellos. En el transcurso de los 50 años que he tratado con cristianos enseñando, pastoreando y aconsejando, jamás he hallado a uno que, habiendo tenido mala actitud hacia sus padres, haya disfrutado de la bendición de Dios. Tales personas pueden ser activas en la iglesia. Sin embargo, siempre faltará algo en sus vidas: la bendición y el favor de Dios. Aparte de la necesidad de mostrar respeto a los padres, la Biblia claramente enseña el respetar y honrar a todos los que están en autoridad sobre nosotros. De modo que, la mujer que siempre está socavando la autoridad de su esposo, o las personas que siempre desafían y cuestionan la autoridad de su pastor o líder espiritual, no pueden esperar vivir bajo la bendición de Dios. 3. Altivez de espíritu Uno de los pecados que Dios más odia y algo que roba a tantos cristianos de las bendiciones, es el orgullo. Proverbio 16:18 “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. Lo opuesto al orgullo es la humildad, que alguien definió de la siguiente forma: “Es la capacidad que tiene una persona para aprender de todos; por el contrario, al soberbio, ya no hay nada que enseñarle, lo sabe todo o cree que lo sabe todo”. Lo interesante de este pecado es que la persona orgullosa es la última en reconocerlo, porque el orgullo se disfraza de muchas maneras. Me impresiona lo que dice Santiago sobre los soberbios: Santiago 4:6 “… Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Dios no es solamente indiferente a los soberbios, ¡sino que los resiste! Y me pregunto: ¿Cómo será la vida de aquel a quien Dios mismo está resistiendo? ¿Verdad que sería una vida de puros golpes? ¡Fracaso tras fracaso! Hace poco alguien en nuestra congregación comentó que no entiende por qué todo le va mal en su negocio y en sus finanzas, siendo que es un fiel diezmador. Pero tenemos que entender que ser un fiel diezmador no lo es todo. El orgullo es uno de los “ladrones” inevitables de las bendiciones de Dios, y esta persona que hizo el comentario difícilmente acepta la corrección de alguien en autoridad, que es una señal del orgullo. ¿Qué de ti? ¿Cómo reaccionas cuando tus padres o tu cónyuge, aun tus hijos o tus líderes espirituales te corrigen en algo? ¿Estás dispuesto a escuchar o crees que siempre tienes la razón? Otra pregunta: ¿Eres un criticón e intolerante con los demás? Pide al Señor que Él te revele si hay orgullo en tu corazón, y si lo hay, la respuesta es ¡humillarte! |
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Capítulo VII Algunos “Ladrones” de la Vida de Bendición El mismo pastor John Kilpatrick, quien acabo de mencionar, define una maldición como un espíritu de fracaso; una fuerza obrando en su contra. Si somos realistas, tenemos que reconocer que decenas de miles de cristianos no están viviendo en su plenitud todo lo que el Señor nos ha prometido. Al contrario, en ciertas áreas de su vida, hay una fuerza obrando en su contra. Puede ser que estén activos en la congregación y a la vista de otros, todo parece estar bien, pero ellos saben que hay algo siempre impidiéndoles. La buena nueva es que en Cristo Jesús tenemos la autoridad de romper y cancelar maldiciones. Entonces la pregunta: ¿cuáles son algunas causas de las maldiciones familiares o de un espíritu de fracaso? Proverbios 26:2 “...la maldición nunca vendrá sin causa”. Aunque existen otras, quiero mencionar sólo cuatro: l. Nuestra ignorancia Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento...” Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Por falta de enseñanza, multitudes viven en derrota espiritual. Por años, mi esposo y yo vivimos bajo la maldición de la pobreza por nuestra ignorancia de lo que es la perfecta voluntad de Dios. ¡Él quiere darnos bienes para que podamos ser bendición a otros! Beth Moore, una autora que escribe ampliamente sobre ataduras y nuestra libertad en Cristo, dice que por muchos años ella misma fue atada – por su propia ignorancia. Ella dice: “Me maravillo ahora al pensar que yo creía que las únicas personas cautivas eran las que estaban perdidas espiritualmente. No tenía la más mínima idea de estar cautiva, hasta que Dios comenzó a libertarme. Si alguien me hubiera dicho que era posible para los creyentes estar atados, lo hubiese argumentado con todo el volumen que una persona puede emplear cuando un yugo de esclavitud le estrangula el cuello. Yo representaba la peor clase de cautiva: Una prisionera que no está al tanto de su condición. Yo pensaba: Si paso por alto a Satanás y decido andar con Dios, estaré bien”. Luego ella da esta definición de cautiverio espiritual: Un creyente permanece cautivo debido a cualquier cosa que impide la vida abundante llena del Espíritu que Dios planeó para él. 2. Falta de respeto hacia los que están en autoridad El autor y maestro de la Biblia, Derek Prince, escribe sobre las Maldiciones y sus causas y dice que la falta de respeto hacia los padres abre la puerta a Satanás. Él dice, “El requisito de honrar a nuestros padres es repetido y vuelto a recalcar en el Nuevo Testamento: Efesios 6:1-3 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. Es posible honrar a sus padres sin estar de acuerdo con ellos en todas las cosas o respaldar todo lo que hagan. Tú puedes estar en total desacuerdo con ellos y todavía mantener una actitud respetuosa hacia ellos. En el transcurso de los 50 años que he tratado con cristianos enseñando, pastoreando y aconsejando, jamás he hallado a uno que, habiendo tenido mala actitud hacia sus padres, haya disfrutado de la bendición de Dios. Tales personas pueden ser activas en la iglesia. Sin embargo, siempre faltará algo en sus vidas: la bendición y el favor de Dios. Aparte de la necesidad de mostrar respeto a los padres, la Biblia claramente enseña el respetar y honrar a todos los que están en autoridad sobre nosotros. De modo que, la mujer que siempre está socavando la autoridad de su esposo, o las personas que siempre desafían y cuestionan la autoridad de su pastor o líder espiritual, no pueden esperar vivir bajo la bendición de Dios. 3. Altivez de espíritu Uno de los pecados que Dios más odia y algo que roba a tantos cristianos de las bendiciones, es el orgullo. Proverbio 16:18 “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. Lo opuesto al orgullo es la humildad, que alguien definió de la siguiente forma: “Es la capacidad que tiene una persona para aprender de todos; por el contrario, al soberbio, ya no hay nada que enseñarle, lo sabe todo o cree que lo sabe todo”. Lo interesante de este pecado es que la persona orgullosa es la última en reconocerlo, porque el orgullo se disfraza de muchas maneras. Me impresiona lo que dice Santiago sobre los soberbios: Santiago 4:6 “… Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. Dios no es solamente indiferente a los soberbios, ¡sino que los resiste! Y me pregunto: ¿Cómo será la vida de aquel a quien Dios mismo está resistiendo? ¿Verdad que sería una vida de puros golpes? ¡Fracaso tras fracaso! Hace poco alguien en nuestra congregación comentó que no entiende por qué todo le va mal en su negocio y en sus finanzas, siendo que es un fiel diezmador. Pero tenemos que entender que ser un fiel diezmador no lo es todo. El orgullo es uno de los “ladrones” inevitables de las bendiciones de Dios, y esta persona que hizo el comentario difícilmente acepta la corrección de alguien en autoridad, que es una señal del orgullo. ¿Qué de ti? ¿Cómo reaccionas cuando tus padres o tu cónyuge, aun tus hijos o tus líderes espirituales te corrigen en algo? ¿Estás dispuesto a escuchar o crees que siempre tienes la razón? Otra pregunta: ¿Eres un criticón e intolerante con los demás? Pide al Señor que Él te revele si hay orgullo en tu corazón, y si lo hay, la respuesta es ¡humillarte! |
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