CUATRO ANCLAS EN TIEMPOS DE TEMPESTAD | |||||||
ANCLA 3 - PARTE 2 Amada Iglesia: La semana pasada hablamos de la autoridad que nuestro Dios le ha dado a Su Iglesia sobre el dragón, el áspid y el león; sabemos que son los nombres que se le han dado a satanás. Repasemos la siguiente Escritura. Lucas 10 verso 19: Les doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Vimos que es la voluntad de Dios que resistamos al diablo y que éste huya de nosotros, pero, necesitamos estar bajo la poderosa mano de Dios; humildes ante Él. Parece que es más difícil vender la verdad que cualquier producto que no sirve, ¿verdad? Aun así, quiero que vean esta verdad. Vamos a la Segunda Carta a los Corintios. Segunda de Corintios 10 del 3 al 5: 3. Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4. porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5. derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo Las armas con las que peleamos las batallas contra nuestros enemigos, no son armas de fuego ni tampoco espadas. Hay una escena en la Biblia que describe esto. Vamos al libro de Mateo. Mateo 26 del 47 al 52: 47. Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. 49. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 50. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 51. Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 52. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. Pedro iba a defender a Su Señor, con su espada le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote. Pero, créame, la oreja no era su objetivo: Pedro le iba a partir de arriba abajo, pero Jesús le llamo la atención y le dijo; “vuelve tu espada a su lugar”. En otras palabras, le dijo: “así no es la manera que funciona mi reino”. “No peleamos con armas humanas sino con las armas poderosas en Dios”. Tú puedes preguntar: ¿Cuáles son estas armas que la Biblia dice? • La espada del Espíritu Santo: La Palabra de Dios. • La oración. Vamos a la Carta a los Efesios. Efesios 6 del 17 al 18: 17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos Estas son las dos armas de ataque contra nuestro enemigo el diablo. Necesitamos pelear en oración día y noche declarando la Palabra de Dios. Como la viuda y el juez injusto que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre, pero ella fue insistente en rogar hasta que el juez le hizo justica. Nuestro Señor Jesucristo nos hace saber sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, pues enseguida preguntó… Leamos en Lucas 18 del 7 al 8: 7. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8. Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Necesitamos orar de manera tal que no dejaremos de orar hasta ver a nuestras hijas e hijos en el camino de Señor. Roguemos por su protección, que Él guarde su entrada y su salida desde ahora y para siempre, que Él los guarde de todo mal. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Iglesia amada: Vamos a orar Padre Santo: Poderoso Dios, te damos gracias por las armas que nos das para pelear contra satanás, contra nuestros enemigos que pelean por nuestras familias y nuestras almas. Te rogamos que nos enseñes como usar estas armas. ¡Bendito seas oh Señor, nuestro protector! Él es quien nos entrena y nos prepara para combatir en la batalla; Él es nuestro amigo fiel, nuestro lugar de protección. Amén. |
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ANCLA 3 - PARTE 2 Amada Iglesia: La semana pasada hablamos de la autoridad que nuestro Dios le ha dado a Su Iglesia sobre el dragón, el áspid y el león; sabemos que son los nombres que se le han dado a satanás. Repasemos la siguiente Escritura. Lucas 10 verso 19: Les doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Vimos que es la voluntad de Dios que resistamos al diablo y que éste huya de nosotros, pero, necesitamos estar bajo la poderosa mano de Dios; humildes ante Él. Parece que es más difícil vender la verdad que cualquier producto que no sirve, ¿verdad? Aun así, quiero que vean esta verdad. Vamos a la Segunda Carta a los Corintios. Segunda de Corintios 10 del 3 al 5: 3. Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4. porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5. derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo Las armas con las que peleamos las batallas contra nuestros enemigos, no son armas de fuego ni tampoco espadas. Hay una escena en la Biblia que describe esto. Vamos al libro de Mateo. Mateo 26 del 47 al 52: 47. Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. 49. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 50. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 51. Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 52. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. Pedro iba a defender a Su Señor, con su espada le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote. Pero, créame, la oreja no era su objetivo: Pedro le iba a partir de arriba abajo, pero Jesús le llamo la atención y le dijo; “vuelve tu espada a su lugar”. En otras palabras, le dijo: “así no es la manera que funciona mi reino”. “No peleamos con armas humanas sino con las armas poderosas en Dios”. Tú puedes preguntar: ¿Cuáles son estas armas que la Biblia dice? • La espada del Espíritu Santo: La Palabra de Dios. • La oración. Vamos a la Carta a los Efesios. Efesios 6 del 17 al 18: 17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos Estas son las dos armas de ataque contra nuestro enemigo el diablo. Necesitamos pelear en oración día y noche declarando la Palabra de Dios. Como la viuda y el juez injusto que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre, pero ella fue insistente en rogar hasta que el juez le hizo justica. Nuestro Señor Jesucristo nos hace saber sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, pues enseguida preguntó… Leamos en Lucas 18 del 7 al 8: 7. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8. Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Necesitamos orar de manera tal que no dejaremos de orar hasta ver a nuestras hijas e hijos en el camino de Señor. Roguemos por su protección, que Él guarde su entrada y su salida desde ahora y para siempre, que Él los guarde de todo mal. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Iglesia amada: Vamos a orar Padre Santo: Poderoso Dios, te damos gracias por las armas que nos das para pelear contra satanás, contra nuestros enemigos que pelean por nuestras familias y nuestras almas. Te rogamos que nos enseñes como usar estas armas. ¡Bendito seas oh Señor, nuestro protector! Él es quien nos entrena y nos prepara para combatir en la batalla; Él es nuestro amigo fiel, nuestro lugar de protección. Amén. |
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ANCLA 3 - PARTE 2 Amada Iglesia: La semana pasada hablamos de la autoridad que nuestro Dios le ha dado a Su Iglesia sobre el dragón, el áspid y el león; sabemos que son los nombres que se le han dado a satanás. Repasemos la siguiente Escritura. Lucas 10 verso 19: Les doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Vimos que es la voluntad de Dios que resistamos al diablo y que éste huya de nosotros, pero, necesitamos estar bajo la poderosa mano de Dios; humildes ante Él. Parece que es más difícil vender la verdad que cualquier producto que no sirve, ¿verdad? Aun así, quiero que vean esta verdad. Vamos a la Segunda Carta a los Corintios. Segunda de Corintios 10 del 3 al 5: 3. Pues, aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4. porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5. derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo Las armas con las que peleamos las batallas contra nuestros enemigos, no son armas de fuego ni tampoco espadas. Hay una escena en la Biblia que describe esto. Vamos al libro de Mateo. Mateo 26 del 47 al 52: 47. Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. 49. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 50. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 51. Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 52. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. Pedro iba a defender a Su Señor, con su espada le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote. Pero, créame, la oreja no era su objetivo: Pedro le iba a partir de arriba abajo, pero Jesús le llamo la atención y le dijo; “vuelve tu espada a su lugar”. En otras palabras, le dijo: “así no es la manera que funciona mi reino”. “No peleamos con armas humanas sino con las armas poderosas en Dios”. Tú puedes preguntar: ¿Cuáles son estas armas que la Biblia dice? • La espada del Espíritu Santo: La Palabra de Dios. • La oración. Vamos a la Carta a los Efesios. Efesios 6 del 17 al 18: 17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos Estas son las dos armas de ataque contra nuestro enemigo el diablo. Necesitamos pelear en oración día y noche declarando la Palabra de Dios. Como la viuda y el juez injusto que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre, pero ella fue insistente en rogar hasta que el juez le hizo justica. Nuestro Señor Jesucristo nos hace saber sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, pues enseguida preguntó… Leamos en Lucas 18 del 7 al 8: 7. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8. Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Necesitamos orar de manera tal que no dejaremos de orar hasta ver a nuestras hijas e hijos en el camino de Señor. Roguemos por su protección, que Él guarde su entrada y su salida desde ahora y para siempre, que Él los guarde de todo mal. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Iglesia amada: Vamos a orar Padre Santo: Poderoso Dios, te damos gracias por las armas que nos das para pelear contra satanás, contra nuestros enemigos que pelean por nuestras familias y nuestras almas. Te rogamos que nos enseñes como usar estas armas. ¡Bendito seas oh Señor, nuestro protector! Él es quien nos entrena y nos prepara para combatir en la batalla; Él es nuestro amigo fiel, nuestro lugar de protección. Amén. |
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