Por: Hno. Victor Richards
Publicado el: Martes 20 de Septiembre, 2022
ANCLA 2 PARTE 7 La semana pasada hablamos de llenar nuestro corazón con la Palabra de Dios. Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Vamos al libro de Mateo. Mateo 12 del 34 al 37: 34. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. 36. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. 37. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. Qué Palabra, ¿verdad? Ahora vamos al libro de Proverbios. Proverbios 4 del 20 al 22 20. Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. 21. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; 22. Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. La Palabra de Dios, guardada en medio del corazón es vida y medicina para las personas que las hallan. ¿Qué sigue? Versículo 23: 23. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. De nuestro corazón mana la vida. Entonces, del buen tesoro del corazón salen buenas cosas y del mal tesoro del corazón salen cosas malas, ¿verdad? ¿Qué hay en tu corazón? Tal vez digas: “No estoy contento con la vida que estoy llevando”; entonces, llena tu corazón con la Palabra de Dios y veras que de tu corazón manará la vida buena que quieres. Ahora vamos al verso 24: 24. Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. No creo posible exagerar la importancia de nuestras palabras. Vamos al libro de Romanos. Romanos 10 del 9 al 10: 9. Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Tal vez tú digas: “Yo no creo en ese asunto de confesar para ser salvo”; entonces, déjame decirte algo: Si tú no confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, no puedes ser salvo. Pero, Dios quiere que tú seas salvo, que vengas arrepentido a Jesús y lo confieses como el Señor y lo recibas en tu corazón. Amada Iglesia, vamos a orar Amado Señor Jesús: Te damos gracias por Tu Palabra; porque podemos tenerla en abundancia en nuestro corazón. Perdónanos cuando hemos tenido en poco Tu Palabra y por lo mismo, hemos sufrido en nuestra vida por falta de retener Tu Palabra en nuestro corazón y obedecerla. Ayúdanos a confiar en Tu Palabra como luz que guía en nuestra vida para que nos vaya bien en todo lo que hagamos. Lo pedimos en Tu Nombre Santo Jesucristo. AMÉN. |
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