CUATRO ANCLAS EN TIEMPOS DE TEMPESTAD | |||||||
VICTORIA SOBRE SATANAS II En estas semanas, hemos estado revisando lo que la Biblia nos enseña acerca de la victoria sobre satanás. Vamos a repasar la siguiente Escritura en el libro de Lucas. Lucas 10 verso 19: 19. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Vemos pues que El Señor Jesucristo es quien nos otorga la autoridad para luchar contra nuestros enemigos. Ahora, vamos a la carta a los Efesios. Efesios 6 del 10 al 18: 10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15. y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Amados hermanos y hermanas: Es imprescindible buscar al Señor en oración y suplica en el Espíritu por nosotros y por todos los santos para fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Al mismo tiempo, vemos que necesitamos vestirnos con la armadura de Dios para poder estar firmes contra las asechanzas del diablo. Luego nos aclara el porqué: 12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Amados; cuando el Señor nos aclara que nuestra lucha no es contra las personas en nuestra familia o con alguna persona que nos ha hecho mal, sino que es contra todo el imperio de las tinieblas. Nos permite entender que cuando perdonamos a quienes nos han hecho mal o buscamos reconciliarnos con quien hemos hecho mal, estamos vistiéndonos de la armadura de Dios. Voy a leer las siguientes Escrituras que nos enseñan de manera práctica de que revestirnos. Colosenses 3 del 12 al 14: 12. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13. soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Otra Escritura es Segunda de Corintios 2 verso 10: 10. Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11. para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. Si guardamos rencor contra alguna persona que nos agravio o tenemos algo en contra de nuestro hermano o hermana, necesitamos perdonar pronto, para que nuestro adversario el diablo no gane ventaja alguna sobre nosotros; y de esta manera comenzamos a obedecer el vestirnos de la armadura de Dios para luchar en oración contra el imperio maligno y vencer en el Nombre Poderoso de nuestro Señor Jesucristo. Oremos: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea Tu Nombre. Te damos gracias por Tu Palabra y porque das a conocer Tu voluntad para nosotros. Te rogamos que examines nuestro corazón y nuestra mente para que salga a la luz de Tu Palabra a quien necesitamos perdonar o a quien debemos pedir perdón.
Ayúdanos a vestirnos de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia para poder soportarnos unos a otros, y perdonarnos unos a otros en lo que tuviéremos queja contra otro, de la misma manera que Cristo nos perdonó. Ayúdanos a vestirnos de amor para con las demás personas que necesitan ser amadas. Amen. |
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VICTORIA SOBRE SATANAS II En estas semanas, hemos estado revisando lo que la Biblia nos enseña acerca de la victoria sobre satanás. Vamos a repasar la siguiente Escritura en el libro de Lucas. Lucas 10 verso 19: 19. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Vemos pues que El Señor Jesucristo es quien nos otorga la autoridad para luchar contra nuestros enemigos. Ahora, vamos a la carta a los Efesios. Efesios 6 del 10 al 18: 10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15. y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Amados hermanos y hermanas: Es imprescindible buscar al Señor en oración y suplica en el Espíritu por nosotros y por todos los santos para fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Al mismo tiempo, vemos que necesitamos vestirnos con la armadura de Dios para poder estar firmes contra las asechanzas del diablo. Luego nos aclara el porqué: 12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Amados; cuando el Señor nos aclara que nuestra lucha no es contra las personas en nuestra familia o con alguna persona que nos ha hecho mal, sino que es contra todo el imperio de las tinieblas. Nos permite entender que cuando perdonamos a quienes nos han hecho mal o buscamos reconciliarnos con quien hemos hecho mal, estamos vistiéndonos de la armadura de Dios. Voy a leer las siguientes Escrituras que nos enseñan de manera práctica de que revestirnos. Colosenses 3 del 12 al 14: 12. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13. soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Otra Escritura es Segunda de Corintios 2 verso 10: 10. Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11. para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. Si guardamos rencor contra alguna persona que nos agravio o tenemos algo en contra de nuestro hermano o hermana, necesitamos perdonar pronto, para que nuestro adversario el diablo no gane ventaja alguna sobre nosotros; y de esta manera comenzamos a obedecer el vestirnos de la armadura de Dios para luchar en oración contra el imperio maligno y vencer en el Nombre Poderoso de nuestro Señor Jesucristo. Oremos: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea Tu Nombre. Te damos gracias por Tu Palabra y porque das a conocer Tu voluntad para nosotros. Te rogamos que examines nuestro corazón y nuestra mente para que salga a la luz de Tu Palabra a quien necesitamos perdonar o a quien debemos pedir perdón.
Ayúdanos a vestirnos de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia para poder soportarnos unos a otros, y perdonarnos unos a otros en lo que tuviéremos queja contra otro, de la misma manera que Cristo nos perdonó. Ayúdanos a vestirnos de amor para con las demás personas que necesitan ser amadas. Amen. |
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VICTORIA SOBRE SATANAS II En estas semanas, hemos estado revisando lo que la Biblia nos enseña acerca de la victoria sobre satanás. Vamos a repasar la siguiente Escritura en el libro de Lucas. Lucas 10 verso 19: 19. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Vemos pues que El Señor Jesucristo es quien nos otorga la autoridad para luchar contra nuestros enemigos. Ahora, vamos a la carta a los Efesios. Efesios 6 del 10 al 18: 10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15. y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18. orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos. Amados hermanos y hermanas: Es imprescindible buscar al Señor en oración y suplica en el Espíritu por nosotros y por todos los santos para fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Al mismo tiempo, vemos que necesitamos vestirnos con la armadura de Dios para poder estar firmes contra las asechanzas del diablo. Luego nos aclara el porqué: 12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Amados; cuando el Señor nos aclara que nuestra lucha no es contra las personas en nuestra familia o con alguna persona que nos ha hecho mal, sino que es contra todo el imperio de las tinieblas. Nos permite entender que cuando perdonamos a quienes nos han hecho mal o buscamos reconciliarnos con quien hemos hecho mal, estamos vistiéndonos de la armadura de Dios. Voy a leer las siguientes Escrituras que nos enseñan de manera práctica de que revestirnos. Colosenses 3 del 12 al 14: 12. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13. soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Otra Escritura es Segunda de Corintios 2 verso 10: 10. Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11. para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones. Si guardamos rencor contra alguna persona que nos agravio o tenemos algo en contra de nuestro hermano o hermana, necesitamos perdonar pronto, para que nuestro adversario el diablo no gane ventaja alguna sobre nosotros; y de esta manera comenzamos a obedecer el vestirnos de la armadura de Dios para luchar en oración contra el imperio maligno y vencer en el Nombre Poderoso de nuestro Señor Jesucristo. Oremos: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea Tu Nombre. Te damos gracias por Tu Palabra y porque das a conocer Tu voluntad para nosotros. Te rogamos que examines nuestro corazón y nuestra mente para que salga a la luz de Tu Palabra a quien necesitamos perdonar o a quien debemos pedir perdón.
Ayúdanos a vestirnos de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia para poder soportarnos unos a otros, y perdonarnos unos a otros en lo que tuviéremos queja contra otro, de la misma manera que Cristo nos perdonó. Ayúdanos a vestirnos de amor para con las demás personas que necesitan ser amadas. Amen. |
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