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Tu puedes ser sobreabundantemente bendecido | |||||||
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Capítulo III La importancia de la bendición y cómo activarla ¿Sabías tú que, por ser hijo(a) de Dios, la bendición sobre tu vida es tan extensa y grande, que hasta las naciones de la tierra serán bendecidas a través de ti y tus descendientes? ¿Y que eres invencible para tus enemigos y parte de un “pueblo escogido”? Antes de concluir que esto es un cuento de hadas, ven conmigo hace varios miles de años y escuchemos lo que Dios habló a Abraham en Génesis 12. Aquí encontraremos otra “pieza” del rompecabezas, que nos ayudará a entender aun más la importancia de la Bendición y en qué consiste. Dios le prometió a Abraham: (l) Haré de ti una nación grande, (2) te bendeciré, (3) engrandeceré tu nombre; (4) serás bendición,(5) Bendeciré a los que te bendijeren, (6) maldeciré a los que te maldijeren, (7) Serán benditas en ti todas las familias de la tierra. “Preguntarás ... ¿Pero qué tiene que ver todo esto conmigo?” tú preguntarás. El Nuevo Testamento repite lo que Dios dijo a Abraham y luego añade algo maravilloso: Gálatas 3:9 “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham”. ¡En Cristo tenemos la misma bendición declarada a Abraham! Sin embargo, lo que es más sorprendente, no estamos limitados a la Bendición pronunciada sobre Abraham. Las Escrituras dicen que somos bendecidos con toda bendición espiritual en Cristo Jesús (Ef. 1:3). ¿Te das cuenta que eres tan favorecido? La Bendición declarada sobre el pueblo de Dios por siglos Dios instruyó a Moisés para que Aarón y sus hijos pronunciaran las siguientes palabras sobre el pueblo: Núm. 6:24-26 “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. Ésta fue la Bendición más usada a través de los años. Imagínate cuántas veces los padres judíos y los rabinos habían declarado esta bendición sobre los hijos y sobre el pueblo judío... ¡año tras año por siglos! Aunque es cierto que los judíos han sufrido terribles injusticias a través de la historia, sin duda esta bendición declarada por siglos los ha ayudado a superar tremendos obstáculos y vencer. ¿Te has fijado cómo los judíos (por lo general) se destacan – en la escuela, en el comercio, en los negocios? ¿No será porque cada mañana la madre judía ortodoxa pone sus manos sobre la cabeza de su hijo y le dice: “¡Hijo, Dios haga resplandecer Su rostro sobre ti este día! Dios te haga inteligente y entendido, y tengas gracia delante de tus compañeros, maestros y todos los que te rodean”. Y luego con un gran beso, lo despide. Y Abrahamcito se va... ¡sintiéndose como que vale un millón de dólares! ¡Él está siendo programado para ser un campeón! El pastor Guillermo Ligon cuenta que una vez él entrevistó al director del Centro para Jóvenes Delincuentes del Estado de Florida y este hombre le contó: “Durante mis 20 años de ser director de este centro, nunca he visto a un joven judío llegar aquí”. ¡Qué diferencia habría en la vida de nuestra familia si continuamente declaráramos esta misma Bendición sobre ellos! Más adelante, aprenderás cómo bendecir diariamente a tus hijos y a todos los que te rodean. Aun los enemigos reconocen la Bendición Uno de los beneficios que podemos experimentar cuando vivimos bajo la Bendición de Dios, es que ¡todo lo que hacemos prospera! Y en ocasiones, aun nuestros enemigos tienen que notarlo. Pensemos un momento en José, el bisnieto de Abraham. A pesar de la vida tan difícil que tuvo José, al ser traicionado por sus hermanos, cuando llegó a Egipto como esclavo, leemos: Génesis 39:2,3 “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero…y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano”. Luego fue acusado falsamente por la esposa de su patrón y cayó en la prisión. Pero aun allí, leemos: Génesis 39:21 “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel”. José, cualquiera que fueran sus circunstancias, hallaba gracia ante su jefe y los que le rodeaban, porque Dios estaba con él. Él vivía bajo la Bendición y cualquier persona que vive bajo la Bendición de Dios no puede ser derrotada – a pesar de sus circunstancias. ¡Porque el favor de Dios está con él! Y aun los enemigos reconocen ese favor. Años antes de que el jefe pagano de José observara que la bendición de Dios estaba sobre su vida, leemos algo parecido en la vida de Jacob, el padre de José. La historia de sus años con su suegro Labán es muy interesante. Mientras trabajaba l4 años para su suegro, para poder casarse con su hija Raquel, la Bendición de Dios fue tan evidente sobre su vida que aun este hombre tramposo, que le había engañado varias veces, lo reconoció. ¿Cómo lo sabemos? Cuando Jacob pidió a Labán que le permitiera salir y formar su vida aparte de él, después de tantos años, éste contestó: Génesis 30:27 “... quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”. ¿Qué clase de bendición? Leemos: Génesis 30:43 “Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”. Labán no sintió cariño ni afecto hacia su yerno, sin embargo, no quería que se fuera de su casa porque vio que la bendición de Dios sobre Jacob, aun le había alcanzado a él. La bendición no puede ser revocada por nuestro enemigo En el Antiguo Testamento el hecho de la bendición sobre el pueblo de Dios era tan real que aun cuando los enemigos querían maldecirles, les fue imposible. En Números 22 y 23 leemos la historia de Balac, rey de Moab, y cómo envió mensajeros a Balaam, un profeta de Dios, pidiéndole que maldijera a Israel. Para resumir esta historia interesante, Balac se enojó cuando no pudo forzar al profeta a pronunciar una maldición. Entonces Balaam dice: Números 23:20 “He aquí, he recibido orden de bendecir; Él dio bendición, y no podré revocarla”. Más adelante, veremos cómo muchos cristianos viven bajo ataduras y maldiciones, pero no porque satanás, a su antojo, pueda ponérnoslas, sino porque estas personas arrastran traumas de su pasado que no han sido cancelados. Otros, por abrir la puerta al enemigo después de ser cristianos, están bajo una nube de maldad y no están disfrutando la vida abundante que Jesús prometió. Cómo activar la Bendición Una vez que hemos sido hechos hijos de Dios, activamos la Bendición a través de la fe. Dios dijo que Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Pero la fe y la obediencia siempre van mano en mano. De hecho, Dios dijo claramente: Deuteronomio 11:26-28 “He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: La bendición si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios... y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios...” Después de la fe y obediencia, activamos la bendición a través de las palabras. Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. Por medio de nuestras palabras expresamos que realmente creemos que somos bendecidos. La fe se demuestra cuando declaramos que: Somos la cabeza y no la cola; encima únicamente y no abajo, que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó; que mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. ¡Ésto es hablar vida! Por el contrario, muchas personas cancelan la bendición por sus palabras negativas, que son palabras de muerte: “Soy un fracasado”; “Nunca puedo hacer las cosas bien”; “Siempre estoy enfermo”; “Odio a mi cuerpo”; “Probablemente llegaremos a la ruina económica”, y otras cosas por el estilo. Dios dice: Proverbios 18:20 “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios”. Como Dios declaró a Israel, Él nos dice a nosotros: Deuteronomio 30:19 “…os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. ¿Has escogido la bendición? Entonces ¡que tus acciones y tus palabras confirmen esta decisión! ¡Dios quiere darte una vida sobreabundantemente bendecida! Cuán bendecido es todo aquel que teme al Señor, que anda por sus caminos. Cuando comas del fruto de tus manos, serás feliz y te irá bien. Tu esposa será como vid fecunda dentro de tu casa, tus hijos como olivos alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme al Señor. El Señor te bendiga, y que veas prosperidad todos los días de tu vida. Ciertamente, verás a los hijos de tus hijos. La paz sea sobre el pueblo de Dios.
Adaptado del Salmo 128 |
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Capítulo III La importancia de la bendición y cómo activarla ¿Sabías tú que, por ser hijo(a) de Dios, la bendición sobre tu vida es tan extensa y grande, que hasta las naciones de la tierra serán bendecidas a través de ti y tus descendientes? ¿Y que eres invencible para tus enemigos y parte de un “pueblo escogido”? Antes de concluir que esto es un cuento de hadas, ven conmigo hace varios miles de años y escuchemos lo que Dios habló a Abraham en Génesis 12. Aquí encontraremos otra “pieza” del rompecabezas, que nos ayudará a entender aun más la importancia de la Bendición y en qué consiste. Dios le prometió a Abraham: (l) Haré de ti una nación grande, (2) te bendeciré, (3) engrandeceré tu nombre; (4) serás bendición,(5) Bendeciré a los que te bendijeren, (6) maldeciré a los que te maldijeren, (7) Serán benditas en ti todas las familias de la tierra. “Preguntarás ... ¿Pero qué tiene que ver todo esto conmigo?” tú preguntarás. El Nuevo Testamento repite lo que Dios dijo a Abraham y luego añade algo maravilloso: Gálatas 3:9 “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham”. ¡En Cristo tenemos la misma bendición declarada a Abraham! Sin embargo, lo que es más sorprendente, no estamos limitados a la Bendición pronunciada sobre Abraham. Las Escrituras dicen que somos bendecidos con toda bendición espiritual en Cristo Jesús (Ef. 1:3). ¿Te das cuenta que eres tan favorecido? La Bendición declarada sobre el pueblo de Dios por siglos Dios instruyó a Moisés para que Aarón y sus hijos pronunciaran las siguientes palabras sobre el pueblo: Núm. 6:24-26 “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. Ésta fue la Bendición más usada a través de los años. Imagínate cuántas veces los padres judíos y los rabinos habían declarado esta bendición sobre los hijos y sobre el pueblo judío... ¡año tras año por siglos! Aunque es cierto que los judíos han sufrido terribles injusticias a través de la historia, sin duda esta bendición declarada por siglos los ha ayudado a superar tremendos obstáculos y vencer. ¿Te has fijado cómo los judíos (por lo general) se destacan – en la escuela, en el comercio, en los negocios? ¿No será porque cada mañana la madre judía ortodoxa pone sus manos sobre la cabeza de su hijo y le dice: “¡Hijo, Dios haga resplandecer Su rostro sobre ti este día! Dios te haga inteligente y entendido, y tengas gracia delante de tus compañeros, maestros y todos los que te rodean”. Y luego con un gran beso, lo despide. Y Abrahamcito se va... ¡sintiéndose como que vale un millón de dólares! ¡Él está siendo programado para ser un campeón! El pastor Guillermo Ligon cuenta que una vez él entrevistó al director del Centro para Jóvenes Delincuentes del Estado de Florida y este hombre le contó: “Durante mis 20 años de ser director de este centro, nunca he visto a un joven judío llegar aquí”. ¡Qué diferencia habría en la vida de nuestra familia si continuamente declaráramos esta misma Bendición sobre ellos! Más adelante, aprenderás cómo bendecir diariamente a tus hijos y a todos los que te rodean. Aun los enemigos reconocen la Bendición Uno de los beneficios que podemos experimentar cuando vivimos bajo la Bendición de Dios, es que ¡todo lo que hacemos prospera! Y en ocasiones, aun nuestros enemigos tienen que notarlo. Pensemos un momento en José, el bisnieto de Abraham. A pesar de la vida tan difícil que tuvo José, al ser traicionado por sus hermanos, cuando llegó a Egipto como esclavo, leemos: Génesis 39:2,3 “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero…y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano”. Luego fue acusado falsamente por la esposa de su patrón y cayó en la prisión. Pero aun allí, leemos: Génesis 39:21 “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel”. José, cualquiera que fueran sus circunstancias, hallaba gracia ante su jefe y los que le rodeaban, porque Dios estaba con él. Él vivía bajo la Bendición y cualquier persona que vive bajo la Bendición de Dios no puede ser derrotada – a pesar de sus circunstancias. ¡Porque el favor de Dios está con él! Y aun los enemigos reconocen ese favor. Años antes de que el jefe pagano de José observara que la bendición de Dios estaba sobre su vida, leemos algo parecido en la vida de Jacob, el padre de José. La historia de sus años con su suegro Labán es muy interesante. Mientras trabajaba l4 años para su suegro, para poder casarse con su hija Raquel, la Bendición de Dios fue tan evidente sobre su vida que aun este hombre tramposo, que le había engañado varias veces, lo reconoció. ¿Cómo lo sabemos? Cuando Jacob pidió a Labán que le permitiera salir y formar su vida aparte de él, después de tantos años, éste contestó: Génesis 30:27 “... quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”. ¿Qué clase de bendición? Leemos: Génesis 30:43 “Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”. Labán no sintió cariño ni afecto hacia su yerno, sin embargo, no quería que se fuera de su casa porque vio que la bendición de Dios sobre Jacob, aun le había alcanzado a él. La bendición no puede ser revocada por nuestro enemigo En el Antiguo Testamento el hecho de la bendición sobre el pueblo de Dios era tan real que aun cuando los enemigos querían maldecirles, les fue imposible. En Números 22 y 23 leemos la historia de Balac, rey de Moab, y cómo envió mensajeros a Balaam, un profeta de Dios, pidiéndole que maldijera a Israel. Para resumir esta historia interesante, Balac se enojó cuando no pudo forzar al profeta a pronunciar una maldición. Entonces Balaam dice: Números 23:20 “He aquí, he recibido orden de bendecir; Él dio bendición, y no podré revocarla”. Más adelante, veremos cómo muchos cristianos viven bajo ataduras y maldiciones, pero no porque satanás, a su antojo, pueda ponérnoslas, sino porque estas personas arrastran traumas de su pasado que no han sido cancelados. Otros, por abrir la puerta al enemigo después de ser cristianos, están bajo una nube de maldad y no están disfrutando la vida abundante que Jesús prometió. Cómo activar la Bendición Una vez que hemos sido hechos hijos de Dios, activamos la Bendición a través de la fe. Dios dijo que Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Pero la fe y la obediencia siempre van mano en mano. De hecho, Dios dijo claramente: Deuteronomio 11:26-28 “He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: La bendición si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios... y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios...” Después de la fe y obediencia, activamos la bendición a través de las palabras. Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. Por medio de nuestras palabras expresamos que realmente creemos que somos bendecidos. La fe se demuestra cuando declaramos que: Somos la cabeza y no la cola; encima únicamente y no abajo, que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó; que mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. ¡Ésto es hablar vida! Por el contrario, muchas personas cancelan la bendición por sus palabras negativas, que son palabras de muerte: “Soy un fracasado”; “Nunca puedo hacer las cosas bien”; “Siempre estoy enfermo”; “Odio a mi cuerpo”; “Probablemente llegaremos a la ruina económica”, y otras cosas por el estilo. Dios dice: Proverbios 18:20 “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios”. Como Dios declaró a Israel, Él nos dice a nosotros: Deuteronomio 30:19 “…os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. ¿Has escogido la bendición? Entonces ¡que tus acciones y tus palabras confirmen esta decisión! ¡Dios quiere darte una vida sobreabundantemente bendecida! Cuán bendecido es todo aquel que teme al Señor, que anda por sus caminos. Cuando comas del fruto de tus manos, serás feliz y te irá bien. Tu esposa será como vid fecunda dentro de tu casa, tus hijos como olivos alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme al Señor. El Señor te bendiga, y que veas prosperidad todos los días de tu vida. Ciertamente, verás a los hijos de tus hijos. La paz sea sobre el pueblo de Dios.
Adaptado del Salmo 128 |
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Capítulo III La importancia de la bendición y cómo activarla ¿Sabías tú que, por ser hijo(a) de Dios, la bendición sobre tu vida es tan extensa y grande, que hasta las naciones de la tierra serán bendecidas a través de ti y tus descendientes? ¿Y que eres invencible para tus enemigos y parte de un “pueblo escogido”? Antes de concluir que esto es un cuento de hadas, ven conmigo hace varios miles de años y escuchemos lo que Dios habló a Abraham en Génesis 12. Aquí encontraremos otra “pieza” del rompecabezas, que nos ayudará a entender aun más la importancia de la Bendición y en qué consiste. Dios le prometió a Abraham: (l) Haré de ti una nación grande, (2) te bendeciré, (3) engrandeceré tu nombre; (4) serás bendición,(5) Bendeciré a los que te bendijeren, (6) maldeciré a los que te maldijeren, (7) Serán benditas en ti todas las familias de la tierra. “Preguntarás ... ¿Pero qué tiene que ver todo esto conmigo?” tú preguntarás. El Nuevo Testamento repite lo que Dios dijo a Abraham y luego añade algo maravilloso: Gálatas 3:9 “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham”. ¡En Cristo tenemos la misma bendición declarada a Abraham! Sin embargo, lo que es más sorprendente, no estamos limitados a la Bendición pronunciada sobre Abraham. Las Escrituras dicen que somos bendecidos con toda bendición espiritual en Cristo Jesús (Ef. 1:3). ¿Te das cuenta que eres tan favorecido? La Bendición declarada sobre el pueblo de Dios por siglos Dios instruyó a Moisés para que Aarón y sus hijos pronunciaran las siguientes palabras sobre el pueblo: Núm. 6:24-26 “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”. Ésta fue la Bendición más usada a través de los años. Imagínate cuántas veces los padres judíos y los rabinos habían declarado esta bendición sobre los hijos y sobre el pueblo judío... ¡año tras año por siglos! Aunque es cierto que los judíos han sufrido terribles injusticias a través de la historia, sin duda esta bendición declarada por siglos los ha ayudado a superar tremendos obstáculos y vencer. ¿Te has fijado cómo los judíos (por lo general) se destacan – en la escuela, en el comercio, en los negocios? ¿No será porque cada mañana la madre judía ortodoxa pone sus manos sobre la cabeza de su hijo y le dice: “¡Hijo, Dios haga resplandecer Su rostro sobre ti este día! Dios te haga inteligente y entendido, y tengas gracia delante de tus compañeros, maestros y todos los que te rodean”. Y luego con un gran beso, lo despide. Y Abrahamcito se va... ¡sintiéndose como que vale un millón de dólares! ¡Él está siendo programado para ser un campeón! El pastor Guillermo Ligon cuenta que una vez él entrevistó al director del Centro para Jóvenes Delincuentes del Estado de Florida y este hombre le contó: “Durante mis 20 años de ser director de este centro, nunca he visto a un joven judío llegar aquí”. ¡Qué diferencia habría en la vida de nuestra familia si continuamente declaráramos esta misma Bendición sobre ellos! Más adelante, aprenderás cómo bendecir diariamente a tus hijos y a todos los que te rodean. Aun los enemigos reconocen la Bendición Uno de los beneficios que podemos experimentar cuando vivimos bajo la Bendición de Dios, es que ¡todo lo que hacemos prospera! Y en ocasiones, aun nuestros enemigos tienen que notarlo. Pensemos un momento en José, el bisnieto de Abraham. A pesar de la vida tan difícil que tuvo José, al ser traicionado por sus hermanos, cuando llegó a Egipto como esclavo, leemos: Génesis 39:2,3 “Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero…y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano”. Luego fue acusado falsamente por la esposa de su patrón y cayó en la prisión. Pero aun allí, leemos: Génesis 39:21 “Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel”. José, cualquiera que fueran sus circunstancias, hallaba gracia ante su jefe y los que le rodeaban, porque Dios estaba con él. Él vivía bajo la Bendición y cualquier persona que vive bajo la Bendición de Dios no puede ser derrotada – a pesar de sus circunstancias. ¡Porque el favor de Dios está con él! Y aun los enemigos reconocen ese favor. Años antes de que el jefe pagano de José observara que la bendición de Dios estaba sobre su vida, leemos algo parecido en la vida de Jacob, el padre de José. La historia de sus años con su suegro Labán es muy interesante. Mientras trabajaba l4 años para su suegro, para poder casarse con su hija Raquel, la Bendición de Dios fue tan evidente sobre su vida que aun este hombre tramposo, que le había engañado varias veces, lo reconoció. ¿Cómo lo sabemos? Cuando Jacob pidió a Labán que le permitiera salir y formar su vida aparte de él, después de tantos años, éste contestó: Génesis 30:27 “... quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”. ¿Qué clase de bendición? Leemos: Génesis 30:43 “Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”. Labán no sintió cariño ni afecto hacia su yerno, sin embargo, no quería que se fuera de su casa porque vio que la bendición de Dios sobre Jacob, aun le había alcanzado a él. La bendición no puede ser revocada por nuestro enemigo En el Antiguo Testamento el hecho de la bendición sobre el pueblo de Dios era tan real que aun cuando los enemigos querían maldecirles, les fue imposible. En Números 22 y 23 leemos la historia de Balac, rey de Moab, y cómo envió mensajeros a Balaam, un profeta de Dios, pidiéndole que maldijera a Israel. Para resumir esta historia interesante, Balac se enojó cuando no pudo forzar al profeta a pronunciar una maldición. Entonces Balaam dice: Números 23:20 “He aquí, he recibido orden de bendecir; Él dio bendición, y no podré revocarla”. Más adelante, veremos cómo muchos cristianos viven bajo ataduras y maldiciones, pero no porque satanás, a su antojo, pueda ponérnoslas, sino porque estas personas arrastran traumas de su pasado que no han sido cancelados. Otros, por abrir la puerta al enemigo después de ser cristianos, están bajo una nube de maldad y no están disfrutando la vida abundante que Jesús prometió. Cómo activar la Bendición Una vez que hemos sido hechos hijos de Dios, activamos la Bendición a través de la fe. Dios dijo que Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Pero la fe y la obediencia siempre van mano en mano. De hecho, Dios dijo claramente: Deuteronomio 11:26-28 “He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: La bendición si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios... y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios...” Después de la fe y obediencia, activamos la bendición a través de las palabras. Proverbios 18:21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua”. Por medio de nuestras palabras expresamos que realmente creemos que somos bendecidos. La fe se demuestra cuando declaramos que: Somos la cabeza y no la cola; encima únicamente y no abajo, que somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó; que mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. ¡Ésto es hablar vida! Por el contrario, muchas personas cancelan la bendición por sus palabras negativas, que son palabras de muerte: “Soy un fracasado”; “Nunca puedo hacer las cosas bien”; “Siempre estoy enfermo”; “Odio a mi cuerpo”; “Probablemente llegaremos a la ruina económica”, y otras cosas por el estilo. Dios dice: Proverbios 18:20 “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios”. Como Dios declaró a Israel, Él nos dice a nosotros: Deuteronomio 30:19 “…os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. ¿Has escogido la bendición? Entonces ¡que tus acciones y tus palabras confirmen esta decisión! ¡Dios quiere darte una vida sobreabundantemente bendecida! Cuán bendecido es todo aquel que teme al Señor, que anda por sus caminos. Cuando comas del fruto de tus manos, serás feliz y te irá bien. Tu esposa será como vid fecunda dentro de tu casa, tus hijos como olivos alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre que teme al Señor. El Señor te bendiga, y que veas prosperidad todos los días de tu vida. Ciertamente, verás a los hijos de tus hijos. La paz sea sobre el pueblo de Dios.
Adaptado del Salmo 128 |
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